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Cinco noches en "Freddy" por Kidarachin

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Notas del fanfic:

Nada especial, solamente quería mesclar mi juego favorito con mi anime favorito. Se que cuando subo un proyecto lo termino borrando por falta de tiempo o porque no me gusta como va, para evitar esas cosas voy a subir solamente one-shot o two-shots...es fin.

Besos y abrazos chicas, espero que les guste! <3

Kuroko caminaba por los pasillos de su casa, de lo mas tranquilo en busca de un libro que había creído extraviado o lo mas seguro es que su hermano o alguno de sus amigos se lo haya robado. Típico comportamiento de aquellos adolescentes, sin embargo, el peliceleste sabía como cargar con aquellas bromas desde hace ya tres años. Con solo seis años de edad Kuroko aprendió que no podía confiar en su hermano de 15 años, Akashi. Este se encargo de hacer su vida una pesadilla junto con su grupo de amigos del club de basquet, sin embargo el niño supo arreglárselas solo, incluso aprendió que por mas que lo acusara con sus padres era inútil, puesto que el pelirrojo los tenía comiendo de su mano.

Volviendo a lo que corresponde, Kuroko caminaba por los pasillos pero cuando escucho varias voces las cuales le sonaban familiar, optó por esconderse detrás de un librero. Junto sus manitas y cerro sus ojos rezando por que aquel grupo no se enterara de su presencia y por gracia divina dos de aquel grupo venían discutiendo. Aomine y Kagami, su alboroto no dejaba escuchar los sollozos del niño por lo que nadie se percato de el.

Antes de salir, se percató de que no halla nadie y corrió en dirección contraria de donde se habían ido el grupo de "gorilas" como los llamaba Kuroko.
Si bien, a pesar de que Akashi se comportaba muy mal con su hermanito, Kuroko aún le tenía algo de cariño pero este se desvanecía cuando recordaba aquel día cuando los "gorilas" estaban con la notebook jugando al "Five Nights at Freddy's".

Para entonces tenía 3 años y para el no había mejor persona que su hermano.

El niño escuchaba los gritos de los jóvenes proviniendo de la habitación, la curiosidad le pudo mas y fue a ver de que se trataba. Cuando los muchachos se percataron del niño, el moreno se acerco y lo tomo en brazos.

-Oye Akashi que tal si le mostramos al pequeño Tetsu los "animalitos"

-Has lo que quieras- respondió con indiferencia y los brazos cruzados.

Murasakibara arrebato al bebe de las manos del moreno, lo alzó lo mas alto que sus brazos se lo permitían y prosiguió a decir:

-Kuro-chin te van a gustar mucho- seguido, sentó al niño en sus piernas indicándole donde mirar. Cuando estuvieron listos el rubio, Kise, puso en marcha una nueva partida. No habían pasado ni diez minutos que apareció gritando y chillando un pato amarillo con ojos enormes y un pico el cual contaba con dos dentaduras parecidas a las de un tiburón. El niño, aterrado comenzó a llorar buscando consuelo alguno pero en vez de eso solo hallaba risas por parte de los adolescentes incluso de su hermano. Estas pararon cuando una mujer ingreso a la habitación muy molesta recriminando su mal comportamiento con el bebe.

Con el tiempo las cosas fueron para peor, Kuroko había adoptado un gran miedo hacia diversos animales, sus padres le explicaban que tanto conejos como patos no hacían nada malo y que el juego que le había mostrado su hermano era solo eso, un juego pero el miedo le podía mas.

Su "fobia" incremento a los cuatro años cuando su hermano y resto de "gorilas" comenzó a usar mascaras de los personajes de dicho juego o jugarle bromas en las noches y no dejarlo dormir. Para su cumpleaños numero seis decidieron ir hasta su habitación a la medianoche disfrazados de los animatronicos, cosa que dejó completamente en shock al pobre niño.

Esa era la vida que le correspondía a Tetsuya y no había mucho que podía hacer, después de todo sus padres creyeron que algún día dejaría de tenerle miedo a esas cosas.
Era 26 de enero y faltaban tan solo cinco días para el cumpleaños del niño algo que alegraba a mas de una persona, entre esas, los "gorilas". Sin embargo a Kuroko no era algo que le alegraba mucho, todo lo contrario, para esas fechas las bromas de su hermano solían ser las mas pesadas por lo que prefería saltear su cumpleaños pretendiendo como si nunca hubiera existido, o algo así...

