-¡Kibum! ponga atención.-parpadeé un par de veces para regresar al salón de clases, estoy un poco distraído pero no es mi culpa sino la de alguien más.
Siempre he estado enamorado de uno de mis amigos se llama Choi Minho ¿Por qué? Sencillo, es tan perfecto que simplemente basta que me mire para ponerme nervioso. Jejeje y lo más increíble es que a pesar de estar en varios clubes deportivos logra sobresalir en todos ellos, es tan atlético. Pero las materias escolares no se quedan atrás, siempre ha sido el numero uno. Me gusta tanto.
Sin embargo él tiene pareja, un chico de cabello albino de nombre Kim Jonghyun, el tipo es de los mejores en el taller de Música, tiene una voz muy potente además de que también se ejercita, su cuerpo está muy bien trabajado, igual que el de Minho. Jonghyun va en el salón “F” por suerte Minho y yo vamos en el mismo pero aunque estén separados y que cada quien tenga la actitud narcisista y ególatra han logrado mantener su relación por casi 9 meses.
Al salir a nuestro receso de 10 minutos para el cambio de profesor, estaba en los pasillos intentando buscar con la mirada a mi amigo Woohyun que está en el salón de al lado, pero lo que vi no fue a él sino a Minho fuera del salón de Jonghyun, con él, dejé mi mirada sobre ellos dos. Platicaban pero por sus caras diría que es algo más que una charla, quizás una discusión. Lo confirmé cuando Jonghyun quiso besar a Minho pero este se retiró incluso lo aventó un poco brusco para sacárselo de encima.
Minho caminó de regreso al salón de clases, noté que habían dado el timbre de entrada así que igual que el resto de mis compañeros nos metimos al salón a seguir con las clases.
La última clase estuvo serio, ya no participó como antes de salir al receso. Sentí la necesidad de ir a su lado, a la silla sola y preguntarle si todo estaba bien, pero no lo hice. A la salida nos fuimos el mismo grupo de amigos me sorprendí porque Minho iba con nosotros.
Entonces era mi oportunidad de preguntarle un poco respecto al tema de Jonghyun y esa discusión que vi en el pasillo. Me fui a un lado de él, iba más serio de lo normal.
-Difícil la tarea del profesor Park.- le comenté sacándolo de sus pensamientos, tronó los huesos de su cuello y luego sonrió.
-Sí un poco difícil pero con suerte tus padres te ayudarán a mí al contrario... es muy difícil hacer que ChangMin me ayude con la tarea.- acomodé mejor mi bolso en mi hombro mientras miraba mis zapatos.
-Me imagino que tan difícil ha de ser vivir con tu hermano.- él me miró sorprendido.
-¿Por qué lo dices?- no creo que se haya molestado, pues se estaba riendo.
-Porque ChangMin que yo sepa, trabaja en la tarde y noche.- vi como asentía.
-Tienes razón, de alguna manera me es difícil pero ya me acostumbré a ese ritmo.- me dijo mientras se ponía en ambos hombros su mochila.
-De menos tú sí sabes lo que pasa en tu casa.- comenté riendo pero mi risa se detuvo cuando vi que la camioneta de mis padres pasaba enfrente de mí. La reconocería dónde sea, ese rayón en la parte posterior derecha, el espejo del copiloto fijo con cinta negra y estrellado más un golpe en la cajuela. Mi madre no es la mejor conductora del mundo. A pesar de que lleva el volante, se asomó por la ventanilla y gritó.
-¡Vamos a la casa del tío Lee, no nos esperes despierto!- otra vez se iban sin mí, solo logré asentir para que ellos dieran vuelta. Espero que no se metan en problemas, otra vez, con la policía de tránsito.
-Creí que tu mamá no manejaba.-me dijo Minho, de inmediato recordé dónde estaba.
-No, no sabe. Apenas se está enseñando.- le contesté para que sonriera.
-Te acompaño a tu casa, ChangMin no está y no traigo llave.- eso hizo que internamente sonriera, cuando no tenía la llave solía tardar para regresar a su casa.
-Sí, está bien.- me limité a decirle, el resto de mis amigos siguió su camino a una plaza comercial, mientras Minho y yo giramos para llegar a mi casa. No sabía qué pensar; si había terminado con Jonghyun ésta sería mi oportunidad para decirle lo que siento.
