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La verdadera Historia de Harry por IruchiSlytherin

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Las serpientes y los leones se separaron para ir cada uno a sus respectivas clases.


Terence y Lucian estaban algo preocupados, aunque si se lo preguntaran directamente, ellos lo negarían. Pero la verdad era esa, que estaban preocupados, unas serpientes preocupadas por dos leones pelirrojos. Preocupados de que esa broma hubiese sido el final y la expulsión inmediata de esos indomables y rebeldes risueños.


Pasaron los minutos lentamente para estas dos serpientes, ciertamente lo mejor fue que la primera clase era historia de la Magia y que el profesor fuera tan despistado que no se fijase que la mitad de la clase estaban durmiendo ni que ellos miraban casi insistentemente la puerta cerciorándose que cada cierto tiempo de que el profesor no les mirase.


Nada más acabar la clase, los dos recogieron en tiempo record, saliendo los primeros e incluso sorprendieron a sus propios compañeros de casa.


Recorrieron rápidamente los pasillos más frecuentados, el gran comedor antes de ir hacía los invernaderos, donde tendrían su segunda clase.


Nada más llegar, entraron a los invernaderos mirándose tristes por no saber nada, suspirando se colocaron en sus puestos y se recompusieron mientras empezaban la clase.


Pasada ya media hora mientras observaban una Snargaluff, escucharon unos golpes en la puerta, la profesora Sprout les ordenó a la clase que estuvieran atentos para que no perdiesen ningún miembro y así no tendría que visitar la enfermería.


La Profesora Sprout abrió la puerta encontrándose al director con dos alumnos, dos alumnos que eran conocidos por sus travesuras.


-¡Oh, profesora Sprout! Siento interrumpir su clase, pero he estado hablando con los señores Weasley y cuando nos hemos querido dar cuenta ya empezaba la segunda hora.-Comentó con su actitud de abuelito con dos Weasley idénticos con caras neutras.


-Lo entiendo director.-Contestó y sonrió tensamente la profesora Sprout, ciertamente no le gustaba que los dos alumnos más famosos por sus travesuras y su gran corazón, tuvieran esas caras tan neutras.


-Estábamos hablando sobre enmendar sus actos...-Empezó a decir, yéndose por las ramas el director, queriendo decir a quien tenía pensado para que castigase a esos “niñitos” que le tocaban bastante la moral, pero le interrumpió la profesora Sprout con una sonrisa y actitud típica de un Hufflepuff.


-¡Oh! Pues sería maravillosa la ayuda de un par de manos extras para organizar los hongos saltarines.-Añadió de manera ilusionada dejando al director en una encrucijada, solo dejándole la opción de acertar.


-Claro, sería una buena manera de que se enmendaron.-Contestó con una sonrisa tensa mientras apoyaba las manos fuertemente en los hombros de los chicos, ante eso los gemelos intentaron suprimir una cara de sorpresa por la ayuda de la profesora.


-Entonces, señores Weasley, vayan entrando y colóquensen en sus puestos.-Ordenó la profesora, mientras ponía postura de madre enfadada y los chicos entraban rápidos, posicionándose en sus lugares.


-Muchísimas gracias por acompañarles a clase director, si no le importa tengo una clase que atender, ya le veré a la hora de la comida.-Se despidió la profesora rápidamente dejándole con la palabra en la boca al director.


Después de su interrupción, rápidamente volvió a su clase. Las dos serpientes respiraron tranquilas en cierta manera pero seguían tensas pensando en lo que había pasado mientras estaban los gemelos con el director. La segunda hora acabó rápido para todos, la mayoría se fueron rápido pero las serpientes se quedaron fuera esperando a los gemelos, que se quedaron dentro hasta que no estuviese nadie más, para así hablar con la profesora Sprout.


-Profesora Sprout nosotros...-Empezó a decir Fred mirando al suelo recto como un soldado.


-Sentimos mucho haber hecho eso solo ...-Continuó George mirando el suelo con los hombros caídos.


-Solo queríais hacer una broma.-Contestó sonriendo la profesora, haciendo que la miraran sorprendidos, y se rió al ver las caras.


-¡Vamos! Creéis que no me di cuenta de las semillas de tármica, además me quite un peso de encima al decir eso… No sólo yo pienso, lo que dije.-Añadió al final guiñando el ojo.


-Os quedareis durante dos horas durante dos semanas.-Dijo la profesora haciéndoles saber de su castigo, ignorando los ojos de cachorro apaleado que les ponía.


-Pero yo no he dicho, que no os puedan ayudar más gente.-Añadió la profesora con sus cosas en las manos saliendo por la puerta, viendo a los dos slytherin, sonrió amablemente y se dirigió a su descanso.


