Cómo lograr persuadir a Barnaby para que lo aceptara – ese era el desafío.
Kotetsu sabía lo que le gustaba a Barnaby. Le gustaba... la ópera, y los daiquiris de frutilla en la noche, le gustaba el color rosa un poco más que el rojo, y le gustaba Kotetsu, de alguna forma al menos. En realidad había una lista mucho más extensa, pero Kotetsu pensaba que nada de eso lo ayudaría con mucha eficacia. Podía darle a Barnaby cd’s de ópera, tragos, y chucherías rosadas pero todo ello sería increíblemente obvio y no lo suficientemente importante.
Lo que realmente necesitaba era un modo de lograr que Barnaby notara cuánto se preocupaba Kotetsu por él y cómo siempre haría lo mejor para hacerlo feliz, aún al costo de su propia felicidad. Sólo que quizás no admita la última parte.
¿Pero qué debería hacer?.
El día había transcurrido con suficiente normalidad, pero Kotetsu percibía que había cierta tensión en su relación. Y lo peor, era el saber que todo era su culpa. Barnaby deseaba que las cosas se desarrollaran normalmente, y él actuaba normalmente, pero Kotetsu se encontraba francamente incapaz de hacer lo mismo. Estaba disperso, con la vista clavada en la pared mientras su mente viraba entre lo que podía hacer para enamorar a Barnaby y cuán triste se sentía por ser rechazado.
En verdad ya no le agradaba más permanecer solo. Extrañaba tanto a Tomoe, y continuaba muy lejos de Kaede, de su madre, y de su hermano. Barnaby lo entendía y estaba allí para él. Por un momento consideró que quizás pedía demasiado, más de lo que merecía, pero eso lo hizo sentir peor, así que desechó el pensamiento.
Esa noche contempló la idea de llamar a su hermano una vez más y pedirle su opinión. Pero como Muramasa había dicho, no tenía ningún consejo para un romance gay. Kotetsu no quería molestarlo, de todos modos. En vez de eso se acomodó en su sofá y abrió su laptop. Luego de cerca de un minuto de quedarse mirándola, decidió intentar una búsqueda sobre cómo atraer a alguien.
Tenía que comenzar por algún lado...
Fue recibido por una lista de sitios y comenzó a investigar.
Primero buscó consejo: ‘Muestra tu buen lado, mantente casual... no permitas que tus esperanzas crezcan, aprende a rendirte.’
Eso era menos que brillante. Todo eso ya lo sabía e intentó ignorar la última parte. Únicamente necesitaba ideas. Muchas de las cosas que encontraba también eran tan corrientes y poco útiles como el del primer sitio, pero logró hallar algo más. Solamente debía ponerlas en acción.
Lo primero era hacer algo útil por Barnaby. Algo que él no esperaría y que lo ayudaría a tener un mejor día.
Tenía la perfecta idea, así que llegó muy temprano al trabajo al día siguiente. Kotetsu siempre era la razón por la que estaban atascados en papeleo y otras cosas como esa. Así que reunió todos los reportes que debían llenar y se puso a trabajar en ellos. Cuando se acercaba la hora en que debían arribar a la oficina, fue por un vaso de café recién hecho, de modo que estuviera allí aguardando a Barnaby sin esperar demasiado tiempo como para que se enfriara.
Entonces volvió a su escritorio y se puso a trabajar, aunque estaba prestando más atención a la puerta y aguardando la reacción de Barnaby. Varias veces estuvo a punto de arruinar sus reportes gracias a su distracción. Pero luego de lo que pareció una eternidad, al fin, Barnaby entró a la oficina. Saludó a Kotetsu, fue hasta su escritorio, y se sentó.
Poco después, Kotetsu fue recompensado cuando su compañero habló.
“¡Guau, has adelantado mucho trabajo! ¿El café es para mí?” preguntó Barnaby con una ligera desconfianza.
“Sí. Me sentía mal por toda mi pereza, y pensé que quizás podría traerte algo para beber.” Comentó Kotetsu casualmente. Se aseguró de continuar actuando casual, justo como decía la página. ¡Casual, casual!.
“Bueno, gracias,” dijo Barnaby con una sonrisa y se sentó frente a la computadora.
“De nada,” contestó Kotetsu y se concentró en su trabajo nuevamente, el intercambio de palabras dejándolo de muy buen ánimo.