Durante aquel periodo de espera, Kuroko se dio cuenta que los chicos no le prestaban atención y mas de uno lo ignoraba, esto lo dejó completamente impactado y a la vez feliz ¿es que por fin, después de tanto tiempo podía vivir y respirar tranquilo sin que esos brutos se metan con el? Para el peliceleste esos cuatro días fueron las tranquilos de su infancia, incluso las noches se llenaron de paz.

-"Hace tiempo que no duermo tan bien"-pensaba alegre, será que su hermano y resto de los idiotas habrán madurado de una ves.

A la quinta noche, Kuroko se sentía completamente relajado y confiado de que aquellos "gorilas" lo dejarían tranquilo. Eran medianoche, la alarma en la mesita de luz marcaba que ya era 31/01. La lluvia limpiaba los vidrios y el pequeño dormía plácidamente hasta que un ruido en la cocina lo despertó, primero pensó que trataría del perro, Nigou, pero luego recordó que el cachorro se había quedado en la casa de su abuela por lo que su ultima opción fue: "los gorilas"- pensó para si con algo de temor. Tomo una linterna que había al lado de la alarma y camino hasta la puerta para asegurarse de que afuera no haya nada extraño. Cuando se asevero de que el pasillo estuviera despejado, cerro la puerta y volvió a su cama pero antes de llegar, vio un paquete de regalo con franjas rojas y negras igual que el moño que lo adornaba.

Algo desconfiado, miro para todos lados y se acerco lento hasta aquel regalo; lo abrió con inseguridad esperando cualquier trampa pero no fue así. Dentro había un muñeco del animatronico Foxy el zorro, a pesar de que aquel bicho fue su peor pesadilla durante tres años, debía aceptar que aquel peluche se veía tierno y amigable.
Volvió a mirar dentro de la caja y encontró una mascara del mismo animal, la tomo y la miro desde varios ángulos, no entendía como había llegado esa cosa hasta su cama hasta que una mano le quito la mascara.

-A-Aka...Akashi-kun...-pronuncio temeroso.

El pelirrojo se puso la mascara sin cubrir su rostro, solo una porción de su cabeza. Este hizo un gesto de silencio, llevando su dedo indice a sus labios. Sacó al peluche de su caja y se lo entrego.

-Lo vas a necesitar- le extendió el muñeco. Kuroko no entendía nada, solo tomo a Foxy y ya. Seguido de esto, el resto de los "gorilas" comenzaron a salir del armario, bajo su cama. Todos y cada uno llevaban una mascara diferente de igual manera que Akashi. Midorima llevaba la mascara de Freddy, Kise la de Chica, Murasakibara la de Bonnie, Kagami tenía la de Springtrap y Aomine la de Puppet. El niño ya algo mas nervioso apretó contra su pecho con mucha fuerza al muñeco, a paso lento, los adolescentes se le acercaban sin borrar sus retorcidas sonrisas.

-Tetsuya- lo llamó su hermano mayor- somos tus amigos...

-No...-respondió sollozando, al borde del llanto.

-Estamos aquí para hacerte feliz Tetsuya...-extendió su mano tratando de tocar su mejilla.

-¡N-no me toques!- exclamo este golpeando la mano del mas grande.

-...no dejen que se mueva...-ordenó al resto quienes obedecieron instantáneamente, sin dejar al niño salida alguna.

-¡Maldito mocoso de mierda, ya cállate!...Akashi has algo o nos descubrirán- se mosqueo Kagami.

-Yo me hago cargo- dijo el rubio atando un pañuelo en la boca de este. Comenzaron por quitarle las prendas y dar lugar a sus manos por todo su minúsculo cuerpo, Kuroko no podía parar de llorar, pedir ayuda ahora sería inútil, el resto no paraba de sonreír y reír por lo bajo.

Murasakibara se acerco y procedió a lamer sus lagrimas y besar sus mejillas.

-Kuro-chin eres muy dulce.

-mmg-n-no...aah-pronuncio el peliceleste entre cortado. Los adolencentes sonreían con satisfacción al ver lo que provocaban en el menor. Varios dedos ya habían comenzado a profanar su entrada.

-Tetsu -pronuncio el moreno cerca de su oreja, lamia su lóbulo mientras que con una de sus manos estimulaba uno de sus pezones, el otro tenía la atención de los dientes de Kagami quien mordía y chupaba dejando rastros de saliva por todo su pecho.

