Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La verdadera Historia de Harry por IruchiSlytherin

[Reviews - 48]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aclaraciones:
''...'' pensamientos
-...- dialogo
lo que vaya asi parsel.
Todos los personajes son tomados de la obra de J.K. rowling sin animo de lucro.
 

-Vamos Gryffindors… Seguidnos.-Dijo Draco al  grupo de adolescentes. 

 

Mientras se introducían en la tienda,  Terence Higgs iba indicando los tipos de animales y su clasificación.

 

-Por aquí están los roedores…-Señalaba Terence indicando las vitrinas y vidrieras donde se encontraban los animales.

 

-¡Hey!¿y Potter?-Preguntó Terence dándose cuenta de que Potter no estaba entre el grupo.

 

Harry se había escabullido sin darse cuenta y estaba donde los animales de sangre fría, para ser más exactos donde las serpientes. Iba mirándolas una por una, algo aburrido porque para sus ojos la mayoría eran todas iguales pero cuando iba a desistir, algo le llamó atención.

 

“¡Puff! Hace mucho rato que no se ve movimiento alguno, a lo mejor solo fue mi imaginación...¡Espera! ¡Ha vuelto a pasar!”Pensó Harry y en efecto, se había movido unas ramas dejando al descubierto una serpiente maravillosa, una cobra Real negra.

 

La serpiente estaba recelosa y empezó a sisear, Te huelo, ¿Quién está ahí? Para que preguntó, si ni siquiera sabrá responderme.-Dijo con sarcasmo la serpiente.

 

-Hola hermosa serpiente. Soy Harry Potter y, bueno, te puedo entender.-Dijo con una sonrisa ladeada dejándose ver, la serpiente si se sorprendió no lo dejó notar.

 

-¿Un hablante de parsel? ¿Cómo es eso?¿Y qué haces aquí?-Interrogó curiosa y astuta por naturaleza, esperando que sus preguntas fueran respondidas.

 

-Si, se hablar Parsel. Si no no te entendería, no se como tengo este don.-Contestó sin saber como responder a como tenía ese don.

 

-Y estoy aquí para buscar un familiar.-Contestó sincero dejando a la serpiente pensativa.

 

-¿Quieres una serpiente, Harry Potter?-Preguntó astutamente, Harry se quedó pensativo.

 

-En verdad, no me importaría. Aunque me gustaría que fueras tú. Eres más interesante, llamativa, misteriosa y por lo que veo más astuta que las demás.-Constestó halagandola, ella le miraba sin moverse.

 

-Eres el primero que me quiere llevar como familiar.-Comentó ella sin añadir nada más.

 

-¿Aceptarías?-Preguntó él inseguro ya que le podría rechazar.

 

-Aceptó.-Dijo la serpiente, provocando que una ráfaga de aire les traspasará a los dos dejando a Harry sin aliento. Cuando fue a decir que iba a llamar al de la tienda para decirle que la sacara escucho una voz.

 

-¡Vaya Señor Potter! ¿Le puedo servir de ayuda?-Preguntó una voz detrás de él, Harry se giró asustado y vio que era el señor mayor afable de la tienda.

 

-¡Oh sí! Querría llevarme a esta serpiente. Me ha aceptado.-Comentó sonriendo levemente, el señor puso una cara de sorpresa.

 

-¡Qué maravilloso! Le abriré la vitrina para que pueda coger a la cobra real.-Dijo muy contento el hombre, le abrió la vitrina. Harry acercó su brazo haciendo que la serpiente se deslizará por su brazo hasta llegar a los hombros y acurrucarse cerca del cuello.

 

-Señor Potter iré a preparar las cosas que necesitará. Si necesita algo, solo tiene que pulsar la campanita que está en cada sala.-Avisó el hombre mientras salía de ahí.

 

-Estas caliente.-Comentó la serpiente provocando que Harry se riera de las cosquillas.

 

-¿Tienes nombre?-preguntó Harry y esta negó. No se fijó como el hombre le miraba sorprendido mientras se alejaba e iba a preparar sus cosas.

 

- Nunca he tenido, nadie me ha puesto uno.¿Cuál quieres ponerme?-Preguntó mientras se acurrucaba mejor suavemente.