Pasó el resto del día en la oficina. Pero, como siempre, tuvieron una llamada. No eran tan frecuentes como cuando trabajaban con los otros héroes, así funcionaban las cosas en la Segunda Liga, pero aún así debían salir bastante a menudo.
Desafortunadamente, tuvo menos éxito con la misión que la que había tenido en la oficina. Kotetsu estaba extremadamente distraído todo el tiempo, pensando en Barnaby e intentando impresionarlo, por una vez, al intentar pensar antes de llevar a cabo sus acciones.
Pero las cosas salieron terriblemente mal cuando hizo un estúpido movimiento que llevó a su enemigo a toparse con Barnaby. El hombre con el que luchaban utilizaba para defenderse algo cuya forma recordaba definitivamente a la enorme cola de un escorpión. Kotetsu no sabía si era un NEXT o si alguien había conseguido cruzar exitosamente un humano con un insecto, pero ello no tuvo importancia cuando vio al aguijón penetrar limpiamente el costado del suit de Barnaby, una evocación del momento de cuando el H-01 cortara su pierna tantos meses atrás.
Barnaby dio un grito de sorpresa y cayó.
Kotetsu parpadeó antes de cargar contra el hombre con todo su poder. Decidió que su error no era una total pérdida. Terminó con la suficiente rabia como para atrapar al malhechor, aplastándolo contra el suelo y sosteniéndolo allí hasta que los policías aparecieron y lo esposaron con todo éxito – y aseguraron la cola, por supuesto.
Entonces fue tiempo de preocuparse por Barnaby, sentado en el suelo sin su casco, y Kotetsu estuvo instantáneamente arrodillado a su lado. “¿Estás bien? ¡Lo siento tanto, Bunny!”
Barnaby hizo una mueca y observó en su costado, a través del agujero en su suit, una horriblemente roja e hinchada picadura. “Estoy bien, probablemente. Se ve peor de lo que duele.”
Sus palabras no tranquilizaron a Kotetsu, quien estaba intensamente furioso consigo mismo a la par que intentaba contenerse de abrazar a Barnaby. La picadura parecía insignificante comparada con otras heridas, pero igual se sentía tan mal como si hubiera sido el responsable de que Barnaby hubiera perdido una pierna. “Pero, pero Bunny...” Oyó el sonido de pasos y echó una mirada sobre su hombro para ver a los paramédicos.
“Ellos ayudarán a hacerse cargo de esto, ¿está bien?” Dijo Barnaby, en un claro esfuerzo por mantener su voz modulada, pero Kotetsu podía adivinar que el chico estaba algo intranquilo.
“Pero yo debería cuidar de ti.” Las palabras escaparon antes de que Kotetsu pudiera detenerlas, y mantuvo sus ojos en la picadura.
“Kotetsu...” Suspiró Barnaby. “Por favor permite que los paramédicos hagan su trabajo.”
“Pero Bunny, yo...” No fue capaz de decir mucho más, mientras se le pedía que se quitara para que pudieran tratar a Barnaby. Kotetsu permaneció mirando más que miserablemente antes de volverse. ¿Quizás podría remediar el mal haciendo algo similar a lo que había hecho esa mañana? No, él era la razón por la que Barnaby había sido herido y debía compensar eso.
Cuando Barnaby ya había sido atendido, buscó a Kotetsu.
Kotetsu había permanecido en el sidecar, aún en su suit mientras intentaba en vano dormir bajo el calor. Era completamente ridículo, quedarse dormido incluso antes de abandonar el escenario. Se sentía estúpido y depresivo ya por entonces y únicamente quería escapar.
“Kotetsu,” dijo Barnaby mientras apoyaba una mano en el hombro de Kotetsu. “Deja de deprimirte.”
“No estoy deprimido.”
“Sí lo estás.” Barnaby permaneció allí. “Sí, lo arruinaste todo, pero no importa. Suele suceder.”
Dolía más que se lo confirmara. “Eso no me hace sentir mejor, Bunny. Se suponía que debía cuidarte al ser tu compañero, pero fallé.”
“Sí, como mi compañero de trabajo y amigo, puedo ver cómo te sientes,” dijo Barnaby firmemente, y Kotetsu tuvo la sensación que Barnaby quería dejar en claro que estaba poniendo alguna clase de límites. Era un sentimiento incómodo. “Pero no ayudará que sólo te vayas y te quedes sentado aquí sintiéndote molesto por ello.”
