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Juego de Amor por Rika_de_Hiwatari

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Notas del capitulo:

¡Hola, Hola a todos! Primero que nada… quiero pedirles mil y un disculpas. Sé que muchos han esperado este capítulo por… poco más de seis meses (WAO!) Pero pues, como algunos sabrán, me fui a vivir a otro lugar y he tenido algunas complicaciones.

No es una excusa, simplemente les pido un poco de paciencia y comprensión.

& bueno, sin más que decir, espero les guste este treceavo capítulo, el cual lo hice con todo mi amor. 

Sin más que decir… ¡¡Here we Go!! 

–¡¡¡SASUKE!! –gritó el rubio sorprendido, tanto por el golpe que le soltó a su pareja, como por verlo ahí.

 

– Buen golpe, un –dijo Deidara, quién se encontraba tras el pelinegro, al ver al mesero en el suelo.

 

– ¿¡¡¡Pero qué les pasa?!!!... –gritó el Uzumaki agachándose a donde estaba el pelinaranja, quien ya se había sentado en el suelo y con el dorso de su mano se limpiaba la sangre que brotaba de su labio.

 

– Como que, ¿qué nos pasa?... Naru, lo estabas besando –le contestó su hermano muy enojado.

 

– Y ni siquiera te gusta... –completo el Sabaku no –Solo lo haces por molestar a Sasuke - dijo sin pensar en lo que decía.

 

Pain al oír esto se paro y se abalanzo contra el susodicho, quién ya lo esperaba para seguir con la pelea.

– ¡Cállate Gaara! Pain no… –dijo dijo el Uzumaki cuando vio como el chico se paraba y se dirigía al Uchiha menor.

– Naruto… –susurró al escuchar como su mejor amigo le había gritado – ¡Es la verdad! – gritó de igual modo encabronado.

El rubio no respondió, solo le lanzo una mirada llena de coraje y desprecio y se fue a donde se encontraban Sasuke y Pain peleando. 

– ¡Eres un orgulloso! –Gritó el pelirrojo muy molesto caminando hacia donde estaba el pelinegro –Tranquilo Sasuke –trató de calmarlo sin resultado alguno.

Por otro lado Naruto y Madara sujetaron al mesero y Sai e Itachi sujetaban al tercer Uchiha por los brazos.

– Sasu… bien hecho –dijo el pelicorto a su primo.

– Quieres callarte Sai, no es momento para que digas eso –lo regañó el Uchiha mayor – “Aunque ciertamente yo también me siento orgulloso” –se dijo para sus adentros el pelilargo.

Naruto por su parte se volteó hacia sus amigos y se dirigió al frente de Sasuke.

– ¿¡Qué te crees Uchiha?! No tenías ningún derecho a hacer eso –dijo muy enojado mirando los oscuros ojos de Sasuke, que en ese momento daba la impresión de que fuesen rojos por la furia.

– Y tú no tenias por qué hacer eso –dijo el moreno sin pensar en lo que decía a causa del coraje.

– Esas son cosas que no te incumben, te vale lo que haga o deje de hacer –dijo el rubiales golpeándolo repetidamente en el pecho con su dedo índice.

– ¡¿Y quién dice que no me incumben!? –gritó eufórico el azabache soltándose del agarre de sus dos familiares.

El ojiazul se sorprendió por lo que dijo el moreno, eso sí lo había tomado desprevenido.

– Ottoto no hagas nada tonto… –dijo Itachi al ver como su hermano se soltaba de su agarre.

– Sasuke, basta –dijo Sai tratando de volver a sostenerlo, pero no lo logró.

– ¿Ahora qué harás? ¿Golpearlo? –Dijo señalando a Pain – ¿Golpearme? –dijo ahora mirándolo a él.

El Uchiha lo miró por unos momentos con tristeza, para después suspirar –Yo nunca haría eso… –dijo sin ánimos, dando media vuelta y caminando hacia la salida –Los veo después –le dijo a los otros morenos.

– Sasuke… –dijo el rubio sorprendido por la expresión del otro – ¡Espera Sasuke! –dijo cambiando su tono de voz, las últimas palabras del moreno le habían causado una extraña sensación en el corazón.

Pero el chico no le hizo caso –“Lo más seguro es que siga diciéndome que no me meta en su vida… Que tonto soy, no debí decir eso” –pensó con molestia y tristeza.

