~Tiempo despus~
Un pequeo chico pelinegro, de ojos marrones y aparente expresin serena en su rostro, se hallaba sentado plcidamente sobre la acolchada silla giratoria que tan amablemente haban dispuesto para l tras el escritorio de madera oscura, cerca de la ventana de la habitacin. Portaba un par de gafas anti reflejantes para proteger sus ojos durante la labor de escribir en su computadora porttil, mientras a momentos sorba un poco del contenido de su vaso de t negro helado, y en otros paseaba una de sus largas manos por su media cabellera de color negro, la cual caa de forma ordenada sobre la parte superior de su cabeza, pues el cabello que cubra el resto de su cuero cabelludo era muchsimo ms corto. No le faltaba mucho para terminar, estaba muy concentrado escribiendo el ltimo prrafo, y sus dedos, tan familiarizados con ese teclado, se movan raudos por ste, pisando las teclas adecuadas, apenas por una fraccin de segundo, sin que siquiera lo tuviera que pensarlo, era prcticamente inercia. De pronto un bostezo escap de sus labios, llevaba horas tras la pantalla, pero deba seguir, ya estaba escribiendo las ltimas palabras que le daran un cierre a lo que escriba, y con ello se quitara de encima el peso de un estrs bastante grande; fue hasta que puls un punto final, y seleccion la opcin de guardar, que se dio el lujo de casi tirarse en su silla, en medio de un profundo suspiro aliviado, acto seguido, elev sus brazos, estirndolos de igual manera que sus piernas, moviendo la cabeza de forma circular un par de veces, buscando as menguar un poco su tensin. No obstante, tras slo un par de segundos, una vez que retom una postura ms correcta en su asiento la puerta se abri, aunque en un principio no pudo ver a la persona que acababa de entrar, pues su estatura no le permita alcanzar a apreciarlo. Saba quin era, por eso no le preocupaba, y tan slo se qued inmvil en su silla, cerrando los ojos para fingir que estaba dormido.
–Ests dormido pap? –Cuestion un pequeo nio a su lado, al mismo tiempo que le daba suaves palmadas en la mejilla a aquel hombre, aunque slo por un momento, pues casi de inmediato, ste abri los ojos, tomando al nio en brazos de una forma frentica pero alegre, provocando que riera divertido, pues le haca cosquillas mediante besos en el cuello– eso es trampa pap!
–Claro que no, que t no me puedas hacer cosquillas, no quiere decir que sea trampa que yo te las haga a ti, eres igual a tu padre con esos berrinches.
–No es justo –responda el pequeo de apenas cinco aos, mientras que en sus labios se formaba un puchero, entrecerrando los ojos como parte de una expresin acusadora, al mismo tiempo que se cruzaba de brazos.
–S, definitivamente son iguales –mencion entre risas divertidas y a continuacin se puso de pie, an con su hijo entre sus brazos, manteniendo una gran sonrisa en los labios– por cierto se te ofreca algo mi nio?
–Pap me pidi que te preguntara si todava te faltaba mucho, te estbamos esperando para comer…–respondi el nio, llevando sus bracitos alrededor del cuello de su padre.
–Uff y hacer esperar a Hide para comer, es un crimen, igual que a tus tos Sakura y Ken, as que ser mejor irnos.
Apenas pronunci aquellas palabras, volvi a dejar al nio de pie para dedicarse a apagar su computadora, dejar el escritorio en orden de nuevo, y reemplazar sus gafas pticas por unas de sol, despus de todo, sas eran las ms adecuadas para la ocasin. Una vez se prepar adecuadamente, le tom la mano a su hijo, para salir juntos de la habitacin en la que se encontraban, de igual manera que abandonaron el hotel en cuestin de minutos. No se encontraban en la agitada capital nipona, que era donde residan, sino que desde haca un par de das se encontraban de visita en Los ngeles, donde L’Arc~en~Ciel dara su tan esperado concierto, como parte de su primera gira mundial, pues aunque no era la primera vez que se presentaban en Estados Unidos, sera la primera vez que daran conciertos en algunos pases de Europa y Asia, suceso que el vocalista de la banda no quera que su esposo y su hijo se perdieran por ningn motivo, as que desde el instante en que fueron notificados del viaje, le hizo saber al staff que ellos estaran presentes. La banda adquira cada vez mayor importancia, y eso enorgulleca mucho a Kyo, siendo l testigo de lo mucho que los cuatro trabajaban para hacer posible ese sueo, saba cunto se lo merecan…en muchas ocasiones haba tenido la oportunidad de verlos trabajar, en las tardes, ensayando incansablemente, en las noches, componiendo sus canciones con la mayor perfeccin posible, y luego las juntas interminables con su mnager, todo ello provocando en conjunto que la energa y vitalidad de su amado disminuyera a niveles que lo preocupaban de sobremanera pero en el fondo, poda alegrarse, ya que todo eso vala la pena.