 

-¿Que tal, Neftis?¿Te gusta ese nombre?-Preguntó Harry pensando en la diosa Egipcia.

 

-Me gusta, me llamaré Neftis.-Sentenció la serpiente.

 

-¿Te importa que vaya mirando más animales?-Preguntó dudoso Harry sin querer enfadar a la serpiente.

 

-No me importa Harry.- Contestó la serpiente acomodándose en su cuello.

 

Harry continuó mirando animales, hasta que llegó a los felinos salvajes. Vió a cada uno, pero le sorprendió y maravilló fue uno de ellos. El único que no le miraba mal, e ignoraba a los demás. Estaba pacíficamente tumbado, pero a la vez alerta. Una pantera negra como la noche, con ojos dorados como el sol.

 

-Es preciosa. Me encantaría tenerla también como familiar.-Dijo pensando en voz alta mientras sonreía tristemente acercándose al cristal. Neftis al escucharle levantó la cabeza para mirar hacía donde su dueño miraba encontrándose un fascinante ejemplar de pantera.

 

-Harry ¿Por qué no le preguntas si querrá ser tu familiar?-Preguntó Neftis haciendo dudar a Harry.

 

-Pero, me dijeron que solo se podía tener una familiar Neftis.-Contestó Harry sin saber que hacer.

 

-Hay casos en los que un mago puede tener más de un familiar. Además por intentarlo que no quede.-Contestó segura intentando influirle.

 

Harry mordiéndose el labio, con dudas. Se agachó para poder estar a la misma altura que la pantera. Cogió aire y suspiró negando.

“No va a poder ser, pero bueno por intentarlo…”Pensó inseguro mirando a la pantera.

 

-Preciosa pantera ¿Te gustaría ser mi familiar?-Preguntó con voz suave como si fuera un susurro. La pantera en ese momento no hizo gesto alguno, pero a los pocos segundos cuando Harry se iba a poner de pie desistiendo. La pantera le miró, un aire se formó y una voz grave habló dentro de su cabeza. Diciendo, me gustaría ser tu familiar y ocurrió lo mismo que con Neftis. Aunque casi se cae por no ser unos fuertes brazos que le sujetaron para que no se cayera de culo al suelo.

 

-¿Con que aquí estabas Potter?-Preguntó una voz arrastrando las palabras, Harry hacía arriba encontrándose sujetado por Malfoy, pero no había nadie más cerca de ambos.

 

-¡Malfoy! ¡Eh! Gracias.-Dijo sonrojado apartándose de los brazos que le sostenían.

 

-Preciosa pantera.-Apreció Draco fijándose en la pantera, igual que ella analizaba a Malfoy.

 

-Es mi familiar.-Dijo Harry sin mirarle. En ese momento notó la mirada de Malfoy en él y este no decía nada.

 

-¿Y la serpiente que tienes en el cuello?-Preguntó Draco curioso y extrañado, frunciendo el ceño.

 

-También lo es, se llama Neftis.-Contestó Harry sonriendo levemente, acariciando la serpiente.

 

-Tienes dos familiares. La verdad no me debería sorprender.-Contestó Draco divertido y asombrado, Harry fue a decirle contestarle algo por si era un comentario sarcástico pero se dió cuenta que era una broma por lo que se sonrojó y apartó la mirada. Interesándose más por el felino.

 

-Creo que deberías llamar a la campanilla para que el señor Broken sepa que tienes un segundo familiar. Y  prepare todo lo que necesites para este, y también te deje sacarlo de esa vitrina.-Comentó Draco, el cual estaba cerca de la campanilla. Pero como siempre Harry con lo despistado y nervioso que estaba no se dió cuenta, y empezó a buscarla campanilla.

 

-Si, es cierto. -Dijo buscando la campanilla. Segundo después escuchó el sonido y vió como Malfoy la había tocado por él.

Minutos más tarde, el hombre apareció.

 

-Hola Señor Malfoy, Señor Potter ¿algo en que pueda ayudar?-Preguntó el señor rápidamente.

 

-Si, al parecer Potter tiene un segundo familiar que es esta Pantera.-Añadió Draco con su arrastrar de palabras y su altivez característica. Esto dejó a Harry mudo ya que él no había escuchado lo dicho por el hombre.

