EXO estaba preparando su comeback, por lo que todos estaban trabajando muy duro, poniendo todo su esfuerzo por lograr un buen desempeño, esperando no equivocarse en las coreografías y letras, trabajando arduamente y sin rendirse, incluso había tiempo para divertirse, o si no se escapaban permitiéndoselo.
Había momentos difíciles, pero los afrontaban con una sonrisa, todos unidos, sosteniéndose los unos a los otros, sin dejar a nadie atrás…
Porque para poder levantarte, primero hay que caer… Porque si no estás completamente derrumbado no podrás ponerte de pie, así que primero hay que aprender a caerse; para aprender a levantarse.
Ese fue el caso de Jongdae, pensaba que estaba completamente en el hoyo, derrumbado y sin alternativa, pero no era así, él no estaba en el piso del todo, aun no se caía completamente.
Esforzándose al máximo él perdió su voz, quedando temporalmente afónico. Eso retraso a sus compañeros, más estos nunca le recriminaron, ellos lo apoyaron, dándole ánimos, pero nada lo calmaba, podría fingir una sonrisa y vendérsela a todos, ellos simplemente la compraban, pero cuando nadie pudiera verlo estaban las almohadas y sabanas de testigos, siendo humedecidas con sus lágrimas, bañadas en su desesperación.
Sus manos se volvían puños aferrándose a las sabanas, enterrando su rostro en las almohadas, llorando en la cama, cuando ya todos estaban dormidos, ahora su impotencia se acrecentaba, él sabía que el retraso era su culpa, o así lo veía. Derrumbándose a escondidas, en la quietud da la noche, en las penumbras de la misma, aferrándose a telas que lo esconderían de aquel temor que lo inundaba cada que veía como todos cantaban, bailaban y hablan entre si… porque él estaba consciente de que no era un buen bailarín y eso también retrasaba las cosas.
Porque ahora la barrera para la comunicación entre sus compañeros de la sub unidad china ya no solo sería el idioma, sino que está sin voz por quien sabe cuánto, su vista se nubla solo de imaginarlo, sintiendo pánico de poder perder todo por lo cual había trabajado, poniendo su esfuerzo, sus desvelos, su coraje, sus fuerzas, sus lágrimas… todo se iría a la mierda, porque no cuido su más fiel instrumento, del cual los miembros estaban envidiosos, de esa magnífica y mágica voz, de la cual no había ni rastro.
Al amanecer todo era tranquilo, haciendo bromas con su pintarron portátil, jugando con los miembros, evitando demostrar que por dentro se caía a pedazos, desmoronándose, ¿pero luego donde quedaría su orgullo?, él está para consolar, no para ser consolado. Aunque en realidad con cada sonrisa, es como si gritara pidiendo ayuda, suplicando por atención.
Entonces ahí estaba él, caminando junto a Minseok y JoonMyeon, puesto que estos eran los que más le entendían, cuando llegaron al apartamento al manager llamo al líder coreano, pidiéndole que volvieran a la empresa él y Minseok, que Jongdae podría cuidarse solo. JoonMyeon no quería dejarlo solo, presentía que no estaba bien, pero eso no evito que lo dejara en el apartamento, no sin antes decirle que le llamara si necesitaba algo, sin darse cuenta de su error, salieron por la puerta los dos mayores. Dejando a Jongdae aún más devastado.
“Llamarte, si claro y con qué voz te contesto”; Pensó irónico Jongdae, sus ojos volvieron a cristalizarse, dejando correr las lágrimas, golpeándose mentalmente de nuevo con la culpabilidad y la impotencia, siendo presa de la desesperación, llorando abiertamente en la sala del apartamento, quedándose dormido completamente presa del agotamiento, mas mental que físico.
Las horas transcurren, Jongdae estaba profundamente dormido en el sofá, cuando escucho una armoniosa melodía, acompañada de una angelical voz, despertándolo de su sueño, atrapándolo en otro… Levantándose siguió la melodía, llegando hasta su habitación, en la cual alguien tocaba la guitarra en penumbras mientras cantaba melodiosamente, sus facciones se relajaron completamente, sumergiéndose en la canción, una que conocía bien, al igual que aquella voz.
Mentalmente cantaba la canción, sintiendo como su garganta hacia un esfuerzo sobrehumano intentando saciar su necesidad por cantar aquella nota, litigando y dañando sus cuerdas bucales, de por sí ya lastimadas, sintiendo dolor, pero eso no evito que soltara un nota en un tono ronco y quebrado, haciéndolo reír, claramente pudo cantar, volvió a intentarlo animado, pero entonces noto que la melodía había parado.