–Vaya, por fin llega mi hombrecito, trayendo a mi hombre, por qu se tardaban tanto –en el instante que ingresaron al restaurante del hotel, acercndose directamente a la mesa que ocupaban los cuatro msicos, el primero en saludarles, a su peculiar estilo, fue Hide, quien se puso de pie para llegar a cargar a su hijo y abrazar con l a su esposo, dndole un beso clido– cmo vas con el libro mi amor.
–Excelentemente bien…te dar gusto saber que lo he terminado –canturre con una gran sonrisa en los labios, prueba de una satisfaccin personal infinita, y de un alivio que saba que le permitira volver a dormir.
–Felicidades amor! –La primera reaccin del contrario deba de ser, sin duda alguna, una felicitacin dirigida a su esposo, tras lo cual el abrazo que mantena con l se haca ms eufrico– tu xito tambin va creciendo cada da, estoy muy orgulloso de ti.
–Lo crees? Si es as, el hecho de que mis padres me hayan desconocido como parte de la familia, habr valido la pena.
–No pienses en eso amor…piensa que mis padres siempre te van a querer como un hijo suyo, ya tienes una familia que te ama.
–Quien ms me ha importado que me ama eres t, es gracias a ti que puedo ser feliz, mi Hide hermoso…tambin te agradezco el hermoso regalo que ha sido Kanade, este bello nio es la luz de mis ojos –deca mientras rodeaba la cintura de su esposo, para llevrselo hacia la mesa con sus compaeros, donde acomodaron en su silla especial a su retoo, antes de tomar asiento. Finalmente, el ms alto de los dos salud de forma amable a los amigos de su amado, antes de tomar la mano de ste por encima de la mesa – por cierto me gustara que leas el final.
–Me encantara, hasta donde haba ledo la ltima vez, estaba muy emocionante, as que ya me imagino el hermoso final que le diste.
–Bueno quiero pensar que hice un buen trabajo con el final…ya me dirs cuando lo leas, tu opinin es la que ms me importa…siempre ha sido as, cada vez que tengo una idea para un libro nuevo, te pido tu opinin.
–Aunque con este fue un poco diferente, lo recuerdas? –Respondi el pequeo pelirrojo, mientras paseaba los dedos de su mano libre entre los cabellos negros del contrario.
–Es cierto es cierto, esta vez la idea intelectual lleg a tu cabeza primero…
~FLASHBACK~
–Ah! Me rindo joder! –Exclam el pelinegro mientras arrojaba al suelo un gran montn de papeles que estaban anteriormente acomodados en su escritorio– no tengo ninguna buena idea! Fracasar desde ahora y mi carrera de escritor se arruinar…
–No te desanimes mi amor, ya surgir algo bueno –comenz a hablar su pareja mientras se adentraba en el estudio para acompaar a su esposo, llevando consigo una taza de t para tratar de que se tranquilizara. Dej la taza sobre el escritorio, y estando cerca de su pareja, se sent sobre su regazo, rodeando su cuello con ambos brazos–no desesperes, apenas hace dos das te avisaron que tenas que escribir otro libro, debes relajarte.
–Es fcil decirlo…pero siento que mis nervios se hacen trizas a cada momento que pasa en que no tengo ninguna idea…
–Quizs es por eso que no llegan… ah! Mi amor, tengo una idea…qu opinas de escribir nuestra historia –deca el ms bajo con una sonrisa llena de genuina ilusin.
–Nuestra historia… tuya y ma? Pero cielo no s si sea buena idea, sera como contarle al mundo algo que es demasiado ntimo y personal…
–No tienen por qu enterarse de que lo has escrito basado en nosotros…adems, ten en cuenta que de ese modo, podramos transmitirle una moraleja a todo el pblico.
–Te refieres a lo que dijiste el da del baile, y que terminaste ensendoles a tus amigos y a m? Esa idea me gusta…
–Lo ves, entonces usa esa historia, tienes mi permiso, nadie ms puede reclamarte nada porque nos afect realmente a nosotros, adems con que cambies los nombres, debe ser suficiente.
–Oww de acuerdo! Escribir nuestra historia…eres el mejor lo sabes?
