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Hōseki no tamshi por yanilisa100

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Notas del fanfic:

 

Notas del capitulo:

HEY!!!!, como están?, bueno acá con un nuevo fic que acabo de inventar, le conté todo a mi editora y creo que le gusta así que lo estoy publicando ahorita para ver como reaccionan con la historia jejejeje sin mas disfruten y lean bien que cada cap voy a dejar pistas así no se confundirán.

Además creo que ya saben quien es el oni…. Y no, no es Misaki, es parecido a él, eme la cage, no importa a leer. 

En los mas profundo del jigoku, Enma-ho, rey del infierno, observaba atentamente la creación de su siguiente primogénito, miraba atentamente como su forma demoniaca se tornaba mas atemorizante y poderosa, ocho cuchillas que sobresalían de su espalda se movían con libertad y sus ojos dorados parecían las de una serpiente, su cabello era una fogata en todo su apogeo  y su cuerpo imponente tornaba mas forma, sus piernas tenían la forma de las de un caballo, y poseía largas uñas en forma de agujas.

Su creador sonreía al ver el éxito de su experimento, mirando como la transformación de su hijo se completaba, pero aun persistía con su forma demoniaca, no podía enviarlo a la tierra con esa forma, debía camuflarlo con un disfraz permanente.

El soberano de las tinieblas se acercó al nuevo oni viendo como lo observaba, y aquellas cuchillas que llevaba en la espalda se dejaban de mover.

 “Hijo, disfrázate de humano”, ordeno suavemente, el oni trato de obedecer a la orden de su padre, su estatura se encogió a la de un adolecente de por lo menos 15 años, su piel se volvió suave, las cuchillas se escondieron dentro del cuerpo del ahora joven, y una jukata blanco escondía su cuerpo magro, pero su cabello y sus ojos aun seguían iguales.

“Buen intento”, dijo su padre sarcásticamente mirando como la mirada dorada de su hijo se fijaba directamente en el. El rey levanto su mano derecha hacia la dirección en donde se encontraba su hijo, y en ese momento el cabello de fuego cambio por un castaño corto brillante, y sus ojos cambiaron a un verde esmeralda muy hermoso. Eso satisfacía al rey.

“Habla hijo”, nuevamente ordenó, en eso el ahora ojiverde abrió la boca para que una voz suave y varonil llenara el palacio de fuego.

“Padre ¿porque me ha creado?”, parecía tan humano, eso hizo que el rey sonriera.

“Te cree por una sola razón”, su verdadera razón era que quiera hacer desaparecer a los samuráis y destruir sus almas para zacear su hambre, “Quiero que recolectes almas, aquellas almas son atormentadas y tu debes recolectarlas y llevarlas a mi…”

Su hijo no había entendido muy bien lo que debía hacer, sin embargo no dijo nada, solo miraba como su padre le advertía de algunas cosas.

“Vagaras en la tierra buscando las almas de los samuráis mas poderosos, destruirás sus cuerpos y me entregaras sus almas, pero debes tener cuidado, ya que las cuchillas que llevas en la espalda es un material precioso que es muy deseado por los humanos, además que solo te observaran con lujuria, y por esa razón te he quitado tus emociones y los guarde en lo mas profundo de tu alma, solo la persona indicada lograra que reveles tu verdadero ser”

El castaño ojiverde solo miraba a su padre sin mucho interés, entrecerrando los ojos observaba como un portal se abría entre él y su padre, dentro de ese portal se veía un extenso campo, el cielo azul y lleno de arboles de sakura.

“Deberás esconderte entre los humanos para tu cometido, así que llevarás el nombre de Onodera Ritsu, cada vez que te encuentres en contacto con algún humano, solo si llega a ser una amenaza, asesínalo, no importa quien sea, no tengas piedad…”, esta vez la voz de su padre sonó seria. El rey de las tinieblas levantó la mano izquierda, y debajo del jukata negro que traía salió una katana de filo fino, con un adorno rojo en forma de pompón en el mango de esta, “Con esta espada destrozaras el cuerpo de los dolidos y recolectaras las almas dentro de ella”

El hombre en el jukata negro se acercó a su hijo mientras este se arrodillaba mirando la espada que le entregarían.

