“Hyung…”
El sabor de su sangre…
“¡Detente!”
De sus labios…
“Yah…”
Era tan agradable…
“Por favor…”
Y se ha extinguido…
“No llores…”
Por completo.
El olor a arroz y panceta ha hecho que me entre un hambre voraz… HimChan hyung debe estar en la cocina. El reloj de pared marca las 11:34 AM, el calendario pone “15 de febrero”. Un momento, ¿cómo puede ser tan tarde? Se suponía que hoy teníamos ensayo… Estúpida alarma que no sonó… ¡¿Eh?! La alarma está desactivada… ¿Seré sonámbulo? Que pesadez… Incluso mover un brazo es agobiante.
—Ya despertaste, hyung…
¿Hm? JunHong acaba de ingresar a la habitación. Su rostro… se ve tan indiferente, y bueno, debe estar algo fastidiado debido a mi falta a la práctica de hoy.
—Sé que soy yo quien suele levantarse antes que todos pero, por un día, podrían haberme avisado ustedes…
—La comida está lista; estaremos almorzando un poco antes ya que en la tarde continuaremos ensayando…
Pero…, demonios. No me dejó siquiera decir una palabra; ni respondió a mi comentario, solo se fue. La habitación está vacía una vez más… Bueno, yo estoy dentro pero no soy una gran presencia. El techo es blanco, extremadamente blanco; me hace recordar a la blanca sonrisa de JongUp, a ese rostro tan angelical, esos pequeños e ingenuos ojos…
“¡No me sigas!”
Agh, la cabeza está matándome, un dolor físico acecha contra mí… No puedo más: hambre y dolor; mis dos peores torturas han congeniado para hacerme esta mañana, casi tarde, imposible… Al comedor, posteriormente, a la farmacia.
—¡Oh! El no tan bello, como yo, durmiente ya se despertó.
HimChan hyung desde temprano está con las bromas preparadas… Las bromas y el almuerzo; el aroma que emana de la cacerola es exquisito. YoungJae y JunHong están sentados alrededor de la mesa. El mayor rellena el crucigrama del diario de ¿hoy?, el otro hace un avión con una servilleta de papel. Cuatro asientos vacíos, cinco platos, cinco cubiertos, cinco trozos de panceta cocinándose sobre la sartén, cinco… ¿cinco?
“No es tu culpa”
Bendito dolor de cabeza. No creo poder aguantar esto por mucho…
—¡El almuerzo está servido!
Esa frase fue como un calmante. Gracias, hyung. Gracias, dioses de la comida…, por darme un estómago que llenar, dientes para masticar, saliva para ablandar… Pensándolo bien, puedo soportar este minúsculo dolor de cabeza por unos 20 minutos más…
El sonido de los asientos arrastrándose hizo que YoungJae despertara de aquel “trance erudito”. Recién notó mi presencia, mas no pronunció palabra alguna, solo me dedicó una sonrisa, a la cual, yo respondí de igual manera.
—Quiero tomates cherry…
El más grande y a la vez más pequeño de todos se quejaba de la comida, la cual, por cierto, estaba deliciosa. HimChan hyung puede ser muy molesto a veces, pero tiene unas manos sagradas.
Aún hay un asiento desocupado… ¿Y el líder?
—Todo está bien.
¿“Todo está bien”?
“Todo está bien, hyung”
YongGuk hyung acaba de colgar el teléfono y viene hacia donde todos nos hallamos reunidos…
—Nuestro Uppie es fuerte.
¿“Nuestro Uppie es fuerte”?
—Hyung va a estar muy bien pronto…
—Él va a mejorar tanto que incluso estará mejor de lo que estaba antes de que pasara esto.
No entiendo… ¿Qué ha pasado? ¿Qué está pasando acá? ¿Qué es “esto”? Las voces se vuelven murmullos inaudibles y retumban en mi cabeza… “Uppie”, “fuerte”, “pronto”, “mejorar”, “esto”…
—¡Yah! ¡Qué alguien me diga que es lo que pasa!
Exasperado, grité instintivamente, en realidad me habría gustado mantenerme calmo, pues ahora absolutamente todos me observaban perplejos.