–Tena una vaga sospecha pero gracias por confirmarlo –deca el pelirrojo sonriendo de forma divertida, mientras reciba, no slo una sonrisa igual de feliz, sino tambin un beso cargado de amor…
~FIN FLASHBACK~
–Oigan, par de trtolos –la pareja se haba tomado un par de minutos sin decir nada, para quedarse sumidos en un estupor, motivados por sus recuerdos, pero fueron abruptamente interrumpidos por el alto y plido pelinegro, que anteriormente haba lanzado un trozo de pan a la mejilla de Kyo, en un intento por hacerlo reaccionar– sabemos lo felices que son al contemplarse como bobos, pero tenemos que comer porque despus tenemos ensayo.
–Sakurazawa, eres un genio arruinando momentos especiales, lo sabas?
–Es uno de mis tantos dones al parecer, y es algo que a Ken le consta tambin.
–Ya chicos, no peleen de nuevo, Sakura, si no te tranquilizas voy a seguir manteniendo la teora de que siempre has vivido secretamente enamorado de Hide y sa es la razn de estas escenas, como consecuencia de tus celos –intervino el alto guitarrista, manteniendo en su rostro una expresin seria, buscando as que pensaran que no era broma.
–Si ese fuera el caso, creme Kitamura, nunca habra dejado a Kyo acercrsele a Hide, y por ende, sera yo quien estuviera casado con l, sin mencionar todos los problemas que nos habramos ahorrado –respondi el aludido, siguindole la broma, pero igualmente su rostro no perdi la seriedad en ningn momento.
–Muy graciosos ustedes dos…agradezcan que mi hijo est presente, porque si no, me las pagaran muy caro los dos –respondi esta vez Kyo, manteniendo la misma expresin de serenidad, lo cual todos los presentes podan concordar, era ms terrorfico que pensar en verle furioso– bueno ya, dejando eso de lado, ordenemos la comida que tengo hambre y escuchar sus tonteras me espantar el apetito, pero no quiero eso porque de verdad necesito comer, y mucho.
Tras aquella confesin de parte del muchacho de ojos marrones, el resto de los presentes no pudo evitar una risa divertida, que aunque al principio, ste no comprendi, apenas un par de segundos despus, se dej contagiar por ella. Ese da les esperaba una agenda un tanto ocupada y estresante, deban tener un par de reuniones, adems de un agotador ensayo, que a pesar de estar acostumbrados a ellos, no era suficiente como para que no experimentaran al menos un poco de cansancio. Empero, no todo sera trabajo durante ese da, y ya anteriormente Hide y Kyo haban pedido esa tarde para ellos, de manera que a los dems les tocaba el rol de nieros para el pequeo Kanade, de esa manera, la pareja de casados pudo dedicar un momento a estar solos, una comprensible necesidad para unos enamorados. Lo primero que hicieron, aprovechando las horas de libertad que tenan, fue cenar solos en uno de los mejores restaurantes de Los ngeles, a la luz de un par de velas, acompaados de una tranquila meloda de violines, escondidos de miradas indiscretas gracias a la mesa privada que les haban otorgado. No obstante, luego de la cena, salieron a dar un paseo, llegando de esa manera hasta la playa, la cual se hallaba prcticamente vaca, hecho que definitivamente les alegr, ya que de esa manera nadie les iba a molestar durante su caminata, ya que deseaban pasar una velada tranquila. Una hora aproximadamente haba transcurrido desde que salieron del restaurante, por lo tanto, se detuvieron a sentarse sobre unas rocas que sobresalan de la arena, primero Kyo tom asiento, mirando hacia el mar, dejando que su esposo se acomodara en sus piernas, para poder abrazarlo por la cintura. Estando en esa posicin, dedicaron los minutos sucesivos a disfrutar la vista que la blanca arena, el mar, negro por la oscuridad de la noche, igual a la que se reflejaba en el cielo repleto de estrellas, con la luna por encima de todo, llena, deslumbrantemente brillante, como si coronara todo el paisaje con su belleza.
–La noche es preciosa, no lo crees? –Habl el pelinegro, rompiendo as el silencio que se haba instalado entre los dos.
–Sabes qu creo yo? Pienso que de da, de noche, en invierno, en verano, con sol, con lluvia, con nieve…cada da es perfecto si t te mantienes a mi lado –respondi el pelirrojo, girando un poco la cabeza para mirarlo, dejando un suave beso sobre sus labios.
–No cabe duda que tengo el mejor esposo del mundo…dices cosas tan bonitas, que creo que un da de estos terminar muriendo de amor, todo por tu culpa –mientras hablaba, se dedic a depositar numerosos besos por las mejillas y los labios de su amado.
–No puedes hacer eso…tienes un esposo y un hijo qu cuidar as que debes seguir con vida –mencion el ms bajo a manera de broma, recibiendo despus una ligera risa como toda respuesta– oye amor, estaba pensando en algo.
