Los días que faltaban para que llegase el fin de semana pasaron rápidamente y con demasiadas tareas. Entre acabar todas las tareas y estudios, se encontraban ya en el día indicado.
Aunque Harry no pudo hablar con Draco, parecía que el destino no quería que esos días tuviesen tiempo.
Sólo se veían desde lejos, siempre Draco sonriéndole, con su sonrisa de lado que acompañaba con guiños de ojos, que hacían que se ruborizará y que le recorrieran escalofríos por la espalda. Harry le correspondía saludando con la mano, suavemente y con una pequeña sonrisa, sonrojándose segundos tras segundos, cuando las miradas se conectaban.
El sábado, le había avisado Mione que todos iban a Hogsmeade, donde se encontrarían con Remus para acompañarles y esperarían al señor Malfoy para poder ir a la mansión de estos. Iba a ir incluso Remus para que la coartada, si preguntasen, fuera que estaban con él por el pueblo mágico. Así no sería una mentira, totalmente.
Al final los leones decidieron que no irían todos, solo irían a la mansión, Hermione, Ron y por supuesto Harry. Así que los demás estarían por Hogsmeade como segunda coartada por si acaso.
El trío dorado se despidió de los demás y entraron en las tres escobas, sentándose a la espera de las serpientes y de Remus.
Mientras Hermione y Ron discutían, sobre vete tu a saber que, Harry estaba en la luna, pensando en el “sueño” de hace unos días. Estaban todos tan absortos que no notaron como se acercaron tres personas, una de ellas abrazo de pronto a Hermione, haciéndola saltar en su sitio, por el susto y luego sonrojándose al ver que era Pansy y ella le besaba la mejilla.
Blaise se sentó al lado de Ron, sonriéndole seductor, haciendo que se ruborizase un poco, bebiendo su cerveza de mantequilla para ocultar su cara y Harry, todavía en babia, no notó como se sentaba a su lado Draco, este sonriendo suave al verle tan concentrado.
-Buenos días, Harry.-Saludó Draco susurrando, cerca de su oído con su característico arrastrar de palabras. Aprovechó que los demás estaban distraídos, Harry se sobresaltó e hizo un pequeño sonido por el susto y al final se sonrojó al verle. El slytherin se rió al verle tan ruborizado y tan avergonzado del sonido que acababa de producir.
-Entonces, ¿ya sabes que vas a buscar primero?-Preguntó Draco sonriendo cautivador, haciendo que Harry no supiese si mirarle a esos ojos plateados o mirar su cerveza de mantequilla. Se decantó por la cerveza, perdiéndose como la sonrisa se amplió al verle tan nervioso y empezó a toquetear el asa del vaso.
-Pues pensaba primero encontrar lo más básico que se sepa y después sobre si tienen algún sitio especial.-Contestó tartamudeando al principio hasta que se acordó del claro y habló con voz pensativa, provocando la curiosidad en Draco.
-¿Un sitio especial? ¿Ha pasado algo, Harry?-Preguntó con un ceño fruncido de preocupación, Harry le miró algo sorprendido de que Draco sospechase eso. Se mordió el labio, dudando.
-Pues tuve un sueño algo extraño, en el que me encontraba en un bosque. Un poco horrendo pero algo me decía que continuase andando hasta que llegue a un claro, donde había más gente, como yo. Allí, una me habló pero no le pude ver la cara bien, había demasiada luz.-Aclaró susurrando. Al principio Draco arqueó las cejas con una sonrisa divertida bromeando, ocasionando que Harry se ruborizase y le diese un empujón mientras continuaba contando el sueño. Draco ante el empujón, se rió y asintió ante lo dicho.
-Bueno, pues es buena idea, lo que has pensado. Seguramente ese sueño como dices, no fuera eso, y fuese una conexión onírica. Te recuerdo que parte de lo que eres, es parte musa, y las musas se ha dicho que se han movido en el mundo onírico, el mundo de los sueños.-Dijo Draco con una cara pensativo, como cuando estudiaba. Ésto hizo que Harry intentase no mirarle embobado, notando como estaba más ruborizado que antes y que incluso empezaba a irradiar algo de calor.
-¡Harry! He visto a Remus pasar por delante de la ventana, creo que huía de alguien ¿o algo?-Dijo Ron ruborizado, mientras ignoraba la sonrisa de Blaise, ya que este tenía su mano en la cintura. Mientras Pansy, estaba sonriendo e interrumpiendo con besos a Hermione, poniéndola nerviosa pero feliz.
Harry agradeció a quien hubiese hecho que Ron mirase por la ventana, así no tendría que avergonzarse más con su forma de actuar. Rápidamente tanto Harry como Ron se levantaron, pero Ron fue detenido con un brazo pasando por su hombro. Hermione y Pansy fueron más lentas y Draco fue a paso calmado pero más rápido, intranquilo por si perdía de vista a su pequeño.