– Sasuke –volvió a repetir el Uzumaki, esperando que volteara, pero no lo hizo – ¡Sasuke! –volvió a decir, ahora empezando a seguirlo, pero Pain lo tomó de una mano.

– ¿Es verdad lo que dijo el pelirrojo? –preguntó tristemente mirándolo a los ojos.

Naruto no le contestó, estaba bastante confundido. Sabía que le gustaba Sasuke, pero Pain había ido hasta ahí por él, solo para verle, y admitía que le había gustado el beso que se dio con él. –Yo… yo… –titubeó mirando la salida del local por donde aún se podía ver al moreno.

– Creo que tu actitud lo dice todo –susurró el pelinaranja besando la mejilla del rubio – Creo que mejor nos vemos otro día, cuando aclares tus sentimientos –dijo dando media vuelta y yendo hacia donde se encontraba su amigo Madara.

– No, espera Pain… –dijo el ojiazul sujetándole del brazo –yo nunca dije eso ¿O sí? –sonrió melancólicamente pensando en cierto azabache, lo cual el de las perforaciones no pudo notar.

– ¿Entonces? –preguntó mirándole fijamente.

– No es cierto –sonrió mientras sentía un gran hueco tanto en su corazón como en su estomago – “Lo siento teme… pero él me ha demostrado lo que tú nunca has hecho” –pensó el rubio con una sonrisa hipócrita que ocultaba lo que verdaderamente sentía. Tristeza.

Los chicos miraron al blondo al escuchar lo que acababa de decir, no podían creerlo, acaso ¿Naruto no sentía nada por Sasuke?... Los dos extranjeros se miraron por un momento, cerrando así el trato del plan y dándole marcha en ese mismo momento. Le demostrarían a ese dobe de Naruto que por quien verdaderamente estaba interesado era por Sasuke, no por el idiota del mesero.

Pain al oír lo que le dijo el rubio no pudo evitar el abrazarlo con todas sus fuerzas. Naruto volteó a ver a sus amigos, quienes estaban con la boca abierta frente a ellos.

– Ahora, si nos disculpan; Los veremos en el hotel –dijo el ojiazul sin mostrar sus ojos –pueden decirle a Sasuke que aún estoy enojado con él por lo que hizo –termino diciendo mientras unas cuantas lágrimas recorrían su rostro, las cuales solo su hermano notó.

– ¿Por qué no se lo dices tú? –dijo Sai muy molesto.

– ¿Cómo puedes decir eso? –gritó enojado Itachi comenzando a avanzar hacia Naruto.

– Tranquilízate Itachi –Dijo el pelirrojo deteniendo al moreno con su propio cuerpo –No vale la pena, será mejor que vayamos a buscar a Sasuke, le puede pasar algo malo –dijo remarcando las últimas palabras.

Naru no hizo ningún movimiento, pero las lágrimas seguían recorriendo su rostro.

– Vamos chicos, Gaara tiene razón… vayamos con Sasuke –dijo Deidara mirando las lagrimas de Naruto, conocía perfectamente a su hermanito y sabía que su voz demostraba que estaba mintiendo, y la presencia de esas lágrimas lo confirmaban –“Lo sabía, quieres a Sasuke, aunque no lo admitas” –pensó mientras tomaba del brazo al Uchiha mayor y comenzaban a salir del lugar. 

“Teme….” –pensó el rubio amargamente mientras se quitaba los restos de lágrimas del rostro para que Pain no lo notara.

El pelinaranja no cabía de la alegría que sentía en esos momentos. Naruto se había quedado con él después de todo… Estaba muy feliz abrazando al rubio.

Los chicos salieron algo molestos y tristes al ver que el Namikaze había decidido quedarse con el ‘mesero de cuarta’ y no con Sasuke, pero ahora, lo único que les importaba era saber donde se encontraba el temperamental azabache.

–  ¿A dónde creen que se haya ido? – Preguntó Sai mirando a todos lados.

– No tengo idea –suspiró Gaara mientras con el codo picaba al rubio en las costillas para atraer su atención, y que así se acercara. 

Deidara quedó algo aturdido y no sabía qué hacer… no quería cometer el mismo error que había cometido su hermano con Sasuke.

