Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

DEJA VU por lyra

[Reviews - 35]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

 

 

dedicado a mi angel, millah, ¿recuerdas de un fic donde iba a usar el nombre de tu hijo? Pues aqui esta, espero que te guste! aqui me tenéis de nuevo!! me he decidido ya a publicar algo, este fic lo tenía casi terminado y solo me quedan un par de capitulos por escribir, aunque aun me siento algo oxidada y tengo que pensar mucho como quiero terminarlo, como siempre me quede atascada en un par de escena que no se como colocarlas, si primero una y luego la otra o si al reves, primero esa otra y luego la una....un lio, no me hagais mucho caso.

El caso es que aqui estoy de nuevo ;)

Hacía días que no veían a sus familias, y viendo que sus jóvenes talentos, como le gustaba llamarlos a David, lo necesitaban, no dudó en darles libres una semana. Eran apenas unos niños, a sus 15 años recién cumplidos lo más pequeños eran los gemelos y llevaban lejos de casa casi un año entero desde que fueron descubiertos. Les ofrecieron la posibilidad de hacer su sueño realidad, con la única condición que se mudaran a Alemania en donde vivirían los cuatro juntos en el apartamento que habían acondicionado solo para ellos.

Tenían incluso un estudio de grabación en donde trabajaban con mucho esfuerzo para sacar su primer disco al mercado, del que aún faltaban unos meses para ver la luz.

Pero como ya iban muy avanzados, unos días libres no serían ningún problema. Así que esa misma tarde les dio la buena noticia.

— ¿Volver a casa?—repitió Bill arrugando la frente— ¿A Loitsche?

— ¿No te apetece?—interrogó Tom alzando una ceja.

—Estamos en medio de la grabación del disco, no debemos perder ni un solo día—contestó Bill con firmeza.

—He hablado con los jefes y todos han dado el visto bueno—intervino David—Además, hay que tener en cuenta que sois aún pequeños y no os debemos hacer trabajar en exceso…

—Podría cantar hasta durmiendo—aseguró Bill exagerando.

—No se hable más del tema—dijo David dando por zanjada la discusión—Mañana por la mañana os vendrá a recoger un coche y por la noche dormiréis en vuestra propia cama. Ya veréis que alegría dais a vuestros padres.







Esa misma noche, Bill se fue a su habitación sin probar la pizza que habían pedido. Sus compañeros querían hacer una mini fiesta de despedida, pero él no estaba para celebraciones y Tom lo notó enseguida.

Disculpándose diciendo que le dolía la cabeza, cosa que sus compañeros no creyeron pues sabían que iba a ver que le pasaba a su hermano pequeño, subió a su habitación o eso fue lo que le dijo a ellos, pues por el camino se metió sin llamar en la de Bill, que le recibió de mal genio.

—La puerta es para llamar—riñó Bill resoplando.

—Entre nosotros nunca ha habido ninguna puerta—explicó Tom sentándose en la cama.

— ¿Y si me llegas a pillar desnudo?—siguió Bill con su enfado.

— ¿Qué es lo que te pasa?—preguntó Tom exasperado—Desde que sabes que iremos unos días a casa te has vuelto insoportable.

—Ya lo he dicho antes, estamos llenos de trabajo y no debemos perder tiempo—contestó Bill resoplando.

—Por unos días no pasa nada…cualquiera diría que tienes prisa—rió Tom cogiéndole del brazo.

Le hizo sentarse a su lado, sintiendo como se rebelaba y dándole un pequeño empujón se levantaba y alejaba de su alcance.

—Sal, que me quiero poner el pijama—ordenó Bill sin mirarle.

— ¿Es que te da vergüenza que te vea?—preguntó Tom alzando una ceja—Vamos, soy tu hermano.

—Por eso mismo—cortó Bill—No está bien que nos desnudemos estando en la misma habitación.

—Que no te voy a mirar con deseo ni nada parecido—murmuró Tom resoplando.

¿Qué era lo que pasaba por la cabeza de Bill? Se le veía muy nervioso y ahora que caía en la cuenta, era él quien insistía en ensayar a todas horas y se pasaba el día metido en su cabina de grabación de la que no salía hasta haber grabado una canción o parte de ella. Parecía que se le venía el tiempo encima, como si algo le urgiera y tuviera que terminar ese primer disco en el plazo de un par de meses…

—Bill, ¿qué me estás ocultando?—preguntó Tom de repente.