Cuando salieron afuera, se encontraron con una escena un tanto extraña. Estaba un auror que parecía estar acosando a Remus.
-Pero Remus, mi amor. ¡Te amo!- Exclamaba el auror mientras Remus cerraba los ojos intentando tener más paciencia. El auror aprovechó y se puso de rodillas, agarrando con fuerza la mano de Remus e intentando besarla, pero el hombre lobo intentaba retirar la mano, sin querer hacerle daño al otro.
-Mira Steven, entiendo que te guste. Pero debes de entender que no estoy interesado. A mi no me gustas, respetame.-Aclaró Remus intentando sacar su mano de la férrea zarpa del auror, sin fijarse de que los chicos estaban viendo todo y que una persona se estaba acercando con paso seguro.
-Creo auror Steven, que el señor Lupin ya ha dejado claro su respuesta. O acaso estás acorralando al hombre, ¿o mejor dicho acosándole?-Dijo una voz arrastrando las palabras. Steven pretencioso se giró, pero inmediatamente palideció al ver a Lucius Malfoy. Este arqueó una ceja y le miró superior.
- No, no, yo no estaba, yo sí... Mejor me voy. Adiós Remus.-Contestó tartamudeando y huyendo al segundo. Remus suspiró aliviado al ver como su acosador huía con el rabo entre las piernas. Dirigió su mirada a Lucius Malfoy, viendo que le miraba con un brillo preocupado.
-¿Todo bien, señor Lupin? No ha pasado algo más ¿No?-Preguntó preocupado y a la vez algo cabreado, por Steven, pero sobre todo intranquilo ante Remus. Remus le miró algo sorprendido, y ruborizándose carraspeo un poco, al ver como otra mirada aparecía en la cara de Lucius.
-¡Si, si! No ha pasado nada más, así que muchas gracias, sinceramente.-Dijo apresurado y abochornado Remus, con una sonrisa trémula. Lucius asintió con seguridad y sonrió de forma relampagueante.
Lucius se fijó en los chicos y en su hijo, volviendo su mirada a un chico, que físicamente no reconocía. Un chico de apariencia etérea, con rasgos finos, elegantes y regios, al ver la sonrisa amplia y divertida del chico, pudo identificar quien era con algo de dificultad.
Fue a decir algo pero nada salió de su boca, la volvió a cerrar y frunció el ceño, al ver las caras divertidas del chico y su hijo, mientras los demás miraban de manera huidiza, evitando que su mirada se encontrase. Lucius, serio y entrecerrando los ojos a su hijo, le advirtió con la mirada que esa se la iba a pagar como otro slytherin fue, es y será.
-Buenos días chicos, espero que estemos todos ¿o tenemos que permanecer más tiempo?.-Preguntó Lucius con una mirada seria e intimidatoria, los demás asintieron rápidos, aunque Remus miró extrañado ante esa reacción hasta que se percató de que él no sabía cómo había cambiado Harry. Entonces aguanto la risa tapándose de manera sutil la boca.
-Solo seremos nosotros, señor. Señor Malfoy le agradezco de que me ayude de esta manera.-Contestó Harry divertido pero agradecido con una voz risueña y con ternura, Lucius asintió arqueando una ceja mirándole y luego mirando a su hijo entrecerrando los ojos.
-Todos que toquen mi bastón.-Mandó, alzando su bastón, dejando el mango libre. Todos sujetaron el mango y cuando Remus fue agarrarlo, se le escurrio la mano pero antes de que se soltase, un brazo le agarro firme y estrechamente. Sin dudarlo al segundo, todos se aparecieron en los jardines de la mansión Malfoy.
Remus cuando abrió los ojos, notó que estaba recostado en Lucius mientras este le tenía fuertemente sujeto con un brazo en la cintura, se sonrojó e intentó apartarse. Lucius al ver esto suavemente dejó caer el brazo, rozándolo con los dedos, poniéndolo más nervioso y ruborizándole más.
Ron cayó encima de Blaise y delante de Hermione, y ella cayó suavemente de pie, igual que Pansy. En cambio Harry fue rescatado de besar el suelo, gracias a Draco que le cogió de la cintura y le abrazó desde atrás. Ron estaba enfurruñado y ruborizado al ver que Hermione no le pasó como a él y Harry, aunque algo bueno pero a la vez vergonzoso es que Blaise le hubiese servido como parapeto entre él y el suelo. Blaise sonreía embobado al sentir a su león, aunque le hubiese pillado en imprevisto.
Draco se había preocupado al ver como Harry se iba a comer el suelo pero después le hizo gracia, al saber que aunque fuese una gran buscador y tuviese una gran equilibrio en el aire, cuando se trataba de viajar con magia al parecer se volvió la persona más torpe del mundo.
Harry se apartó sonrojado y evitando la mirada de Draco, ignorándolo completamente. Fijándose en Lucius, exactamente en su sonrisa Slytherin y la cara ruborizada y algo cabreada de Remus.