“Levante hijo y ve, trae las almas mas poderosas que encuentres, recuerda que querrán quitarte las cuchillas que llevas así que solo matarás,  y permanece en tu forma humana”, dijo entregando la katana a su primogénito, este lo recibió obviamente sin decir nada, y se encamino en el portal para desaparecer.

“Olvide decirle que si llega a matar tantas personas a la vez su forma humana desaparecerá y no volverá hasta que todos hayan muerto”, pensó el rey viendo el portal que se cerraba lentamente, luego de que ese portal desapareciera regreso a su trono.

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Las primeras horas del día, para Ritsu fueron un tanto gratificantes, bueno…, no sabia aun muchas cosas, fue creado con los conocimientos de su padre, y no sabia realmente para que servía.

El bosque donde fue transportado, era extenso, la brisa movía lentamente los castaños cabellos, y los ojos entrecerrados miraban atentos hacia delante.

La ropa que llevaba no era llamativa, eso era lo bueno, la katana la llevaba entre la ropa, las sandalias de madera sonaba a cada paso que daba.

El viento corría haciendo que los pétalos de las sakuras cayeran en su dirección, el joven en si era hermoso.

A lo lejos, pudo ver una gran ciudad, se veía grande, esta estaba rodeada de montañas y de paisajes hermosos, y allí en la pendiente, Onodera veía atentamente la ciudad.

Un minúsculo ruido saco al castaño de su concentración, él volteo la cabeza hacia la derecha y vio un grupo de hombres que se acercaba a él.

“Vaya, vaya, que tenemos aquí”, dijo uno de ellos, “Parece que encontramos un premio”

Onodera ni se movió, no demostró temor, no hizo nada, solo siguió mirando.

“¿Qué?, ¿no hablas?”, pregunto con gracia, aparentemente ese tipo era el jefe, “Mejor, así no podrás pedir ayuda”

Ritsu aun no se movía, su semblante serio permaneció en blanco. Los hombres se acercaban mientras reían e ideaban  formas de pasar el tiempo con su nuevo juguete.

“Venga, nos vamos a divertir mucho”, dijo el hombre que le había hablado primero, se acercó, pero cuando su mano estuvo a punto de tocar la cara de Ritsu, los ojos de Ritsu se volvieron dorados como los de una serpiente, y solo frunció el ceño para que la mano intrusa se cortara enfrente de todos.

“PERO… ¿QUÉ DEMONIOS?”, exclamo el desagradable hombre mientras gritaba con horror mirando la mano ensangrentada en el suelo.

“¡¡¡¿QUIEN DEMONIOS ERES?!!!”, grito uno de ellos. Ya todos esos hombres formaron un círculo alrededor de Onodera, todos sacaron todo tipo de armas.

“¡ACABRE CONTIGO!”, grito el líder mientras el hombre al que le habían amputado la mano se lo llevaban de allí.

“…………”, Onodera mantenía su cara en blanco, sin decir nada.

El grupo de vándalos corrieron hacia Onodera, y el ojiverde al notar eso, sus ojos volvieron a cambiar de color, y a velocidad realmente rápida saco la katana debajo de sus ropas, y allí se quedo, cuando uno de ellos estaba por atacar, antes de que el arma se enterrara en el cuerpo del castaño, este desapareció de la vista de los hombres, todos voltearon para ver a donde se había ido, y en efecto, Ritsu estaba detrás de ellos. El hombre que había intentado lastimar al ojiverde, trato de moverse, pero un dolor punzante le atravesó el cuerpo, pero cuando trato de moverse, las partes de su cuerpo se despendieron grotescamente de él, las piernas y los brazos estaban cortadas y el torso estaba divido en tras partes mientras que la cabeza seguía intacta.

Los demás hombre miraban impactados y a la vez horrorizados lo que había pasado, voltearon a ver con odio al joven castaño, pero sus ojos eran ocultados por el flequillo que traía, pero pudieron notar algo, el castaño, sonreía.

“¿CREES QUE ES GRACIOSO?” grito con odio uno de los hombres.