“Bueno, tampoco ayuda estar allí dando vueltas y observar que estén tratándote por algo que yo hice.”
Permanecieron en un incómodo silencio, donde Barnaby continuó observando a Kotetsu. No era una buena sensación. Kotetsu recordaba cuando no se soportaban, e incluso cuando tenían sus peleas sobre la confianza, pero la sensación que tenía en el sidecar en ese momento era diferente a cualquiera de ellas. Se sentía más distante, como si supiera que Barnaby se alejaría a pesar de sus promesas de que continuaría siendo su amigo.
“Esto no va a funcionar,” dijo Kotetsu finalmente. “Lo arruiné todo, Bunny. Debí mantener la boca cerrada.”
“No arruinaste nada con eso, viejo. Pero necesitas calmarte, y tener en claro ya mismo que no soy tuyo para que cuides de mí.” El tono de Barnaby era gentil mientras finalmente se sentaba en su motocicleta. “No soy de nadie. Esto no tiene por qué ser tan difícil.”
“¿Cómo puede ser todo menos difícil? No puedo dejar de pensar en ti, y entonces logré que te hirieran. Y no puedo tener la boca cerrada.” Siempre había tenido el segundo problema.
“Kotetsu, vamos. Deja de hablar así.”
“¡Pero sabes que es verdad!” Insistió Kotetsu. La culpa había tomado lo mejor de él. Cuando Barnaby no contestó, confirmó sus miedos. “¿Qué es lo que haremos, Bunny? No puedo-no puedo dejar de pensar en ti.”
“Eso nunca fue un problema antes.”
“Pero ahora que lo sabes, ahora que salió a la luz, es difícil no pensar en ello,” puntualizó Kotetsu. Con Barnaby estando consciente de sus sentimientos, no tenía que esconderlos. Sólo tenía que superarlos.
“Ya veo.”
“¿Qué haremos? Dime cualquier cosa que yo pueda hacer para que las cosas mejoren, Bunny, y te prometo que lo haré.”
“Deberíamos trabajar separados por un tiempo.”
Kotetsu no esperaba eso y su mandíbula cayó. “¿Eh?”
“Es todo lo que podemos hacer. Continuaré viéndote en un plano social, pero si vas a ser un obstáculo en el las llamadas ya no puedo trabajar contigo. Es inseguro.”
Devastado, Kotetsu no pudo hallar una respuesta.
“¿Kotetsu? Es sólo por el trabajo. Es lo mejor, ahora mismo. Será peor si algo así sucede otra vez.”
Tenía razón, pero eso los separaría, significando que tendría muchas menos oportunidades de conseguir el interés de Barnaby. “Yo, pero tú...” Otro pensamiento lo asaltó, uno que lo hizo sentir aún más bajo. “Probablemente te envíen de nuevo al grupo principal.” Sus hombros se desplomaron. Si Barnaby ya no iba a estar luchando a su lado, no había razón para que el muchacho estuviera en la Segunda Liga.
“Supongo que sí.” Barnaby se oyó inseguro en ese momento. Pero duró sólo un segundo. “Debes entenderlo, entonces.”
“Lo entiendo. Pero no me gusta.”
“No esperaba que sí,” dijo Barnaby con dureza. “A menudo no nos gusta lo que es mejor para nosotros. Por ahora, es mejor que nos vayamos.”
“Ajá.”
“Habrá que llenar papeleo adicional a causa de la herida.”
“Supongo.”
Barnaby finalmente dejó de hablar a pesar de que era claro que estaba molesto por ello. No era la mejor forma de terminar una conversación, y Kotetsu supo que eso simplemente los dejaba a ambos sintiéndose deprimidos.
A pesar de todo, no dijo una palabra.
Trabajar solo en la Segunda Liga apestaba, realmente. Barnaby fue trasladado al día siguiente, y Kotetsu estaba asustado de preguntar qué razón había dado en su solicitud de reingreso. De igual modo no importaba, porque Lloyds había insinuado muchísimas veces que quería a Barnaby en el grupo principal.
Ello dejaba a Kotetsu mucho tiempo solo. Continuaban compartiendo la misma oficina, pero Barnaby raramente estaba en el mismo sitio con él. Estaría en una llamada, en una entrevista, o en algún evento promocional. Y dado que temporalmente ya no eran un equipo, nadie tenía la necesidad de decirle a Kotetsu cuándo Barnaby iba a concurrir a alguna clase de evento social.
