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La verdadera Historia de Harry por IruchiSlytherin

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Notas del capitulo:

Aclaraciones:
''...'' pensamientos
-...- dialogo
lo que vaya asi parsel.
Todos los personajes son tomados de la obra de J.K. rowling sin animo de lucro.
 

Los adultos pasaron la tarde entre ropa y probadores, era eso o atenerse a las consecuencias de enfadar a Abigail.

 

Mientras los chicos en la tetería, tenían otras charlas diferentes. 

 

Los chicos después del té, se despidieron del grupo de las serpientes pero después de media hora andando viendo cosas, tiendas, etcétera escucharon algo.

 

-¡Pansy déjalo ya!- Exclamó un chico con acento inglés.

 

-¡o decídete ya! ¡Mon Dieu!-Añadió otro con un poco de acento francés.

 

Los chicos se acercaron a la esquina y vieron de nuevo al grupo de serpientes.

 

-¡Pero es que no se cual llevar! ¿este o este? -Dudaba ella mientras les enseñaba dos libros mientras hacía pucheros.

 

Hermione desde su posición vio los libros, y también la tienda. Viendo que estaban los libros que había estado buscando hasta debajo de las piedras, no se dio cuenta que se estaba moviendo hasta que una mano en su brazo la paró.

 

-Mione ¿Qué haces?-Preguntó Harry algo despistado, mientras se agarraba del brazo de ella.

 

-Tenemos que ir a esa tienda.-Señaló ella mientras le arrastraba.

 

-¿Qué ?¿Por qué?¿Oye me estás escuchando?-Preguntó el pobre Harry, sin saber de que estaba hablando, mientras era arrastrado por Hermione. Entretanto los slytherins les miraban extrañados al verlos de nuevo y al ver que Potter no les había visto, y de que estaba siendo arrastrado hacía la tienda en la que estaban. 

 

-¡Oh dios mío, Harry! ¡Mira! ¡Este libro lo he estado buscando por años!-Expusó Hermione mientras soltaba  a Harry, que si no fuera por sus reflejos de buscador ya se encontraría en el suelo. Deprisa se agarró a la jamba de la puerta, mirándola algo sorprendido. Unos minutos después Hermione y Pansy estaban hablando de ese mismo libro.

 

Harry suspiró, y decidió entrar a la tienda, sabiendo que Hermione ya era un caso perdido, por el libro. Pero cuando entró, vio unos libros que él estaba buscando también, y rápido estaba hablando sólo y saltando por la ilusión de encontrarlo por fin.

 

Al ver a Hermione, tan animada y a Harry igual,  provocó que los demás leones se acercaran arrastrando los pies y suspirando, al saber que comenzaba su pequeño martirio. Que era sacar a esos dos de esa tienda, las serpientes miraran ese extraño show bastante entretenidas y curiosas.

 

Ron intentaba entender lo que decía Harry pero ni pizca pillaba, miró la hora y se acordó de que tenían que ir al Pont Neuf, porque les estarían esperando Remus, Abigail y su padre.

 

-¡Hermione, Harry!- intentó llamar la atención de los dos pero nada. Harry se había puesto a leer un poco el libro y Hermione seguía hablando con Pansy sobre el libro e ignorando a los demás.

 

-Así que para situaciones desesperadas, medidas desesperadas.-Se dijo Ron en voz baja para sí mismo, busco a los gemelos y se acercó.

 

-George, Fred, tenemos que estar en el sitio indicado en minutos… ¿Podrías intentar…?-Empezó a preguntar, pero  sus hermanos se adelantaron.

 

-Nosotros se lo quitamos a Mione y mientras que tú se lo quitas a Harry.-Dijeron a la vez los gemelos, yéndose ambos en el momento. Librándose de mal mayor, y encasquetándoselo a su hermano, sin poder quejarse.

 

Ron se quedó deslumbrado por la poca vergüenza que tenían. Y reunió su valentía que por minutos se resquebrajaba, para ir hacía Harry y con rapidez le quitó el libro de las manos, provocando que él le mirara.

