-Patético - Solté la palabra en un pequeño susurro que provocó que me sobresaltara yo mismo. Suspiré agotado y entonces recordé la frase que me despertaba todas las mañanas-  La vida es aburrida.

Una voz electricante sonó a mi lado

-Pues cámbiala 

Daniel era un paria entre los omegas, desde su forma de arreglarse, su actitud, las metas que tenía para su futuro lo hacían blanco de las burlas en todo el colegio pero sobre todo lo molestaban por su falta de reacción ante las feromonas de los Alfas.

Cristían tenía todo lo que podía esperarse de un muy buen Alfa, era grande, fuerte, musculoso, atractivo, inteligente y sobre todo muy rico pero tenía un gran problema nunca había podido estar con un omega, ni beta, apenas se exitaba hacía que todos terminarán en el hospital con terribles convulsiones. Su vida había sido marcada por esa maldición por eso nunca pudo tener al omega que deseaba y por eso siempre tuvo que vivir lleno de frustacciones sexuales.

Esta es la historia de estos dos seres atípicos, como se conocen y como cambian su destino.