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Secretos por Mitch

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Notas del fanfic:

Este es mi primer fic, no soy muy buena escribiendo e intenté hacerlo lo más limpio posible, aun así, espero que lo disfruten.

Notas del capitulo:

Es como un Oneshot, so solo hay un capitulo, quizás sea un "poco" largo

"Meses atrás era cumplidor, tenia asistencia perfecta, tareas completas, traía el material para trabajar, sus calificaciones eran más que excelentes, en otras palabras, era el alumno modelo, pero no sé qué le ha estado ocurriendo” pensaba el joven profesor, al dirigirse a la sala de profesores, como solía hacerlo en los recesos. Era usual oírlos hablar de los alumnos allí.

-¿Y usted que cree?- todas las miradas se vieron dirigidas a él.

-¡Ah! Em.. Yo que pienso, ¿acerca de qué?- Más tarde se daría una patada mental por haberse perdido tanto en sus pensamientos.

-Acerca de 5°-

-Y-yo…Yo creo que están bien, son un buen curso…supongo-

-Entonces concordamos- y la mayoría de los profesores allí comenzó a asentir y a contar anécdotas de sus experiencias con aquél curso.

-Pero-…- Todos callaron para darle palabra.

-…-Su mirada demostraba claramente que estaba perdido de nuevo.

-¿Pero qué?- Insistió uno de ellos.

-Bueno, no lo sé, es que hay un alumno que, ha estado raro-

-¿Raro? ¿A qué se refiere?-

-Es que, verán, este alumno era perfecto, pero estas últimas semanas ha sido un desastre-

-¿Un alumno de qué curso?-

-De 5°-

-No puede ser-, -Los de 5° prácticamente se eximen en todas las materias-, - Sí, concuerdo-, -¿Está seguro?-

-Sí- Aquellas afirmaciones lo confundían.

-Entonces, ¿de qué alumno habla?-

-Lo lamento, no puedo decirlo, se dice el pecado no el pecador- Rio disimuladamente.

Los demás presentes lo acompañaron en la risa, pero una vez vueltos al tema, insistieron.

-Jorge, creo yo, que la mayoría de los presentes aquí, somos compañeros hace bastantes años, y lastima un poco el que no confíe en nosotros-

-No es eso, es que simplemente no creo que esté bien-

- Oh, vamos hombre-

-… Me refiero al alumno Flores, Sebastián Flores-

Los enseñantes, mostraron cierta sorpresa al oírlo nombrar y comenzaron a chocar miradas entre ellos.

-¿Qué sucede?- Cuestionó, al notar aquella reacción ante sus palabras.

- Es que es raro que lo menciones. Bueno, al menos todos nosotros coincidimos en que es el mejor del curso-

- Uhm…-

-Dices que, ha bajado las calificaciones en tu materia-

-No. No…-

-¿Entonces?-

-No ha bajado sus notas, me refiero mas al aspecto actitudinal, está más… no sé cómo explicarlo…-

-Bueno, seguramente debió tener unos malos días, ya sabes cómo son los adolecentes de ahora, tan dramáticos-

-Tiene razón quizá sea solo eso-

Aquella semana había pasado rápidamente, al igual que el fin de semana, así que no fue una sorpresa qué llegara el lunes nuevamente

(Antes de entrar al colegio)

*Otra vez en ese curso. Estaba alegre de que me lo asignaran, pero ha comenzado a ser muy incomodo desde que él me observa toda la clase, en verdad se ha tornado muy raro. Debería intentar razonar con él, quizás vuelva a ser lo que era.*

(Al finalizar la hora)

-Muy bien chicos, recuerden hacer el ejercicio 75 de la fotocopia. El lunes 6, tomaré evaluación de lo tratado. Ya pueden salir… A excepción de Flores-

El menor se mostró un poco sorprendido ante el llamado, pero se permaneció allí…

-¿Y bien?-

-¿Y bien qué?- Cuestionó.

-¿Por qué hizo que me quedara?-

El joven educador pasó detrás de su escritorio y se sentó, continuando así.

-Quiero saber el por qué de tu resiente comportamiento-

-¿Disculpe?-

-Quiero saber por qué has pasado de ser el alumno ejemplar, a simplemente uno más. Y por qué este comportamiento se da sólo en mi materia, porque al perecer no hay quejas por parte de ninguna de las otras áreas…-

-¿Quiere saber qué es lo que me ocurre?- Respondió con algo de molestia.