De repente sintió un par de ojos penetrantes clavados en su persona, mirándolo fijamente, sintió el aire escapar de sus pulmones y soltó un pequeño jadeo, su mente está completamente en blanco. Mientras tanto el otro ser humano que está en la habitación camino lentamente hacia Jongdae, viéndolo fijamente sin parpadear.
-ChenChen- pronuncio el otro en un susurro, dejando a Jongdae helado, a pesar del tono bajo con que lo nombro, su cuerpo entero se estremeció por el tono grave y varonil que uso su compañero, sintiendo una especie de corriente eléctrica recorrer sus sistema nervioso.
-Yi- logro pronunciar débilmente, sintiendo un pequeño regocijo de satisfacción por lograr pronunciar el nombre del otro, por lo menos logro decir su segundo apellido, sintiendo una inmensa felicidad, el otro seguía viéndolo con ojos profundos.
Jongdae ladeo su cabeza de manera adorable e inconsciente, viendo incrédulo y lleno de felicidad a su compañero, era una sensación inexplicable la que lo estaba embargando, situándose en su pecho, después de recorrer fragante todo su cuerpo, quería correr y gritar, pero entonces recordaba que estaba afónico, por lo cual por más que intentara, su garganta no emitiría sonido alguno.
Su compañero noto como su rostro su oscurecía, volviéndose sombrío, notando su dolor, que en estos momentos está a flor de piel, dejando ver al contrario en su interior, su cuerpo tembló ligeramente, quedándose posteriormente estático, entonces su compañero y bailarín principal de la unidad china junto sus frentes, pegándolas una a la otra, soltando su aliento de manera suave contra los labios de Jongdae.
-Permíteme ser tu voz- pidió su compañero, dejando a Jongdae aturdido, simplemente no comprendía, estaba completamente perdido, y el otro continuo- déjame ayudarte, darle voz a tus ideas, seré tu herramienta bucal mientras lo necesites, siempre estando ahí, quiero darle sentido y color a tus días- susurro su compañero.
Su cuerpo entero tembló, su cabello se entrelazaba con el de su compañero, su respiración se volvió dificultosa, chocando contra la del contrario, sintiendo como su corazón se revolcaba en su pecho, entonces su compañero llevo una de sus manos hasta la cara de Jongdae, acariciando su mejilla.
-Por favor no llores- pidió su compañero limpiando las lágrimas que Jongdae no sabía estaba soltando, entonces un calor suave y dulce lo invadió por completo. Yixing estaba completamente callado, escuchado la respiración y el ritmo cardiaco de Jongdae, acariciando sus mejillas, mientras sentía el aliento del menor chocar contra sus labios-Yo estoy aquí, solo para ti- susurro.
Entonces Jongdae se aferró a Yixing, soltando todas las lágrimas que minutos atrás solo las almohadas y sabanas eran testigos, deshaciéndose en los brazos de su compañero. Soltaba jadeos y pequeños gemidos, productos de su dificultosa respiración, dejando de lado su orgullo y permitiendo de nueva cuenta que Yixing lo viera en ese estado.
Porque siempre que tenía miedo, que las dudas lo asaltaban o se sentía vulnerable, era el momento en que Yixing siempre estaba ahí frente a él con los brazos abiertos, susurrándole palabras de consuelo que solo él le podía brindar, llenándolo de amor, de tranquilidad, de vida… sosteniéndolo, evitando que caiga en el abismo, abrigándolo con su calor, acariciando su cabello y besando su frente.
Después de minutos de estar abrazados, en los cuales Jongdae soltaba todo lo que lo afligía, se separaron cuando el vocalista dejo de llorar, tranquilizándose casi en su totalidad, entonces Yixing le tendió un pañuelo, pero antes de que Jongdae lo tomara, el mayor ya estaba limpiando las húmedas mejillas del menor, acariciando con cariño y ternura, cuidado y tranquilidad.
-…- movió sus labios pero no emitió sonido alguno, pero el otro comprendía perfectamente que quiso decir, acaricio sus mejillas y ligeramente beso una de estas.
-Wo ai ni- susurro Yixing, sacándole una sonrisa a Jongdae.
-Saranghae- salió como un susurro, con voz rasposa y quebrada, pero logro pronunciarlo, entonces Jongdae sonrió victorioso, su compañero sonrió de igual manera, tomando de nueva cuenta a Jongdae en sus brazos, dando pequeños saltitos, cayendo en la cama de alguno de ellos, entonces se quedaron quietos, mirando el uno al otro.
Y así se quedaron por minutos, quizás horas hasta quedar completamente dormidos.