 

-Ron ¿Me lo devuelves?-Dijo Harry con una sonrisa, sin disgustarse en el momento.

 

-Eh…¡No!-Dijo Ron dudando al principio por el miedo a las repercusiones que tendría.

 

-¡Ron!- Espetó impaciente a que le dieran su libro. En Harry se manifestó un aura, característica suya de cuando su paciencia cobraba un límite, provocando que el temor de Ron a la respuesta impredecible de Harry aumentase.

 

-No puedo…-Se quejó Ron sin acabar la frase al ver como cambiaba el semblante de Harry, a una cara sin expresión y entrecerraba los ojos. Segundos después Harry puso en su cara una sonrisa tan empalagosa, que Ron ya estaba rezando por alguna deidad superior se apiadasé de él.

 

-Ron, vamos, sé bueno y dame el libro.-Añadió Harry mientras seguía sonriendo mientras Ron le miraba suplicante y empezaba a buscar fervientemente a cualquiera de sus amigos. Vio que la gran mayoría le habían abandonado dentro de la tienda, a menos por lo que parecía Hermione hablando en la otra punta de la tienda regañando a sus hermanos, ni siquiera eso le apaciguó el temor que sentía. Ni se dio cuenta de que Pansy y Theodore estaban cerca de ellos observándoles. Ambos con caras de curiosidad, al ver ese lado tan poco conocido y que ninguno se hubiese imaginado de Harry.

 

-¡Vamos tarde, tenemos que ir a Pont Neuf!- Exclamó casi sin respirar y sin separar unas palabras de otras. Ron temió un par de minutos hasta que Harry frunció levemente el ceño y la sonrisa se esfumó. Soltó un gruñido y Ron pudo respirar aliviado sin creer todavía que se había librado tan fácilmente.

 

-Harry espera, ¿qué has dicho Ron?- Preguntó  Hermione que se estaba acercando con los gemelos que tenían caras de haber sufrido una pequeña regañina al estilo “Hermione Granger”.  Harry puso mala cara y un pequeño puchero, llegando a cruzarse de brazos enfurruñado, sabiendo que en ese momento no se podía vengar de lo hecho por Ron.

 

-¡Qué, qué…! ¡Vamos tarde! ¡Y tenemos que ir a Pont Neuf!- Exclamó tartamudeando mientras miraba de reojo a Harry.

 

Hermione abrió los ojos, y le dió a Harry un pequeño y suave golpe en el brazo.

 

-¡Es verdad, gracias Ron!-Dijo Hermione, dejando al pobre Ron más relajado así que se despidió de la slytherin rápido, y arrastró a los gemelos advirtiendo a los demás de la hora,  dejando últimos a Harry y Ron para salir.

 

Cuando Ron iba a salir le entró un escalofrío y notó como si alguien le mirase mal, se quedó quieto. Casi como una estatua y notó como Harry se acercó, dándole unas pequeñas palmadas en la espalda.

 

-Ron, hermano, la próxima vez que nos lo tengas que decir... No lo hagas así, ya sabes, la venganza es dulce. -Con una sonrisa normal, para después de lo dicho, salir como si nada dejando atrás a un Ron que salía con cara de susto y pálido. Pansy y Theodore salieron detrás mirando a Harry asombrados y con cierto temor. Las dos serpientes se acercaron a su grupo en silencio esperando como explicar lo que acaban de ver.

 

Con eso el grupo de leones, dieron un pequeño y rápido despido a las serpientes, y corrieron como podían hasta Pont Neuf. Cuando llegaron vieron a Abigail con dos montañas de bolsas y sin rastro de Remus y Arthur a la vista. Había que decir que las montañas de bolsas eran de marcas muggles y de marcas mágicas, de muy buena calidad. 

 

-Abigail…¿Y Remus y Arthur?- Preguntó algo descolocado Harry al no verlos.

 

-Señora Black ¿Y mi padre y Remus?-Preguntaron todos los pelirrojos presentes. Segundos después se escucharon un aquí muy amortiguado y dos manos saliendo de cada montaña de bolsas.