-Sí, me gustaría-

El joven dio la vuelta al escritorio y, en un movimiento brusco, giró la silla del profesor quedando enfrentado a él

-Pero qu--…!?-

Y rápidamente, lo besó, a lo que el mayor quiso levantarse, pero el menor lo tomó de las caderas y apoyó su rodilla entre sus piernas y a la vez sobre la silla, cerrándole todas las escapatorias. El beso fue tierno, pero se fue  transformando en uno más intenso, obligando al menor a separarse por la falta de oxigeno.

Aprovechando la oportunidad, el mayor lo empujó, liberándose.

-[agitado] ¿¡Pero qué demonios haces!?-

El menor estaba allí parado, observándolo con algo de gracia.

-Tú dijiste que querías saber que era lo que me pasaba-

-Sí, p-pero eso- Su rostro se sonrojo ligeramente al rememorar lo que acababa de suceder, su alumno lo había besado…- Eso no era a lo que me refería, o lo que fuera, ¿por qué?- Dijo con una expresión de verdadera confusión.

-Porque me gustas-

-¿Qué?-

-Me gustas-

-¿Qué?- A pesar de que estuviera oyéndolo, el mensaje parecía simplemente no estar siendo recibido.

-Que tú me gustas- Continuó respondiendo con tranquilidad.

-Ya te he oído, p-ero eso... eso no puede ser, tú debes estar confundido, eso es todo-

-Pues es así-

-¡N-no es así! Estás confundiendo los sentimientos, o quizás solo es… es… ¡Como sea! No deberías decir esas cosas tan a la ligera…-

-No lo hago, lo digo porque así es- Al intentar dar un paso para acercarse al mayor, quien repasaba estupefacto lo que sucedía, éste retrocedió hacia la puerta.

-No te acerques-

El menor avanzó, y cuando el mayor tomó el picaporte apoyó sus manos una a cada lado de su adjunto.

-Espe---…-El menor lo besó con rudeza, presionándolo contra la puerta, el beso se tornó apasionado y la lengua del menor empezó a recorrer la boca del mayor. El último, empujó bruscamente al menor, echándolo al suelo.

-¡Tú no me gustas, y no creo que vayas a gustarme ni aún en un futuro lejano!- Saliendo rápidamente de aquel salón.

...

(En el baño)

¿Qué había sido todo aquello?

El profesor abrió la canilla y se mojó el rostro, repitiéndose unas tres veces la misma pregunta.

*¿Por qué me pasa esto a mi?* Levantó el rostro para mirarse al espejo fijamente, posando una de sus manos sobre sus labios

*¿Pero qué rayos fue todo eso? Pasó tan rápido…* Las imágenes volvían a reproducirse en su cabeza. *¡Ahhg! ¡Ya basta! Esto debe terminar, debería ir a comunicárselo al rector, pero si lo hago seguramente lo expulsaran… ¡O peor! Él podría desmentir lo que diga y decir que fui yo el que lo obligó a hacerlo, ¡me despedirían! Pero no he hecho nada, él prácticamente se lanzó sobre mí, aun que yo…yo no lo detuve la segunda---* Se dió una patada mental por pensar eso *¿¡Qué estoy pensando!? No, no, tiene que haber otra forma… ¡Ya sé! simplemente lo voy a ignorar y listo* (acomodándose la camisa fue saliendo del baño) *Está decidido no puedo permitir que un alumno arruine mi carrera, ni mucho menos mis planes...”

(Mientras se dirigía al salón de profesores, por los pasillos)

*¿Habrá sido mi imaginación? Juro que cuando le grite esas cosas su cara se había tornado melancólica… como si estuviera triste... Otra vez pensando en esas cosas tengo que dejarlo, no es mi problema*

La mañana pasó velozmente, y el momento de que se marchara había llegado.

(Caminando hacia la salida)

*Ahh* Suspiró *Que bien, de vuelta a casa, me daré una larga ducha, comeré algo y luego a dormir*….(se paró en medio del camino)*Espera…¿Dónde están mis cosas?, ¿mi maletín?*

El joven profesor se dirigió nuevamente al salón de profesores para buscarlo, pero luego de haber recorrido cada una de las esquinas de aquel lugar, se resignó.