Que estaba triste era decir poco.
Intentó encontrar consejos en la grandiosa red de internet, pero ya había perdido su energía desde el primer esfuerzo. No podía hacer nada bueno por Barnaby si no estaba allí. Y estaba siempre tan ocupado que no se veían tanto fuera del trabajo, a pesar que había dicho que lo harían.
Kotetsu definitivamente sentía que con toda efectividad había perdido a su mejor amigo. Y la situación no le suscitaba ganas de hablarle a nadie, realmente. Antonio intentó llamarlo una par de veces, incluso Ben. La única vez que Kotetsu contestó, tres días luego del cambio, fue cuando su hermano lo llamó.
“He estado viendo muchísimo a Barnaby en la TV, pero no a ti,” dijo su hermano cuando Kotetsu atendió.
“Ah, sí.” Kotetsu se quedó mudo como sabía que haría.
“Má y Kaede lo han estado notando también. ¿Qué hiciste?”
La acusadora pregunta hizo que el silencio de Kotetsu fuese muy breve. “¿HACER? ¡No hice nada! ¡Tuvimos un accidente durante una llamada y él decidió que era lo mejor si trabajábamos separados por un tiempo!”
“Bueno, algo debió haber sucedido,” bufó su hermano. “¿Por qué Barnaby decidiría algo así?”
“Yo estaba distraído y él fue atacado por alguien, ¿está bien?”, dijo Kotetsu rápidamente, esperando que su hermano fuera lo suficientemente inteligente como para comprender a qué se refería con estar distraído. “Eso es todo. Sólo será por un pequeño tiempo.”
“En verdad no es tan malo como pensé que sería,” murmuró Muramasa y Kotetsu se sintió un poco ofendido.
“Grandioso,” dijo Kotetsu secamente. “¿Llamaste sólo por eso?”
“Bueno, estaba preocupado por ti,” admitió Muramasa. “No has tenido una cita en un muy largo tiempo, y ahora que tienes estos sentimientos por tu compañero, supongo que sólo estoy curioso sobre cómo estás sobrellevando todo con las demás cosas que te están sucediendo.”
“Cosas.” Kotetsu sabía a lo que se refería. Sus poderes habían permanecido por un minuto durante un tiempo, pero los segundos se habían estado perdiendo lentamente. Actualmente llegaban a los 48 segundos. Intentaba ignorar el hecho lo mejor que podía, lo cual era mucho más fácil cuando estaba enfocado en Barnaby. Barnaby era el único que ayudaba.
Muramasa continuó. “No quiero que estés de mal ánimo, eres mi pequeño hermano después de todo y no quiero que hagas nada estúpido.” Las palabras se oyeron muy lentas, muy cuidadosas.
“¿Estúpido? ¿Estúpido como qué?” preguntó Kotetsu, su irritación creciendo.
“¡No lo sé, Kotetsu, sólo – estúpido! ¡No piensas cuando estás alterado!” la voz de Muramasa se elevó.
“¡Por supuesto que no! ¡No sé qué hacer!” le gruñó Kotetsu en respuesta. “¿Qué demonios harías? ¿O puedes siquiera darme una respuesta?”
“¡Kotetsu! Kotetsu, cálmate,” dijo Muramasa, elevada aún su voz antes de que se detuviera y tomara perceptibles y profundas inspiraciones. “¿Cuándo fue la última vez que tú y Barnaby hablaron?”
Kotetsu hizo memoria; la última vez que hablaron fue sobre Barnaby adquiriendo un nuevo diario. Seguía intentando con todas sus fuerzas recobrar sus memorias y cuando algo surgía en su mente, intentaría ponerlo por escrito tan pronto como fuera posible. Era un lento proceso en general, y algunas veces provocaba que Barnaby tuviera pesadillas y ataques de pánico. Kotetsu no deseaba nada más que abrazarlo cuando eso sucedía, y decirle que todo estaba bien. “A la hora del almuerzo, hoy.”
“Bien. Así que no han pasado días. Escucha, lo llamas luego que acabemos de hablar y le pides de salir.”
“¡¿Qué?!”
“No puedes hacer que las cosas vuelvan a la normalidad si no lo intentas. Pienso que estarás más triste si dejas que todo esto pase así nada más.”
“Sí...”
“Llámalo, ¿está bien? Ve si le interesa tener un almuerzo extenso mañana o algo.”