“HAY QUE ACABAR CON ÉL”, dijo otro

Ellos se percataron de que el chico sonreía, y al momento en el que se aproximaron al el rápidamente para atacarlo, este levanto la mirada para dejar ver su rostro.

Los hombres se horrorizaron al verlo…

Sus ojos dorados, iguales a los de una serpiente, transmitían un brillo aterrorizante, y su boca mostraba una escalofriante sonrisa mientras en esa sonrisa se veían grandes y afilados dientes.

El grupo de ladrones salieron disparos tratando se escapar de su inminente destino.

Pero Ritsu fue mas rápido, las cuchillas que escondía en su cuerpo se desprendieron de el para ir detrás de los hombres (eran seis, pero como uno esta muerto son cinco), las cuchillas se clavaron en el pecho de cada hombre, pero no para matarlos al instante.

“¿A dónde van?, recién nos estamos divirtiendo”, su voz era de ultratumba, y su sonrisa se agrandaba mas y mas mientras acercaba a los hombres hacia él.

El grupo de hombres gritaban de dolor cuando las tajaderas se hundían y destrozan cada miembro del cuerpo dejándolos sin vida.

Todos estaban muertos, Ritsu bebía cada gota de sangre que goteaba de las cuchillas, sin embargo la escalofriante sonrisa desaparecía y los dientes afilados volvían a ser los de una persona normal, y los ojos volvían a ser verdes esmeralda.

Y su faceta en blanco volvió.

La espada que traía, también chorreaba sangre fresca, sin embargo esta brillaba.

“¿Uhmm?”, Ritsu miraba indiferente los cadáveres destrozados, y de estos como unas luces salían de ellos y se posaban en la espada haciendo que brille por unos segundos para volver a su estado normal.

 “Que perdida de tiempo”, se quejo con fastidio, caminado hasta llegar a la pendiente. Miro hacia abajo y noto que era muy pronunciado.

No le dio mucha importancia y solo se dejo caer hacia delante.

Su cuerpo era muy ágil y rápido, el castaño saltaba cada roca que sobresalía de la pendiente, cayendo con suavidad al suelo.   

El sol de la tarde era ocultado por los arboles mientras la luz del sol se filtraba entre las ramas de los arboles, el canto de los pájaros resonaba sin parar y el fresco viento le quitaba la esencia descargable a sangre.

Ya faltaba poco para que llegara a su destino, con cada paso que daba el castaño, sentía un aura poderosa, eso inquietaba al castaño, pero era su deber conseguir aquella alma, “Se siente tan cerca y a la vez tan lejos”, pensó viendo como el bosque se iba extendiendo a su alrededor.

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“AHHHH!”, grito un pelicafe un tanto exaltado, este se hallaba meditando en el pequeño templo que era su hogar, su mente de un momento a otro sintió una rara presencia, sintió como aquella presencia apareció de un momento a otro desbaratando los poderes del pelicafe.

Se reincorporo del lugar en donde se encontraba prácticamente levitando para mirar hacia el horizonte donde se encontraba la pendiente empinada que siempre veía al despertar.

“¡¿Yoshino-sensei, se encuentra bien?!”, un pelinegro de ojos cafés entro estrepitosamente al pequeño templo, este corrió la puerta para poder ayudar a su amigo a levantarse.

“Si, estoy bien, gracias, Kisa-san”, respondió tranquilo Yoshino Chiaki, un poderoso brujo, miembro de una larga cadena de sacerdotes y sacerdotisas, sus poderes se le fueron concedidos a el por su tío quien no podía tener hijos.

 “La verdad no le creo, jamás te había pasado esto”, contesto preocupado Kisa Shouta, un legendario samurái, que a pesar de sus 30 años había derrotado a tanto personas como demonios y criaturas mágicas, era muy difícil de vencer.

“La verdad es que sentí una presencia muy rara que provenía de la pendiente”, dijo apuntando hacia la pendiente para que Kisa pudiera ver, “Y creo que estoy seguro de lo que es…”, continuo poniéndose serio al igual que Shouta, “Llama a Tori y a Yukina…ahora”.

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Ritsu caminaba por los caminos que eran trazados por las pisadas y huellas de carretillas, el bosque desaparecía poco a poco dejando ver un portón realmente grande, el castaño detuvo los pasos para observar las puertas de madrea solida.

