Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

METAMORFOSIS DE LA NADA II por Yushion

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi.

 

Este capitulo se lo dedico a ANN, es una lectora que estimo mucho mucho, la quiero y nos vamos a casar ajajkaajakja ok no :c pero ella es muy tierna hermosa, y hace poco estuvo de cumpleaños y bueno le prometi que haria un lemon

 

yayayaya adios <3 uwu

Leas y ojala disfruten *-*

 

 

Abro mis ojos perezosamente, es de noche y la obscuridad domina mi nueva habitación. Mi pecho agitado sube rápidamente y baja abruptamente. De nuevo eh tenido pesadillas, donde su rostro sonriente me mira con aquellas obscuras orbes y me recuerda que estoy en una cárcel por amarlo a él, por amar a un hijo de puta.

                                                                

Alzo mis brazos en el aire y siento el fuerte aire helado invadiendo mi blanca piel, no puedo ver mis dedos ya que aquella obscuridad consume toda pequeña luz y simplemente suspiro pesadamente para poder tranquilizar mi agitación, mi miedo.

 

De pronto el olor a champú de chocolate me invadió, aquel delicioso olor que emanaba de aquel hombre. Había quedado impregnada en mis narices su simple esencia, aquel perfume varonil sutil que eriza la piel. Suspire y me ladee un poco para sentir la cálida almohada en mi mejilla.

 

Aquel olor era tan delicioso, sublime. Tal vez exagere, pero en el escenario en donde me encuentra, en esta podrida cárcel, ese olor tan dulce es el más hermoso que eh sentido.

 

 

 

...

 

 

 

 

 

 

 

Otra vez almorzando esta extraña sustancia blanca que me hace dudar constantemente de que sea puré de papas. Muevo la cuchara, hoy no quiero comer 'esto'. Miro a mi derecha y me encuentro con la enorme sonrisa de Kai que es levemente exagerada. Veo a mis alrededor tratando de encontrar a alguien que no conozco, buscando su olor, pero entre tanta gente no lo encuentro y me debo conformar con el olor a jabón de Kai.

 

-          ¿En qué piensas Taemin? -

-          En nada... Kai ¿Ves por alguna parte a ese tal Choi Minho? - alzo la cabeza mientras busco una respuesta, pero obviamente no llega, Kai es egoísta y no quiere que piense en otros hombres. Es joven, un niño, tonto y altanero.

-          No, no lo veo – dijo seriamente mientras comía rápidamente su porción de aquella ‘cosa’

-          ¿Por qué lo buscas Taemin? – Luhan es mucho mas cortes, si dejamos a un lado el hecho de que el primer día me trato de prostituta, perra en celo y muchas más descripciones hacia mi persona. Siempre sonreía, respondía a todo de manera muy lenta, tranquila y cortes, y por lo general era el que mejor podía relacionarse con cualquier tipo de persona que se encontraba en aquella cárcel.

-          Solo… curiosidad – lo ultimo lo pronuncie lentamente, aun no me encontraba seguro si realmente era curiosidad o una gran ‘necesidad’ de seguir oliendo aquella hermosa esencia. Opte por lo último.

-          Bueno, si es curiosidad, él se encuentra en este preciso momento entrando al casino con sus cientos de matones a su alrededor –

-          ¡Luhan! – escucho como Kai le grita, fumigándolo con la mirada por haberme dicho aquel gran dato. Se le notaban los celos, le surgían casi espontáneos, por los poros, y aquello solo me producía risa “Ni siquiera hemos follado”

 

Giro rápidamente hacia atrás, donde se encuentra la dichosa entrada y veo un montón de sujetos, uno diferente del otro y así sucesivamente, pero no lo diferencio, no lo conozco. Suspiro resignado debido a que hay muchos rostros y demasiados cuerpos esculturales que no llamas mi atención. Observo un último instante y de pronto me encuentro con unos enormes ojos que me miran detenidamente, poniéndome nervioso.

 

Sostiene mi mirada de manera insistente. Cabello corto, enormes y voluminosos brazos, carnosos y suculentos labios que de seguro saben a la gloria. Me sumerjo en su mirada ahogándome en un mar de sensaciones que me entrega aquel mar obscuro y tenebroso, sus ojos. De pronto sonríe, de manera rápida y casi imperceptible, y siento mi cuerpo estremecer.