 

Mientras el hombre abría la vitrina y el animal salía, Harry se sentía incómodo, notaba la mirada persistente de Malfoy que le ponía nervioso.

 

“¿Por qué Malfoy me mira así? ¿Y por qué es tan amable? Entiendo lo de la tregua y eso, pero…¡No lo entiendo! ¡Y de nuevo me está mirando así! Me entran escalofríos y me pone muy nervioso.” Pasaba por su cabeza mientras se mordisqueaba el labio inferior, sin levantar la mirada.

 

Mientras que Harry estaba en las musarañas, el señor Broken se había ido para preparar las demás cosas que necesitaría para sus dos familiares y Malfoy estaba ahora detrás de él.

 

-Potter, creo que deberíamos ir a la entrada, para que la tía Abigail no se preocupe.-Comentó con una voz suave, susurrante, que provocó que Harry diera un respingo y se girará sonrojado.

 

-Sí, vamos.-Dijo tropezando con sus propios pies provocando que se tuviese que agarrar a él, y antes de que  le ayudase se apartó.

 

-Gracias.-Añadió Harry apartándose y caminando para salir de esa sala. Malfoy, no dijo nada pero una sonrisa ladina estaba en su cara.

 

Con esto, Harry emprendió paso rápido, sin levantar la mirada del suelo seguido por la pantera y Malfoy. Decir que Harry estaba rojo era poco, al parecer estaba consiguiendo un récord, estaba más sonrojado que el propio pelo de los Weasleys.

 

“¡Por que a mí! ¡Los dioses o dios o lo que sea que esté ahí arriba me odia! ¡o le gusta que me pase esto! ¡Me sigue mirando! Notó como me taladra. O puede ser por culpa de Hermione y Luna, tanto yaoi,tanto yaoi no es sano.”Pasa por la cabeza de Harry mientras andaba.

 

-¡HARRY JAMES POTTER! ¡¿Dónde te habías metido? ¡Y más vale que me des una explicación!-Exclamó Hermione con los brazos en jarra y mostrándose muy enfadada.

 

Harry se puso recto y el color se le fue casi del susto. Por el enfado de Hermione , sus amigos la miraron con miedo y sin pronunciar palabra. Mientras que las serpientes la miraron con cejas levantadas, curiosas y sin decir ni una palabra para ver cómo se desarrollaba la escena.

 

-Yo, pues…    ¡Es que te vas a reír fíjate!-Tartamudeó Harry riéndose con nerviosismo. Hermione le miró fijamente, diciendo con su mirada fíjate como me río.

 

-Es que...¿Me perdí? ¡Si eso me perdí!-Dijo Harry al final intentando convencer a los demás y así mismo. Antes de que Hermione dijera algo fue interrumpida.

 

-¡Oh, vamos Mione! No le condenes, además estaba aquí, en el emporio...No como otras veces, y también lo ha encontrado Malfoy.-Añadieron los gemelos a la vez, mientras la medio abrazaban, intentando convencerla de no regañar a Harry.

 

-¡Eso es, una pantera!-Gritó asustado Ron, fijándose en el animal que salía detrás de Harry. Se apartó tanto para atrás que acabó chocando con Zabini, que aprovechó y le cogió por la cintura. Ron ante esto, se  sonrojó tanto que compitió con su pelo.

 

-Si, es mi pantera.-Añadió Harry, sin dejar de mirar a Hermione,  ignorando lo que le ocurría a su amigo.

 

-¿Potter? O mejor Harry, te puedo llamar así.¿No? Bueno pues como iba a decir, vamos a la entrada. No queremos preocupar a los adultos, por llegar más tarde.-Comentaba Pansy cogiéndole de los hombros, provocando que en su cara hubiese confusión por lo que estaba sucediendo.

 

-Si, me puedes llamar Harry.-Contestó confuso y dudoso.

 

-¡Perfecto! ¡A mi llámame Pansy!  ¡Mejor por qué no nos llamamos todos por nuestros nombres!-Exclamó alegre y contenta Pansy, parecía que fuera un niño que se había tragado kilos de azúcar y estaba llevando arrastras a Harry hacía la entrada.