“¡Hey, tu!”, el castaño giro la mirada para ver hacia una de las torres, y allí vio un joven rubio de ojos verde al igual que los de él, “¿Quien eres?”

“Ritsu”, dijo el oni lo suficientemente alto para que el soldado pudiera escucharlo como un susurro.

“¿Ritsu que?”, dijo bajando de la torre para poder interrogar mejor al misterioso chico.

“No es importante”

“Responde, o no te dejare entrar”, esta vez ese soldado sonó amenazante.

“Déjame entrar”, dijo Onodera sin cambiar su cara en blanco.

“¿Así?, ¿Y que piensas hacer para que lo haga?”, amenazó cogiendo el jukata banco de Ritsu.

“¿Eres un samurái?”,  pregunto de la nada el castaño tomando por sorpresa al rubio.

“No”, respondió el soldado a punto de golpear.

El rubio lo iba a golpear, pero Ritsu no sabía porque, “Me quitara las cuchillas”, pensó sin alarmarse. El joven rubio había levantado el puño para golpear el rostro, y en ese momento los ojos de Ritsu se volvieron dorados de nuevo, el rubio al ver eso se detuvo por completo, pero era tarde Ritsu frunció el ceño cortando el brazo que sostenía su ropa.

“AHHHHH”, un grito desgarrador salió de la garganta del soldado rubio, retrocediendo dos pasos, Ritsu seguía sin moverse.

“¿QUE ERES?”, de la boca de Ritsu no salía nada, solo miraba al pobre diablo que se estremecía del dolor por la extremidad perdida.

Ritsu no se había molestado en responder y solo vio las piernas del rubio, estaban temblando, el castaño volvió a fruncir el ceño y las piernas se cortaron haciendo que el soldado cayera al piso gritando más fuerte por el terrible dolor.

“¿Donde encuentro al samurái?”, pregunto serio mirando con indiferencia el sufrimiento del joven soldado, las piernas amputadas no paraban de sangrar, y la mano cortada tampoco.

“Solo hay dos, uno de ellos se llama… Kisa Shouta, y el otro… Yukina Kou…”, el joven ya deliraba por la perdida de sangre, su vista se tornaba borrara, estaba cerrando los ojos, lo único que logro ver fue como el castaño sacaba una katana que comenzaba a brillar, y luego todo se volvió obscuro.

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Los ojos de Chiaki se volvieron a abrir con un brillo extraño, y un poco opaco, los ojos azules estaban en una especie de trance, cuando se encontraba en trance su ojos escondían sus pupilas y perdían color repentinamente, el final de su concentración la cayo un poco pesado causándole un dolor de cabeza un tanto potente. La posición en la que se encontraba no era tan favorable tampoco, levitaba aun, pero su falta de concentración amenazaba con hacerlo caer.

Un quejido salió de su boca cuando el dolor de su cabeza aumento alarmando a un pelinegro que practicaba en el jardín.

“¿Se siente bien, Yoshino-sensei?”, dijo preocupado Shouta, este había guardado su espada para ir donde su amigo para ver como estaba.

“¿Dónde están Tori y Yukina?, pregunto con un poco de angustia, luego de aquella pregunta dejo de levitar para ir a las escaleras del templo que quedaba al frente del jardín en donde practicaba Kisa.

“Ya llegaran, solo fueron por comida…”, respondió Kisa, viendo como su amigo se sentaba tranquilamente en uno de los escalones del tempo, se tranquilizo por un momento y saco de nuevo su espada para volver a practicar, hasta que un quejido mas traspaso sus tímpanos.

“Yoshino-sensei”, el joven ojicafe vio como Yoshino bajaba la mirada mientras otro quejido salía, “¿Qué sucede?”

“Volví a sentir aquella presencia”, su preocupación era tanta que hasta cambiaba su voz, “Esta cada vez mas cerca…”

Kisa trago en seco y girado la espada, su mirada volvía a desviarse hacia el punto en donde Chiaki hacia apuntado hace unas horas atrás, notaba como la tarde se desvanecía en un hermoso ocaso, pero algo no estaba bien, nada bien.