–Uno se da cuenta de que ha perdido el hermoso libre albedro cuando su esposo le dice que ni siquiera tiene derecho a morirse cuando quiere –respondi, con un evidente tono de voz bromista– en qu estaba pensando mi lindo esposo.
–El libre albedro se te acabo cuando dijiste “acepto”…ah pues pensaba, Kanade ya tiene cinco aos, y es el nio ms tranquilo y angelical del mundo… no crees que se merece un hermano o hermana? –Le cuestion a manera de respuesta, con una sonrisa presente en sus labios, dedicada a su esposo, quien se sorprendi tanto ante aquella propuesta, que sus cejas se alzaron de inmediato, aunque despus necesitara unos segundos antes de hablar, para as poner en orden sus palabras.
–Un hermano o hermana? Bueno…ahora que lo dices, no habamos planteado la idea antes verdad…sin embargo, creo haberte mencionado alguna vez que yo quiero una gran familia, con muchos hijos, sera algo muy lindo no te lo parece? –Mencionaba con una sonrisa llena de ilusin al imaginarlo.
–Entonces tenemos que trabajar en ello amor…
–Te refieres a an ms de lo usual? –Le interrumpi antes de que terminara, dejando que su sonrisa reflejara esta vez un dejo de travesura, ocasionando un fuerte sonrojo en las mejillas de su esposo– oh vamos amor, sabes que es as.
–Calla! Siempre encuentras formas de avergonzarme…–antes de que pudiera decir algo ms, fue interrumpido de nuevo, pero esta vez, por un beso que sello sus labios con los ajenos, apenas como una leve presin contra ellos.
–Amo cuando te sonrojas as, a pesar de que despus transformes todo ese pudor en una pasin infinita –al mismo tiempo que hablaba, una de sus manos se deslizaba despacio por la superficie de una de las enrojecidas mejillas de su esposo, antes de ponerse de pie con l en brazos, buscando as, un lugar en que pudieran estar solos completamente.
–Es una faceta ma que solamente t puedes ver…
–Eso lo s…aunque deberas de recordarme el por qu.
–Pues…porque soy tuyo solamente, eres mi nico dueo y eso no va a cambiar nunca, ni siquiera estuvo cerca de cambiar a pesar de habernos separado dos aos enteros…yo en ningn momento dej de ser tuyo…
–Me encanta saber que eres mo, y que eso nada ni nadie lo va a cambiar, as como nada ni nadie cambiar que yo soy tuyo…te amo mi feo nerd.
–Yo tambin te amo a ti mi bobo eglatra.
Al mismo tiempo que se acomodaban juntos sobre la clida arena de la playa, ambos se miraron directamente a los ojos, con una expresin de profunda seriedad fingida, la cual, de inmediato fue interrumpida por una risa divertida de parte de los dos, pues ambos saban que aquellas palabras alguna vez significaron un insulto para ellos, pero que ahora podan usarlas para demostrarse cario, sin temor de que el otro se ofendiera. Despus de todo, desde haca mucho tiempo atrs, Kyo dej de ser un deportista preocupado de la apariencia de todos, y de s mismo, para dedicarse a escribir, lo que ms le gustaba en el mundo y lo nico que lo haca verdaderamente feliz, y que durante mucho tiempo fue su nico escape, pues siendo el chico ms popular del instituto, viva rodeado de muchas personas, pero todas ellas eran falsas, estaban cerca de l por conveniencia, por la fama que posea y que podan obtener si estaban a su alrededor, as que se senta muy solo, a pesar de la sonrisa que siempre mostraba, por dentro, estaba gritando de dolor. Hide por otro lado, siempre haba estado conforme con su vida, evidentemente sufra cuando los dems a su alrededor slo lo llenaban de insultos y ofensas por dems crueles, pero mientras lo ignoraban tena una vida tranquila, dedicndose, aunque fuera en secreto, a lo que ms le gustaba en el mundo, rodeado de sus amigos, esos hermanos del alma a los que adoraba an ms que a s mismo, nunca tuvo la necesidad de ponerse mscaras de ningn tipo, siempre fue completamente honesto con respecto a quin era y aunque la mayora lo rechazaba, eso no era suficiente para dejar de lado sus ideales, ya que en ningn momento dud que sus amigos siempre estaran ah; pero ahora, adems de sus amigos, finalmente tena a su lado al amor de su vida y a su pequeo retoo, porque se era el verdadero secreto para alcanzar la felicidad, rodearse de personas que nos acepten tal y como somos, sin necesidad de mscaras de ningn tipo y que demuestren un cario sincero, puro, sin dobles intenciones ni condicin alguna, eso es lo que alegra el corazn, y endulza la vida.
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