—DaeHyun hyung…
Las voces de JunHong y YoungJae formaron un pequeño dueto, que duró hasta que llevé mi empedernida mirada hacia ambos, fue ahí donde callaron por completo y se miraron mutuamente.
—¿Bromeas?
La mesa de madera fue golpeada con tal fuerza que creí que en cualquier momento se rompería, aunque lo único que realmente causó fue que la taza del menor, con algo de leche en su interior, cayera al suelo, atrayendo con esto la atención de todos, exceptuando la del líder, él me observaba lleno de rabia; su mirada me corroía por completo. No sabía porque no podía dejar de verlo. Sentía impotencia, ganas de llorar y no entendía el porqué…
—Déjalo tranquilo…
El héroe, HimChan, apareció para salvarme. Solo sus palabras hicieron suspirar al líder. Definitivamente hyung tiene un método para domar personas.
Ahora, todos tomaron asiento y se dispusieron a acabar y, uno en especial, a empezar con su almuerzo. Lo único que podía oírse era el chirrido provocado por el constante chocar entre cubiertos y vajilla.
—Yo no creo que hyung tenga culpa de algo…
El maknae rompió el silencio, si es que puede llamarse así, claro. YongGuk alzó la mirada y con solo observarlo por unos segundos causó que el “pequeño” volviera su atención a la comida. ¿Culpa de qué?, ¿puedo preguntar? Esperen, ¡muero por preguntar! Pero, el ambiente está tan incómodo…
“No quiero oírte...”
Qué tormento…
—HimChan hyung, ¿sabes qué puedo tomar para el dolor de cabeza?
Él paró a observarme, bueno, a observar mi cabeza en realidad… No sé si trataba de dársela de adivino o no creyera que realmente tuviese un malestar.
—¿Aún te duele bastante?
¿Aún? Alcancé a asentir con la cabeza, tontamente creí que un movimiento sería menos trabajoso que modular palabras. Mala decisión.
—Pues, creo que deberías tomar…
—Algo para la memoria, se ve que te cuesta recordar tus errores.
YongGuk interrumpió a HimChan… Ahora, no solo no sé qué medicamento tomar, sino que siento que mi propio líder me rechaza… Tampoco termino de entender que ha pasado con JongUp.
—Ya tuve suficiente —di un último bocado y salí del lugar. Ni me tomé el tiempo de agradecer por la comida, pero estaba demasiado enojado como para hacerlo.
El único sitio al cual pude escapar fue mi habitación. Ya que no puedo tomar ninguna medicina, me conformaré con reposar un rato más… ¡Ah!, el ensayo… Al demonio todo. Mi cuerpo pide a gritos un descanso.
“No corras, por favor… ¡Para de una vez! Cuidado, un auto… ¡No, JongUp! Agh…”
Temblor… ¿Temblor? ¡Ah! Ah… Solo es JunHong sacudiendo la cama.
—Hyung…
Sus ojos… ¿Está llorando?
—¿Qué pasó?
No termino de acostumbrarme a la luz de la bombilla encendida; es terrible ser despertado de una manera tan brusca.
—JongUp hyung…
¿Eh?, ¿JongUp?
—Acaban de llamar del hospital…
¿Hospital…?
—Al parecer tuvo una falla y…
¿Falla? Ah, no llores, termina de hablar… Por Dios.
—Falleció.
Siempre creí que esas palabras no llegarían a mis oídos hasta dentro de unos 60 años, al menos. ¿Puede alguien explicarme? ¿Puede JunHong explicarme? El crujido de la puerta cerrándose me dice que ya se retiró. Pobre, no paraba de llorar. Un momento, esto es una broma, ¿verdad? ¿JongUp… acaba de fallecer en un hospital? El eco de una ambulancia resuena mi audición.
…
Lo recuerdo, ahora lo recuerdo… Hoy es 15 de febrero, ¿no? El calendario al lado del reloj, que ahora marca las 17:53, lo afirma.