– ¿Por qué no buscamos en el hotel? Tal vez este ahí… –dijo el ojiazul evitando ver a Itachi y Gaara a los ojos.

– Sí, quizás tengas razón –suspiró Sai – Miren –dijo después, señalando una parte de la acera de enfrente donde se encontraba una sombra.

– ¡Es Sasuke! –gritó sorprendido el rubio.

– ¿Sasuke? –dijo en forma de pregunta el pelirrojo mirando hacia donde señaló su pareja –creo que si es Sasuke…

– ¡¡Vamos!! –dijo el Uchiha mayor comenzando a –prácticamente– correr  hacia su ottoto, quien se encontraba viendo fijamente la acera bajo sus pies.

– ¿Sasuke? –susurró Sai al estar junto a su primo.

– ¿Qué quieres? –dijo oscamente sin mirar a su familiar.

– Ottoto cálmate, nosotros venimos a ayudarte –trató de calmarlo Itachi.

– Yo no quiero su ayuda, nunca se las pedí –dijo mirando fijamente a su hermano mayor.

– Sasuke, si estás así por Naru, tengo una buena botica para ti –le dijo el rubio presente mientras sonreía tristemente al azabache, comprendiéndolo.

El azabache por su parte no dijo nada, solo se le quedó mirando con mucho asombro al hermano de su rubio, que el supiera nunca había dicho que le gustaba ese usuratonkachi.

– A mi no me… –trató de replicar, pero fue interrumpido bruscamente por el ojiazul.

– Con un orgulloso tenemos suficiente Uchiha –le dijo autoritariamente –Así que no trates de negar que te gusta mi hermano.

Sasuke por su parte prefirió quedarse callado, el Namikaze tenía razón, aunque le doliera aceptarlo. 

– Sasuke… Mi hermano te quiere, lo conozco, pude verlo en sus ojos… pero es un cabeza hueca orgulloso, por eso se quedó con… ése –dijo mirando al pelinegro a los ojos, esperando que eso lo confortara.

– Ah… se quedó con él –murmuró a si mismo inconscientemente – ¿Y a mí de qué me sirve que me quiera si está con ese? –le preguntó a los otros apretando los puños por la molestia.

– Sasuke, tú no eres el único orgulloso aquí, Naruto también lo es, incluso más que tú… Y él le ha demostrado de una mejor forma lo que siente por el… tú lo has visto –terminó diciendo el pelirrojo, sabía que había sido cruel con el moreno, pero era la verdad, aunque les doliera.

– Bien, si él quiere estar con ese mesero de cuarta que haga lo que quiera, a mi no me importa –dijo sumamente molesto.

– ¿Ves lo que digo?  –dijo el pelirrojo resignado al ver la actitud que tomaba el Uchiha menor.

– Sasuke… –soltó como advertencia Itachi.

– ¿¡Qué?! Yo no pienso rogarle si es lo que piensan –les informo a los presentes.

– ¡¡Ayyyy!! Por eso mismo mi hermano no está contigo –le gritó Deidara a Sasuke mirándolo con enfado.

– Exacto Ottoto… tu manera de ser tal vez es lo que hizo que Naru se fijara en ti, pero también es la que hace que se aleje… Ahora entiendo porqué se quedó con  ese tipo, tú mismo te buscas que él sea así contigo –dijo Itachi en un tono de voz más alto, realmente su hermano a veces le hacía perder los estribos.

– Hmmp…–miró a los dos chicos, analizando todas y cada una de sus palabras… tal vez tenían razón… – Y según ustedes, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué sugieren? –preguntó mirando a sus 2 amigos, y a su familia.

– Sasuke, eso no se aprende, es lo que tu sientas cuando lo ves –dijo el pelirrojo dándole una sonrisa y viendo de reojo a Sai.

– Pero… no tienes que ir golpeando a cualquier tonto que se le acerque –susurró el Uchiha mayor, recordando el golpe que le propinó su hermano a Pain cuando se acercó al blondo.

– Pero es que se lo merecía –defendió Sai a su primo. Tal vez entre ellos se trataban como “Copia barata”, Bastardo”, “Intento fallido de mí”, “Frígido”, etc. Pero la verdad era que si se quería, a su modo, pero se querían. Después de todo, ellos eran la única familia que tenían.