Giro nuevamente y veo a Luhan directo a los ojos, pasmado, como si hubiese visto uno de los peores crímenes.

 

 

De pronto comienza a reír y yo le vemos ambos confundidos. Mi corazón arde, quema, y no comprendo porque o tal vez desee no entender. No puede ocurrirme esto otra vez, no puedo, no debo sentir esta agitación por otro hombre.

 

-          ¡Jajajaja! Que divertido – de pronto seca una lagrima que cae por sus blancos pómulos para luego sostener la cuchara y llevarse aquel asqueroso alimento a la boca, mastica rápidamente mientras sigue riendo interiormente – Taemin… estas perdido. – y nuevamente se echa a reír a la vez que aplaude efusivamente por su repentina alegría.

-          ¿A qué te refieres? – Tengo miedo de aquella risa, me siento incomodo. No sé porque se ríe ¿Perdido? ¿Por qué? Kai se atreve a preguntar por mí y yo sigo observando los dientes flancos de aquel rubio muchacho.

-          ¿No lo viste? Minho casi se come a tu ‘novia’ con los ojos.

 

¿Comerme? Pero si apenas nos observamos por unos segundos, intenso tiempo pero corto al fin. Cubro mi boca sutilmente, acción que ejerzo siempre que tengo una confusión que no deseo aclarar porque siento que es una verdad peligrosa.

 

-          ¡Pero Minho es heterosexual! – Kai se frustra, lo oigo en su tono.

-          Kai, conozco esa mirada. Lamento informarte, pero Minho a puesto los ojos en Taemin ¿De verdad no viste como le sonrió?

-          ¿Sonrió? – Pregunto Kai pasmado

-          ¿Sonreír, que tiene de raro? –pregunte mientras quitaba de a poco los dedos de mis labios.

-          Minho no sonríe…-

 

Y aquella declaración me erizo la piel. Volví a girar y su silueta había desaparecido, como un fantasma que solo se aparecía para estremecer mi débil cuerpo con aquella infinidad de exquisitos olores y miradas que penetraban en mi ser.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Caminaba tranquilamente por los largos pasillos que nos llevarían directamente a nuestras celdas. Ya no me encontraba cerca de Kai o de algunos de los chicos, simplemente hacia otra fila con otros sujetos y nos dirigíamos  a nuestro sector.

 

Me sentía vacio cada vez que escuchaba el timbre sonar y la rejas abrirse. Me encontraba solo en aquel lugar, sin calor humano, sin amor, sin amigos, sin mi madre. La obscuridad te dominaba cuando llegaba la hora de apagar las luces, a veces oías gritos desgarradores de los nuevos chicos como yo, pidiendo a gritos que le sacaran de allí, de esta absoluta y denigrante soledad donde sabes que en cualquier momento terminarías muerto. Yo no pedía por auxilio, de mi boca nunca salían gritos hace días, callado en la completa obscuridad mimetizándome con aquel perfecto negro, siendo uno con la soledad. Había perdido hace tiempo la hermosa sensación de sentirse vivo, de la felicidad, y aquello era más denigrante que estar en estas cuatro paredes.

 

 

A veces me abrazaba a mi mismo en mi pequeña cama, susurrando palabras sin sentido que en aquel lugar sonarían como lógicas o racionales. Cantaba en silencio mientras tiritaba de frio, entre mis temblorosos labios solo salían leves suspiros que trataban inútilmente de cantar las hermosas melodías de mi madre.

 

-          Mi… pequeño Taemin…no le temas a la obscuridad… que mamá siempre te cantara… siempre… mi pequeño Taemin –

 

Acariciando mis brazos observaba hipnotizado el aburrido muro imperfecto, tratando de olvidar.

 

 

 

 

 

 

Un día decidimos con Kai y Luhan pasear por el salón de ejercicios donde se reunían los mas bravos y temibles reos, no sabíamos porque se nos ocurrió esa estúpida idea, tal vez la monotonía nos tenia artos, pero de la nada se nos ocurrió – con la adrenalina en el cuerpo – acercarnos a un grupo de fuertes hombres solo para “Hablar”. Sabíamos gracias a los concejos de Luhan que no podíamos venir y acercarnos descaradamente a hablarles de manera amistosa ya que lo tomarían como una ‘invasión a su territorio’

 

-          ¿Alguna idea de cómo formar un dialogo? – pregunto al aire Luhan mientras observaba a los cientos de hombres que se encontraba ejercitando para así fortaleces sus cuerpos y despejar la mente.

