Ambos chicos se mantuvieron de aquel modo durante algunos segundos, sin moverse siquiera, tampoco sus labios, pues Kyo deseaba que el beso se sintiera de lo más inocente, así que sólo fue un contacto de labios, presionándose entre ellos. Al principio el rubio trataba de contener una expresión de asco debido al contacto que él mismo había buscado, sin embargo, no necesitó de mucho tiempo más para acostumbrarse a aquello, no quería decir que lo disfrutara mucho, pero en realidad, al menos no le era tan desagradable el contacto de los labios ajenos. Por otro lado Hide se sentía como si estuviera soñando, apenas y podía creer lo que estaba sucediendo, de no ser porque esas sensaciones eran demasiado reales, habría creído que se trataba de sólo un sueño. Luego, como si reaccionara de un shock, el más alto volvió a la realidad, como si apenas se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo. No obstante, a pesar de que su reacción fue un tanto violenta, procuró no separarse de los labios ajenos con algún rastro de brusquedad para que el contrario no sospechara al respecto. Después, a pesar de ya haberse separado, siguieron inmóviles y en silencio, al menos por unos momentos más, para que así los ánimos se calmaran un tanto, después de todo, lo que acababa de suceder no era cualquier cosa, ya que resultaba un escalón más, superado por Kyo para poder llegar a la culminación de su plan maestro.
–Hide…discúlpame si te he incomodado…–el primero en romper el silencio fue el ligeramente más alto, hablando de manera tranquila y en o un tanto bajo, buscando no perturbar al más bajo.
–N-no…no me incomodaste…pero…–susurraba apenas con un hilo de voz debido a lo apenado que se sentía, lo cual sin duda era reflejado en su voz, bastante nerviosa y titubeante, además del fuerte sonrojo en sus mejillas.
–En ese caso me alegro…pero no te preocupes por responderme algo al respecto, y sólo entra a tu casa, mañana tendremos más tiempo de hablar, medita todo antes de que me des algún tipo de respuesta…yo me iré, para que no sientas ningún tipo de presión de mi parte –tras decir aquello, besó la frente del contrario de la manera más tierna posible, y tras desearle buenas noches, se retiró del lugar sin decir más nada, con una sonrisa de plena satisfacción en sus labios.
Hide se mantuvo de pie frente a su casa unos minutos más aún después del momento en que se fue su, hasta hacía un instante, acompañante; se dedicó solamente a mirarlo caminar con dirección a su casa, sabía que tenía muchas cosas en qué pensar, pero los sentimientos que aquel beso le habían provocado, detenía cualquier intento de su cerebro para procesar todo. No era que ya hubiera olvidado por completo a Takao y los días maravillosos que pasaron, pero cómo quedarse tan tranquilo luego de que el chico más guapo y popular del instituto le había dado un beso, sin contar además que él siempre le había gustado demasiado; eso era algo que sólo sus amigos sabían, pero que no había superado totalmente. Sin embargo, él no era el único que se encontraba con esa expresión de sorpresa en su rostro, ya que Tetsu, Ken y Sakura también estaban en un estado de completo desconcierto. No estaban seguros del verdadero propósito de aquel comportamiento de parte del chico de cabellos rubios; no iban a poder comprender todo lo que ocurría sólo con observarles de esa manera, pero por el momento era lo que podían hacer.
Kyo por otro lado, al llegar a su casa, lo primero para él fue atender los deberes que tenía pendientes para la escuela al día siguiente, pues a pesar de todo, no debía, y no quería descuidar ni un poco lo que tenía que ver con las clases, ya al día siguiente tendría tiempo de hablar con sus amigos respecto a lo mucho que había avanzado sólo esa noche. Se sentía bastante satisfecho, no sólo por el hecho de haber dado un gran paso, uno muy importante, sino porque tras notar aquella actitud tan tranquila de parte del pelinegro, estaba más seguro de lo fácil que le iba a ser conquistarle por completo, estaba más seguro que nunca, de que era sólo cuestión de un poco más de tiempo para tenerlo a sus pies.
–¡Ah! Por fin llegas Kyo, estábamos ansiosos esperándote –el primero en hablar fue el chico de desiguales cabellos negros, en el preciso instante en que Kyo llegó al salón de clases, como si todo el tiempo lo hubieran estado esperando.
–Toshimasa sabes que no me gusta que me reciban con esos gritos a tempranas horas de la mañana, así que siéntate, cállate, y si me vas a dirigir la palabra, usa un volumen normal de voz –mientras recitaba todo aquello, se dirigió a su asiento de siempre, dejando sus cosas encima de la mesa, sentándose después tras ésta.
–Tan malhumorado como siempre Tooru Nishimura…bueno, pasemos a lo que nos interesa, ¿cómo te fue con el nerd?