Llegamos y abrí la puerta para dejarlo pasar. Al entrar en un de los sillones de la sala había un nota pegada, la tomé y leí “La comida está en el refrigerador, caliéntala en el micro, te quiere mamá” siempre me deja esas notas espero no encontrar más.
-¿Qué ocurrió con Jonghyun?- le pregunté después de estar hablando asuntos de la escuela, él suspiró y apretó sus puños que los tenía sobre las rodillas.
-… No quisiera hablar de eso.- fue lo único que me dijo, no quise seguir con ese tema, así que prendí la tv. Para darle espacio a que retomara la anterior postura me excuse diciéndole que iría por algo de agua. Cuando regresé él ya estaba más tranquilo, así que solo le entregué un vaso con agua, él lo tomó y con calma la empezó a beber.
Después ya no me animé a seguir interrogándole así que vimos la tele como por dos horas, pues empezó la película de The Hobbit que a ambos nos interesó por lo que no hablamos durante el tiempo que duró. Cuando terminó ya era hora de la comida. Fui a ver qué había cocinado mi madre y vi un poco de kimchi no es que no lo quisiera sino que todavía había ensalada. Regresé a la sala para ver qué quería Minho.
-¿Quieres ensalada o kimchi?-
-Kimchi está bien.- me contestó sin pensarlo y casi cuando terminé mi pregunta. Levanté la ceja; me sorprendió su respuesta. Pero bueno él se lo va a comer, no yo. Me regresé a la cocina y calenté una ración de kimchi.
Cuando regresé a la sala se las tendí él lo recibió y empezamos a comer tranquilamente. Entonces se me vino a la mente mi confesión, si la digo hoy bajos estas circunstancias, podría pasar algo pero aun no es la hora, son como las 4pm, tengo aun tiempo para pensar bien en qué diré, además…
-Kibum.- me llamó sacándome de la burbuja de pensamientos. –¿Puedo usar tu baño?- preguntó mirándome hasta que asentí. Lo dirigí hacia el baño pero me pidió esperarlo, no pierdo nada así que lo hice.
Cuando salió nos fuimos la sala y nos pusimos a hacer la tarea, así era mucho más fácil, a las cosas que no entendía él me las explicaba y viceversa. Nos tardamos más de lo que esperé en hacerla tarea eran las 6pm. Pronto regresaría ChangMin y con él, Minho a su casa. Pero no era momento de pánico. Me relajé y prendimos la tv, empecé a buscar algo bueno pero no había nada, así que vimos de esos programas para niños.
A pesar de ir a nivel medio superior las cosas que hacían en el programa nos hacían reír en ver eso se fue otra media hora, ya me empezaba a sentir presionado, era un poco tarde así que le pedí disculpa pero me tenía que ir a bañar.
-No te preocupes, tómate tu tiempo.- me contestó así que asentí efusivamente. Me fui corriendo hacia mi cuarto ya que tengo baño en él. No tarde nada en elegir mi ropa y menos en la ducha. Al salir me sequé el cabello aun caía agua por sus puntas por lo que me puse la toalla en los hombros para que no se estropee mi ropa. Regresé a la sala; Minho aun estaba mirando televisión.
–Ya regresé.- me acerqué y sonreí.
-¿Y cómo estuvo la ducha?- me preguntó sonriendo de lado.
-Mojada- me limité a contestarle.
-Ya veo.- me contestó haciendo referencia a mi cabello del cual aun caían gotas de agua. Solo me pasé la toalla por la cabeza para aventarla por algún lado y volverme a sentar. Pero antes de poder hacerlo, él se paró; me tomó del cuello y miró mis ojos, tragué saliva.
-¿Qué pa…-no me dejó terminar pues se apoderó de mi boca, me sorprendí, pero al verle neutral decidí no preocuparme y disfrutar del beso. Era lento, pasaba su lengua por toda mi boca, yo solo la abría más. El beso se volvió más apasionado y salvaje tanto que nuestras lenguas tuvieron una pelea para saber cuál era la que ganaría, que fue la de Minho. Se notaba que no era la primera vez que hacia esto pues respiraba muy bien para no cortar el beso. Mientras sus manos recorrían mi pecho por debajo de la playera y empezó a moverse, tocando mi abdomen y pecho.
Yo solo respondía a sus caricias, ambos nos tiramos en el sillón, me empezó a desnudar, a besar mi cuello así fue bajando hasta llegar a mis pezones, uno de ellos empezó a lamer y succionar mientras que el otro era oprimido por sus dedos. Me sentía morir con todas esas caricias y mi miembro empezó a crecer.