-          Ni idea… ahora que me encuentro aquí pienso que no fue buena idea venir – hasta el momento nadie se había fijado de nuestra pequeña existencia y dudaba que lo hicieran si no hacíamos algo para destacar ¿Pero destacar era una buena idea?

-          Taemin ¿Qué tal si mueves el trasero para ellos? Eso los vuelve locos.

-           ¿Yo? - ¿De verdad? Tengo otros atributos aparte de mi trasero, pero debo aceptar que es lo primero en lo que se fijan aquellos tipos a la hora de elegir su ‘Presa’ - ¿Por qué Kai no?

-          Porque odia ser visto como un pasivo – suspiro en un tono de burla Luhan y yo mire de inmediato a aquel joven de las pequeñas trenzas.

-          ¿De verdad? ¿Nunca?

-          No.

-          Bueno… si no queda de otra lo hare. Además, ya me estaba aburriendo de estar todo el día en el patio.

 

Suspire y observe directamente hacia un lugar vacio donde pudiese modelar en línea recta. Acomode un poco mi vestimenta que no sobresalía mucho aun ya que era igual que la mayoría, naranjo, y de manera lenta y precavida comencé a caminar de manera ‘provocativa’

 

 

“Lo podía observar a la distancia, no necesitaba acercarme mucho para poder deleitarme con su radiante luz. De la nada había surgido su notable belleza, caminando con gran seguridad por entre los reos de fuerte musculatura movía de manera descarada su trasero, su arma mortal, que a pesar de la gruesa tela podía observar perfectamente como aquellos redondos glúteos sobresalían, generándome una extraña sensación de fuerte deseo. Me sostuve en un pilar, cargando todo mi cuerpo en este mientras veía como su pelo largo se movía de un lado a otro como si un repentino viento apareciera solo para destacar más su belleza. A lo lejos escucho a Jonghyun gritarme un ‘¡Minho vámonos!’ y yo simplemente no le hago caso. Déjame tranquilo Jong, deja deleitarme un minuto más con este nuevo juguete”

 

 

 

Sentía como las miradas de un momento a otro se centraron en mi persona, desnudándome inmediatamente con sus ojos entrecerrados y deseándome con su cuerpo necesitado. Algunos dejaron de hacer ejercicio solo para sonreír de manera erótica cada vez que mi vista chocaba con su mirada, solo les devolvía aquel gesto para seguir provocando, y continuaba con mí caminar. Detrás de mi Kai y Luhan, que en ese momento se veían como los niños que sujetan el velo de la novia, o los tipos de ‘seguridad’ que protegen a un famoso cantante.

 

Llegamos a un extremo y observe de inmediato con un grupo de cuatro sujetos nos siguieron casi hipnotizados. Mi trabajo estaba hecho, ahora Luhan comenzaba a actuar.

 

-          ¿Qué tal preciosura? – Uno de los sujetos poso su mano en mi cuello, rozando con un dedo mi largo cuello y con la otra mano me atraía a su voluminoso cuerpo al cual le daba la espalda.

 

Podía sentir su deseo a flor de piel, su leve excitación en mi cubierto trasero y el fuerte mirar de Kai que observaba a aquel sujeto de pies a cabeza. Pero siento otra presencia, presiento que me observan en la distancia pero no logro estar seguro que aquello sea verdad por lo que solo me limito a disfrutar de aquellas fuertes caricias que me hacen recuerdan que realmente extrañaba que me desearan de aquella manera. Veo como a Luhan le coquetean dos sujetos y el solo sonríe ampliamente, esa es su arma mortal: Ser gentil y endemoniadamente tierno. Pero Kai se queda al margen desviando de pronto su vista hacia un punto que no es visible para mí y observa con ira ¿A quién ves?

 

De pronto siento como unos labios atacan los míos bestialmente, entrando en mi oca sin pedir permiso de manera húmeda y ardiente. Me acerca más a su pelvis y ciento su miembro completamente erguido,  lo alejo eróticamente de mí para que no me vea como una falta de respeto y me termine golpeando en el piso.

 

-          Que rápido… - hago un puchero, aquello siempre funciona para bajar un poco la lujuria del otro – Que cruel, lo normal sería que me invitaras a beber antes de devorar mis labios.