-¿Dónde lo habré dejado?- *A ver, piensa Jorge, piensa, ¿dónde lo viste por última vez?* Y rápidamente el recuerdo de haberlo dejado apoyado sobre el escritorio de “aquél” salón se le coló en la cabeza.

*No puede ser… ¡No importa! Me iré sin el, no lo necesito* Mientras volvía a reincorporarse en su camino, se giró y comenzó a dar paso firmes y veloces a destino.

*¿¡Por qué tengo que poner todas las cosas ahí!? ¡Incluso las llaves del auto! Rayos, rayos, rayos*

Una vez de pie frente a la puerta se le quedo observando (En la puerta: “5°”)

*Bueno, para empezar es mi culpa así que debo hacerlo y ya… Pero no quiero entrar… Bueno, ya basta, dije que lo ignoraría y lo voy a hacer, no tengo nada de qué preocuparme solo tengo que entrar y tomar mi maletín* Su mano se acerco al picaporte y tragó duro, pero antes de girarlo la puerta se abrió.

-¡Ahh!- Retrocedió impulsivamente.

-Profesor Steman, ¿qué necesita?- Indagó la profesora que ahora allí se encontraba.

-E-Es que, que, me he dejado el maletín aquí, así que yo solo quería…-

-Claro, pase-

-¿Eh? No, está bien, no querría interrumpir ¿podría alcanzármelo?-

-Por favor, pase, no interrumpe- Volviendo hacia dentro del salón

-Está bien- Dijo algo reticente a entrar, pero al final haciéndolo -Con permiso-

Al pasar, saludó a los alumnos con nerviosismo, pero fue cuando se percató de que Sebastián no estaba.

*No está… No tiene importancia, mejor así* Tomó su maletín y se retiró de aquel salón.

(Al dirigirse a la salida)

*¿Por qué no habrá estado allí?*

Al pasar por la dirección, paró su trote y entró.

-Disculpe, una duda, el alumno Flores Sebastián de 5°, ¿se retiró-

-Sí, acaba de marcharse hace un momento-

-Ah, y ¿por qué?-

-Disculpe profesor pero, ¿por qué el interés?-

-¿Yo? B-Bueno es que, le había prestado mi libro y debía devolvérmelo, por eso…-

-Ah entiendo, al parecer se encontraba indispuesto-

-Ya veo, muchas gracias-

-¿Quiere que lo llame para pedirle su libro?-

-No, no, está bien tengo una copia en mi casa, usaré esa, gracias de todas formas-

(En la noche, estando ya en su casa y en su cama)

Las escenas se repetían una y otra vez en su cabeza, haciendo que no pudiera conciliar el sueño.

-¡Ahhhhggg! ¿¡Por qué me pasa esto a mí!?- Se revolvió en su cama.

(Al otro día en la escuela)

*Que no me vea, que no me vea*

-Steman-

-¡Ahh!- Reaccionó ante el llamado de uno de sus camaradas.- Ah, hola-

-¿Qué le pasó? ¿Por qué tiene tantas ojeras?-

-Bueno, es que… me desvelé corrigiendo unos trabajos que dejé para último momento- Rio torpemente.

-Ah, bueno, como sea. No debería estar aquí, es el momento del saludo, debería estar en el patio

-Bueno, es que yo…

-Vamos, ya casi empiezan- Se giró, avanzando hacia el patio.

-E-Está bien- *oh no, no quiero, no quiero encontrármelo*

Al levantar la mirada, más por curiosidad que por respeto a la bandera, no se encontró con nadie.

*Esto es raro, no está. Bueno, es mejor así…*

La semana transcurrió, y aquel alumno continuó sin asistir a clases. Hasta que, el lunes siguiente llegó.

*Hace una semana que no viene a clase, quizás debería llamar a su casaos chicos de su curso dicen que no saben nada… Ahhg, ¿qué estoy pensando?, es mejor así… De todas formas, yo lo rechacé…*

Al llegar a la institución pasó al patio, aun sumergido en sus pensamientos, pero al levantar la cabeza, se encontró con él.

