-Se han escuchado muchas cosas sobre ti, Harry Potter…-dijo Dante modulando su acento, aunque sin conseguirlo, Harry sonrió ante eso y le miro algo curioso.
-Espero que no sean cosas malas y que no te creas todo lo que dicen.-aclaró Harry guiñando un ojo a Luna, esta le sonrió suave llendose a su mundo de nuevo, Dante rio fuerte sorprendiéndole por el tono.
-Tranquilo, solo cosas buenas y no me han decepcionado.-Dijo Dante con un sonrisa ladina, Harry se sonrojo y carraspeo sin saber qué decir. Harry notaba una mirada persistente en él, así que de manera rápida se giró y vio a Draco, sonrió suave y le saludo, Dante vio la interacción y elevo un poco las cejas al ver como Draco le dio una disimulada mala mirada.
-Ese es un amigo nuestro, Draco …-empezó aclarar Harry queriendo no ser maleducado pero Dante le interrumpió.
-Malfoy, lo sé, le conozco. Hemos coincidido en fiestas de ministerios.-Aclaró Dante. Harry y Dante siguieron hablando, viendo que tenían en común el quidditch, estuvieron en una charla intensa en la que Dante seguía con sus sonrisas ladinas y miraditas cargadas, que provocaban el sonrojo de Harry.
La mañana se paso rápido para Harry con los chicos conociendo a Dante, aunque juraría que hubo momentos en que los ojos de Dante eran de color amarillo en vez de ser de castaño claro, aunque Harry deshecho la idea porque sería por culpa de la luz.
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Mientras tanto Marvolo, estaba en su despacho finiquitando los últimos detalles de su plan para poder descalificar a Dumbledore y poder renovar su imagen completamente.
Con un toque de varita, unos hilos plateados se movieron hacia unos tubos cerrándolos con corchos, poniendo las fechas en las etiquetas, una carta sellándola, y unos toques en su puerta le alertaron de que a quien había hecho llamar ya estaba aquí. Abrió la puerta con un movimiento de la mano, adentrándose un hombre, de pelo grisáceo, bajito, delgado, y vestido de tonos azules, se adentro sentándose en una de las sillas de enfrente de Marvolo.
-Icarus Guyx, hacía tiempo que no nos veíamos.-Dijo Marvolo con una sonrisa amplia y fría, Icarus sonrió de la misma manera.
-Muy cierto Marvolo, aunque para algo me habrás mandado llamar.-Sentenció Icarus incitando que la sonrisa de Marvolo se ampliase un poco más y soltase un pequeña risa seca.
-Obviamente, me gustaría que le llegase esta información a la señorita Skeeter...Lo más rápido posible.-Aclaro Marvolo mientras con la varita atraía las cartas selladas, arrugadas e incluso inconfundiblemente parecía antiguas con tubos con fechas en las etiquetas.
-Y claramente yo seré testigo de…-dijo Icarus mientras leía por encima las cartas hasta quedarse callado del asombro.- Del descubrimiento de Marvolo Slytherin, hijo de Lord Voldemort.
Icarus, asintió firme guardándose toda la información en su maletín mágico. Continuaron hablando de negocios hasta que se despidieron a la hora.
Marvolo, se recostó en su sillón pensativo ante la reacción de Harry al saber de esta información y sabiendo que le reconocería fácilmente por el hecho, del anterior viaje astral que tuvo.
Pensar que Harry sabría la verdad, le producía una mezcla de sentimientos que hacia mucho tiempo que no sentía. Tanto que deseaba que James estuviese ahí para que el se enfrentase ante la situación. Aunque a la vez quería verle, saber como es en realidad, y no lo que la vieja pasa a querido que el mundo sepa sobre su pequeño, sobre su hijo.
