Era viernes, empezaba mi fin de semana regresando a mi casa de la escuela, cuando mis padres me dijeron que tenían que ir a una reunión de trabajo fuera de Twilight Town y que regresarían hasta el lunes en la noche. Como no querían dejarme solo me llevaron a casa de mi tío Auron. No reclame nada pues me agradaba la idea de ir a visitarlos a él y a mis primos, ya tenía un buen rato sin verlos, además de que no quería pasarme el fin de semana encerrado en casa totalmente solo y aburrido. Hice mi maleta en un tiempo record, con lo necesario para pasarme 2 días fuera de casa, tome mi teléfono móvil y salí directo al auto con mis padres. Llegamos a la casa de mi tío en poco tiempo, aproximadamente 30 min. Considerando que yo vivo en el centro del pueblo y mi tío en la costa.
La casita de playa, con un pequeño jardín y pintada de un ligero tono durazno, quedaba en las afueras de Twiligh Town, junto a la estación de trenes y las costas. Me agradaba pasar lindos ratos ahí, desde que tengo memoria; me llegaron a la mente numerosos recuerdos de las veces que eh estado ahí de visita, reproduciéndose en mi cabeza y causando que una sonrisa nostálgica cruzara por mis labios. La casa seguía igual por fuera, tal y como la recuerdo, aunque se viera pequeña por fuera, por dentro parecía un palacio, bueno, un palacio para mí. En cuanto baje del auto mis primos Roxas y Ventus, sorprendidos por mi visita salieron corriendo felices a recibirme.
Mis primos son gemelos, perfectamente iguales, con la misma estatura, la misma complexión delgada, el mismo cabello rubio dorado peinado en graciosos picos hacia todas direcciones y los mismos ojos color azul cielo, casi igual a los míos, pero un poco más claros, son muy atractivos a decir verdad. Mis padres siempre dicen que los tres nos parecemos bastante, y tienen razón yo comparto muchas similitudes con mis primos, como que tenemos los mismos rasgos faciales, el color de ojos y la misma fecha de nacimiento.
Pero, no por el hecho de ser gemelos tenían que ser tan iguales; esos dos tienen sus diferencias que los hacen únicos. Por ejemplo, Roxas es de actitud muy seria, es algo huraño, con el pudor siempre latente, posesivo con sus cosas y se deja dominar por la ira con facilidad, casi nunca lo ven sonreír y trae su cara de estreñido siempre, además de que se hizo una expansión en la oreja derecha para qué lograran diferenciarlo de su hermano en la escuela.
En cambio, el gemelo mayor, Ventus es un poco más alegre, hiperactivo, curioso y risueño un tanto infantil. No le gusta mentir ni que le mientan, según el eso es lo peor que puede existir en este mundo, las mentiras. Lo que más me agrada de él es que es muy sincero (Ven es tan kawaii) y considero genial el hecho de que escribe con la mano izquierda y con una letra perfecta, a diferencia de Roxas que es diestro y escribe terrible.
En fin, estás y muchas cosas más hacen a mis primos especiales, los más geniales, mis colegas de toda la vida y las personas que más quiero sobre la faz de la tierra.
Mientras me ayudaban a bajar mi maleta del auto y charlábamos una tercera persona apareció ante nosotros, era mí otro primo, Cloud el hermano mayor de los gemelos. Se acercó a nosotros, me saludo con un golpecito en el hombro y una sacudida de greña para después ponerse a hablar con mis padres. Mi primo Cloud me sacaba 10 años, era alto como de casi dos metros, yo apenas le llegaba al pecho, totalmente musculoso y bien formado. Su cabello es igualmente rubio y sus ojos azules. La verdad no es muy diferente de sus dos hermanos ni de mí, yo lo considero una versión futura y adulta de ambos gemelos.
