La mente perversa de Kyo pareca no conocer lmites, pues en ningn momento se detuvo a imaginar las terribles consecuencias que poda llevar consigo el utilizar a alguien de aquel modo, y slo ideaba la manera de esquivar los estorbos para poder alcanzar sus propsitos egostas. Bien qued claro en el momento que, luego de que el primo de Toshiya arribara a su hogar para hablarle de los detalles de su reciente encuentro con Hide, ste le cont las palabras que sus amigos haban utilizado para explicar las razones por las cuales desconfiaban de su inexplicable inters en estar cerca del pequeo pelinegro, y el chico de cabellos rubios respondi a aquello con una sonora carcajada cargada de sentimientos de burla. No obstante, adelantndonos un poco hasta llegar al da siguiente, un muy nervioso Hide lleg a la escuela, y entr en el saln en el que sus amigos ya estaban reunidos, aparentemente esperndolo, pues se encontraban los tres en sus lugares con una expresin de impaciencia.
–Por fin llegas enano, te estbamos esperando.
–Pues se nota…pero por qu pasa algo malo?
–No estamos seguros de si es malo o no…pero el hecho es que de algn modo, toda la escuela se ha enterado de la cita que tienes hoy.
–QU…?! –Exclam un muy sonrojado pelinegro sin poder creer lo que acababa de escuchar.
–Eso mismo, hace un momento cuando llegamos, no dejaron de mirarnos, hablaban entre s, pero como fue muy irritante…Sakura no se contuvo y los enfrent, as que le dijeron qu ocurra de inmediato.
–A ti no te miraban cuando llegaste?
–Bueno…a decir verdad para m es costumbre llegar y que todos me miren mal, al mismo tiempo que secretean entre ellos as que no me extrao que sucediera hoy.
–Ese montn de imbciles con cabezas llenas de aire…
–Ya tranquilo Sakura, siempre te exaltas muy rpido…ahora lo interesante es el hecho de saber que ya todo el mundo est enterado y que el asunto les provoca curiosidad.
–Y eso por qu es tan importante? Ya sabemos que todos aqu viven para estar al pendiente de los hechos interesantes de las vidas ajenas, as pueden criticar ms y ms a las personas, se es el alimento de los buitres como ellos.
–Ni yo lo pude haber dicho mejor querido Sakura.
–Oigan se estn desviando del tema…sabemos que el resto de nuestros compaeros aqu son unos huecos imbciles! –Exclam el chico de cabellos rojizos para que lo escucharan sus compaeros, los presentes y los que iban llegando, despus de todo eran slo chicos que le tenan miedo a su amigo de cabello y ojos negros, por lo que no corra ningn peligro al decir aquello, y tras calmar, a base slo de amenazas, las protestas de los susodichos, prosigui a hablar, dirigindose slo a sus amigos– pero lo que pasa es que el hecho de que hablen tanto de esto, quiere decir que todos se estn enterando al respecto, ya todos saben acerca de la primera cita de Hide, y que se trata de un chico apuesto que ya muchos querran conocerlo siquiera, por lo que se darn cuenta del error tan grave que cometan al despreciar a Hide, hacindolo menos por creerlo feo.
–Lo dices como si sta fuera la solucin mgica e instantnea al problema.
–Claro que no lo es, pero quiero pensar que de algo ayudar al progreso.
–A veces eres demasiado optimista Tetsu.
–Oigan yo s que esto no har que estas bestias estpidas entiendan por fin, pero tal vez esto sea una seal de que todo va a cambiar un da.
–Cundo? El da de la graduacin cuando sea demasiado tarde?
–Ash! De haber sabido que slo reventaran mi burbuja no les deca nada amargados.
–No somos amargados, slo somos realistas.
–Por cierto chicos…hablando de la cita… me ayudarn a elegir mi ropa y eso? Como nunca he tenido una cita, estoy muy nervioso.
–Es cierto…no te preocupes pequeo, sabes que cuentas con nosotros.
–Y como soy el ms bajo despus de ti, puedes contar con mi guardarropa tambin si quieres, por si quieres probar otro estilo.
–Eh gracias Tet-chan…pero sabes que no me gusta el rosa.
–Hey! Lo dices como si slo usara rosa.
–No seas tan sensible Ogawa, de por s te ves tan nia usando rosa, y esas faldas.
–Djame Sakurazawa, no tiene nada de malo usar rosa siendo hombre, y ya vers, aunque ahora critiques mis faldas un da se convertirn en un estilo popular, marcar una nueva tendencia.
–No cabe duda, eres un esclavo de la moda, slo te faltan los grilletes…ah no, es que no estn de moda verdad.
–Ya ya nias basta, ahora los dos parecen nias discutiendo sobre ropa y eso, mejor hay que concentrarnos en Hide.