*¿¡Ehh!? Creí que no estaría, ¿¡por qué rayos esta acá!?… Se racional. Está acá porque es la escuela, ¿qué se supone que haría? ¿qué la dejara? Tarde o temprano tendría que volver, pero, ¿¡por qué hoy!? No estoy preparado para esto… Tranquilízate, no importa, solo limítate a mirar para otro lado* Suspiró.

…*Creo que me está ignorando. Bueno, eso es mejor*

La mañana fue pasando, y cada oportunidad en la que se lo encontraban, él continuaba ignorándolo. Hasta que en una de ellas, lo tomó del brazo y lo llevo al baño. Estando allí, pensó sus palabras y luego habló.

-¿Por qué estuviste faltando?- Pero no obtuvo nada por respuesta-¿Me puedes mirar? Te estoy hablando- Insistió, buscando la mirada contraria.

-¿Qué se supone que haría?- dijo el menor, ahora mirándolo fijamente -De cualquier forma, a ti que te importa- E intento salir de allí, a lo que el mayor reaccionó, cerrando la puerta y colocándose delante de él, quedando entremedio.

- ¡Si que me importas! Y sí piensas que no es así, tienes una idea muy errónea de mí Sebastián-

Por un momento, se repitió sus palabras y se percató de lo que acababa de decir.

-Espera, y-yo quise decir qu--…-

El menor lo interrumpió, posando su mano sobre la puerta con fuerza, provocando un sonido sordo

-¿Qué haces?- Dijo el mayor mientras intentaba alejarse inútilmente, ya que solo por su cuenta, momentos antes, se había acorralado.

El joven se le acercó al rostro, amenazando con besarlo.

-Espera- Insistió, intentando alejarlo, a lo que el más joven se adelantó, tomándolo por las muñecas y presionándolo con su pierna contra la puerta, besándolo con rudeza y desenfreno.

-Nnn… D-detente-

Cuando se detuvieron a respirar, el mayor forcejeó por separarse, pero no lo logró y el menor volvió a besarlo.

El profesor pudo sentir la intromisión de su lengua, tallando cada ángulo de su boca. Poco a poco sus músculos fueron relajándose, sus piernas comenzaron a fallarle quedando sujeto sólo por sus brazos. Al notar esto, el menor lo tomó de sus caderas liberando sus muñecas. El mayor estaba por soltarse, pero su cuerpo no le respondía, aquello era bastante placentero. Finalmente correspondiendo al beso, le rodeó con sus brazos y apretó con fuerza su remera.

El beso continuó por unos momentos, aumentando su intensidad, hasta que menor, guiado por su deseo, bajó a su cuello para ir descendiendo con un camino de besos

-Espera…- Al separarse se apresuró a hablar -¡Viene alguien!- Advirtió el mayor.

El más joven, lo tomó rápidamente y lo condujo a uno de los cubículos, encerrándose allí ambos. Sentándose sobre el inodoro, invitó al mayor a sentarse sobre sus piernas.

-¿Qué?

-¿Prefieres que nos descubran en el baño? Digo, dos hombre, uno es un profesor y el otro se alumno, no creo que se vea muy bien-

El profesor cayó en la cuenta de sus palabras, sentándose rápidamente sobre el chico, oyendo al momento la puerta abrirse.

Estaba con su alumno, haciendo cosas que no debería, pero para las cuales había dado su consentimiento, definitivamente lo despedirían por eso.

*¿Qué rayos estoy haciendo?* pensó mientras se pateaba mentalmente por sus recientes acciones.

-Esta posición no es cómoda- Murmuró, haciendo reír al chico.

-¿Prefieres que me siente sobre tí?

-N-No, está bien…- Agachó la cabeza, repentinamente su cara estaba acumulando calor, por no mencionar su cuerpo.- ¿Qué miras?-

-A ti, tu cara esta toda roja, te ves muy lindo-

El mayor no dijo nada, solo pudo desviar la mirada. El más joven pudo notar como su respiración estaba agitada y su incomodidad, toda esa escena adorable, hacia que su control comenzara a flaquear.

-¿Si sabes que acabas de acceder a que te besara, no?- Y lo tomó de la barbilla.

-S-si-

-Ahora no puedes dejarlo simplemente así, tendrás que responsabilizarte-

El mayor pudo sentir como sus palabras se fueron sumergiendo en un beso que iba aumentando de ritmo. Advirtiendo los dedos de su acompañante, descender a su cintura, y los vellos de su mandíbula rosar su cuello, acompañado de caricias y besos.