– Eso sí –Aclaro Deidara –Pero Naruto también merece un golpe de mi parte –dijo al recordar su pequeña “plática” con su hermano.

Todos se le quedaron viendo al pelilargo confundidos por lo dicho.

– Sabes muy bien que él nunca sigue sus propios consejos, Deidara –le dijo Gaara, imaginándose el porqué de lo dicho por su amigo.

El rubio solo suspiró, Gaara tenía razón, ese tonto nunca seguía sus propios consejos… ni los de los demás.

– Bueno, creo que será mejor ir al hotel, ¿no creen? –preguntó Itachi.

– Si, tienes razón –dijo Sai mirando al pelirrojo discretamente.

– Si, vamos –dijo el ojiazul jalando a Sasuke de un brazo, quien solo refunfuñó.

– Solo espero que Naru llegue a la habitación –dijo el Sabaku No comenzando a caminar, e imaginando, a un rubio en la habitación de un pelinaranja.

– ¡¿QUÉ!? –gritó Sasuke parando en seco al escuchar lo dicho por el de mirada aguamarina.

– Este… ay vamos Sasuke, solo digo… que tal si se queda por ahí toda la noche –dijo nervioso el pelirrojo, agradeciendo que el de mirada ónice no pudiera leer sus pensamientos.

– Si Sasuke, ya sabes cómo es Naru… –corroboró el rubio, tratando de ayudar a su –casi muerto– amigo –“Pobre Gaara, Sasuke lo va a hacer difunto” –pensó algo asustado el ojiazul –Cuando se divierte olvida todo… hasta la hora… Je, je.

– Si, exacto… yo por eso decía –sonrió nervioso el pelirrojo.

– Vamos bastardo, creo que son muchas emociones por hoy, ¿no crees? –dijo Sai tratando de que su primo no matara a su novio por su comentario.

– Este… mejor vayamos al hotel y… ya lo veremos mañana, seguro ya estará mañana bien –dijo Itachi sujetando a su hermano quien, en esos momentos, estaba muy sensible con respecto al tema sobre el blondo.

Ya los cuatro chicos tranquilizaron al moreno y lo pudieron llevar al hotel sin muchas complicaciones.

Mientras tanto, donde se encontraba Naruto, todo estaba pasando muy rápido.

 – Pain, ¿Estás bien?, ¿Te duele mucho?... Ese idiota, no tenía que hacer eso  –decía Naruto mientras trataba de curar la herida del labio del pelinaranja.

– Sí, estoy bien… no te preocupes  – dijo el de ojos naranjas mirando fijamente al rubio frente a sí.

– Vaya, ¡Que amigos tienes, eh Naru!... Mira como dejaron a mi pobre amigo –dijo Madara viendo como el ojiazul atendía al susodicho.

– ¡¡Ohh vamos Madara!!… me agarró distraído, por eso terminé así –dijo el pelinaranja –Pero ya verá para la otra –dijo molesto al recordar al azabache.

– Pain…. No empieces otra pelea, ¿sí? –le dijo Naru con una sonrisa aunque falsa.

– Claro, si tú me lo pides –dijo el pelinaranja con una sonrisa –Pero no respondo de mis actos si vuelve a hablarte así –finalizó firmemente.

– No les hagas caso Pain –dijo el rubio acercándose al mesero y dándole un pequeño beso en la frente.

– Wow, creo que hago mal tercio –sonrió Madara.

– Jajajaja, creo que sí –dijo Pain tomando al ojiazul de la cintura y atrayéndolo hacia sí. El moreno por su parte decidió que lo mejor era irse y dejar a ese par solo para que se pudiera demostrar su amor sin interrupciones.

– Pain no empieces, estás todo lastimado –sonrió Naru, pero realmente la razón era el Uchiha.

– No te preocupes, yo estoy bien –susurró en su oído.

– Pain… –susurró el rubio como advertencia.

– Sí, ¿dime? –hablo como niño pequeño esperando el permiso de su madre para salir a jugar.

– Estás lastimadito…. Mira tú labio –sonrió siendo aún sujetado por el mesero.

– Naru… –susurró – ¿Quieres ser mi novio… oficialmente? –dijo con una sonrisa esperando la respuesta deseada.