“Yo – está bien,” cedió Kotetsu. No quería parecer lastimero y desesperado, incluso si estaba desesperado, pero eso no sonaba tan mal.
“Llámame si necesitas algo, ¿está bien?”
“Lo haré. Gracias,” contestó nerviosamente Kotetsu.
Creyó poder oír una pequeña risa al otro lado de la línea. “No hay problema, hermanito.”
Barnaby aceptó salir a comer con él, y Kotetsu llamó a eso una pequeña victoria. Su voz había temblado cuando llamó a su compañero, y estuvo seguro que fue notable antes que fuera capaz de sonar más normal. Estaba nervioso, y se enredó en sus palabras por completo, pero le dijo a Barnaby que extrañaba salir con él – lo cual era completamente cierto, estúpido enamoramiento o no.
Así que al día siguiente, Kotetsu se encontró entusiasmadamente sentado en una mesa de picnic en el parque cercano que solían recorrer algunas veces. El día estaba cálido, pero no en exceso y estaba agradecido por eso. Ya había seleccionado un par de emparedados y ensaladas junto con un café para sí mismo, y un smoothie, horrible pero de apariencia saludable, como los que Barnaby tomaba una vez a la semana.
“Ya tuve uno de estos ayer, pero está bien.”
Kotetsu levantó la mirada para ver a Barnaby echarle una ojeada al smoothie. “Oh. Lo siento.”
“Está bien.” El muchacho se sentó frente a Kotetsu, alcanzando la bebida, de todas maneras. “Supongo que podré soportar desviarme de la rutina una vez cada tanto.”
“Oh.” Kotetsu repentinamente se encontró sin nada que decir.
Afortunadamente, Barnaby sorteó eso. “Tuve otra memoria súbita anoche.”
Eso atrajo la atención de Kotetsu. “¿En serio?”
Barnaby asintió. “No era algo demasiado importante, pero recordé una clase que tomé durante mi primer año en la academia, de salud y nutrición. No sé por qué volvió a mí, y actualmente tampoco sé por qué Maverick la habría borrado.”
“Pero lo importante es que recordaste algo,” señaló Kotetsu.
“Bueno, sí. Eso creo. Descubriré lo que significa a su tiempo.” Barnaby no parecía completamente complacido por la idea, sin embargo, y le dio un sorbo a su smoothie.
“Lo harás,” le aseguró Kotetsu. “Y sabes que te ayudaré si puedo.” Siempre ofrecía su ayuda, aún incluso antes de que sus fuertes sentimientos se hicieran conocidos.
Barnaby asintió mientras desenvolvía su emparedado. “Lo sé.”
“Aparte de eso, ¿todo está bien?” preguntó Kotetsu, y estaba genuinamente sorprendido de cuán fácil era hablar con Barnaby. Creía que sería muchísimo más dificultoso, pero el lazo entre ellos estaba mejor de lo que había pensado. Se sintió un poco enojado consigo mismo por eso.
“Sí. Las cosas han estado yendo bien.” Hizo una pausa. “He estado trabajando bien fuera de la Segunda Liga,” dijo lentamente.
“Oh.” Kotetsu aún así quería saber cómo le estaba yendo, incluso si era doloroso.
“Pero voy a volver,” dijo rápidamente. “Prefiero trabajar contigo. Quiero decir, no voy a volver prontamente, pero planeo hacerlo.”
“¿Por qué no ya?”
Barnaby sólo le dio una mirada.
Kotetsu suspiró. “Sí, sí, lo sé. Yo sólo... bueno, te extraño.”
“Oh. Yo también te extraño,” admitió Barnaby y comenzó a relajarse antes de que súbitamente hiciera una mueca de dolor y se retorciera. “Ow.”
“¿Qué pasa?” preguntó Kotetsu, alarmado.
“La picadura aún duele. No quiere sanarse.”
“¿En serio?” Bien, ello lo hacía sentirse mal.
“Sí. No sé qué es lo que está mal con la herida, ya ha sido examinada muchas veces.”
Kotetsu tuvo que aplacar su intensa preocupación, la urgencia de saltar sobre Barnaby y comportarse tan afectuosamente como fuera posible en algún estúpido intento de hacer que el dolor desapareciera. “¿Nadie sabe por qué está así?”