Cloud les dijo a mis padres que mi tío salió de viaje a Midgar desde el jueves, pero que de todos modos podía quedarme con ellos el fin de semana. Conversaron un poco más y después se fueron mis padres, no se despidieron de mí porque yo ya estaba muy ocupado en la sala de estar con mis primos jugando Mario Kart. O tal vez si se despidieron y yo no me di cuenta, bueno, quien sabe.
Pasaron las horas, mis primos y yo no nos despegamos de la pantalla de plasma ni de la consola, divirtiéndonos jugando algunos juegos de la colección de mis primos, tenían muchos, desde la vieja Nintendo 64 hasta la nueva Wii U. Algunos me aburrían, otros no como Mario Bross, el ZombiU e incluso me agrado bailar al ritmo del Just Dance 4.
No paramos de reírnos por la forma en que Ventus bailaba, aunque yo no debería hablar precisamente de eso, o por lo menos no parecía que me retorcía como la niña del exorcista. Terminamos de jugar y Roxas propuso que viéramos una película que un amigo suyo le había prestado, pero antes de ponerla, Cloud nos llamó a cenar.
Fuimos al comedor y Cloud nos sirvió la cena, era sopa de pescado asado con verduras, chuleta de cerdo con papas fritas y para acompañar jugo de paopu. Que coincidencia, mis comidas favoritas, Cloud debió prepararlo como signo de bienvenida. Le dedique una sonrisa y un ¨muchas gracias Cloudy¨ para después empezar a comer. El me revolvió el cabello con la mano, me sonrió de igual manera y se sentó al lado de los gemelos para comer. (Si, el chocobo no es muy hablador que digamos)
Cenamos amenamente entre charlas, chistes y risas; conversábamos acerca de los últimos meses en los que no nos habíamos visto, recordado de vez en cuando alguno que otro buen momento en familia y es que aunque mis primos y yo vivamos en la misma ciudad, no los visito muy seguido.
Ya había olvidado lo satisfactorias que son las reuniones con mis primos, no solo porque Cloud cocinara de maravilla, sino porque siempre tienen algo nuevo que contar.
Roxas, me conto como había ganado el torneo de Struggle que el pueblo organiza cada año, como premio le dieron el trofeo de las cuatro esferas y dos skates nuevas que le encantaron. Cloud nos propuso que fuéramos mañana a la plaza para estrenarlas.
En cuanto a Ven, me dijo que su grupo de la escuela había organizado un viaje a Vergel Radiante para visitar los museos y parques, pues la primavera era la temporada ideal para esa ciudad, pero el solo quería aprovechar para ir a ver a nuestro abuelo y a mi otro primo, Vanitas.
Cloud solo escuchaba y de vez en cuando daba un comentario o sonreía ante nuestra charla. No sé si le parecía gracioso o le daba ternura.
Terminamos de cenar y Roxas saco del frigorífico tres helados de sal marina, nos dio una a Ven y a mí y empezamos a comer nuestro postre sorpresa. Cloud recogió los trastes y nosotros limpiamos la mesa después se fue a su habitación y nos dejó a nosotros solos en la sala, pero regreso un minuto después poniéndose la chaqueta torpemente con algo de prisa y dirigiéndose a la puerta principal, tenía planeado salir. Me le acerque y le pregunte:
-Cloud, ¿a dónde vas tan tarde?
-Voy a casa de un amigo, se me olvido pedirle unos libros. Regreso en un rato Sora, les deje más jugo de paopu y hay palomitas instantáneas en el anaquel. –Recogió sus llaves del mostrador y abrió la puerta, estaba a punto de salir, entonces se volteó en mi dirección y me dijo- Y por favor… no quemen la casa y evitemos a la policía. Adiós.
No sé si debía tomármelo como chiste o advertencia, si, ya sabía que yo soy todo un caos cuando estoy solo, pero sumándoles a mis primos, somos iguales o peor que una bomba atómica cuando nos juntamos los tres en casa. En fin, solté una risa y me fui a la sala, donde Ven ya estaba echado como ballena desempleada en uno de los sillones y Roxas preparaba el DVD y la película.
