14- Deep Space
Los sentimientos de Tao se quiebran en pedazos y no pueden ser reparados. El hilo rojo del destino que une a su familia se ha roto, y se da cuenta que no es más que un mito aquella palabra: familia.
Se refugia en un hogar insano y en un amor que lleva la esencia de un nebuloso error; no obstante, eso le abastece lo más cercano a la paz mundial que anhela todo su interior.
—Otra vez te echaron de casa, ¿cierto? — Le reprende el mayor parado sobre su espalda en el marco de una vieja y rota puerta, pone sus manos para que sobre éstos, su cabeza repose. Mira de arriba hacia abajo al pequeño antes de darle acceso a su extraña habitación.
Tao tiene la misma excusa de siempre: otra vez me han enviado contigo. Quiere decirlo, pero su pareja ya tiene la respuesta con tan sólo ver un par de lágrimas que unos rojos ojos ya han comenzado a expulsar.
Lo toma de la cintura y antes de que entre el chico; le alborota los negros cabellos y le recibe con un beso que no contiene pudor y castidad.
Entra y le invita a probar un poco de su felicidad.
Polvillo níveo enviado por los dioses, concebido con placer y fantasía, es como sus experimentadas vidas describen aquella sustancia encerrada en lo prohibido de la realidad que ruega estar dentro de SeHun en un futuro ordinario.
SeHun toma un poco de aquella sustancia hecha de una demente alegría, y ama cuando cada molécula entra a su fosas y se cola expandiéndose en todo su interior. El vuelo de los miedos aterriza con sólo aspirar un poco de locura concentrada en pequeñas flores violetas.
—Es tu turno.
Una implacable seriedad en SeHun se detiene y abre paso a facciones de placer y alegría. Tao sabe que su adicción está viajando hacia el paraíso donde sólo unos cuantos se atreven a viajar, quizá pronto descienda. Extiende un poco de aquella diamantina que contiene una torcida felicidad.
Aspira…
Expele…
Aspira…
Está feliz, y SeHun lo sabe. Tao cae rendido hacia una extraña pero bienvenida tranquilidad y SeHun lo sostiene con unos brazos que se pelean entre la fuerza y la debilidad. Un cruce de miradas basta para conocer el secreto que sus almas guardan.
El deseo paralelo a la fantasía los invita a difundir más amor del que un azul y café globo les proporciona.
Caen en su mundo de colores donde miles de formas e increíbles colores establecen ya un rumbo. Exquisitos toques que viajan de sus bocas hacia unos cuerpos que poco a poco se desnudan, pintan figuras íntimas sobre éstos, los cuales se expanden en dibujos que se quedan cortos ante la imagen de lo hermoso.
Una invitación hacia la profundidad del espacio es la que Tao incita a SeHun visitar otra día más. El dolor se camufla con entradas profundas que se colman de puro placer. Están disfrutándolo. Triángulos rojos y círculos blancos giran alrededor de sus mentes, y la habitación explota en locura y demencia de gritos y toques carnales que van desde lo salvaje y apasionado, hasta lo dulce y delicado.
Espasmos les advierten que el viaje hacia el profundo espacio de la felicidad ha terminado; ellos ya deben salir, y así lo hacen. Reposa Tao en los brazos de su loco amor, SeHun sólo sonríe…
…Un nuevo viaje no está de más, así que la locura los vuelve a invitar.
Polvo blanco con un delicioso aroma a lunática felicidad es la que vuelven a inhalar…para entrar a su favorito lugar, un…
…Espacio profundo…