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Las serpientes y los leones se separaron para ir cada uno a sus respectivas clases.


 


Terence y Lucian estaban algo preocupados, aunque si se lo preguntaran directamente, ellos lo negarían. Pero la verdad era esa, que estaban preocupados, unas serpientes preocupadas por dos leones pelirrojos. Preocupados de que esa broma hubiese sido el final y la expulsión inmediata de esos indomables y rebeldes risueños.


 


Pasaron los minutos lentamente para estas dos serpientes, ciertamente lo mejor fue que la primera clase era historia de la Magia y que el profesor fuera tan despistado que no se fijase que la mitad de la clase estaban durmiendo ni que ellos miraban casi insistentemente la puerta cerciorándose que cada cierto tiempo de que el profesor no les mirase.


 


Nada más acabar la clase, los dos recogieron en tiempo record, saliendo los primeros e incluso sorprendieron a sus propios compañeros de casa.


 


Recorrieron rápidamente los pasillos más frecuentados, el gran comedor antes de ir hacía los invernaderos, donde tendrían su segunda clase.


 


Nada más llegar, entraron a los invernaderos mirándose tristes por no saber nada, suspirando se colocaron en sus puestos y se recompusieron mientras empezaban la clase.


 


Pasada ya media hora mientras observaban una Snargaluff, escucharon unos golpes en la puerta, la profesora Sprout les ordenó a la clase que estuvieran atentos para que no perdiesen ningún miembro y así no tendría que visitar la enfermería.


 


La Profesora Sprout abrió la puerta encontrándose al director con dos alumnos, dos alumnos que eran conocidos por sus travesuras.


 


-¡Oh, profesora Sprout! Siento interrumpir su clase, pero he estado hablando con los señores Weasley y cuando nos hemos querido dar cuenta ya empezaba la segunda hora.-Comentó con su actitud de abuelito con dos Weasley idénticos con caras neutras.


 


-Lo entiendo director.-Contestó y sonrió tensamente la profesora Sprout, ciertamente no le gustaba que los dos alumnos más famosos por sus travesuras y su gran corazón, tuvieran esas caras tan neutras.


 


-Estábamos hablando sobre enmendar sus actos...-Empezó a decir, yéndose por las ramas el director, queriendo decir a quien tenía pensado para que castigase a esos “niñitos” que le tocaban bastante la moral, pero le interrumpió la profesora Sprout con una sonrisa y actitud típica de un Hufflepuff.


 


-¡Oh! Pues sería maravillosa la ayuda de un par de manos extras para organizar los hongos saltarines.-Añadió de manera ilusionada dejando al director en una encrucijada, solo dejándole la opción de acertar.


 


-Claro, sería una buena manera de que se enmendaron.-Contestó con una sonrisa tensa mientras apoyaba las manos fuertemente en los hombros de los chicos, ante eso los gemelos intentaron suprimir una cara de sorpresa por la ayuda de la profesora.


 


-Entonces, señores Weasley, vayan entrando y colóquensen en sus puestos.-Ordenó la profesora, mientras ponía postura de madre enfadada y los chicos entraban rápidos, posicionándose en sus lugares.


 


-Muchísimas gracias por acompañarles a clase director, si no le importa tengo una clase que atender, ya le veré a la hora de la comida.-Se despidió la profesora rápidamente dejándole con la palabra en la boca al director.


 


Después de su interrupción, rápidamente volvió a su clase. Las dos serpientes respiraron tranquilas en cierta manera pero seguían tensas pensando en lo que había pasado mientras estaban los gemelos con el director. La segunda hora acabó rápido para todos, la mayoría se fueron rápido pero las serpientes se quedaron fuera esperando a los gemelos, que se quedaron dentro hasta que no estuviese nadie más, para así hablar con la profesora Sprout.


 


-Profesora Sprout nosotros...-Empezó a decir Fred mirando al suelo recto como un soldado.


 


-Sentimos mucho haber hecho eso solo ...-Continuó George mirando el suelo con los hombros caídos.


 


-Solo queríais hacer una broma.-Contestó sonriendo la profesora, haciendo que la miraran sorprendidos, y se rió al ver las caras.


 


-¡Vamos! Creéis que no me di cuenta de las semillas de tármica, además me quite un peso de encima al decir eso… No sólo yo pienso, lo que dije.-Añadió al final guiñando el ojo.


 


-Os quedareis durante dos horas durante dos semanas.-Dijo la profesora haciéndoles saber de su castigo, ignorando los ojos de cachorro apaleado que les ponía.


 


-Pero yo no he dicho, que no os puedan ayudar más gente.-Añadió la profesora con sus cosas en las manos saliendo por la puerta, viendo a los dos slytherin, sonrió amablemente y se dirigió a su descanso.


 


 


 


 


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