 

-¡Oh chicos! no me llaméis señora llamadme Abigail. No soy tan mayor.-Bromeó ella al escuchar a los más jóvenes. Algunos se avergonzaron pero sonrieron al ver que no les trataban diferentes, sino como si fuese una tía de todos ellos.

 

-¿Abigail pero que has comprado?-Preguntó Harry temiendo su respuesta.

 

-¡Oh! Pues me decidí por hacer una renovación de los armarios de Remus y Arthur…-Respondió con un gesto con la mano dandole poca importancia.

 

-Dirás que nos has regalado una renovación de armario…-Susurró Remus, pero Abigail se hizo la sueca. Harry miró con simpatía a las dos víctimas de su querida madrina, sabiendo como Abigail se ponía con las tiendas.

 

-¿Pero por qué?-Preguntó Ron sin entender esta renovación de armario de su padre y de Remus.

 

-No tiene que haber un porque, siempre es bueno tener un buen fondo de armario. Aunque lo mejor es un buen fondo de armario nuevo para un buen inicio en tu vida.-Explicó filosófica sin querer reconocer su problema con las compras.

 

-Además en otro momento, me tocará haceros a todos vosotros lo mismo.- Sentenció ignorando las respuestas del señor Weasley diciendo que él lo podía pagar, que no necesitaba que le pagase todos los fondos de armarios de sus hijos.

 

-Sería un buen regalo de mi parte, de vuestra querida tía Abigail.-Añadió ya soñando despierta, mientras que los gemelos, Ron y Neville la miraban con algo de terror y Hermione y Luna presentes la miraban con diversión. En cambio Harry miraba la escena con diversión retorcida recordando todas las cartas de burlas que recibió por parte de sus amigos cuando les contó sus días de compras, sabiendo que iban a sufrir lo mismo en algún futuro cercano.

 

Después de lo dicho tocaron el traslador y volvieron inmediatamente a la mansión, dejándoles a la gran mayoría con una mala sensación en el estómago por el propio viaje.

 

 Abigail encargó a los elfos que llevarán las bolsas de cada uno a sus casas y que colocaran las ropas en los armarios. Todos agradecieron lo hecho por Abigail pero decían que no tenía porqué hacerlo, ella les ignoró e hizo como siempre, lo que le dio la gana y si uno se repetía mandaba su mirada característica. Haciendo que se callarán, sabiendo que era una batalla perdida.

 

Los restantes de la familia Weasley y Neville se fueron a sus casas porque tenían que hacer cosas, y además no querían aprovecharse de ellos. Aunque tanto Abigail y Harry intentaron impedirlo, no lo consiguieron y por primera vez perdieron esa batalla. En cambio consiguieron que Hermione se quedara más tiempo preguntando a sus padres y Luna igual. 

 

Remus y Abigail se fueron a acostarse un rato, porque estaban cansados dejándoles hacer lo que quisieran, pero la única regla que había es que no hicieran mucho ruido. (NA: Cómo no lo van a estar... -.-")

 

Mientras que Harry se cambiaba en el baño, poniéndose el pijama, Hermione y Luna estaban hablando en  su habitación. Estaban sentadas en la cama, ya con sus pijamas puestos, cuando Harry salió del baño se las encontró leyendo y comentando unos extraños libros.

 

-¿Mione, Lunática que leéis?-Preguntó Harry por las caras extrañas que ponían y las risitas. Por primera vez Hermione no sabía qué contestar y Luna directamente ni le escuchaba ni le miraba.

 

-Harry ¿Me prometes no juzgarme?¿ni enfadarte ni nada por el estilo?-Contestó Hermione preocupada, poniendo nervioso a Harry.

 

-Lo prometo pero ¿me lo dices?-Preguntó curioso sin saber que podría ser.

 

-A ver estos libros son mangas ¿Sabes lo que son?-Preguntó Hermione pensando cómo decirlo y deseando que Harry, no la juzgará, aunque nunca lo solía hacer.

 

-Claro que se lo que son, me gusta. -Contestó Harry, Hermione le miró curiosa sabiendo un poco como eran sus tíos y sin saber como había podido conocer ese tipo de lectura. Harry suspiró sabiendo que tenía que explicarlo.

