Cuando Harry acabo de hacer todas las tareas, ya era mediodía, se puso a hacer su comida y se la comió en su habitación. Cuando acabó, se dio cuenta de que no leyó algunas cartas que dejó sin abrir, así que eligió una y empezó a leer lo que ponía.
" Querido Señor Potter:
Al ser su decimosexto cumpleaños y al haber recibido su herencia, y no tener padres, puede elegir quien será su tutor:
- Sirius Black: Padrino de Harry James Potter Evans, Hermanastro de Abigail Black Di Morillo, hermano de Regulus Black, primo de Narcissa Black Malfoy, primo de Bellatrix Black Lestrange y primo de Andrómeda Black Tonks . Por orden oficial del Ministerio, se le declaró fallecido, por lo que esta elección no es factible.
- Vernon Dursley y Petunia Dursley: Muggles, tíos maternos de Harry James Potter Evans.
-Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore: Actual tutor de Harry James Potter Evans con una Orden de Merlín - Primera Clase, Jefe de Magos del Wizengamot, Jefe Supremo, de la casa de los Dumbledore.
-Abigail Black Di Morillo: Madrina de Harry James Potter Evans, Hermanastra de Sirius Black y de Regulus Black, de la casa Black y la casa Di Morillo, Prima de Narcissa Black Malfoy, Prima de Bellatrix Black Lestrange y Prima de Andrómeda Black Tonks.
Le rogamos que venga lo antes posible para elegir quien será su tutor.
Además se hará la lectura del testamento de Sirius Black, con esta carta tendrá adjunta otra con los movimientos bancarios desde que nació hasta actualmente su último cumpleaños, totalmente detallados.
Cordialmente un saludo, le esperamos en Gringotts.
Firmado por Vargot actual duende que custodia las cámaras de los Potter, los Black, los Malfoy y de los Di Morillo."
Sinceramente Harry no sabía a qué se referían sobre esa tal herencia, pero la tristeza vino al ver el nombre de su padrino. Asombrado vio todos los movimientos bancarios hechos en las cámaras Potter, la mayoría eran a la bóveda de Albus Dumbledore, a una privada de la señora Weasley y a otra igual de Ginevra Weasley, y por último a una cuenta en un banco muggle, de Vernon y Petunia Dursley.
Bastante enfadado, pensó, intentando sacar la astucia por la cual casi fue a Slytherin, e hizo un plan. Un plan que tendría que hacerlo rápidamente, antes de que viniesen los Dursley de su salida, sabiendo que como saliese mal sería peor pero se tenía que arriesgar.
Deprisa recogió toda la ropa que pudo, llevándosela abajo. Con la habilidad de estar siempre encerrado y ya saber como abrir cerraduras de manera no mágica, cogió una horquilla de su tía y forzó la cerradura del armario de debajo de las escaleras. Después de unos cuantos intentos consiguió abrirla. Sacó el baúl metiendo toda la ropa que había abajado, también metiendo todas las tareas de vacaciones que estaban sin hacer que estaban en el armario, y cogiendo la jaula de Hedwig, para meter a la lechuza a regañadientes, disculpándose por no poderla dejar libre, y por supuesto su varita, guardándola en uno de los bolsillos de su pantalón.
Ya había atardecido, quedaban pocas horas para que oscureciera, y por lo tanto los Dursley regresarían. Casi sin tiempo, olvidó meter los regalos que guardó debajo de los tablones, en la mochila que también llevaba. Así que veloz antes de salir de esa casa, se puso una sudadera tapándose la cabeza con la capucha. Estando seguro salió, casi hiperventilando, fue hacia el parque que estaba cerca de la casa, acordándose que por allí pasó el autobús noctámbulo cuando se escapó en el tercer año. Caminó hasta allí lo más rápido que pudo, con el baúl y todas sus cosas.
Ya allí, sacó la varita y con duda la movió enviando unas chispas rojas. Al momento se sobresaltó porque el autobús pasó muy rápido y casi se resbaló pero se sujetó bien al baúl, cuando se abrieron las puertas. Encontrándose de nuevo a Stan y al conductor Ernie con la cabeza reducida que estaba colgando del retrovisor.
-¡Bueno, bueno cuanto tiempo Neville!- Dijo Stan alegré de verle. Harry sonrió un poco culpable, al recordar que había utilizado el nombre de su amigo para pasar desapercibido.
-Haber un billete, hacía... ¿el caldero chorreante?¿Cómo la última vez que nos vimos?-Preguntó Stan por qué Harry no había dicho nada.
-¡Ah! ¡Sí! - Dijo él rápidamente y avergonzado.
Con ayuda de Stan metió sus cosas adentro y se sentó sujetándose muy fuerte a la barandilla de la primera cama que había.
-¿Sabes que el ministerio quiere cambiar a muchos de los trabajadores de allí?...-Dijo Stan señalando al periódico para empezar una conversación, siguió soltando cosas sin importancia, creando un agradable ruido de fondo. Después de un rato Harry ya estaba ensimismado en sus pensamientos. Hasta que el autobús paró repentinamente, haciendo que Harry se cayera, y Stan le ayudó a ponerse en pie.
-¡El Caldero Chorreante!-Gritó Stan a los pocos pasajeros, que estaban en el autobús.
Harry cogió sus cosas y se despidió de Stan y de Ernie, bajando torpemente.
Harry vio cómo rápidamente el autobús se fue. Harry se puso la capucha, cogió aire y de paso cogiendo valor Gryffindor, con pasos seguros entró al Caldero Chorreante, yendo hasta la barra dirigiéndose al dependiente.