–Ves que no te cuesta nada hablar como una persona civilizada…–antes de seguir hablando, apoyo los codos por encima de la mesa para así inclinarse un poco hacia el frente, y que sus palabras quedaran sólo entre ellos– pues bien, lo importante es que todo resultó mejor de lo que pude planear…besé por primera vez a Hide… ¡y más les vale no gritar nada al respecto! –Exclamó al notar que los otros tres estaban a punto de reaccionar de una manera bastante violenta, pues lo que menos deseaba era que gritaran algo relacionado con su cita por si acaso Hide llegaba.
–¿En verdad lo besaste? Kyo en verdad que estás bastante comprometido con la causa…debió ser un gran castigo.
–¿Castigo? Pero qué dicen, si esto ha sido un gran avance en mi plan, ¿no se dan cuenta de lo que esto significa? Haber conseguido un beso de Hide es la prueba de que mi plan está funcionando, así que no me jodan con eso y mejor alégrense, porque en tan sólo unos meses engordarán mi cartera.
–Nunca se saben las cosas que sucederán más adelante Kyo, así que no te confíes.
–En este caso sí me confío porque no tengo manera de perder, todo está saliendo tal y como lo he planeado.
Ciertamente todo el plan estaba saliendo como fue pensado en un principio, quizá hasta mejor incluso; sin embargo, en el momento en que notaron que la puerta del aula se abría de nuevo, dejando pasar al susodicho pelinegro, dejaron de lado los temas que quedaban prohibidos para el resto de sus compañeros, en especial esa persona de la cual estaban hablando. Por supuesto que aquella primera cita no fue la última, se repitió numerosas veces y con bastante frecuencia, por lo cual la relación que se había comenzado a construir con unas bases más profundas luego del primer beso, continuó avanzando gracias al contacto que se hacía cada vez más estrecho.
La cita que quizás resultaba ser la más importante ocurrió durante la noche de un viernes, algunas semanas después de la primera; ese día la primera parada que hicieron fue en el cine durante la tarde, para así hacer tiempo hasta que llegara la hora de cenar, lo cual hicieron en el restaurante favorito de Hide. No obstante, por último, una vez que se hizo de noche completamente fueron al mirador, por lo cual en ese instante se encontraban dentro del auto descapotable del chico de cabellos rubios, mirando las estrellas mientras escuchaban un poco de música.
–Bueno Hide espero que te guste el rock ya que es el único del que tengo discos.
–No hay problema al respecto Kyo, en realidad yo amo el rock, la música es una parte muy importante de mi vida sabes, me gusta mucho.
–¿En verdad? La verdad es que siempre pensé que eras una persona que únicamente se metía en los libros.
–Todos piensan eso de mí, pero bueno no por nada comenzaron a llamarme nerd.
–Lamento haberme comportado como un idiota contigo Hide, me arrepiento mucho de haber formado parte de ese grupo…
–No tienes que preocuparte más por eso Kyo, me has demostrado que has cambiado y eso es lo que me importa…–por un momento ninguno dijo nada y sólo se dedicaron a mirar al cielo, disfrutando de la música que resonaba en el vehículo. Fue hasta que una canción nueva empezó, casualmente una de las bandas favoritas de Hide, que éste rompió el silencio con su emoción– ¡Rammstein! –Exclamó con una sonrisa al oír aquella canción interpretada por una de las bandas que más admiraba.
─Oh con que te gusta esa banda… ¡vaya! Hide tú estás lleno de sorpresas.
─Sí bueno es que…siempre he admirado sus letras un tanto oscuras, como…crudas, sus ritmos un tanto pesados ─recitaba con una sonrisa presente en los labios, manteniendo la cabeza recargada completamente en su asiento para poder ver hacia arriba con mayor comodidad.
─Pues mira quién lo diría…es una de mis bandas favoritas también, justo por las mismas razones…siempre que escucho su música se me eriza la piel incluso.
─¿De verdad? Nunca imaginé tener aunque fuera una sola cosa en común contigo, yo pensaba que tenías gustos demasiado superficiales, iguales a los de los demás sólo porque está de moda…así como…
─¿Cómo Ruki? Ésa es una creencia común sobre mí…común pero errada, así como lo que dije respecto a los libros y tú.
─Los estereotipos de siempre ¿no lo lo crees? La música es una de mis más grandes pasiones, amo cantar… ¡ah! No digas nunca que te dije eso por favor…
–¿Eh? Y por qué, no veo nada de malo que te guste cantar.
–Eso no es malo pero…es que…se suponía que era un secreto que sólo Ken, Tetsu y Sakura saben, y si se enteran de que te lo hice saber me odiarán…más de lo que ya me odian…
–Bueno para empezar yo no creo que te odien, sólo están sentidos porque creen que me preferiste a mí por sobre ellos, sólo necesitan un poco más de tiempo…y quizás que hables con ellos de nuevo…o si lo deseas, puedo hablar con ellos…
–No Kyo, no necesitas intervenir en esto, por favor permíteme resolverlo yo, después de todo, se trata de mis amigos y soy yo quien debe buscar la manera de que me perdonen…
–Hide…quizás no lo creas, pero me pareces muy valiente ahora que escucho eso.