 

-Tenía un vecino más mayor que yo que tenía mangas y algunos los tiraba, yo los vi y recogí uno que había tirado, lo mire, me gusto y a partir de ahí los recogía y me los llevaba a escondidas de los Dursley. Los leía cuando no me veían, etcétera.-Explicó él, Hermione sonrió suave, al ver que Harry se abrió un poquito para contarles a las dos algo íntimo.

 

-Vale, entonces sabrás que, hay diferentes tipos de géneros de mangas ¿no?-Preguntó ella, Harry asintió extrañado porque no sabía por dónde iba.

 

-A Mione y a mi nos gusta el yaoi y somos fujoshis.-Declaró Luna inesperadamente dejando a Harry con cara sorprendida sin saber qué era eso.

 

-¡Luna!- Exclamó Hermione, en cambio Luna le sonrió ampliamente y siguió leyendo su manga, Hermione suspiro y se dispuso a explicar.

 

-A ver, a nosotras nos gusta el yaoi. Que es un género en el que las parejas son hombres...-Explicó sin acabar la frase y miró a Harry viendo que estaba con la misma cara, ella medio sonrió por la inocencia de él y continuó.

 

-Harry, las parejas son hombres, es decir Homosexuales y Fujoshis son el nombres que se les pone a las “fans” de este género.-Terminó de explicar Hermione, deseando que los Dursley no le hubiesen internalizado homofobia por culpa de la educación de esa familia.

 

Un silencio se instauró en la habitación, desde ese silencio se escuchaba como las clavijas del cerebro de nuestro pobre Harry estaban trabajando hasta que ....

 

-¡Pervertidas!-Gritó mientras las señalaba con el índice y se apoyaba en la pared con una cara de travieso.

 

-¡A mucha honra!- grito Luna alegre.

 

-¡Harry! Me lo prometistes-dijo medio triste Hermione, Harry se empezó a reír.

 

-Mione te prometí no juzgarlas pero no ser realista. -Añadió Harry secándose las lágrimas de la risa. 

 

-¿Tú, sabías algo? Por que me parece muy raro que nos digas pervertidas, sin haber leído un manga de ese género…-Dijo acusadora Hermione, con una sonrisa traviesa.

 

-¡Culpable!-Comentó  levantando las manos en señal de rendición.

 

-¡Pero puedo explicarlo!- Exclamó él  sabiendo que Luna podía mal pensar cualquier cosas. Hermione le miró interesada.

 

-Explicalo entonces.-Dijo Hermione, Luna no le quitaba el ojo de encima.

 

-Esta mañana mientras ya estabas abajo después de vestirme, fui a la habitación de Luna para despertarla y vi que no estaba así que me iba a bajar pero me tropecé con un libro para ser más exactos con un manga, y bueno...- Explicaba pero en ese momento se tocó el cuello y miró al suelo un poco culpable.

 

-Ya sabéis que soy muy curioso, y lo empecé a leer, el principio molaba pero a cada página lo veía un poco extraño, hasta que salió una escena un poco… Digamos fuerte, lo deje corriendo, y baje a desayunar.-Cuando acabó de explicar estaba más rojo que un tomate, sin mirarlas.

 

-¡Por eso te pusiste rojo cuando te susurre sobre Malfoy en la tetería!-Añadió Luna triunfante al saber el porque se había sonrojado y ahora Harry estaba si podía ser, más rojo. Hermione dejando de lado lo que había dicho Luna le pregunto.

 

-¿En qué momento supistes que me gusta esto?-Preguntó curiosa Hermione.

 

-Eh...Mione, yo de ti no lo pensaba hasta que me lo has dicho.-Dijo medio riendo y todavía sonrojado de la vergüenza.

 

-¿Entonces no estás enfadado ni nada?-Preguntó ella riendo suavemente.

 

-Por supuesto que no. Son tus eh… “Hobbies”, para gustos colores.-Añadió encogiéndose de hombros, Hermione al ver esto le abrazó y se rió apartándose.