Le vio sonrojarse y negar con la cabeza, al tiempo que forzaba una sonrisa carraspeando.

—Tom, es tarde y quiero irme a la cama—murmuró retrocediendo un paso—Deja de decir bobadas…

—Me duele que no confíes en mi—dijo Tom levantándose de la cama—Pensaba que entre nosotros no había secretos…

—Y no los hay—afirmó Bill.

—Pues lo parece—insistió Tom—Y eso me duele. Ya sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, y que mis labios estarán sellados.

Esperó en silencio por si Bill se lo había pensado mejor y le quería contar que era eso que le preocupaba, pero solo le vio bajar la cabeza y suspirar.

—Como tú quieras—murmuró saliendo de su habitación.

Entró en la suya y a pesar de que eran solo las 10 se metió en la cama resoplando. Esperaba que estando en casa de su madre Bill bajara la guardia y hallara esa confianza que al parecer había perdido para hablar con él de todo lo que le pasaba.

Cerró los ojos prensando que su madre le sonsacaría todo y en esa misma semana sabría cual era ese profundo secreto que Bill no desvelaba.







Tal y como dijo David, a la mañana siguiente un coche vino para llevarlos a casa. Se habían levantado temprano para hacer su equipaje y hacia las 11 los hermanos se despedían de sus compañeros y subían al coche que les llevaría a los dos.

Hicieron el camino en silencio, y para la hora de comer llegaron a esa casa que les había visto crecer. Su madre ya estaba avisada y fue la primera en salir a saludarlos, seguida de su padrastro quien estrechó sus manos.

—Vuestro padre vendrá a veros mañana—explicó Simone a sus hijos.

—Podríamos hacer algo juntos, ir a comer o algo—dijo Tom mirando a su madre.

—Ya veremos, sabes que siempre está de viaje y estará cansado—murmuró Simone resoplando.

Esa era la misma excusa que usaba cuando sus hijos eran pequeños y preguntaban por su padre. Cuando no estaba de viaje, estaba descansando porque el día anterior había llegado tarde. No quería que se enteraran de que estaba con su amante, una chica más joven que disfrutaba cada noche de los brazos de su padre mientras que a ella le tocaba callar y resignarse, cuidar de dos niños de 5 años que no entendían que el amor que había entre sus padres se había terminado.

Casi se rió en su cara cuando una semana después del divorcio le vino a contar que lo suyo con esa chica había terminado. Fue suya la idea de separarse, pensando que a su amante le gustaría disfrutar de él todo el tiempo, pero lo que no vio fue que para ella era solo una diversión, y que le agobiaba tenerle a cada hora preguntando si hacían eso o aquello. No era un novio formal lo que andaba buscando y a la semana se cansó de Jörg Kaulitz y le abandonó tal y como él había hecho a su mujer e hijos.




—Entremos, que estaréis cansados—intervino Gordon.

Los chicos asintieron y dejando las maletas en sus manos se fueron directos a la cocina en donde su madre les sirvió la comida mientras que ellos le contaban como les iba con el grupo. Más bien era Tom quien hablaba, Bill solo comía y callaba.

— ¿Qué planes tenéis para esta semana?—preguntó Simone.

—Lo primero llamar a Andreas y decirle que estamos aquí—contestó Tom—Luego ya verás cómo nos dice de una fiesta.

Simone fulminó con la mirada a su hijo mayor, sabía que no pensaba dejarlos asistir a ninguna siendo menores de edad. Pero también sabía que solo bromeaba, la única fiesta consistiría en irse al parque a fumarse unos cigarros a escondidas…

Terminaron de comer y subieron a descansar cada uno a su habitación. Mientras, Tom cogió el móvil y llamó a su mejor amigo en vista de que Bill se tumbó en su cama y se quedó profundamente dormido.

—Tom Kaulitz llamándome en persona… ¡qué honor!—bromeó Andreas.

—Que bobo eres—rió Tom—Estamos en casa, ¿qué planes tienes?

— ¿Os venís esta tarde a la mía? Tengo un juego nuevo para la play y a mi madre no le importará que os quedéis a cenar—invitó Andreas.

—Me parece bien, se lo diré a Bill cuando se levante de la siesta—dijo Tom asintiendo.