-Waaa… ¿Qué película vamos a ver? –Dijo Ventus con pereza y después de un sonoro bostezo.
-Esa que está en la mesa. –Roxas señalo la mesita con un movimiento de cabeza, mire en la dirección indicada y tome el cartucho de la película. Mire la portada.
El estuche tenía el fondo ambientado en una especie de isla, con unas cuantas palmeras alrededor, el nombre de la película estaba escrito en alemán, con letras grandes y de un color amarillo chillón estilo ochentero. Detrás del título, estaba la foto de un grupo de adolescentes, dos chicos y tres chicas, abrazándose entre sí y sonriendo a la cámara. Lo único que se me ocurrió fue que se trataba de una película romántica, que horror, detesto esas estúpidas películas, ¡me desesperan! Aunque el titulo era bastante extraño, ¨Mein Land¨.
-Roxas, ¿de dónde la sacaste? –pregunté
-Me la presto Demyx la otra vez que fui a su casa, me dijo que es extranjera. Dijo que tiene los subtítulos mal traducidos pero que se le entiende perfecto.
-Como sea – dijo Ven- Ponla ya que me estoy muriendo del sueño…
-ok ok… -Roxas puso el DVD, pulso la tecla play y empezó la película.
Yo tome asiento al lado de Roxas, acostado boca abajo sombre un puff, con el tazón de palomitas en frente. Mi primo siguió mi ejemplo y se acomodó en otro puff, con las piernas cruzadas. Deje el estuche de nuevo en la mesita y me centre en ponerle atención a la película.
El inicio no lo entendí pues estaba en alemán y los subtítulos en inglés, pero parecía que un grupo de amigos se había ido de excursión a una paradisiaca playa de algún lugar de su país. Debido a mi escaso conocimiento en otros idiomas que no fuera el mío (Español, sarcasmo, mal español y estupides) entendí poco pero me arte y no me moleste en leer el resto de los subtítulos. Roxas parecía entenderle poco y mejor ni hablar de Ventus, se le estaba cayendo la baba del sueño.
Ninguno de nosotros le entendía a la película, solo eran escenas extrañas de tipos divirtiéndose en una playa, cantando, divirtiéndose y matándose ellos mismos en litros de alcohol. Después de un rato, le iba a pedir a Roxas que la quitara, pero una escena subida de tono me hizo tragarme las palabras.
Los tres nos quedamos con la boca abierta por lo que veíamos, en la pantalla, dos chicos adolescentes, los protagonistas, se besaban apasionadamente dentro de un vestidor lejos de la fiesta en la playa, tocando sus cuerpos sin pudor alguno. Uno de los chicos, empezó a morder y besar el cuello de su amante mientras que este simplemente soltaba gemidos y le acariciaba la erección por encima del ajustado traje de baño. De pronto, un chico pelirrojo entro a los vestidores y al ver la caliente escena ante sus ojos no dudo en unírseles. De repente, la temperatura en la sala subió unos cuantos grados, sentí mi cuerpo sudar; ninguno de los tres dijo nada, simplemente nos quedamos callados mientras los gemidos y jadeos de placer de la película inundaban la habitación…
Sentí que la sangre me ardía de repente y como el pantalón me apretaba, se me hacía algo incómodo, pero ahora no podía dejar de mirar la pantalla, y al parecer mis primos estaban igual de acalorados que yo…
Disimuladamente mire en a Roxas, este se tapaba la cara con una mano, mientras que con la otra se tapaba la entrepierna. Ventus estaba con los ojos abiertos como platos, la cara toda roja y con una almohada entre sus piernas. Nuevamente, nadie dijo nada al respecto, muertos de vergüenza, pero también de excitación, continuamos viendo esa película porno, eso sí, poniendo a prueba mi autocontrol y luchando contra las ganas de masturbarme.
Too big, too small,
size does matter, after all.
Zu groß, zu klein,
er könnte etwas größer sein.