Barnaby se encogió de hombros. “No, pero aparte de una punzada de dolor cada tanto, no me molesta mucho.” Miró a Kotetsu y debió notar la expresión en su cara. “Kotetsu, estoy bien. No es tu culpa en realidad.”
“Sí lo es.”
“No fuiste tú quien me clavó ese aguijón,” dijo Barnaby, sonando molesto.
“Sí, bien, pero sigo siendo la razón por la que te hirieron, porque no pude prestar atención.”
“Si pudiera corresponder a tus sentimientos, lo haría.”
Kotetsu se sobresaltó, irguiéndose en su sitio. “¡Eh!”
“Ojalá pudiera, Kotetsu, de verdad desearía poder. No me gusta que te culpes de esa forma y te sientas mal. No deberías sentirte así.”
“Yo...”
“Mira, como dije, no regresaré al trabajo aún. Pero tampoco voy a dejarte solo. Te digo qué...” Se inclinó hacia adelante. “Intentemos comer juntos a diario. Una comida, almuerzo o cena, o si puedes ser persuadido de no ignorar tu alarma por tanto tiempo, quizás incluso hasta un desayuno.”
“¿Hablas de levantarse tan tempraaaanoooo?” Kotetsu hizo una mueca en broma, pero estaba feliz.
“¡De eso es lo que hablo! Puedes seguir dormido y todo, no te estoy pidiendo que estés alerta exactamente. Sólo es, ya sabes, en el caso de que no podamos encontrarnos para nada más luego en el día.” Barnaby rió un poco, discretamente. Era raro que riera.
Kotetsu sintió la calidez correr por su cuerpo mientras lo oía, y también él rió. “Está bien, entonces. Así que tú serás un conejito impecable y de rabo esponjado, y yo seré un tigre bostezando.”
“Suena bien, salvo por la parte donde soy un conejito.”
“Deja de quejarte, ya sabes que nunca dejaré de decirlo,” dijo Kotetsu con una sonrisa burlona mientras le lanzaba una mirada a Barnaby por sobre la mesa.
Barnaby sólo rió más.
Afortunadamente, Kotetsu no tuvo que lidiar con un desayuno y Barnaby. Lo habría tomado, con todo gusto, porque significaba que él sería la primera cosa que vería en la mañana. Si no podía despertarse inmediatamente a su lado, al menos podía verlo al comienzo del día.
Pero sin eso, podía irse a dormir y en consecuencia no podía quejarse demasiado. La mayoría del tiempo se encontraban para el almuerzo y eso era conveniente – y divertido. Algunas veces eran interrumpidos por una llamada y eso era todo, pero siempre tendrían el siguiente día.
Kotetsu sentía que estaban volviendo a la normalidad, y hasta quizás mejor que lo normal. Se preguntó si Barnaby se estaba volviendo más interesado, después de todo. Estaba aterrado de preguntar. Así que permanecía un poco más callado durante esos almuerzos de lo que había estado en los meses anteriores, y Barnaby nunca lo hizo notar.
Se encontraron finalmente durante otra cena, y poniéndose al corriente sobre el trabajo, un par de semanas luego de sus planes de llevar a cabo encuentros diarios. “Así que Lloyds me hizo anfitrión de otra cena, y mañana me aguarda otra sesión de fotos con el resto de los héroes.”
“¿Oh, sí? Bien, eso suena estupendo,” Kotetsu revolvió su agua con la pajilla, como si en realidad sirviera de algo. El único punto malo en realidad continuaban siendo sus actividades. Barnaby ya no hablaba sobre retornar a la Segunda Liga, y eso de alguna manera pesaba en las preguntas de Kotetsu.
“Supongo. Creo que quizás estoy aburrido, las sesiones de fotos ya no son tan excitantes como solían.”
“¡Já! ¡Lo sabía! Solías actuar como si te gustaran y no te fastidiaban ni un poquito.”
Barnaby puso los ojos en blanco. “No me FASTIDIABAN... entonces. Ahora las cosas son un poco diferentes.”
Eso era cierto. Kotetsu sólo asintió y pinchó con el tenedor los trocitos de palomitas de pollo en su plato, los restos de un aperitivo que no le importaba terminar. “Es verdad. ¿Entonces qué más tienes luego de la sesión de fotos?”
Barnaby se encogió de hombros. “Necesito ver la agenda.”
“¿Qué tan ocupada está tu agenda?” preguntó Kotetsu casualmente.
“Por un par de semanas, desde ya.”