“¡YOSHINO-SENSI, KISA-SAN!”, la voz de los hombres que estaban esperando resonó en los oídos de los nombrados, ambos voltearon para encontrarse con sus compañeros, o mejor dicho novios.

“¡¿Qué sucede?!”,  pregunto Chiaki, levantándose de golpe, de pronto una brisa soplo entre los presentes, llevando con este un olor desagradable a humo y carne quemada.

Los dos hombres corrieron hacia sus parejas, cada uno abrazando a su respectiva pareja, los dos hombres mas bajos se dieron cuenta de la desesperación que transmitían, y eso los descoloco un poco.

“Tenemos que irnos”, dijo Hatori cortante con su típica mirada frívola e indiferente.

“¿Pero porque?”, pregunto Kisa zafándose del abrazo de su novio.

“No lo entienden, un nuevo oni nació esta misma mañana”, los ojos de los hombres mas bajos se abrieron dé la impresión y a la vez del horror, “Como Hatori es el único que puede saber cuando nacen los onis no tuvimos tiempo de avisarles”, la voz de Yukina era seria, pero su mirada era dulce, ya que miraba a Kisa.

“¡Es por eso!, esa rara presencia era la presencia de ese oni”, dijo Yoshino, los ojos del brujo se desviaron en dirección al pueblo y allí vio como una luz anaranjada salía a relucir mezclándose junto con el atardecer que estaba a punto de acabar.

“Tenemos que detenerlo”, Kisa se deshizo del abrazo completamente arreglándose su traje de samurái, Yukina solo lo imito sin decir nada. Yoshino también había terminado con el contacto, tomando la mano de Hatori para adentrarse dentro al templo.

“Yoshino, ¿Qué haces?”, preguntó el castaño mirando como su pareja como buscaba  dentro de un baúl.

“Tengo una idea”, dijo Yoshino con un tono alegre, Hatori pudo escuchar el sonido de dos o mas piedras chocar entre si y como algunas cosas que movía Chiaki.

Chiaki enderezó su cuerpo luego de cerrar el baúl al mismo tiempo, el ojiazul volteó a ver a un Hatori con la mirada interrogante.

Yoshiuki puedo notar que en las dos manos de su pareja habían piedras preciosas, en su mano derecha había una esmeralda en forma de triangulo, y un zafiro en forma de cuadrado, y en la mano izquierda, un rubí en forma de circulo.

“¿Crees que derrotaremos a un oni solo con unas pierdas preciosas?”, pregunto con indiferencia el mayor viendo como la cara feliz del menor se borraba lentamente.

“No, lo encerraremos aquí”, dijo volviendo a sonreír pero sentía que esa idea no era aprobada por Hatori, “Solo debemos lastimarlo un poco, y cuando estelo suficientemente débil, lo encerramos en estas piedras para siempre”

“Pero podrías quedar sin poderes, la ultima vez que tratamos de matar a una de esas cosas casi mueres, ¿Crees que yo permitiría que te paso algo?”

“Etto… yo…, sabes que no hay opción, y si quieres protegerme lo más que puedes hacer es ayudarme…”, la cara de Yoshino se volvió triste, desvió la mirada y guardo las piedras en un pequeño bolso que guardo dentro de su yukata azul obscuro.

“Bien, pero tendrás que ser mas cuidadoso, no se de lo seria capas si esa cosa te lastimara”, un sonrojo se apodero de la cara de Chiaki al escuchar tales palabras, pero en el fondo lo hacia feliz, ¿Cuánto hacia que estaban juntos?, la verdad que mucho tiempo, pero solo como amigos, en ese entonces era un joven demasiado descuidado, era tan despistado que cuando se le fueron concedidos los poderes que ahora tenia, solo los había utilizado para hacer bromas, aquella magia que corría por su sangre le trajo tanta felicidad, ya que por eso tomo un poco de responsabilidad y gracias a ello, se había dado cuenta de los sentimientos que tenia su amigo hacia él.

 “Vamos, Kisa y Yukina nos esperan afuera”, le pelicafe asintió con la cabeza, y el castaño al ver eso abandono el templo para encontrarse con sus amigos quienes hablaban seriamente.