El rubio se sorprendió mucho al escuchar esa declaración, ¿Qué haría? Él quería a Sasuke, pero Pain le había demostrado muchas cosas. Le había demostrado que le quería, que le importaba – Yo… –titubeo no sabiendo que decir.

El pelinaranja por su parte, esperaba y miraba atentamente al Uzumaki, esperando una respuesta de su parte… tenía la esperanza de ser aceptado por éste.

– Bueno yo… –el rubio no sabía que decir, esos ojos naranjas lo hipnotizaban con su encanto. “Y ahora… bueno tal vez nadie se entere” –pensó erróneamente –Si Pain, quiero ser tu novio –sonrió el ojiazul.

– No sabes que feliz me haces –dijo abrazando al Uzumaki y dándole un fugaz beso en los labios.

Así estuvieron un buen rato, entre besos y caricias, hasta que Madara llego de nuevo a interrumpirlos.

– Estooo… Par de tortolos, ¿qué les parece si regresamos al hotel?, ya es tarde –dijo viendo como el Naruto estaba sentado sobre las piernas de su amigo.

El rubio al escuchar a Madara diciéndoles eso se bajo de las piernas del pelinaranja, ignorando las protestas de éste.

– Madara tiene razón, será mejor irnos –dijo el rubio sonrojado por como los había encontrado el moreno.

– Bueno, esta bien –susurró Pain abrazando a su novio por la espalda – ¿Quieres ir a mi habitación cuando lleguemos al hotel? –preguntó atrevidamente.

El rubio no contestó, la pregunta era demasiado atrevida. “Ir a su habitación… solo él y yo… Bueno, por lo menos así no tendré que soportar los regaños de Gaara y mi hermano” –pensó muy sonrojado –Ehh… yo… claro –sonrió. Además Pain no se veía como un chico malo.

– Que bien –dijo muy sonriente empezando a caminar hacia afuera del local con el Namikaze de la mano.

“Qué acabo de hacer” –pensó el ojiazul al ser llevado por el mesero

– Bueno chicos, vayamos por mi carro –dijo Madara al estar fuera del antro y dirigiéndose al estacionamiento.

– Los tres chicos salieron y se subieron al carro –un hermoso BMW, M6 Cabrio– se notaba que Madara era un chico de dinero, fue lo primero que pensó el extranjero. Una vez adentro Madara se fue conduciendo, mientras Pain jaló al rubio a los asientos traseros para poder estar juntos.

– No vayan a hacer nada indebido allá atrás –reía el moreno mirándolos por el retrovisor.

– ¡Madara! –dijo el ojiazul con tono de reproche y apenado por el comentario.

– No seas tonto Madara… –dijo el de ojos naranjas mirando a su pareja de reojo –no soy tú –se burló.

– Por eso mismo lo digo –le regreso la burla –ten cuidado Naru, no conoces a Pain tan bien como yo –dijo con cizaña viendo la reacción del de piel acanelada. 

Naruto no dijo nada, solo sintió como sus mejillas se ponían sumamente calientes, signo de el gran sonrojo del que era víctima.

– No le hagas caso… esta celoso porque no tiene un novio tan lindo como tú –susurró sensualmente el pelinaranja, dejando que su respiración chocara contra el rostro del Uzumaki.

– Pain –dijo el rubio tiernamente viendo esos ojos naranjas que le encantaban.

– Oigan, no coman pan enfrente de los pobres –dijo el azabache mirando por el retrovisor mientras estaban parados en un semáforo.

– Pues tú no veas para que no se te antoje –se burlo el japonés de su amigo.

– Jajajajaja –se rió el rubio por el comentario.

– Aguántense hasta el hotel… les daré un letrero para la puerta que diga “no molestar” –rió Madara mirando el camino, no faltaba mucho para que llegaran a su hotel.

– Ja, Ja. Tu siempre tan gracioso Hyuuga –dijo algo molesto el mesero.

– Déjalo, como tu dijiste, está celoso –sonrió el ojiazul tomándolo de la barbilla y dándole un pequeño beso.

– Tienes razón –dijo feliz Pain por el beso por parte de Naruto.

Después de un tiempo llegaron al hotel, Madara se despidió de ellos dejándolos en el lobby, mientras él se dirigía a administración a ver como había ido todo en su ausencia... mientras tanto Naruto y Pain comenzaron a caminar hacia el elevador.