Le sonrió coqueto y le guiño el ojo ¿De dónde eh aprendido tanto? No sé si sea buena idea jugar con fuego de esta manera tan irracional, pero este lugar hace que haga cosas incoherentes.

 

-          Que tal consigues unas cervezas para mí y mis amigos, y te doy un pequeño ‘regalito’ ¿Ok?

-          Trato hecho – estrecha mi mano y me rio mentalmente por lo estúpido que es este sujeto como para caer tan fácilmente en mis juegos de seducción. Miro a los otros muchachos y les indico que nos vallamos rápidamente de allí antes de que aquel sujeto cambie de parecer.

Me giro lentamente mientras sujeto el brazo de Kai para cargar mi rostro en él, mostrando que poseo una buena relación y que soy muy amistoso, una buena forma de aparentar lo que no soy. Salemos de aquel lugar caminando tan rápido como nos lo daban los pies, con la adrenalina a flor de piel y con unas bobas sonrisas que nacen cuando uno logra salir vivo de una estupidez.

 

-          ¿Crees que conseguirá las cervezas? -  Pregunto Kai mientras yo volvía a mi estado ‘normal’. Neutral, aleado, distante, pensativo.

-          Yo creo que sí. Mejor entregar el trasero por algo, que entregarlo y no recibir nada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El policía a cargo de mi sector me había designado ser quien lavara la ropa, junto a otro gran numero de reos, los días jueves en la tarde. Entregar un tipo de ‘pasatiempo’ o ‘trabajo’ nos ayudaba a mantener nuestras cabezas cuerdas y funcionando, y les ayudaba para no gastar costos en empleados externos.

Era mi primer día y como pensé Kai no había sido llamado para acompañarme en el trabajo, por lo que me sentía levemente nervioso ya que una fuerte sensación de inseguridad surgió en mí al ver como la mayoría de mis compañeros de trabajo me superaban en tamaño, peso y obviamente musculatura.

 

-          ¡Princesa! – oí como uno de los tipos encargados de la recolección de ropa sucia me llamaba por aquel molestoso apodo. Lo mire por unos instantes, por unos pequeños segundos, y nuevamente desvié la mirada para seguir con mi trabajo. .- ¡Oye! Lleva esta ropa a la lavadora de la esquina.

 

Simplemente tome aquel revoltijo de ropa y me fui, sin observar su rostro.

 

A veces la indiferencia es la mejor herramienta para no crear enemigos. Cuando los miras por mucho tiempo se incomodan y simplemente comienzan a discutir contigo por cualquier tema que salga en el instante, que el pasto es morado y no verde, por dan un ejemplo extremo. Cuando los miras de manera ‘cariñosa’ pueden apegarse mucho a ti o incluso llegan a pensar que les coqueteas, Kai es un buen ejemplo. Pero si los ves por unos segundos y si ninguna expresión, simplemente no tienen un buen motivo como para enojarse o  encariñarse contigo.

 

Me dirigí a aquella enorme lavadora que lavaba nuestros uniformes en seco, depositando lentamente aquel costal de pestilente ropa a un lado de ella. Aun seguía encendida e incluso la ropa que tenía en su interior había sido recién introducida. Entonces ¿Por qué me envió aquí?

 

“Extraño” pensé por unos instantes hasta que nuevamente recogí aquella ropa, con las nauseas dominándome, y simplemente me propuse a volver. Pero algo tomo bruscamente mi hombro dolorosamente debido a que ejercieron una fuerza exagerada en aquella zona. Deje salir un leve quejido de mis labios, dejando caer aquella anaranjada y sucia ropa al suelo, para luego desaparecer de la vista de todos y siendo escondido detrás de la enorme lavadora que cubría completamente mi tamaño.

 

Una mano precioso mi mandíbula con tanta fuerza que temí que se me dislocara en cualquier momento, respire rápido, y abrí fuertemente los ojos cuando aquel extraño sujeto comenzó a levantarme del piso con una fuerza queme erizo la piel (o tal vez yo soy muy delgado y liviano). Frente a mí un rostro tostado se me presento con una cercanía algo incomoda, un fino cabello blanco caía por aquella amplia frente y rasgados ojos me miraban con curiosidad, examinándome, y me confundí al ver que no mostraba ninguna expresión de ira o deseo.

