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Si es verdad que todos procedemos del centro de una estrella, cada átomo de nuestro cuerpo proviene de esa estrella, entonces todos somos lo mismo. Todo está formado por partículas que vinieron de esa estrella. Y ha sido reciclado miles de veces, como tú y como yo. Y por lo tanto todo lo que hay allá afuera soy yo. ¿Entonces de qué tenemos miedo? ¿Qué es lo que nos obliga a buscar consuelo? Nada, no hay nada que temer porque todo es nosotros. El problema es que nos separaron al nacer y nos dieron un nombre y una identidad y nos individualizaron. Así que todos buscamos formar parte de esa unidad de nuevo. Ser uno mismo. Somos una especie. Somos polvo estelar cosechando luz estelar.