– ¡Vaya! Son las cuatro de la mañana –dijo sorprendido el ojiazul viendo el reloj de su celular.

– Si, el tiempo pasa volando cuando te diviertes

– Sí, creo que si –pero a Naru no se le había pasado volando, solo pensaba en lo dicho por Sasuke cuando le pego a su acompañante –“Espero que nadie se entere de mi relación con Pain… fui un tonto al decirle que sí, pero es que no puedo negarle nada a esos ojos” –pensó algo nervioso.

– Me gustas mucho Naruto –dijo de repente Pain abrazándolo fuertemente una vez dentro del elevador.

– Pai… –el rubio no puedo terminar de hablar porque Pain le empezó a versar pasionalmente sujetándolo de la cintura, no quería que nadie los separara, estaba feliz con su ahora ojiazul.

En ese preciso momento las puertas del ascensor se abrieron, y solo se pudo escuchar un pequeño grito ahogado antes de un grito mayor.

– ¡¡¡NARUTO!!! –Gritó Gaara con los ojos muy abiertos, y al parecer se acababa de levantar o tenía intenciones de ir a dormir, porque traía puesta su ropa de dormir color negro con conejitos de fuego ninjas. (N/a: lo siento, no lo pude evitar, es que recordé un fic que me gusto mucho en el que el apodo de Gaara era: el conejito de fuego. Jajajaja)

Ambos chicos al oír semejante grito y el nombre del ojiazul se separaron rápidamente mirando en dirección al ascensor.

– Gaara… ¿Qué haces… despierto a estas horas? –fue lo que atino a decir Naruto al ver a su pelirrojo amigo ahí.

– ¿Qué hago yo a estas horas? –Preguntó molesto– Pues al parecer hago cosas menos malas que tú –dijo refiriéndose al estado en el que se encontraban los dos chicos.

– ¿De qué hablas Gaara? Yo no hago nada malo –dijo el ojiazul procesando aún la información.

– No, claro que no –dijo mirando al mesero – ¿Te parece poco el besarte con alguien que apenas conoces y en un ascensor? –pregunto mirando con rabia al pelinaranja.

– No lo acabo de conocer, además él es… –Naruto volteó a ver a Pain. No le podía decir a Gaara que era su novio, si se lo decía… ¿Qué cosas no le diría a él?

– Soy su novio –dijo muy orgulloso el de las perforaciones tomando al rubio de la cintura.

“Mierda” –pensó el ojiazul al oír a su novio.

– ¡¿QUE ERES SU QUÉ!? –Gritó furioso el extranjero –bien, tranquilo Gaara, respira profundo, contrólate… No lo mates –se decía a sí mismo el pelirrojo –Naruto, ¿podemos irnos? Creo que tenemos que hablar un poquito –dijo con un liguero tic en la ceja izquierda debido al enojo reprimido.

 “Diablos, no quiero que me regañen… mejor hasta al rato, así me prepararé psicológicamente” –pensó el Uzumaki –Lo siento Gaara, pero voy a ir a la habitación de Pain –dijo el rubio lo más serio que pudo.

– NO, he dicho que hablaremos, y hablaremos AHORA –dijo tajantemente el pelirrojo, y es que cuando quería podía llegar a ser sumamente demandante.

El pelinaranja, por su parte, no sabía lo que debía hacer en esos momentos. Se quedó helado al ver la fría mirada que le estaba dedicando el pelirrojo en ese instante, en el tiempo que tenía de conocer a los tres chicos se había dado cuenta que Gaara era el más tranquilo, y ahora parecía muy enojado… Y en verdad daba miedo.

– Gaara, si quieres hablar, lo haremos al rato –dijo fríamente el ojiazul –Ahora, si nos disculpas, tenemos algo de sueño. “Nunca pensé ver a Gaara tan enojado… Sí, en definitivo no estoy preparado para enfrentarlo ahora” – Pensó mientras abrazaba al mesero correspondiendo su agarre.

– Uzumaki Naruto, quiero hablar ahora, y no quiero quejas –siseo el Sabaku No mirando a su amigo.

“No, mejor si hacerle caso… Tal vez no me vaya tan mal” –pensó el rubio mirando las reacciones de su pelirrojo amigo –Pain, yo… –empezó a decir mirando a su novio.