 

-          Ba… ¡Bájame! -  comencé a rasgar con mis largas uñas aquellas tostadas manos en las cuales podías observar aquellas gruesas venas ir de su muñeca hasta parte de su brazo de manera temeraria. No me hacía caso, se encontraba inmerso en mis detalles, tal vez media con sus ojos mi altura, cuanto pesaba, cuantos años tenía, etcétera.

-          ¿Nombre? – aquel muchacho me comenzaba a desesperar, con suerte respiraba y ya deseaba saber mi nombre.

-          Ba…Baja… - demonios, de a poco me estoy ahogando. Mis fuerzas se debilitan y mis uñas abren su piel dejando a la vista aquella rojiza sangre que caía en pequeñas gotas por su brazo.

-          Cállate puta – me lo dijo de manera tan calmada y seria que me creí por unos instantes una verdadera puta.

 

Abrió su mano y caí fuertemente al suelo, tosiendo fuertemente por la falta de aire y el fuerte dolor de garganta que me había producido su fuerte agarre. De seguro terminare con alguna marca.

 

-          Soy Lee Taemin… - Respire hondo y respondí claramente. Mire hacia arriba observando directamente a los ojos de aquel sujeto, cogiendo lentamente mi garganta por temor a que haga lo mismo.

-          ¿Tienes alguna enfermedad?

-          No

-          ¿Edad?

-          25 años

Me sonríe de lado y retrocede un poco. El ruido de la lavadora no permite que mis ruidos se puedan oír.

 

De pronto lo vuelvo a oler, aquella esencia adictiva, tan cerca y penetrante que es casi palpable. Mis pupilas se dilatan y mi corazón se agita al igual que mi respiración la cual se acelera rápidamente solo para poder tener más de aquel delicioso olor a perfume varonil.

Y le veo, frente a mí, mirándome solo a mí y a mi denigrante existencia. Sus enormes ojos inspeccionan mi cuerpo desde las temblorosas puntas de mis pies hasta mis erizados cabellos. Solo le miro indiferente y trago pesadamente cuando una nueva oleada de deliciosa satisfacción olfativa me invade.

 

-          Esta limpio – oigo que aquel tostado sujeto le susurra a sus espaldas.

 

Él se me acerca y yo solo atino a retroceder como un idiota que no sabe si seguir deleitándose con aquel olor o solo escapar por el obvio temor que siente mi cuerpo frente a aquel sujeto al cual admiran muchos pero odian con desesperación.

 

-          Me miras con aquellos serenos e indiferentes ojos mientras tus piernas y brazos solo muestran cuanto miedo tienes en este momento.

 

Su voz gruesa, penetrante, tranquila, serena, destructiva, me presiona el pecho y yo solo ladeo el rostro. Mi cuerpo no se mueve, no me obedece, o tal vez yo no quiero obedecer a mi cuerpo el cual desde hace semanas pide un poco de ‘atención’

 

-          Eres una puta lujuriosa – Me acaba de insultar pero no me importa, tal vez tenga razón, mi cuerpo no miente en este momento: Solo desea ser tocado por aquellas enormes manos. – Hace días le estabas moviendo el trasero a la mitad de la cárcel y ahora… te entregas de manera tan fácil a un extraño.

Sostiene mi rostro en el mismo lugar donde su amigo me agarro como una bestia, pero con delicadeza y cuidado. Acaricia mis labios y siento que mis ojos se humedecen, un  grato cosquilleo se sitúa en mi estomago por aquella pequeña fricción que siento contra las suaves yemas de sus dedos.

 

-          Minho debemos irnos – demanda su amigo pero aquel hombre, Minho, simplemente no le hace caso. Solo se limita a seguir acariciándome, torturándome, delineando mi tensado rostro y luego mi blanco cuello.

 

Pero no quiero ser aquella estúpida adolescente dudosa, que se vuelve loca o estúpida solo porque un hombre guapo se le acerca a hablarle, golpeo su mano para arrebatar aquel tortuoso contacto de mi cuerpo. Me miro algo anonadado y yo solo le sonreí de lado para así demostrar que no soy alguien que caiga tan rápido en sus encantos, aunque la verdad si me encontraba al borde del derrumbe.

 

-          Debo ir a trabajar. No molestes – me levante rápido y sacudí mi ropa, tratando enormemente de no ver nuevamente su rostro.