Mercedes Benz und Autobahn,
alleine in das Ausland fahren
Reise Reise, Fahrvergnügen
ich will nur Spaß, mich nicht verlieben.
Just a little bit...
Just a little bitch...
You've got a pussy
I have a dick ahh…
so what's the problem?
let's do it quick!
So take me now
before it's too late
life is too short, I can't wait!
Take me now! Oh, don't you see?
I can't get laid in Germany!
Una canción empezó a sonar cuando empezaron los créditos finales, pero aun así, ninguno dijo nada. Roxas simplemente se arrastró hacia el televisor, sin querer levantarse, lo apago, quito el disco del DVD y lo guardo en su estuche. Mientras, Ventus se levantaba disimuladamente del sofá para ir a dejar el tazón de palomitas a la cocina (Aun lleno, pues estábamos tan embobados con la película que nadie movió un solo musculo), pero con la almohada aun entre sus piernas, tratando de ocultar su notoria erección.
Mire a Roxas, este se giró e igual me vio a los ojos, rápido dirigió su mirada a mi entrepierna, se sonrojo y desvió la mirada, yo hice lo mismo y me di la vuelta, aun sin pararme, el pantalón estaba que me explotaba.
-Estúpido Demyx… -susurro Roxas después de un rato de incomodo silencio.
- ¿Eh?
-N-nada Sora, no dije nada… -bajo la mirada, su cara seguía roja.
-Roxas…
- ¿Si?
- ¿Por qué pusiste una película porno Gay? -Roxas me miro con cara de espanto y con la frente perlada de sudor, pensé que no podría ponerse más rojo, pero si lo hizo.
- ¡Yo no tenía ni idea! Fue Demyx el que me la presto, me dijo que así dejaría de jalármela y… -se tapó la boca, cayendo en cuenta de que hablo de más. Así que, ¿Roxas ya sabía que era una película porno? Me saco de mi razonamiento cuando me tomo del hombro y me miro seriamente. - Sora, prométeme que no le dirás nada de esto a Cloud ni a nadie.
- Roxas, yo…
-¡Promételo! Esto debe quedar entre nosotros… -otra voz me interrumpió, Ventus nos miraba desde la barra de la cocina- Esto… no hablaremos de esto, ¿De acuerdo? Anda… Sera nuestro secreto…
-De acuerdo. –dije, Roxas asintió con la cabeza y después se puso de pie, pero dándonos la espalda a Ven y a mí.
-Sera mejor que vayamos a dormir… Cloud no tarda en llegar y no me gustaría que nos viera así… sospecharía algo. –Me confundí por un momento. ¿Cómo qué vernos así?
Ventus entendió mi confusión y señalo mis pantalones. Ok, mensaje captado. Me ahorraría la vergüenza de Cloud viera a sus hermanitos y a su adorado primo excitados después de ver porno gay…
Después de eso, todos nos fuimos al piso de arriba, nos turnamos y nos dimos una ducha con agua fría para bajarnos la calentura, pareció funcionar. Ya eran casi las 10 de la noche aun no llegaba Cloud, Ven quiso llamarlo al celular para ver qué pasaba, pero yo le sugerí que no. No quería que se le saliera lo que habíamos hecho mientras él no estaba.
En todo momento los tres evitamos mirarnos directamente, para no morirnos de vergüenza, pero Roxas nos dijo que no debíamos de sentir vergüenza, que era normal que nos excitáramos viendo ese tipo de película y qué además entre nosotros, qué somos familia no había problema en experimentar ese tipo de cosas. Sin más, entramos al cuarto de Ven, en el suelo había tres fotones acomodados, uno con las frazadas verdes, otra en rojo y la ultima en azul, supuse que esa sería la mía.
Las luces se apagaron y tras un Buenas noches, cada quien se acomodó en su fotón y tratamos de dormir. Pero… de repente, las escenas de esa película regresaron a mi cabeza…
Esa, definitivamente, sería una noche fatal.