 

-Por nosotros bien.-Añadió Zabini detrás de Ron provocando escalofríos en él y que su sonrojo fuera constante.

 

-Por nosotros igual ¿Y tú Malfoy?-Preguntó Hermione inquisitiva con las cejas alzadas.

 

-Igual.-Contestó molesto, mientras miraba bastante mal a Pansy ya que se llevaba lejos de él a  Harry.

 

“¡Mierda Pansy, suelta ya a mi Harry! Espera un momento... ¡¿Mi Harry?! ¿desde cuando es mi Harry? ¿Es que me gusta? Y si me gusta ¿Entonces desde cuándo?” Pensaba Draco molesto sin saber como aclarar sus sentimientos.

 

“Sabes que, sí, me gusta. Y creó desde hace mucho. Además Potter no está nada mal…” Pasaba por su cabeza mientras que una sonrisa ladina se dibujaba en el rostro de este, dándole un repaso a Harry de pies a cabeza.

 

El pobre Harry en ese momento estaba aturullado por tanta palabrería por parte de Pansy, miraba con ojos de súplica a todo el que lo mirase, pero Hermione le ignoraba mientras acariciaba a su familiar que era un jerbo de orejas largas. Luna estaba en su mundo hablándole a Bôle de vete tu a saber que, mientras acariciaba y balanceaba a su familiar que era una mara, mientras el chico la miraba como si le hubiese brotado una segunda cabeza. Fred y George se reían del sufrimiento ajeno y encima no ayudaban sino que le proponían más temas a Pansy para que no parase de hablar. (N.A: Vamos el suyo claramente XD) Ron estaba delante de él y parecía huir mientras que casi a su paso estaba Zabini que le seguía con parsimonia. Nott y Neville mantenían una conversación bastante más relajada. Higgs y Pucey se reían también del sufrimiento ajeno pero parecía que no era el suyo , así que decididamente no quería saber por quién era. El único que no estaba en su campo de visión era Malfoy y estaba llegando a una desesperación de que deseaba que cualquiera le ayudase.

 

“¡Dios! ¡Desearía y todo que incluso Malfoy me salvase de Pansy! ¡Y que se callase!” Pasaba por la cabeza de Harry intentando ocultar su mirada desesperante al ver como Pansy hablaba cada vez más y más rápido.

 

“¡Por favor suplicó a quien esté ahí arriba divirtiéndose de todo lo que me ocurre! ¡Ayuda!” Rezaba mentalmente Harry, hasta que el rescatador de Harry llegó inesperadamente.

 

-Pansy, cariño. Creo que estas confundiendo a Harry. Además creo que esta conversación le gustaría más a Hermione.-Dijo Draco, lentamente, acentuando el nombre de los leones, provocando que Pansy se detuviera en seco. Se desenganchó de Harry y fue hacía Hermione para tener la misma conversación con ella, con una sonrisa un tanto peculiar en su cara.

 

Draco le obligó a reanudar a andar, ya que Pansy al soltarse se quedó estático, intentando poder recuperarse.

 

-¿Harry estás bien?- Susurró cerca del oído de Harry, con su característico arrastrar de palabras. Ésto provocó que Harry despertará de su letargo, se sonrojará y reanudará su marcha.

 

-Sí, gracias Malf- Draco.-Contestó rectificado rápido, diciendo el nombre todavía más rápido para no notar el calorcito que se formaba en el pecho y las pequeñas mariposas en el estómago.

 

--------------------------------------------------------------------------------

 

Cuando llegaron los chicos a la entrada, se encontraron al Señor Broken dando la noticia de que Harry tenía dos familiares a una Abigail muy contenta y con una sonrisa traviesa, a un Remus y a un Arthur sonrojados como unos tomates, y dos serpientes, Lucius Malfoy y Theodore Nott sonriendo de una forma similar. Una sonrisa de haber ganado algo que solo ellos sabían, y que además solo fuera suyo.