-¡Ah..n-no ah!- una mano había dado presión a su pequeño miembro provocando a este un gemido ahogado en el pañuelo. Kise comenzó a subir y bajar su mano dándole corrientes eléctricas hasta que un liquido comenzó a asomar. El rubio chupaba y succionaba el falo del niño para sacar mas de aquel jugo.

Aún no lo creía, estaba anonadado. Podía ver a su hermano con aquella mascara del zorro sonriendo, sin hacer nada.¿Qué le había hecho al pelirrojo para merecer aquel trato? 

El pelirrojo de ojos bicolor se acerco poniéndoles un alto a sus amigos. Kuroko mostró un rostro de esperanza creyendo que tal vez se había arrepentido.

-Yo iré primero.

¿Primero? el niño, no entendía a que se refería. El de cabello verde estiro de sus brazos por encima de su cabesita y lo sostuvo con fuerza mientras Akashi se acomodaba entre las piernas del pequeño.

-Presta atención Kuroko -rozó su pene contra la entrada del chico y apretó con fuerza sus caderas, hundiendo en estas sus uñas- esta noche la recordaras por el resto de tus días.

Seguida de sus palabras, embistió al menor, desgarrando todo su interior. Mas de alguno pensó que era cruel el entrar así sin antes prepararlo pero ese sentimiento duro poco cuando uno de ellos, lo libero del pañuelo para introducir su miembro en la pequeña cavidad del chico. Los gemidos de Kuroko se ahogaban en aquel pedazo de carne perteneciente al moreno. Kagami y Midorima tomaron sus manos y guiaron al niño hasta sus miembros, arriba y abajo, arriba y abajo. No sabía que sentía para entonces, miedo, asco, noto como los otros dos, Murasakibara y kise, se tocaban entre ellos mientras se deleitaban con aquella imagen.

Las estocadas de Akashi hacían que Kuroko pierda la cabeza, el niño aun no podía creer que este asiendo aquello con su hermano a la vista de todos esos idiotas. Sus lagrimas asían que su vista se nublara sin embargo aún lograba visualizar a su hermano moviéndose dentro de el como un perro en celo.

La lluvia lograba tapar algún que otro gemido fuerte que se lograba escapar. Cuando por fin llegó al clímax que el pelirrojo se vino dentro del niño, el liquido estaba caliente y espeso Cuando salio de su interior, un fino hilo de semen aún los conectaba.

-Bueno, ¿quién es el siguiente?- pregunto el pelirrojo con una sonrisa mientras se acomodaba el pantalón. El moreno y pelirrojo de cejas partidas exclamaron el ser los siguientes pero como siempre estos terminaban discutiendo sin embargo, Akashi encontró una solución para esto, susurro en el oído de sus amigos los cuales después de escuchar dichas palabras sonrieron lascivamente. Los ojos de Kuroko se llenaron de horror cuando sintió dos miembros dentro de el, abriendo camino y desgarrando todo a su paso,ambos, sin consideración alguna, comenzaron a moverse chocando sus bolsas contra los glúteos.

-Eres muy...estrecho...maldito mocoso de mierda- gruño Aomine, apretando las sabanas. Kuroko trato de liberarse pero el dolor podía contra el. Entre suspiros pronuncio:

-Dan...asco

-Puede ser...-respondió el dominante pelirrojo.

El resto mordía, chupaba, besaba y lamía toda las partes de su cuerpo. Unos tras otro, lo embestían con fuerza y sin lastima. Para cuando el cuarto victimario comenzó con sus estocadas ya no sentía dolor, solamente placer y vergüenza por sentirse bien ante tales atenciones. La vista se perdió cuando Murasakibara comenzó con sus choques hacia su próstata, para entonces ya se había venido muchas veces dándoles una exquisita vista de todo su cuerpo, a sus profanadores.

Pronto serían las seis de la mañana, los adolescentes por fin dejaron descansar en paz al menor, sin embargo desde que se quedaron dormidos, Kuroko no logró consolar el sueño.

La alarma comenzó a sonar marcando las 6:00am, se apresuro en apagar el escandaloso aparato, se levanto y se vistió.

Dirigió su caminar hacia la puerta pero antes de salir volvió a mirar a la cama donde aún dormían los chicos.

Llevo su mirada a un rincón del cuarto y ahí estaba aquel muñeco de Foxy. Se acercó y lo levanto, fijó su vista a este y sintió como en el fondo de su corazón, alguien decía: "¿Quienes eran los monstruos de verdad?"


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