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Haz realidad los sueños de los que te rodean por Paz

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Notas del capitulo: Se que no debería subir otro fic, cuando aún no he terminado de actualizar los otros, es que me he quedado trabada con el capítulo de “A veces....” y con “Un pervertido...” no he terminado de pasar a limpio el borrador, ni tampoco terminé el nuevo capítulo que he incluido en el fic original “El canto...”  ni que decir del fic “Vaya par...” me disculpo con todas/os vosotras/os porque no se si podré subirlos este fin de semana. Aunque estuve fuera de España no estuve inactiva, este es el resultado de las dos últimas semanas anteriores a mi regreso.

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen
 
Haz realidad los sueños de los que te rodean

By Paz
Capítulo I: Susurros
 


Dormitaba plácidamente, arrullado por la voz constante y neutra de su profesor de física quántica., cuando inesperadamente un tono chirriante, casi hiriente le apartó de su dorado sueño, intentó concentrarse en su duermevela, alejando de si ese sonido discordante que aturdía sus sentidos alertándolos, elevándose por encima de la voz del profesor, se dio cuenta que intentaba que solo fuera un susurro, aún así le llegaba con toda nitidez. Dejo ir el sueño prestando atención a las palabras que le llegaban como si estuvieran encima suyo, sin ningún rubor escuchó la conversación que sus compañeros llevaban a cabo.


-...te aseguro que es así.


Aunque el sonido de la voz se le hacia familiar, sin embargo se expresaba tan bajo que no lograba identificarla.


-Tu puedes hacerlo.


La seguridad que emergía de esas palabras le hizo saber que debía conocerle bien.


-Cómo?


Identificó la inseguridad en la voz.


-Lo mejor es no preocuparse. Se que lo conseguirás.


-Tu seguridad me abruma. Quisiera sentirme tan seguro como tú... –el tono de voz seguía siendo insegura- Estoy a tres días de su cumpleaños, ella espera algo especial, lo se, lo veo en el brillo de sus ojos y no me atrevo a decirle que este mes mis recursos se han agotado. Su tratamiento ha sido más costoso de lo habitual, me han hablado de una nueva técnica y ni siquiera puedo conseguir acceder a ella. No me importa sacrificar un poco más de mi tiempo. Mi madre es todo lo que tengo, haría cualquier cosa por su bienestar. Se lo merece todo.


-Ya lo haces, tienes dos trabajos en las horas libres, ambos en la facultad, y siempre vas apurado a tus clases. Cualquier otro chico no podría seguir tu ritmo. Tú madre te adora y solo ve por tus ojos. Admira cuanto haces, ayer mismo presumía de tus habilidades, festejando tu triunfo, tienes en ella una ferviente admiradora.


-Si... siempre tuvo fe en mis posibilidades. Recuerdas mi lesión de espalda? Su fe en mi me ayudó a superarla.


-Lo recuerdo... no se apartó de tu lado durante esos meses.


-Su fortaleza y su apoyó me ayudaron mucho, ella y... él.... mi deseo de superarlo fueron los alicientes que me mantuvieron firme para no desfallecer, no flaquee y soporte el dolor de la fisioterapia por los dos... –el murmullo fue descendiendo en su tono hasta volverse inaudible cesando por completo.


Sintió curiosidad por ver a los dos interlocutores, más reprimió su deseo y continuó con los ojos cerrados, inmerso en sus nuevos pensamientos, en los que prevalecía la susurrada conversación.


Finalmente, escuchó las palabras del profesor que daba por concluida la clase y al instante se produjo la estampida de estudiantes que se apresuraban a recoger sus cosas y el despliegue de enérgicas salidas que dejo prácticamente vacía la clase.


Abrió los ojos y con gestos desganados recogió sus libros, en tanto los guardaba en su mochila, como al descuido volvió la cabeza a derecha e izquierda, buscando identificar a los culpables de mantenerle despierto, no vió a nadie que le resultara conocido, más de pronto, como si su mirada fuera atraída hacia otra, se volvió, justo detrás suyo, le vió.
Durante unos segundos que le resultaron eternos sus miradas quedaron presas, como incapaces de separarlas permanecieron quietos, como congelados en el tiempo sus gestos hasta que un movimiento junto al  muchacho desvió su atención.


Estaba tan sorprendido que tuvo la sensación que no estaban en el mismo plano de existencia, porque les veía mover los labios pero no escuchaba el menor sonido. Le vió inclinar la cabeza asintiendo a sus palabras, al instante su larga cabellera pelirroja le ocultó el rostro.


Sólo entonces el sonido volvió a él, era la primera vez que coincidía en una clase con Sakuragi, y supo entonces porque le resultaba familiar el tono de voz.


Su inexpresiva faz se giro como si no le hubiera reconocido, atendiendo a su propio quehacer, colgó del hombro su mochila y cruzó el estrecho paso entre pupitres hacia la salida con ademanes apresurados.


-¡¡Ey... zorro no me ignores! –dijo Sakuragi deteniendo sus pasos debido al tono alto de sus palabras.


-Ummhh... –gruño como saludo.


-Tan expresivo como siempre, zorro. También para mi es un placer verte –dijo con sorna.


Un leve parpadeo fue su respuesta ante su irónico comentario. Sakuragi creyó ver en su mirada que le divertía y ante esa reacción no pudo menos que ponerse serio.


-Lamento tu lesión... leí que tuviste que dejar el baloncesto profesional.


Su tono de voz era sincero, al menos así le pareció, sin el antagonismo que les unió en el pasado.


-Si... –hizo ademán de reiniciar su marcha, como dando a entender que no deseaba hablar de ello. Ni siquiera su familia tocaba ese tema, pero claro, él no podía saberlo.


-¡Rukawa!... –le tomo del brazo para detenerlo- Yo... realmente lo siento.... disfrutaba compitiendo contigo... pero nunca te desearía algo así –se paso la mano por la cabeza alborotando aún más su despeinada cabellera- Cuando te fuiste para jugar en la NBA hubiera dado cualquier cosa por seguirte –confeso rápidamente y como avergonzado de hablar en exceso, sin esperar su reacción se marchó rápido, pretendiendo perderse entre el grupo de jóvenes que se desplazaban por el pasillo, si bien su cabellera rojiza destacaba por encima de todas las cabezas.


Rukawa quedo inmovilizado por sus sorpresivas palabras, cuando reaccionó ya era tarde, su rojiza cabellera no estaba a la vista. Sacudió la cabeza como queriendo cerciorarse que no era un sueño. Que el encuentro con Sakuragi era real.
Se dejo llevar por la marea humana en dirección a su próxima clase.


No estuvo muy atentó a las explicaciones del adjunto del profesor, más tampoco se quedo dormido, el encuentro con Sakuragi le había despejado, en su mente no solo rondaban sus últimas palabras sino también esa conversación susurrada y que no iba dirigida a él, y de la que fue testigo indirecto. Esa imperiosa necesidad que tenía el pelirrojo, porque era tan importante un cumpleaños?
 


Hasta el próximo capítulo....

Paz


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