“Así que estarás en la Primera Liga al menos por otro par de semanas.” Kotetsu suspiró y Barnaby permaneció en silencio, mientras sin duda comprendía hacia dónde estaba yendo Kotetsu con ello. “Supongo que debí haberme dado cuenta de que Lloyds te habría mantenido ocupado con todo ese trabajo tan pronto como fuera posible. ¿Por cuánto tiempo más le dejarás hacer eso?” Kotetsu lo miró y esperó por una respuesta.
“Hum, bueno...”
“¿Aún planeabas volver, verdad?” preguntó Kotetsu, su buen humor evaporándose rápidamente. No se había presentado en la cena con sus mejores ánimos y estaba comenzando a notarse.
“¡Claro que lo planeaba!”
“¿Lo planeabas, o lo planeas?”
Barnaby nuevamente guardó silencio, lo cual le dio a Kotetsu la respuesta que deseaba saber. Su mirada cayó sobre su comida. “Ya veo.”
“No es lo que piensas, tampoco.”
¿Cómo podría posiblemente no ser lo que él creía que era? “Claro,” dijo Kotetsu con un encogimiento de hombros.
“Quiero mover algunas influencias de modo que tú también puedas volver.”
Kotetsu no estaba seguro de por qué, pero aquello realmente lo enfureció. “¿Porque no puedo hacerlo por mí mismo? ¿Si lo solicito me rechazarán? Mis poderes ahora duran sólo 45 segundos. Dentro de poco ni siquiera tendrán una razón para mantenerme en la Segunda Liga. No te molestes, Bunny.”
Ambos se mantuvieron en silencio mientras la camarera se acercaba a la mesa para llevarse el plato de pollo, prometiéndoles que sus entradas les serían servidas en un momento. Barnaby observó a Kotetsu, quien estudiaba su agua otra vez. “No me dijiste que habían decaído otros pocos segundos,” dijo finalmente, con suavidad.
“Nop.”
“Sólo porque no trabajamos juntos, ni nos vemos tan seguido, no significa que no debieras decírmelo.”
“¿Por qué? Ya no importa tanto, dado que no trabajamos juntos. No necesitas hacer las cosas ajustándote al tiempo que me queda.”
“Mira, de todos modos debiste decírmelo, ¿está bien?”
“¿Ya no has tenido más pesadillas?” preguntó Kotetsu súbitamente, y supo que había dado en el clavo cuando Barnaby le dio una mirada furibunda y luego volteó hacia otro lado. “Tú también has estado ocultando cosas.”
“¡No las he estado ocultando! ¡Nada más no te las he dicho!” aseguró Barnaby.
“¡Eso es ocultarlas! ¡Detestabas cuando yo hacía eso!”
“¿Cuando HACÍAS? Déjame hacerte la misma pregunta, viejo, ¿‘hacías o haces’?”
Kotetsu sintió el calor reptar por su rostro mientras su enojo crecía. “¡Te dije que ya no importa!”
“¡A mí sí sigue importándome!”
“¿Por qué?” preguntó Kotetsu otra vez. “Dime por qué. No puedes ayudarme, y no necesito más lástima. Ya sientes lástima de mí por mi decadencia, y probablemente la tengas también por mis sentimientos hacia ti.”
“¡Eso no es verdad!” gritó Barnaby, lo suficientemente fuerte como para que se oyera un estrépito mientras alguien dejaba caer un plato y los ojos de todos estuvieran sobre ellos. “¡No siento lástima de ti por nada! ¡Quieres asumir que pienso tan poco de ti, de manera de poder tener algo más para sentirte deprimido, bueno, detente! ¡Sólo detente! ¿Crees que al menos no extraño trabajar contigo? ¿No crees que me preocupo por ti, la única persona en la que aún confío? ¿Qué demonios es lo que te pasa?” golpeó con su puño en la mesa, lo cual hizo sobresaltar a Kotetsu.
Casi esperaba que comenzara a brillar en azul e hiciera su ‘handsome escape’ a través del techo. En vez de eso Barnaby permaneció sentado, rojas sus mejillas y muy enojado. Kotetsu sabía que podía y debía nada más disculparse, e intentar que la situación no se saliera de escala.
En vez de eso, se puso en pie y abandonó el lugar.
***
[Fecha de inicio de traducción: 6 de Marzo de 2014. Hora: 18:30. Fecha de término de traducción: 18 de Marzo. Hora: 22:30]