Se despidió de su amigo y bajó a contarle a su madre los planes.

—Pensaba que no ibais a salir en vuestra primera noche, que estaríais cansados del viaje—comentó Simone.

—Yo no, y ya ves donde está Bill—explicó Tom señalando las escaleras con una mano.

— ¿Está bien?—preguntó Simone de repente—Ha estado tan callado en la comida…

—Estará cansado del viaje—contestó Tom.

No estaba seguro de que fuera eso, pero no le hallaba otra explicación. Su madre asintió sin mucha convicción y siguió recogiendo la cocina con la ayuda de su marido mientras que su hijo se iba al salón a ver que daban en la tele.






Habían quedado a las 7 en casa de su amigo y hacia las 6 Bill ya se había levantado. Tom le contó los planes que tenían y le vio asentir resoplando.

—No vengas si estás cansado, pero a Andreas le va a sentar mal—dijo Tom al ver su gesto.

—No es eso…iré—murmuró Bill dando media vuelta.

Subió las escaleras y cogiendo una muda limpia de su habitación entró en el baño a darse una ducha que le despejara. Últimamente, no hacía más que dormir. Era comer e irse directo a la cama, pero eso era normal.

Viendo que se le hacía tarde, Tom apagó la tele y subió también a prepararse. Maldijo al ver que Bill se le había adelantado y estaba encerrado en el baño. Sabía que se podía tirar dos días si le dejaban, iban solo a la casa de al lado y no entendía porque tenía que ir maquillado.

—Bill, abre—llamó aporreando la puerta.

—Tom, no des golpes—riñó Simone pasando por su lado.

—Es Bill, lleva media hora y no sale—explicó Tom.

—Usa el baño de nuestra habitación—dijo Simone cogiéndole del brazo.

—Es que no le entiendo, si Andreas es de la familia, no hace falta que se arregle tanto—refunfuñó Tom por el camino—Y espera, que luego serán dos horas en lo que elige que ropa llevar y saltará con la misma….que todo es viejo, que últimamente ha engordado y ya nada le vale…

Simone arrugó la frente al escuchar eso. No se le había pasado por alto que en la comida su hijo pequeño había dejado el plato limpio, cuando siempre que iba a casa se montaba una buena porque apenas probaba nada y se dedicaba a jugar con la comida. Incluso diría que se le veía la cara más rellenita….

Decidió intervenir y cogiendo aire llamó a la puerta del baño con suavidad.

—Bill, ¿has terminado, cariño?

Esperó unos minutos hasta que escuchó que su hijo descorría el cerrojo y salía del baño envuelto en un albornoz.

—Dile al pesado de Tom que es todo suyo—resopló Bill pasando a su lado.

Entró en su habitación e iba a cerrar la puerta cuando su madre se lo impidió.

— ¿Podemos hablar?—pidió Simone, más bien ordenando.

—Tengo prisa mamá, no quiero llegar tarde a casa de Andreas—murmuró Bill retrocediendo un paso.

—Ya te has peinado y maquillado, puedes dedicarme un minuto—afirmó Simone cerrando tras ella la puerta—Vete vistiendo mientras hablamos.

Bill vio como se sentaba a los pies de su cama y se la quedó mirando mordiéndose el labio.

— ¿Qué pasa?—preguntó Simone como si nada.

—Que me tengo que vestir—musitó Bill.

—Pues venga, que se te hace tarde—dijo Simone dando una palmada.

Pero su hijo seguía sin moverse de donde estaba. Se levantó dando un salto y le vio retroceder mirándola asustado.

—Quítate el albornoz—ordenó con voz firme.

— ¿Qué? Estoy desnudo mamá—murmuró Bill carraspeando.

—Soy tu madre, no me hagas repetírtelo dos veces—insistió Simone.

Le vio negar con la cabeza y dio un paso en su dirección, arrinconándole contra la pared. Puso las manos en el cinturón y deshizo el nudo al tiempo que su hijo pequeño giraba la cara y cerraba los ojos gimiendo. Le separó el albornoz viendo que no era para tanto, que llevaba puesto los bóxers debajo…pero no era eso lo que su hijo le ocultaba, sino esa incipiente barriga que a sus 15 años se curvaba…
Notas finales: próximo capítulo: viernes 1 de marzo

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).