Ayer JongUp andaba… ¿misterioso? cuando fuimos al supermercado. La presencia de los fans es a veces un poco sofocante, pero él siempre está con una sonrisa… Hermosa sonrisa, por cierto… Volviendo al tema, él compró una caja de chocolatinas. Amo el chocolate, así que me fue inevitable pedir que me convidara… Él dijo que lo haría con una condición: “Cada chocolate para ti, será un beso para mí”. Todavía recuerdo aquella tímida mirada, aquellas mejillas teñidas en un pequeño rojizo que solo gracias a la luz podían ser apreciadas en toda su ternura, aquella voz que iba debilitándose a medida que las palabras avanzaban sobre sus labios…
Al principio no comprendí. ¿Él realmente quería que lo besara o se burlaba de mí?
—Bromeas, ¿verdad?
Estúpidas palabras. Estúpidas dos palabras… Nunca creí que desatarían un destino así. Luego de mencionar aquello, JongUp salió corriendo de la tienda. Yo lo seguí, y algunos Babys nos siguieron a nosotros. Era una persecución… Los lobos perseguían al conejo, el conejo perseguía a la zanahoria, la zanahoria corría sin un rumbo fijo. Bueno, era una zanahoria con patas o… piernas. El punto es que dentro de aquel seguimiento fui golpeado por la cámara que sostenía una ¿Baby? o cualquier otra persona que grababa al conejo tratando de cazar su “almuerzo”, sé que no fue adrede, pero igual dolió… Sin embargo, como soy un warrior, seguí en marcha, bastante agitado pero, continué.
—¡Yah!
—¡No me sigas!
—Por favor, solo óyeme…
—No quiero oírte…
A mitad de la carretera, JongUp se aproximó a un auto en movimiento sin darse cuenta… Grité su nombre con todas mis fuerzas y… no debí hacerlo. ¿Por qué justo en esta oportunidad él volteó a observarme? Sus ojos estaban enrojecidos e hinchados, había logrado hacer que llorara… Y ahora, gracias a mis acciones, sabía que yo también lo haría.
Él yacía ahí, tirado en el suelo; ahora no solo sus ojos estaban rojos, todo su rostro lo estaba… Pero estaba consciente. La sangre emanaba justo desde el inicio de su frente y recorría su nariz, su boca, su cuello, el suelo… ¿Pueden creerlo? El suelo estaba nutriéndose de la sangre de mi JongUp. La gente empezaba a situarse a nuestro alrededor, todos murmuraban cosas, cosas que realmente no me importaban. En ese momento podría haber llamado a una ambulancia, a sus padres, a manager hyung, a alguien del grupo… Pero, no. Lo besé. Él quería un beso a cambio de un chocolate y… aunque aún no había probado ni uno, intuí que lo haría. Uní mis labios con los suyos, una y otra vez. Jamás había sentido unos labios tan suaves, tan dulces, tan puros. Pude oír varios comentarios, relacionados a la homosexualidad, provenir de las personas cercanas, algunos otros tomaban fotos, filmaban… Bleh, en ese momento eso era irrelevante. El sabor de la sangre de JongUp permanecía en mis labios; no es normal probar sangre, pero la suya tenía un sabor especialmente distinto…
—Lo siento, lo siento, lo siento —susurraba, sobre sus labios.
—No es tu culpa.
¿Cómo no va a ser mi culpa? Si te hubiese tomado en serio, nada de esto habría pasado…
—Todo está bien, hyung.
Es lo último que recuerdo hasta antes de que me desvaneciera a causa del golpe…
Nada está bien, JongUp… Por mi culpa ahora tú no estás acá. Ya no puedo hacer nada para retroceder el tiempo, ¿no? Ahora entiendo porque YongGuk hyung estaba tan enojado esta mañana…
“Hyung…”
Vuelvo a observar el techo de la habitación.
“¡Detente!”
Es tan blanco, blanco como JongUp.
“Yah…”
El ángel JongUp… Ahora oficialmente pasó a ser un ángel.
“Por favor…”
Quiero llorar…
“No llores…”
Fue imposible salvar aquella lágrima que, pronto, se convertiría en un mar e inundaría mis ojos, y mi corazón, pues ya no estaría aquella única persona que quería.
“Te quiero, hyung”