–Bien…lo primero es decidir… debera usar su ropa habitual o deberamos ayudarle a verse diferente hoy?
–Hay que tener en cuenta que vindose diferente le puede gustar ms, pero sera ms interesante ponerlo a prueba.
–A prueba?
–S…l dijo tener un inters sincero en Hide no? Pues que lo demuestre, que nos demuestre que sin importar las cosas que pueda escuchar sobre Hide, a l le gusta por lo que hay en su interior.
–…sa es una excelente idea Ken, tienes toda la razn en que es una buena prueba para el “seor modales”.
–Oigan no debera contar mi opinin tambin? –Intervino esta vez el pequeo chico de cabello negro y gafas, atrayendo la atencin de sus amigos.
–Eh? C-claro enano, puedes opinar, se trata de tu cita.
–Bueno pues yo pienso, que me vista como me vista, mi rostro no va a cambiar, va a seguir igual de feo as que qu ms da cmo me vista, pienso que si me visto de un modo decente, al menos no le provocar demasiada vergenza a que lo vean conmigo as que…qu puedo perder al tratar…
–Ya basta Hide, no digas esas cosas de ti mismo, te hemos dicho hasta el cansancio que no es verdad.
–Ay por favor Tetsu crees que el que me lo repitan tantas veces har que mi realidad tan espantosa cambie de algn modo? Ya no soy un niito tonto que cree en esos cuentos.
–Hide sabemos que para ti ya es difcil albergar esperanzas sobre algo as, sabemos lo que piensas “a estas alturas de mi vida ya no espero nada bueno de las personas”, pero recuerda el karma, t eres una persona de bellsimos sentimientos que te sern recompensados cuando sea el momento, slo no desesperes.
–…l tiene razn Takarai –una voz se hizo escuchar detrs del pequeo grupo, una voz que no podan describir con otro adjetivo ms que el de “odiosa”– no desesperes en tu bsqueda de personas que te quieran, quizs en algn momento conozcas a un chico ciego que sea capaz de enamorarse de ti, de otro modo, no encuentro cmo sera posible ese milagro.
–Oye Takanori, yo s que ste ser un concepto nuevo para ti, pero hazle un favor al mundo y antes de hacer que tu boca exprese palabras…PIENSA lo que vas a decir.
–Aunque no lo creas, bestia salvaje, soy un ser completamente pensante.
–Pues haras bien en demostrarlo aunque sea de vez en cuando.
–Por cierto querido Hideto –aquel pequeo pelirrojo haba decidido ignorar aquellas palabras, y poner atencin en el asunto que lo haba llevado con aquel grupo– ya me enter, igual que toda la escuela, de que tendrs tu primera cita, felicidades, debe ser algo nuevo para ti que alguien se interese en ti no?
–Cmo se enteraron de eso…–el pelinegro tambin ignor esas palabras hirientes, pues en esos momentos no era lo que realmente le interesaba discutir.
–Bromeas? Todo el instituto no habla de otra cosa adems de la primera cita del chico ms feo y repulsivo que jams haya pisado esta escuela.
–Sigue hablando de ese modo Takanori y pronto t te convertirs en la primer persona del mundo en necesitar un trasplante de rostro.
–Cmo es l, Hide? Es… parecido a ti en algn modo? Yo no estuve presente ayer que se supone que vino a verte, por los pasillos dicen que es alto, guapo, un par de aos mayor que nosotros, sofisticado y educado…pero la verdad yo no podr creer semejante evento, hasta verlo con mis propios ojos.
–Pues creles, Takanori, l es justo como te lo han descrito, sin embargo quiero que tengas presente que mis asuntos personales no te incumben en lo absoluto, deberas de dedicarte a tu hueca vida, de supuesta fama y gloria y a m djame en paz, porque si de verdad soy tan insignificante para todos ustedes, demustrenlo, ya que quizs no se den cuenta, pero me dan mucha importancia al molestarme, porque quieras o no, me pones atencin –aquellas palabras fueron casi un shock para el ms alto, pues el Hide de antes sola esconderse detrs de sus amigos, dejndoles defenderlo, pero el hecho de que lo haya enfrentado de ese modo tan agresivo, dos veces ya, era como si lo hubieran cambiado por otra persona.
–Bien dicho Hide! Ya era hora de que pusieras a este idiota en su lugar, desde hace mucho que se lo haba ganado.