 

-Así que leíste un manga yaoi...¿Y? ¿Te gustó?-Preguntó Luna interesada, Harry la miró sonrojado con los ojos como platos.

 

-¡Tú estás loca!- Exclamó  provocando sus risas y cánticos de “A Harry le gusta el yaoi” chinchándole.

 

-Sabes  que a algunos chicos les gustan este tipo de “hobbies” como tu llamas, y se les suelen llamar Fundashis.- Añadió Hermione, Harry la iba a cortar pero ella continuó.

 

-Y no, no por eso son Homosexuales.-Acabo Hermione intentando que poco a poco esa homofobia internalizada por culpa de esas personas se esfumase. Dejando a un Harry pensativo.

 

-Yo soy Hetero.-Añadió Luna para que se diese cuenta que no hacía falta ser homosexual para que te gustase un género de ese tipo.

 

-¿Y tú, también eres hetero? ¿No?-Preguntó Harry curioso intentando que la educación errónea que vió por parte de sus tíos se desvaneciera. Ella se puso roja y miró hacia un lado.

 

-No, no soy Hetero… Soy bisexual.-Contestó Hermione, notando que se estaba quitando un peso de encima.

 

-Además creo que me gusta alguien ¡y no te lo voy a decir!- Añadió queriendo ser sincera con su mejor amigo, su hermano.

 

-¿Te has enfadado o algo?- Preguntó ella  no queriendo que Harry se separará de ella, por ser como era. Harry se quedó en silencio asustando a Hermione, aunque en verdad estaba pensando y sopesando.

 

-No, no me he enfadado ni nada solo que… No me lo imaginaba. -Contestó Harry mientras se rascaba el brazo.

 

-Y bueno todo lo que he oído con los Dursley… Estaba pensando, y no merece la pena. Sigues siendo mi mejor amiga, mi hermana. En verdad no cambia nada.- Explicó Harry sabiendo que lo que  pensaban los Dursley no era cierto y aunque tuviese miedo, no quería separarse de sus amigos, de su familia.

 

Hermione le sonrió ampliamente sabiendo que aunque le había costado había tomado esa decisión. Se acercó y le dio un fuerte abrazo no queriendo despegarse de él, los dos estaban muy emocionados. Luna vio esta escena con una suave sonrisa alegre de ver como Harry poco a poco sus máscaras caían sin querer mantenerlas.

 

Después del abrazo conversaron de los mangas que habían leído, e incluso de yaoi provocando sonrojos y vergüenzas en Harry. Harry aprovechó y se leyó los mangas, que no eran yaoi, de ellas y daba sus teorías sobre ellos u opiniones. Estuvieron así hasta que era hora de cear, que bajaron y charlaron con los adultos.

 

Al terminar volvieron a subir, conversaban sobre lo que pasaría en Hogwarts ese año. Hasta que Luna decidió preguntar a Harry algo.

 

- ¿Oye Harry, tú eres hetero?-Pregunto Luna, Harry se quedó en blanco y no supo que contestar.

 

-Pues, no lo sé.- Contestó dudoso y con algo de miedo, Hermione y Luna le miraron sorprendidas, y le acariciaron cada una, como apoyo.

 

-¿Cómo que no lo sabes?-Preguntó Hermione queriendo ayudarle.

 

-Pues, porque hay un maníaco que anda detrás mi cabeza,  y sinceramente creo que no voy a llegar ni a los dieciocho.-Contestó sarcástico sin mentir. Cuando se dieron cuenta de que había dicho lo que pensaba, se quedaron en silencio sin saber que decir, así que lo único que podían hacer es abrazarle, intentando infundir todo el amor que tenían. Esa noche le apoyaron, le intentaron quitar de la cabeza esas estúpidas ideas, y crearon todos los sueños que en el futuro podía hacer Harry con todos. 

 

A la mañana siguiente, se despertaron por un incesante ruido que provenía de la puerta. Los tres estaban en la habitación de Harry, desparramados en la cama gigante de este. Al no recibir contestación, el incesante ruido paró, pero se escuchó un chirrido al abrirse la puerta.

 

 

 

 


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