 

“No contacto visual, no contacto visual” Busco la ropa en el suelo de manera desesperada. La encuentro, pero en el momento en el cual logro sostener la primera prenda aquel tostado sujeto del cabello nevado se hace presente, pisando salvajemente mi delgada mano.

 

Grito fuertemente, me duele mucho,  de seguro me ha rosto más que solo un hueso en mi mano porque siento como si millones de clavos se me clavaran en mis manos cada vez que aquel sujeto nuevamente presiona mi mano. Lagrimas caen de mi ojos y no puedo quitar su pierna de mi mano, nunca eh tenido fuerza en mis manos… siempre tan débil.

 

-          No… Por favor – comienzo a implorar porque no siga. Siempre  le eh tenido miedo al dolor físico, a los cortes, los moretones, como si fuese una maldita niña.

 

De pronto oigo un golpe no dirigido a mí si no a aquel muchacho al cual ya le tengo miedo. Miro y es Kai, plasmando su puño ferozmente en aquellos tostados pómulos logrando que este deje mi mano en paz pero aun así sigue de pie y casi intacto.

Me escondo como perro en una de las esquinas de aquel pequeño espacio, sujetando mi mano que ya no logro sentir y llorando como idiota al ver mis nudillos ensangrentados.

 

Yo no deseaba llegar allí, yo no debería estar aquí y ser golpeado solo por ser como me obligaron a ser. Quiero a mi madre, extraño el calor de mi hogar y las locuras que mis hermanos asían en mi habitación.

Y de pronto caigo en desesperación, en angustia, al saber que solo llevo tres meses de los siete años que me habían dictado. No lograre sobrevivir. Moriré aquí por culpa de estos idiotas que no conocen lo que es la razón, por sus deseos, por sus impulsos salvajes y su poca empatía hacia el otro. No volveré a oír el sonido de los autos, las cigarras en verano, el fresco viento de primavera entrar por mi ventana, el hermoso calor del sol despertarme por las mañanas.

 

Soy un idiota y moriré siendo un idiota, porque me enamore de un idiota que me convirtió en un idiota que ahora llora como idiota. Idiota, idiota, idiota, idiota

 

 

 

 

…..

 

 

 

 

 

Miro mi mano vendada y con cinco fierros que van desde mi palma hacia mis rotos dedos que han sido atendidos ha tiempo. Aun me duelen horrorosamente ya que la enfermera no tiene permitido dar antibióticos o calmantes a los reos por no sé qué mierda.

 

-          ¡Esos bastardos! Claro, a Minho nadie lo toca y ahora somos nosotros los cuales pagamos los platos rotos. –

 

Kai y yo fuimos designados a una celda de castigo por haber realizado ‘disturbios’ en horas de trabajo.

Cuando los guardias llegaron aquel sujeto tostado y Kai seguían peleando hasta el punto donde ambos ya sangraban por la boca y algunos cortes en la cabeza que eran preocupantes. Minho seguía allí, observando, casi como si lo que estuviese observando fuese una obra de teatro realizada para entretenerlo.

Él era culpable de aquella sangrienta pelea y del que yo estuviese prácticamente en estado de shock, pero las autoridades le tenían un impresionante temor hacia su persona al igual que los reos por lo que simplemente regañaron a aquel tostado hombre, llamado Jonghyun, y a Minho solo le dijeron “Por favor, controle a su amigo” y eso fue todo.

 

Ahora yo y Kai nos encontrábamos en la misma celda, ambos lesionados y vendados pero aquel muchacho no paraba de hacer escándalo por la injusticia que se le había hecho a su persona. Había gritado desde que nos metieron allí, sin descanso, toda la tarde y ahora seguía en la noche recibiendo algunos insultos de los otros reos castigados por no dejarles dormir.

 

-          Kai tranquilízate… no puedo dormir. – De todas formas no podría dormir en aquellas húmedas celdas y su penetrante frio.

-          Lo siento… - Se acerco a mí y a mi pálido rostro que se encontraba algo cansado agotado y adolorido  - ¿Aun te duele? – Acaricio lentamente mis mejillas con sus manos vendadas, tratando de darme algo de consuelo lo cual no estaba funcionando.

-          Duele un poco – susurre para luego darle un poco de espacio para que durmiese conmigo.