 

Abigail cuando se dió cuenta que estaban los chicos, inmediatamente fue a felicitarles a todos por sus familiares. Ahí se dio cuenta de varias cosas, primero parecía que el grupo de serpientes tenían algún sentimiento por el grupo de leones. Segundo que el grupo de serpientes ya parecía tener sus planes, y estaban acechando  sus “presas”. Y tercero, se veía a la legua que su sobrinito quería tener algo con su ahijado, sinceramente no sabía muy bien como sentirse. Por una parte estaba feliz, pero por otra, más le valía no hacerle daño a Harry, por qué entonces olvidaría convenientemente que era su sobrino y se lo haría pagar. Harry era demasiado tierno y bueno para que alguien le hiciese daño, y quién lo intentase, ella misma los destruiría como arena en la playa.

 

-Draco no nos habéis dicho cómo se llaman vuestros familiares.-Dijo Abigail, intentando no ir hacía dónde se encaminaban sus pensamientos. 

 

- Mi serpiente es una cascabel y se llama Enfis.-Contestó Draco ignorándola un poco para poder mirar más a Harry, y esto ponía nervioso a Harry.

 

-El mío es un águila real y se llama Munin.-Añadió Theo provocando la sorpresa de Neville, al ver la casualidad de que sus águilas se llamaban como los cuervos de la Odín.

 

-El mío es un Jaguar y se llama Leo.-Contestó Adrián, con una sonrisa amplia viendo que a su familiar le gustaba estar con el familiar de Luna.

 

-El mío es un gato rojo de borneo y se llama Adiel.-Contestó Pansy acariciándole viendo como su familiar le gustaba estar cerca de su querida Hermione.

 

-El mío es un Lince Ibérico y se llama Didier.-Contestó Lucian viendo que aunque su familiar, era más tímido no le molestaba que el lobo blanco de George estuviese incordiándole.

 

-El mío es una Fosa y se llama Zio.-Contestó Blaise, mientras miraba el panda rojo, que curioso se quería acercar, pero que su mago impedía.

 

-El mío es un mono de cara blanca y se llama Circus.-Contestó con tranquilidad Terence, mientras su familiar no paraba quieto encima de él.

 

- La mía es una mara y se llama bugs bunny.-Contestó con su mirada ensoñada y voz infantil Luna, provocando una pequeña risa en Hermione y Harry al escuchar el nombre de su familiar. 

 

-El mío es un jerbo de orejas alargadas y se llama Hamtaro.-Contestó Hermione orgullosa de su familiar, mientras Luna sonreía cómplice con Harry por el nombre que tenía.

 

-Emm… Yo tengo dos familiares. Una  es cobra real negra que se llama Neftis y la otra es una pantera que se llama...-Contestó sin acabar la frase,  pensando rápido el nombre que podía ponerle.

 

- Que se llama Nua.-Terminó Harry algo sonrojado al notar las miradas algo sorprendidas de los adultos.

 

Mientras Remus estaban hablando con Harry y los demás del grupo. Estaba intentando no ponerse nervioso con la mirada de Draco puesta encima suya e igual que le pasaba a él, le pasa a Arthur que estaba hablando con sus hijos intentando no notar la mirada del Lord Nott. Mientras Abigail aprovechó a escondidas para pagar las compras y coste de los familiares de la mayoría del grupo de los leones, mientras Lucius hacía lo mismo pero sabiendo que los amigos de su hijos sabían que eran un regalo de su parte, por lo que no tenía que hacer lo que estaba haciendo Abigail .

 

Minutos más tarde, el señor Weasley intentó regañar a Abigail e incluso los demás chicos querían haber pagado por sus propias compras, pero Abigail supo como desviar esa conversación. Sabiendo que era una batalla perdida los demás dejaron de intentar devolverle el dinero.

 

Al final todos se despidieron, yéndose el grupo de Slytherins por un lado y ellos por otro. 

 

E inevitablemente, el grupo se tuvo que disolver yéndose a su casas correspondientes incluso Hermione y Luna tuvieron que irse.

Aunque dentro de unos días tendrían que volver al callejón Diagon, y comprar los materiales que iban a utilizar en el siguiente curso en Hogwarts.

 

Abigail nada más llegar a casa con Harry, llamó a un elfo para que preparara un lugar en la habitación de Harry para los familiares de éste, y llamó a otro para que preparasen la cena mientras se relajaban.

