En aquella aldea del viejo Japón, bastaba con utilizar las palabras rojo y mujer en la misma oración para que la imagen se pasara por la cabeza de los pueblerinos, todos le temían o despreciaban, ¿pero exactamente a qué? ¿Existía siquiera tal mujer? Intentar despejar sus dudas pudo haber hecho de Nobuyuki una persona maldita, pero él no lo sabría hasta que fuera muy tarde.

¿Hace cuantos años vivía con él? ¿Cuántas cosas había aprendido en todo ese tiempo? Sin duda eran demasiadas, cada una de sus acciones era un nuevo dato del que tomar nota. Por eso mismo, no se le hizo muy difícil perder la cuenta...

Y aunque el otro era plenamente consiente del amor que le brindaba, sabia que una pequeña luz no puede iluminar la inmensidad de la noche, pero que sí puede ser consumida por esta...

Un alumno ejemplar esta comportándose extrañamente, su profesor buscara las razones de tal comportamiento y para su desgracia, la encontrará.