–¿Yo valiente? Si para empezar nunca me defiendo de lo que me hacen…
–Eso sólo significa que no te rebajas a nuestro nivel, usando las mismas palabras que nosotros usamos contigo…
–Kyo…–no pudo decir nada más, sólo miró al contrario con un sonrojo en sus mejillas, pues no apenas podía creer que se encontraba en aquella situación tan romántica con del chico más popular y codiciado de la escuela, aquel que siempre le había gustado.
El más alto tampoco dijo nada más por el momento, se dedicó por un momento a mirarlo fijamente, mientras se le iba acercando poco a poco, reduciendo el espacio que quedaba entre sus rostros. Para Hide ése era un momento como de ensueño, tal vez el lugar era bastante simple, pero la situación era extraordinaria; estando al lado de ese chico, quien le rodeaba los hombros para mantenerlo cerca mientras se tomaba la libertad de recargarse en el suyo, observando cómo éste se acercaba… Kyo no sabía definir lo que sentía en ese momento, muy por el contrario del asco que creía que sentiría al estar así con él, sentía una paz inmensa, y el suspiro que sus labios dejaron escapar en ese momento lo delató. No dejó de mirarlo igual de fijamente ni por un instante, permitiendo que sus marrones ojos se clavaran en la mirada color pardo de un muy sonrojado Hide, quien le sostenía la mirada a pesar de sus nervios. Aunque el rubio no lo creyera de sí mismo, no pudo resistirse más, y lo único que pudo hacer fue tomar el rostro ajeno con la mano libre para deshacer por completo la distancia que quedaba entre ellos, hasta que sus labios se rozaron y ambos cerraron los ojos, besándose suavemente. En esa ocasión no fue como aquel tímido y corto beso de la primera vez, sino un poco más largo, con un contacto menos superficial, de manera que los labios de ambos se saboreaban completamente entre sí, pero sin llegar a hacer un beso profundo, siempre tierno, era lo que el chico de cabellos rubios deseaba. Para el pelinegro fue como si el tiempo se detuviera, mientras sus labios seguían en contacto con los ajenos, su corazón se aceleraba de una manera tan indescriptiblemente rápida, sí, aún más que en la primera vez.
Se separaron hasta que hubieron pasado un par de minutos, cuando necesitaron de un respiro profundo, pero a pesar de ello, siguieron sin hablar, sólo se dedicaron a observarse detenidamente, como si aquélla fuera la primera vez que observaban los rasgos del otro. Se percibía una sensación como de incredulidad, como si para ambos ese momento hubiera sido sólo una ilusión que nunca pasó en realidad, pero cómo negar que los sentimientos eran demasiado reales, sólo había una explicación, ese beso, acababa de ocurrir de verdad, y sí, aunque Kyo jamás lo iba a decir en voz alta, y aunque ni siquiera lo admitiría para sí mismo, debido a lo vergonzoso que podía resultar, había significado algo muy importante, una transición de la que no se podía dar cuenta, una epifanía que quedaría en el anonimato, hasta que el momento adecuado para ser revelada, llegara.
–Hide…–comenzó a decir, para de una vez romper con aquel silencio total en el cual ambos se encontraban sumidos– necesito preguntarte algo muy importante…
–¿P-preguntarme…? –Su nerviosismo crecía, no quería hacerse ilusiones pensando en lo que le podría ser preguntado ahora, pero no por eso dejaba de emocionarse.
–Sí…Hide…–musitaba mientras tomaba con suavidad ambas manos del más bajo entre las propias– quisiera saber si tú…–¿estaba nervioso? Eso no podía ser, debía ser su actuación, debía tratarse de eso– ¿quieres ser mi novio? –Por lo cual al final la pregunta salió de sus labios de golpe, sin más titubeos. Por lo tanto, el aludido le miró con el sonrojo más fuerte de su vida, estaba muy emocionado, y eso no podía negarlo, pero eso no impedía que sus nervios le hicieran temblar, y fue algo que el contrario pudo notar debido al agarre que seguía manteniendo, pero no dijo nada y sólo esperó a que éste le respondiera, por más que parecía tardarse en concretar su respuesta, ¿era tan difícil decir sí? Estaba seguro de que le daría un sí, no había pasado tanto tiempo preparándolo como para que en la hora de la verdad le respondiera con una negativa…
–Sí…–fue la única palabra que salió de sus labios, interrumpiendo los pensamientos del contrario, con lo cual éste, mostró verdadera sorpresa…
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