– Sí, será mejor que nos veamos mañana –dijo mirando al pelirrojo y luego al rubio –Creo que es lo mejor –sonrió nerviosamente al ver la mirada de fuego que le lanzaba el de ojos aguamarina.

– Sí, te veo mañana –le respondió Naruto dándole un fugaz beso en los labios – “Bueno, si me van a regañar que me regañen por algo” –pensó el ojiazul pasando sus brazos por el cuello de Pain para profundizar más el beso.

Gaara respiró profundamente y miró en otra dirección – Éste niño me va a sacar canas verdes –se dijo a si mismo esperando que su amigo terminara de dar su espectáculo.

Naru se separo de Pain y lo miro a los ojos esperando que él dijera algo.

–  Sera mejor que te vayas, sino te irá peor –le dijo mirándolo a los ojos.

– Hai… adiós Pain –sonrió el Uzumaki comenzando a salir del ascensor, esperando que su amigo oyera lo que le dijo al mesero para hacerlo enojar.

– Hmp… te gusta hacerme enojar, ¿verdad Uzumaki?

– No sé de que hablas, tú te enojas porque quieres –dijo el rubio caminando detrás de su amigo hacia la habitación.

– Si claro… y cuando sea grande me convertiré en Kazekage de Suna* –dijo sarcásticamente al escuchar la respuesta del otro. Era obvio que había besado a ese mesero sólo para hacerlo enojar.

El rubio por su parte sonrió sin que lo notara su acompañante –Pues no sé, tal vez –dijo burlonamente tratando de picar más a su amigo, ya que era obvio lo descabellado de su idea, y más cuando se basaba en una serie de TV– además yo no sé qué quieres hablar que no puede esperar hasta mañana.

– ¿Te parece poco el besar a alguien que no quieres solo por hacer sentir mal a alguien que está interesado en ti? –dijo seriamente.

– Pues ese alguien no lo demuestra y el otro sí –dijo fríamente esperando que su amigo abriera la puerta de la habitación pues él no tenía llave.

– Eso crees tú –susurró el Sabaku sacando las llaves y abriendo la puerta.

Los dos chicos entraron a la habitación, primero Gaara seguido de Naruto. La situación se estaba poniendo tensa.

“Espero que Dei no esté despierto” –rogó el menor en silencio dentro de la oscura habitación.

La luz de la lámpara de la sala se prendió sorpresivamente, y ahí, en el sillón, estaba el rubio mayor con los ojos centelleando el fuego.

– Buenas noches –dijo con un tono alegre que sorprendió a ambos chicos.

– Bu-buenas noches nii-san –dijo el Uzumaki esperando lo peor –“Esto no me gusta… no me gusta nada”.

– Hola –dijo el pelirrojo sonriendo ligeramente al ver a su amigo sin que su acompañante lo notara.

– Espero que te la hayas pasado muy bien esta noche –continuó diciendo Deidara saludando al pelirrojo con un gesto de mano.

 

[[Continuará…]]

Notas finales:

Y bueno… eso es todo.

Realmente espero que toda la espera haya valido la pena. Me esforcé muchísimo en hacer este capitulo, además que lo hize casi todo en solo cinco días, pero por mi exámenes de final de semestre, y las vacaciones (que en realidad estuvieron mas agitadas que las semanas “hábiles”, pero bueno) pues… ni tiempo tuve de meterme a amor Yaoi y mucho menos de escribir.

 

De nuevo, mis disculpas por todo esto. Espero aún no se hayan olvidado de este humilde fic. & pues… sin más que decir… Espero veros por aquí pronto.

Prometo no tardarme tanto.

¡Y muchas gracias por sus hermosos reviews! Sin ustedes no estaría aquí mis amados lectores. Dedico este capi a todos ustedes y enserio, los quiero mucho. ¡! J

 

*No sé si quedo claro, pero el comentario de “Kazekage de suna” fue en modo ironía, ya que ellos al vivir en ‘nuestro’ mundo, o más bien, en nuestro universo alterno, no son ninjas ni nada, y es obvio que no existen esas cosas de kages.

Ellos hablaban de una serie (si, Naruto). E ahí el porqué de la ironía por parte de Naru.


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