Sin embargo antes de que cualquiera dijera algo ms, el profesor de esa hora se hizo presente, y orden a todos que tomaran sus asientos para comenzar con la primera clase del da, como era siempre. Aquel da, que comenz igual que siempre, siguiendo la misma rutina de todos los das, pronto dio un giro para darle el paso a aquellos acontecimientos que eran nuevos en las vidas de ciertos estudiantes…para ser un poco ms especficos, adelantmonos aproximadamente tres horas. Para aquella hora, en que sonaba el timbre del instituto, exactamente a las diez de la maana, el cual anunciaba el final de la tercera y ltima clase por aquel da; usualmente ese timbre en especfico, anunciaba el inicio del descanso, pero por razones referentes al personal docente, aquel da anunciaba la salida de los estudiantes. El pequeo grupo de Hide, fue el primero en salir de la escuela esta vez, pues procuraron esquivar a la multitud que quizs tena intenciones de hacerle interrogatorios a su pequeo amigo, cosa que pintaba para ser muy incmoda. Los cuatro chicos, sintindose victoriosos por la mirada asesina que el chico pelirrojo les haba dedicado antes de salir, y por haber logrado escapar de la multitud, se dirigieron de inmediato al hogar del pelirrojo de plataformas, donde fueron recibidos por sus melosas hermanas. No obstante, tras haberse liberado de ellas, continuaron su camino hacia la habitacin del chico de ojos marrones, donde lo primero que hicieron al llegar fue abrir su enorme clset.
–Tetsu recuerdas la primera vez que nos quedamos en tu casa y nos ofreciste ver tu clset? –Pregunt el chico ms plido de los cuatro, mientras contemplaba de un lado al otro, toda la ropa que su amigo posea.
–Eh? S…y recuerdo que t te negaste… por qu?
–Porque ahora veo que aquella decisin fue acertada…sta es la razn por la que dije que no en aquella ocasin…–respondi fingiendo una expresin de espanto.
–Ay Sakura por favor, no seas nia te pones as por ver un clset?
–Perdn? Me dices nia a m? Rosa, morado, rojo, amarillo –deca el pelinegro mientras sealaba las prendas del pelirrojo de dichos colores– lo dice el que usa eso.
–Van a tener de nuevo la misma discusin?
–Ya ya nos calmamos –respondieron ambos al unsono, era extrao cmo Hide, a pesar de ser el ms pequeo de los cuatro, era quien mejor saba controlar a sus amigos en situaciones como aquella, pues si l odiaba tanto las peleas, las detestaba an ms cuando eran sus amigos quienes peleaban.
–Bien ahora s, a buscar algo que sea adecuado para Hide.
Fue el castao quien intervino esta vez, provocando que los peleoneros enfocaran su atencin en lo verdaderamente importante, y que les haba llevado a la situacin en la que estaban. Al inicio contaban con dos horas para poder ayudarle a Hide con su arreglo para su cita, sin embargo, a pesar de parecer mucho tiempo, fue consumido por completo debido a lo increblemente difcil que fue encontrar algo con lo que el pequeo pelinegro se sintiera al menos un poco cmodo. Muy a tiempo lo haban logrado por cierto, y era una suerte que Ken y Sakura llevaran consigo, dentro de sus mochilas, la ropa que utilizaran aquel da, pues no iban a permitirse ir por la calle portando el uniforme del instituto, eso era inaceptable para el pelinegro, debido a la camisa blanca que se vea forzado a utilizar. Se dieron el lujo de llegar unos cuantos minutos tarde a la cita, de forma intencional, retraso que haba sido planeado para observar desde lejos los movimientos de Takao, quien lleg con cinco minutos de anticipacin al lugar acordado. Hide estaba ms nervioso que nunca en su vida, y sus manos temblorosas eran seal de ello…pero cmo no estarlo, teniendo en cuenta el chico que sera su primera cita…simplemente con el hecho de ser apuesto era ms de lo que siquiera se hubiera atrevido a soar. En aquella ocasin poda apreciarlo con una vestimenta ms casual, pues no portaba un traje formal a diferencia de las ocasiones anteriores en que se haban visto, sino que usaba unos jeans oscuros, una sencilla camisa beige y zapatos cafs, y esta vez, en lugar del maletn que usualmente llevaba colgado al hombro, en su mano sostena una rosa blanca, cuyo destino era ms que obvio. Salieron de su “escondite” exactamente luego de que pasaran diez minutos despus de medioda, hecho al que le restaron importancia, incluso el que haba llegado con anticipacin, no hizo comentario alguno sobre la puntualidad, pues aquello haba pasado a segundo plano.
–H-hola…Hide…–el ms alto miraba de arriba abajo al pequeo pelinegro de gafas, aparentemente sin creer del todo lo que sus ojos vean.
–Hola…Takao…perdn por el retraso…–respondi el aludido con un fuerte sonrojo en sus mejillas, miraba hacia el suelo, pues se senta completamente intimidado debido a la mirada del ms alto y no se atreva a verlo.
–No es problema, lo importante es que hayas venido –esboz en seguida una sonrisa en sus labios sin apartar la mirada del menor, aparentemente las cosas se haban puesto an ms interesantes que antes.
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