Cosa que él enseguida notó, y comenzó a mover su cadera de manera que nuestros miembros se rozaran, yo me arqueaba del placer. Pero no me quería quedar atrás así que le quité la playera y la aventé, después me besó el pecho mientras me desabrochaba el pantalón tiró de la tela hasta que quedé desnudo enfrente de él. Eso me excitó más.
Minho tomó mi miembro y se agachó hasta su altura para empezar con sublimes lengüetazos que no hacían otra cosa más que me arqueará. Así estuvo unos momentos, miré al reloj, eran las 7:15 pero ya no me importaba.
De repente sentí como algo caliente rodeaba mi miembro, ¡era la boca de Minho! ¡Se había metido mi pene! Empezó con un sube y baja que simplemente me volvía loco, uno dedo se colocó en mi entrada y empezaban a penetrarme. Estaba al borde del éxtasis; de repente sentí un segundo dedo que se trataba de introducir dentro mío.
Cuando lo hizo me incomodó tanto que traté de salir de su alcance, esto lo notó Minho y para calmarme empezó a recorrer mi glande con su lengua ¡Dios! Qué bien lo hacía. Esta no era su primera vez, lo notaba muy bien.
Por una última vez me arqueé y sentí una corriente recorrer toda mi espina, terminando en la boca de Minho, creí que se molestaría pero no, sólo se levantó y me besó, dándome a probar de mi propio semen.
Fue otro beso apasionado, cuando nos separamos todavía nos unía un hilo de saliva.
–Min-Minho yo…- no pude decirle más, elevó mis piernas poniéndolas en sus hombros dirigiendo su miembro a mi entrada y empezó a empujar lentamente. Sólo me limité a cerrar los ojos.
-¿Eres casto?- me preguntó mirándome a los ojos; asentí con un poco de pena. –No importa.- me dijo mientras tomaba mi mejilla y hacia que lo mirara a los suyos –Cuando te penetre, me dirás lo que ibas a decirme.- volví a asentir, entonces empezó a empujar, entrando despacio. De la nada me embistió entrando todo su miembro en mí.
-Ahh…Min- Minho yo te-te amo- susurré al sentir como entraba más en mi cuerpo.
-¿Me…amas?- empezó a embestirme.
-Sí… ah, te amo- le contesté mientras me embestía más fuerte, más profundo. Lo hizo en diferentes posiciones hasta que sentí que otra vez iba a terminar. –Min- Minho yo voy…-no le importó, me daba más fuerte llegando a hacer rechinar el sillón, cerré mis ojos al sentir de nuevo esa sensación de electricidad recorriendo mi espalda, terminé en nuestros pechos y él dentro mío.
Sentí como un líquido caliente llenaba mis entrañas.
-¿Quieres ser…mi, novio?-le dije y ante esta propuesta empezó a embestirme otra vez. Gracias a su semen sus movimientos se hacían más rápidos que los anteriores.
Me encontraba extasiado, mis ojos se cerraron más seguía despierto, sentía como me daba cada vez más dentro. De la nada, cada movimiento, cada sonido incluso las sensaciones empezaban a desaparecer, me costaba tener los ojos abiertos o solo estar consciente.
…
-…- qué diablos. Me removí en el sofá lastimándome con la codera. Miré el reloj pasaban las 9pm miré mi cuerpo que seguía desnudo, intenté levantarme del sofá para buscar a Minho, quizás estaba en el comedor o en el baño. No pude moverme mucho pues me punzaron las pompis.
¿Las pompis?
Sonreí al recordar lo que pasó antes de dormirme ¡había hecho el amor! Y no solo eso ¡sino con Minho! Con la persona que más amo y con quién estoy dispuesto a enfrentarme a la sociedad, a mi familia ¡a todos con tal de ser feliz con él!
Mientras me recostaba de nuevo miré un papelito en la mesa de la sala, a un lado de los platos sucios, alcé una ceja extrañado ¿otra nota de mi mamá? Me estiré aun lastimándome pero la tomé. Me pregunto qué será.
“Kibum, para cuando despiertes ya no voy a estar, gracias por la comida y por hacer la tarea juntos. Me gustó mucho el Kimchi de tu mamá. Posdata: Pero lo que más me gustó fue darte duro, gracias por darme tu virginidad. Sin embargo yo amo a Jonghyun y somos novios. Lo siento y de nuevo gracias.”