Si todavía le quedaba algo de conciencia, se había desvanecido cuando el otro lamió su oreja y la mordió suavemente.

-Ah, Sebastián…- Gimió.

El joven continúo descendiendo, mientras sus manos desabotonaban la camisa del contrario. Lo besó nuevamente, continuado con besos en su abdomen, mientras sus manos se desplazaron y comenzaron a rozar sus pezones, para finalmente comenzar a succionarlos, sintiendo como se tensaban ante ese contacto. Tomó la rosada punta y la acarició con su lengua, haciendo movimientos circulares hasta que el mayor dejo escapar un gemido, continuando con el otro.

Una de sus manos bajo a su pantalón y pasó su mano sobre el miembro impropio, que comenzaba a erigirse. Al sentir esto, desabotonó el pantalón del mayor y comenzó a masturbarlo; el último, al sentir tal intromisión, rodeó su cuello con sus brazos haciendo todos sus esfuerzos por no hacer ningún sonido.

Rápidamente el mayor se vino sobre las manos de su acompañante, quedando todo paralizado en un momento incómodo.

-Y-Yo l-lo lamento, no quise…- Al oír esto, el menor se lamio sus dedos, dejando totalmente atónito a su pareja, y luego besó con intensidad.

El momento se vio interrumpido cuando oyeron la puerta del baño cerrarse con llave. El mayor se separó y levantó rápidamente, y al salir del cubículo se encontró con la puerta totalmente sellada.

-¡No puede ser!-

-Al parecer estamos totalmente encerrados- Dijo el menor acercándose por detrás del mayor.

-Es la ultima hora, si no logramos salir tendremos que esperar hasta el turno de la tarde. Diablos me dejé el celular en el auto, tú ¿tienes tu celular?- Al girarse, se encontró con el otro sobre él.

-¿En qué estábamos?-

-Sebastián, yo no creo que sea el momento para esto, de verdad-

Adelantándose unos pasos lo apabulló contra barra de los lavamanos, y lo besó con firmeza. Nuevamente comenzó a besarle el cuello y acariciar su cuerpo, una de sus manos fue hasta su espalda y bajo hasta la entrada del mayor para adentrar su dedo en ella.

-Sebastián, ahh... duele- Al oír esto se detuvo y lo miro a los ojos.

-Lo lamento, lo dejaré si así lo quieres- El mayor se sorprendió ante sus palabras y lo abrazó con fuerza.

-No importa, solo… se gentil conmigo- Le susurro al oído, dejando un beso allí.

-No vale arrepentirse- Respondió en voz baja, continuando con lo que hacía como si sus palabras fueran órdenes. -Avísame si hago algo que no te agrade y me detendré-

-E-Esta bien-

El menor lubrico la entrada con su saliva y metió hasta tres dedos en ella.

-Jorge, voy a entrar- Avisó, una vez preparado.

Su erección estaba tan pronunciada que dolía, pero de todas formas logró controlarse para no ser muy brusco con el inexperto profesor.

Fue hundiéndose lentamente en él hasta que no tuvo nada más que ofrecerle, presionándose contra el mayor, que dejó escapar un suspiro ronco y prolongado, para luego rodear su cadera con sus piernas para facilitar el desplazamiento. El menor, comenzó a moverse dentro de él y lentamente fue dando pequeñas estocadas, aumentando la velocidad y la fuerza con cada una de ellas. Pronto, ambos se habían dejado llevar por el deseo, acabando finalmente.

Sus cuerpos estaban calientes y sudorosos; el menor tomó al mayor entre sus brazos.

-Jorge, te amo- Susurró a su oído, sujetando su cabeza con su mano

-…Y-Yo… también…-

Realmente ya era tarde para arrepentirse.

---

(Al otro día en el colegio)

El profesor se dirigía a unos de los salones en el que tendría que dar clases, pero camino allí, se cruzó con su joven amante.

-Hola, profe- Canturreó.

-Chau, Sebastián-

-Nos vemos hoy a la tarde- Susurró pasando al lado de él.

Cada uno siguió su camino, sonriendo, y recordando el pequeño secreto que ahora tenían.

Notas finales:

Como dije.... quizás un "poco" largo. Mata Ne!


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