-¿Quieres ser mi novio? Nya~-Otra vez se encontraba acompañado de ese mismo gato callejero. Era inútil cuanto hiciera por deshacerse de él, siempre volvía.
-¡No!, ya te he dicho miles de veces que no-le dio la espalda a ese gato sucio y maloliente que no dejaba de insistirle con lo mismo.
-Nya, nya~ por que no, nya~ si yo sé que te gusto-ese gato se apareció frente a él y le hacía pequeños pucheros.
-¡Eso no es verdad!-no pudo evitar que un sonrojo apareciera en su rostro ante lo que el otro había dicho.
¿Por que no lo dejaba en paz?
-Nya~ está bien ya no insistiré más-NekoHae volteó a verle sorprendido por lo que acababa de declarar, pero al hacerlo se encontró con que el otro tenía sus labios apretados y se le acercaba peligrosamente.
-¡Que haces! ¡aléjate!-le arañó el rostro con una de sus garras.
-Me dolió, nya~-se quejó el gato rubio-…y que tal si vamos a pasear por allí, no te parece bien?-le miró con ojitos ansiosos.
-Sabes que no puedo salir de casa-le recordó.
-Anda vamos, no sabes de todo lo que te pierdes, hasta te puedo presentar a unos amigos
-Nya~ no puedo, mi amo se dará cuenta y se preocupará-se excusó el de pelaje castaño.
-Pero solo será un ratito, acaso no tienes curiosidad de conocer el mundo fuera de estas cuatro paredes nya, nya~-ese gato tenía razón, muy en el fondo quería salir de ese encierro y atreverse a salir y ver lo que el mundo real le podía mostrar, pero el miedo a un mundo desconocido le hacía temblar y dudar demasiado.
Él era un gato fino y elegante, acostumbrado a la buena vida y a los mimos, así que el simple pensamiento de poner una pata fuera de esa casa le causaba escalofrío. Nunca antes había tenido la inquietud de querer ver lo que afuera había, no hasta que aquel gato llamado Eun, un sucio y astuto gato, llegara un día y comenzara a platicar con él desde afuera del gran ventanal de la mansión en donde vivía, visitándolo cada noche desde la primera vez.
-Anda la vida se vive una vez no debes desperdiciarla encerrado aquí toda tu vida nya~
-N-no, no puedo…ni quiero-contestó Hae inseguro.
-Yo se que aunque te niegues muy dentro de ti deseas venir conmigo…-aquel gato afirmó con seguridad.
Hae sabía que tenía razón, por más que quisiera que estuviese equivocado, ese gato era muy listo. Estaba claro que era debido a que él tenía más experiencia que él en la vida, él si conocía todos los alrededores de la ciudad, y, por lo que le había contado en muchas ocasiones, planeaba en un futuro realizar un viaje por todo el mundo.
-¿Y aún piensas viajar y conocer el mundo?-preguntó el castaño, con falsa indiferencia. Tenía miedo en el fondo de que su único amigo y conexión con el exterior se fuese y le dejara, porque aunque no lo admitiera le había tomado cariño.
-Nya~ claro y aún sigue en pie mi invitación, si es que te animas puedes venir conmigo Hae-el gato le sonrió mirándolo pervertidamente y él desvió su mirada.
-¡Eres un gato callejero y pervertido!-le gritó enojado.
-Es que eres tan lindo~ que quisiera tocarte, acariciarte y masticar tú bonito collar-Eunhyuk se le acercó con intención de tocarlo.
-¡Para! ¡No me toques!-le golpeó con sus patas delanteras el rostro.
-Eres tan malo conmigo nya, nya~-se sobaba el de pelaje rubio.
-Tú no entiendes para nada mi situación nya~-le espetó.
-A que te refieres con que no te entiendo?-le miró sin comprenderle.
-Lo que este collar representa para mí y lo que yo significo en la vida de mi amo, no puedo simplemente irme cuando quiera, él se preocuparía mucho por mí-le dijo con pesar.
-Además de que somos totalmente diferentes, mientras yo soy un gato de casa, tú eres un gato callejero y sin hogar.
-Eso a mí no me preocupa, porque así puedo hacer lo que yo quiera-le respondió el otro.
-Sí pero que tal si mañana te pasa un accidente y mueres, nadie se daría cuenta de ello-le puso de ejemplo Hae con seriedad.
-¡Que, pero yo no quiero morir!-se asusto el rubio ante ese horrible destino que le describía el castaño.
-Eres muy, muy malo conmigo, nya, nya~ pero me gusta ese lado tuyo, me gusta de ti, eres tan lindo, lindo~…-se abalanzó encima de Hae para abrazarlo.
-¡Policíaaaa!-gritó Hae para asustarlo.
-¡Detenteee!-exclamó con horror el rubio.
-Sabes mi sueño es viajar al norte y comer la deliciosa comida que allá han de hacer, quiero comer y comer hasta…
-¿Morir?-interrumpió Hae.
-¡Quiero vivir….!
-Para ti es fácil hacer planes, pero para mí no, no puedo cambiar una vida de un día para otro y cuando pienso en dejar a mi amo, no puedo más que sentirme mal.
-¡¿Quien es tú amo?! hablaré con él-ofreció con determinación el rubio.
-¡Claro que no!-rechazó de inmediato Hae.
-Es que acaso está mal ayudar a la persona que quiero? nya, nya~-le preguntó con una ceja alzada.
-Eres muy sincero nya~, pero de una vez te digo que no podrás ganarte mi corazón-le habló muy seguro el gatito castaño.
-¡Me voy!-se despidió de pronto Eun.
-¿Qué? ¿Ya te vas?, no te vayas, ¡espera!...si quieres puedes regresar mañana…te estaré esperando… -expresó con voz triste Hae al verlo partir.
-¡Ya estoy aquí!-la repentina aparición de Eunhyuk le hizo caerse de la impresión
-¿Que no dijiste que ya te ibas? ¡Así que vete!-le grito Hae rojo del coraje.
-Anda, otra vez, otra vez, se tímido nya, nya, nya~-le pedía Eun mientras movía su colita alegre y con una enorme sonrisa.
-¡Claro que no!-espetó el castaño- y ¿porque regresaste?
-¡Ah! es que olvidé decirte algo-le dijo.
-¿Que cosa?-preguntó Hae.
-Hae… ¡Te amo!-dicho esto prácticamente Eun se tiró encima del castaño con fuerza, atrayéndolo en un poderoso abrazo, impidiendo así al pobre de Hae soltarse.
Fin