 

Harry se subió a su habitación, se duchó, y se puso el pijama. Una elfa doméstica tímida llamó a la puerta, y le avisó de que estaba la cena lista e inmediatamente bajó a cenar con Abigail. En la cena Harry le contaba lo sucedido con los familiares, omitiendo claramente las situaciones con Malfoy y los sentimientos que le despertaban. Al terminar los dos se fueron al salón, a seguir hablando sentados en el sofa.

 

-Harry, tengo que hablar contigo.-Avisó Abigail algo nerviosa, sin saber como explicarselo. Harry la miraba curioso y nervioso, al escuchar eso un nudo en el estómago apareció y el miedo se despertó en su interior.

 

-Se que no hablas de esto, pero necesito que me cuentes todo lo sucedido en tu vida, desde lo bueno hasta lo malo.-Dijo Abigail, sabiendo y esperando que las máscaras que tenía al principio Harry y que con confianza se habían caído, volviesen con toda su fuerza.  Harry se tensó, pero su cara no mostraba lo que sentía.

 

-Por favor.-Suplicó Abigail, deseando que Harry pudiese confiar en ella.  Al principio Harry no pronunció palabra, pasaban los minutos y el silencio se mantenía hasta que, un suspiró salió de los labios de él y con la voz quebrada empezó a contar. 

 

Empezó con lo que él pensaba que no era algo por lo que él sintiese miedo, vergüenza o debilidad. Las horas pasaban y cada vez, con esfuerzo y valentía desgarraba más su herida sangrante, contando sus numerosos casos de humillación, maltrato físico y psicológico que sufrió a manos de su familia muggle. 

 

Como le pegaban cuando hacía las cosas mal, como le castigaban encerrado en el armario bajo las escalera con un trozo de pan seco y una sola botella de agua desde los seis años cuando respondía sin que le preguntasen, el por qué tuvo que aprender a limpiar, cocinar y demás tareas del hogar desde los cinco años, como su primo le perseguía y sus amigos le pegaban por las apariencias, por seguir las directrices de sus padres, sus tíos. Como aprendió a leer solo, ya que no le dejaban ir a clase. Como al final tuvo que aprender a leer y escribir y demás cosas en un colegio público,  ya que una vecina casi denunció a sus tíos al ver  un niño sin escolarizar, pero sin destacar porque él no podía ser superior a su primo. Como aprendió a hacer las cosas bien a base de las palizas que su tío le daba, cómo su tía ignoraba sus hematomas y heridas cuando volvía con su primo después de estar él con su tío a solas. Como cambió después de descubrir que era mago, pero como  volvió a darse de bruces más fuerte al descubrir que no se podía defender con magia fuera de Hogwarts. Como poco a poco su confianza hacía Dumbledore se debilitaba cada vez que le decía sobre no volver con los Dursley y el director se negaba sin creerle absolutamente nada.

Cada palabra que decía, cada hecho que había sufrido eran lágrimas tras lágrimas notando como su mochila no pesaba tanto. Abigail se mantenía en silencio sintiendo todo su sufrimiento y tristeza, escuchando cada hecho. La ira consumía sus pensamientos, con cada respiración controlaba sus impulsos de ir  y matar a todos los responsables. Estuvieron así durante horas, hasta que en altas horas de la madrugada, Harry se quedó sin lágrimas y sin poder contar más, quedándose dormido entre sus brazos.

 

Abigail le secó las lágrimas que se habían escapado de sus ojos y le cogió en brazos. Se encaminó hacía la habitación de Harry, notando el poco peso que tenía su pequeño niño. Le tumbó suavemente en su cama, tapándole con las sábanas y dándole un beso de buenas noches. 

 

Bajo lentamente y se sirvió un Whisky de fuego para calmar todo esos sentimientos que mantenía encerrados en su interior.

Harry se despertó del sueño intentando abrir los ojos parpadeando rápidamente por el escozor de sus ojos, el dolor de cabeza que se hizo presente con rapidez.

 

Estuvo unos minutos tumbado, con la mente en blanco hasta que  recordó en la “charla” que tuvo con Abigail, la noche anterior.

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).