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Cuando Harry se levantó al día siguiente no esperaba que fuese diferente aunque, estaba receloso, había notado las miradas de Dumbledore. Nada más llegar vio que muchos compañeros le miraban y cuchicheaban. Al sentarse, antes de que empezase a desayunar, Hermione se sentó enfrente y empezó a leer en voz alta.
“ Mis queridos lectores, me ha llegado una información muy jugosa. Por supuesto está totalmente contrastada. Pero vayamos a lo importante, he descubierto algo que se ha estado escondiendo durante mucho tiempo. Al parecer Quien-Tú-Sabes, tuvo un heredero que abandonó. Quien fue criado en el extranjero, en Italia, lejos de su “padre” y sus locuras. Fue criado por su abuela, ya que su madre murió en el parto.
Días después de nacer fue trasladado a Italia, hasta que llegó a su adultez donde ya él se dispuso a viajar a Londres para arreglar sus asuntos en Gringotts. Al parecer este apuesto hombre se ha ido abriendo hueco en empresas mágicas y muggles, no se sabe mucho más de su vida personal pero eso no nos impide soñar verdad, magos y brujas…
Con esta jugosa información se despide vuestra querida Rita Skeeter.”
Harry se quedo sin hacer nada, sin saber que decir hasta que vio la imagen en movimiento reconociendo al hombre que veía. Sin querer soltó un jadeo alertando a Hermione y a un Ron que estaba desorientado mientras desayunaba.
Harry les hizo un gesto de que se acercaran más, uniendo sus cabezas para poder hablarles.
-Chicos yo a ese hombre le he visto…-soltó sin anestesia Harry haciendo jadear a Hermione y Ron ni se inmuto, al seguir sin enterarse mucho.
-Estaba hablando con el profesor Snape y Abbigail… Los vi en un viaje astral.-advirtió Harry pensativo mirando la fotografía, algo le decía que le había visto más veces pero no caía cuando.
-Tendrás que preguntarle a Abbigail ¿no? para saber respuestas…-dijo Hermione tocándose el pelo pensativa, Ron trago lo que tenía en la boca.
-Bueno se podrían aprovechar el fin de semana, ya que has encontrado cosas de tu… ya sabes…-dijo Ron intentando no decir la herencia de Harry para que no les pillasen.
Harry pasó el día con la cabeza, pensativo sin saber de que conocería Abbigail a ese hombre.
Pensó Harry para sí mismo, en ese momento noto como una figura alargada subía por su pierna, al mirar debajo del pupitre vio que era Neftis, se tenso nervioso mirando a todos lados. Hasta que recordó que el collar tenía magia de sangre conectada a él, con hechizos de desilusión e invisibilidad, por lo tanto ni a Neftis ni a Nua las verían si ellas o él no quisiese.
Paso las clases con Neftis dentro de la túnica abrigada con su calor corporal. Seguía a Hermione y Ron de forma autómata, sumido en sus extraños pensamientos, cuando choca contra un cuerpo.
-¡Oh lo siento! ¡Dante! ¿Estas bien?-Dijo Harry sonrojado de la vergüenza, recogiendo los libros que Dante se le había escapado del golpe.
-Tranquilo, Harry, no me has hecho daño. Ha sido culpa mía, no iba mirando por donde iba.-Dijo Dante mientras apoyaba sus manos en los hombros de Harry, Harry se tensó notando como a Neftis no le gustaba que ese sangre fría le tocase, así que con disimulo se alejó, al agacharse a recoger una pluma y dársela.
Antes de que pudiesen hablar, un brazo se enrosco en uno de los de Harry.
-Harry, leoncito te estaba buscando… ya te verá...Ravenclaw-dijo Pansy mirándole de arriba a abajo arrastrándole hacia las mazmorras. Harry iba farfullando mientras Pansy explicaba que había comprado disfraces demás que iba a ser generosa, e iba hacer su obra de caridad en el mundo de la moda dándoles esos disfraces a los leones y entre medias dijo que una visita le esperaba en la mansión Potter.