 

Se recostó a mi lado y agradecí por su alta temperatura la cual se desplazaba por la cama para luego subir mi temperatura de manera grata. Kai solo siguió acariciando mi rostro que ya comenzaba a quedarse dormido por el cansancio, pero sabía que aquellas caricias tenían otras intenciones, otro camino, al sentir como sus caricias se hacían más intensas y descaradas. Su rostro se me acerco de manera lenta, podía oír su agitada respiración, su cálida nariz rozando la mía, sus ojos deseosos observándome.

 

Luego sus labios acariciaron los míos. En resumen, Kai estaba degustando de mí aprovechando mi debilidad. Me beso repentinamente, con aquella humedad que ya comenzaba a extrañar desesperadamente por lo que respondí gustoso a aquella temerosa lengua que entro dudoso a mi boca. Nos besamos, me lamio, lo mordí, y podía sentir como su temperatura comenzaba a aumentar, como su respiración se agitaba cada vez mas y como yo me dejaba acariciar solo por la necesidad de sentir otro cuerpo. Cuando se monto sobre mi supe que ya no había vuelta atrás, mi cuerpo ya deseaba que su miembro entrara en mí, tenerlo entre mis piernas, deseaba ver aquel rostro lascivo y lujurioso que se posaba en las personas que llegaban a poseerme. Extraña todo aquello porque me había convertido en un adicto al cuerpo ajeno, me gustaba sentirme deseado, sentir que con solo mover mi cuerpo podía controlar a cualquiera.

 

Kai me desnudo por completo con la misma rapidez con la cual se había desnudado a el mismo. Nuestros miembros erguidos se rozaron con desesperación, con necesidad, mientras Kai jugaba con mis pezones lo cual me hacia estremecerme y sacaba pequeños suspiros de mi boca. Cuando sentí como el miembro de Kai se endurecía más rápido que el mío, supe de inmediato que era su primera vez, se le notaba en sus movimientos torpes y en la fogosa necesidad de mi cuerpo, en el temblor de sus labios y en cómo me mira estúpidamente creyendo que yo soy el amor de su vida.

 

-          ¡Kai espera! – de pronto detengo uno de los besos y me mira confundido, o más bien algo asustado o desesperado, no logro diferenciar.

-          ¿Q-que ocurre? – me habla con dificultad, bueno cualquiera lo haría si tiene su miembro al borde del colapso.

-          ¿Es tu primera vez? – se que la incomodado mi pregunta pero es mejor saber.

-          Bueno… si –

 

Suspiro pesadamente, sintiéndome algo decepcionado por la respuesta. Me giro lentamente, con cuidado para no mover mi mano, y me acuesto en la cama para poder darle la espalda. Me mira confundido, tomo una de sus manos y la pongo al lado de mi rostro mientras comienzo a levantar mi trasero, sonriendo de lado al notar como su miembro reacciona inmediatamente frente la cercanía de mi entrada.

 

-          Es tu primera vez, eso significa que si sigues tocándome puede que te corras rápidamente. Si la metes ahora duraras más tiempo y ¡AAh! – no logro terminar debido a que se ha atrevido a entrar en mi en plena explicación. Sujeto su mano fuertemente por el fuerte dolor que me ha provocado su repentina embestida sin preparación, me arde un montón. Pero logra quedarse quieto y aquello me ayuda para poder acostumbrarme a su repentina intromisión.

 

De pronto las embestidas salvajes aparecen provocándome un poco de exaltación y una fuerte molestia en mi entrada pero la cual se desvanece de inmediato cuando su miembro entra cada vez más adentro de mi, logrando excitarme. Mi cabeza se nubla y mi miembro comienza a reaccionar. Aquella necesidad de oxigeno se hace presente al igual que las enormes ganas de gemir por mas, pero no puedo, si nos descubren podemos ser castigados aun mas.

 

Muerdo la almohada para ahogar mis gritos que quieren ser liberados por aquellas salvajes embestidas que logran mover la cama. Mi entrada se humedece y mi miembro comienza a gotear. La mano de Kai se dirige a mi necesitado miembro y comienzo a enloquecer, mi cabeza se marea, debido a la fuerza con la cual arremete contra mi interior y con la presión de su mano en mi miembro.

 

-          T-Taemin ¿Puedo venirme? – me pregunta como niño novato.

-          No…. Aun no.