“¿Tienen un plan?”, pregunto Yukina volteando a ver a Hatori quien se acercaba a ellos.

“Yoshino tiene un plan”

“¿Qué clase de plan?”, esta vez pregunto Kisa entrando en la conversación.

“Yoshino quiere encerrar al oni en tres piedras preciosas”

“¿Qué?, eso no tiene sentido”, dijo Yukina, Shouta solo asintió incrédulo.

“No sé que planea pero debemos darnos prisa, este oni esta causando estragos en la ciudad”

Dentro del templo aun estaba Yoshino tratando de concentrarse, había tenido un plan b si la idea de las piedras no funcionaba o solo ejecutarla con calma.

El joven bujo coloco un yukata rojo en el suelo junto con una katana de acerró reforzado, u poco pesada. Chiaki cogió tres piedras en forma de rombo muy pequeñas, verde, azul y roja, junto sus manos cruzando las piernas para poder levitar en medio del templo.

Comenzó a levitar y un pequeño remolino plateado comenzó a rodarlo, sus ojos perdieron las pupilas y el brillo también perdió intensidad, las piedras que tenia en sus manos comenzaron a brillar, Chiaki las soltó y estas comenzaron a elevarse en medio de la habitación, se posicionaron en medio del yukata y la espada, estas comenzaron a elevarse y el yukata comenzaba a tomar forma como si hubiera un cuerpo en el.

  El esfuerzo que hacia Chiaki era mucho, estaba creando algo. El sudor frio comenzaba a caer sobre su frente y manos, y el remolino de plata comenzó a hacerse más fuerte, y las piedras comenzaron a desaparecer al mismo momento que un cuerpo se formaba dentro del yukata, pero ya podía ver que estaba dando resultados.

Su creación tomaba forma, “Sera alto”, pensó Chiaki, y asi sucedo, “Sus cabellos negros como la noche”, y los cabellos que antes no tenían ningún color se tiñeron de un azabache profundo, “Y su mirada avellana al igual que una depredador”, y ahora los ojos que tampoco tenían color se matizaron de un avellana hermoso eso solo lo sabia Chiaki ya que la criatura aun no abría los ojos, las manos de Chiaki se pusieron en frente de el en forma de palmas apuntando al pelinegro, y una luz extraña salió de sus manos para adentrarse en el cuerpo de la nueva creación de Yoshino, aquella luz entro directamente en el pecho del ahora pelinegro.

Chiaki se había acabado toda su energía, el remolino plateado que lo rodeaba se detenía lentamente. Dejo de levitar para acercarse a su nueva creación quien aun tenía los ojos cerrados, espero unos momentos cuando vio como esos ojos avellana se abrían lentamente, aquella criatura miro a su creador sin expresión alguna, tal y como Chiaki se lo esperaba, aun falta ponerle personalidad, y por ahora solo era frio.

“Habla”, le dijo Chiaki a la criatura, y este obedeció.

“¿Por qué me ha creado?”, su voz era neutra, gruesa, varonil con toque de seductora, pero aun así no mostraba emoción alguna.

“Necesito que detengas a alguien”, fueron las palabras del pelicafe, “Pero necesitaras esto…”, dijo elevando su mano derecha entre ellos y de pronto una luz celeste salió de la mano de Yoshino para adentrarse en el pecho de la criatura, “Y también esto”, y una luz verde apareció e hizo lo mismo que la anterior.

La creación de Chiaki se estremeció un poco cuando las luces se adentraron en su cuerpo, y por esa razón el ojiazul sonrió sutilmente.

“Creo que necesitaras un nombre”

Y de nuevo el dilema, no era muy bueno en los nombres, pero cuando vio como la mirada casi neutra de su nueva creación un nombre apropiado cruzo su mente.

“¡Ya se como te llamaras!”, dijo dando un saltito de alegría juntando sus manos.

“¿Cómo?”, pregunto la criatura con su voz neutra.

“Te llamaras Masamune, Takano Masamune” 

Notas finales:

Esta confuso pero asi me gusta, dejarles con las ganas XDDDD, hasta que se me de la gana de actualizar!!!! saludos!!!


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