-Señor Malfoy, ¿podríamos empezar ya a buscar los libros?-Preguntó Harry ignorando la mirada penetrante de Draco mientras notaba que el sonrojo no se iba, se coloco el pelo al ver la mirada divertida tanto de Remus y de Lucius.
-Claro, si me seguis.-Dijo Lucius intentando no poner los ojos en blanco al ver que lo poco sutil que era Blaise, recordandole a su madre y a su padre cuando les conoció por separado.
La verdad la madre de Blaise, no se casó con su padre, sino que lo tuvieron fuera del matrimonio y ella se casó con varios hombres antes, que fallecieron en circunstancias “extrañas” hasta que al final dejaron satisfechos sus deseos “mujeriegos”, y a su madre multimillonaria por todas las herencias, para por fin casarse con el amor de su vida.
Mientras pasaban por el jardín, de lejos vieron unos pavos reales albinos. Los leones los miraron sin saber que pensar, Blaise y Pansy intentaban no reírse, mientras Draco ponía los ojos en blanco ante el extravagante gusto de su padre ante las odiosas aves.
Sabía perfectamente que tenía las aves porque su madre las odiaba, por lo que cada capricho que tenía su madre, otro pavo se añadía en el jardín. Draco suspiró aliviado cuando entraron ya a la mansión. Siguieron andando hasta dar con unas puertas grandes.
Con un pase de varita de Lucius, las puertas revelaron una biblioteca gigantesca. Hermione no pudo evitar jadear tapándose la boca, Harry miró todo maravillado, y ante el asombro de las serpientes presentes, corrieron al interior de la habitación mientras se chismorreaban mutuamente.
Remus se rió sutilmente al ver el suspiro de Ron y la cara que puso ante el “sufrimiento” que iba a sufrir durante horas, recordando cuando regresasen a Hogwarts, exactamente en la sala común y en las habitaciones.
Los demás entraron seguidamente mientras cogían los libros que no tenían en torres tanto Hermione como Harry, que les asombró la rapidez con la que habían acumulado torres de libros.
Después de horas, Harry aburrido ya de no encontrar nada, se levantó y recorrió las estanterías. En una, encontró algo, un libro escrito por Lyra Malfoy, mujer de Septimus Malfoy, el bisabuelo de Draco. En el libro al principio hablaba por encima sobre la madre magia pero a Harry le llama la atención una frase: Uno de los guardianes favoritos de la madre magia son los elfos Corícides.
Harry al ver esto, volvió a su sitio, sentándose recto y decidiendo continuar leyendo el libro, encontrándose con una mina de oro.
“Mi fuente sobre esto es una amiga mía, Idris, una elfa coricia.
Los elfos Corícides, son un clan guerrero y guardián de la magia, de los recuerdos, y del amor hacia el todo, hacia la amistad, la familia, los amantes, la magia y la madre magia por supuesto.
Los elfos Corícides, son criaturas mágicas de apariencia frágil y delicada, que viven cientos e incluso algunos miles de años. Tienden a ser más bajos que los magos, delgados. Sus rasgos son más finos y detallados y hablan con tonos melódicos. Se les distingue bastante bien de los magos y otras criaturas por su pelo largo, sus orejas puntiagudas y sus movimientos elegantes y ágiles.
Aunque parezcan frágiles y delicados son una raza rápida y fuerte. Son conocedores de los bosques, entonces les permite camuflarse bien en ellos e incluso tienden a ver mejor que los magos, y también en lugares con poca luz.
Es famosa la habilidad con el arco, aunque también con la espada corta y larga. Son entrenados desde pequeños, tanto los elfos como las elfas en los clanes, son entrenadas con las mismas habilidades comunes.
Viven en santuarios, con cien o doscientos elfos y elfas corícides y coricias.
Les gusta realizar actividades que tengan que ver con las artes y sabidurías, ya que son familia de los elfos lunares y un tipo de ninfas conocidas también como musas.
Se les consideran alegres, agradables, traviesos, un largo etcétera.
Suelen llamarles la atención también las ciencias muggles y mágicas, aunque después de todos estos estudios, suelen heredar un rasgo familiar potente y otro suyo propio que es desarrollado instintivamente.
Mi amiga Idris, su rasgo familiar es el amor hacia el aire, el equilibrio natural ante una escoba, el control del elemento aire. Al parecer está segura que aunque su descendiente no llegase a ser como ella, ese rasgo lo tendría por siempre.
El suyo propio es el control de calmar a las demás criaturas, mientras que el de su madre era el control de los dos elementos más. Por ejemplo su hermana melliza Nerdanel, tiene el control de viajar en sueños.”
Al leer esto, Harry levantó la mirada asombrado al ver que solo conocía una elfa Coricia que se llamase Idris, y esa era su propia bisabuela. Entonces eso decía que Lyra, la bisabuela de Draco, era amiga de la suya. Entonces también esto le hacía pensar que la mujer que vio en sueños podría ser su tía-bisabuela Nerdanel.