 

El placer que me entrega no es suficiente y no sé porque, siento la enorme necesidad de algo mas, algo que me haga estremecer por completo para lograr liberar mi orgasmo, pero no logro conseguirlo.

 

De pronto sujeto con fuerza mi uniforme el cual yace al lado de nuestros cuerpos sudados, desgarrándolo por mi fuerte necesidad de presionar algo. Lo atraigo hacia mí inconscientemente, casi sin darme cuenta.

Siento aquel olor a perfume varonil invade mis fosas nasales sutilmente, casi de manera nula pero existente. Su olor, el olor de Minho había quedado impregnado en mi uniforme. Olí mi uniforme de manera desesperada y sentí como un cosquilleo se situaba en mi estomago.

 

-          K-Kai … me vengo –

 

Me vine rápidamente, ensuciando con mi esencia la cama y la mano de Kai. Luego sentí como Kai se corría en mi interior, llenándome por completo… pero, eso no lo debía hacer. Casi como si fuese algo instantáneo, lo golpeé fuertemente en su cabeza, en sus heridas, por lo que se quejo rápidamente.

 

-          ¡Duele! ¿Qué te pasa? – me miro algo extrañado, confundido. Yo solo lo empuje para quitarlo de mi interior.

-          Idiota ¿Quién te dijo que te vinieras dentro?

-          Yo… Lo siento. Pensé que era normal correrse dentro… digo, tu eres hombre.

 

Otro golpe a su cabeza.

 

-          Arde idiota…

-          ¿Por qué? – ojos de inocencia.

 

Otro golpe.

 

-          ¡¿No sabes nada del sexo entre hombres?!

-          Obvio que no lo sé, soy hetero.

 

Otro golpe.

 

-          ¿Entonces porque me follaste?

-          No lo sé… creo que era porque olidas bien, como una chica.

-          ¿Cómo una chica? – lo mire confundido, acomodándome lentamente en la cama al igual que él.

-          Si. Luhan dice que algunos hombres liberan muchas feromonas cuando están con otros hombres, por eso uno se siente atraído por ellos. Por eso digo que olías bien, porque esa es la forma en cómo las feromonas se liberan… Digo, cuando un hombre está cerca de la chica siempre siente una sensación extraña de estar como augusto con ella, una mujer nunca olerá mal para un hombre…

-          Me estás diciendo que perdiste la virginidad con un hombre ¿solo porque este olía bien?

-          Si… y también porque eres muy… como decirlo… adictivo.

-          ¿Adictivo?

-          Si. Extraño. Cada día que pasaba deseaba sentir más de ti, quería acariciarte más, abrazarte mas, pasar más tiempo contigo. Hoy tenía una fuerte necesidad de… poseerte, por eso llegue a la lavandería. -  de pronto sus ojos me miran, observando mi piel expuesta su vista – Se sintió genial follarte

 

 

 

 

“Tu cuerpo obsesiona, eres como una droga, por eso eres la mejor mercancía”

 

 

Había entendido a que se refería con aquella frase, con el atributo de ‘Droga’. Cometí un error: haberme entregado a mi ‘amigo’, el no haberme dado cuenta antes de cómo las personas me observaban con un extraño deleite, incluso el tipo que me había llamado princesa me había observado con unos extraños ojos de satisfacción como si estuviese viendo a un delicioso pastel.

 

 

“Siempre que tienen un poco de ti van a querer mas. Atraes a los hombres inconscientemente, porque los necesitas. Sacias tus deseos y te olvidas de ellos, porque así eres. Pero ellos no te olvidan, te recuerdan, te necesitan, hasta el punto de obsesionarse. Siempre llegaran hombres a ti pero tú nunca iras a ellos… porque me amas, y siempre será lo mismo hasta que encuentres una droga que se parezca a ti, una persona igual de perra que tu”

 

Una persona que huela bien.

 

 

Notas finales:

kjakjakajakja ojala les haya gustado este episodio que me costo mucho hacerlo y lo hice en cuatro dias, nuevo record uwu hahaah 

Como lo hice a pedido pues me costo mas adaptrlo y todo y tuve un problema existencial ahah pero no importa, ahora ya lo arregle todo. Ojala les haya gustado y tratare de actualizar pronto 

besos y los amor >< <3 <3 <3 

Dejen Review, que me suben el animo xD! .-. es extraño, soy extraña, asdasda .-.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).