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Mala suerte. [Hawksilver] por LeonSmith

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Notas del fanfic:

Hola, espero que se animen a leer éste one-shot. Es un pequeño experimento para un futuro fic largo, les prometo que se enamorarán del Hawksilver. 

Notas del capitulo:

Ambientado en una mezcla entre el MCU y el mundo de los cómics. ¿Ojo de Halcón será lo suficientemente fuerte para resistir ante el plan de Quicksilver? Ya lo veremos . . . 

 — ¿Está todo listo, hermanita? – Pietro y Wanda se encuentran en una habitación de la torre, solos.

 — Sí, pero me debes una – parece un tanto fastidiada, su hermano le da un beso y un abrazo.

 — Casi me alegro de que no te hayas perdido en ese bosque cuando éramos niños – sonríe burlón, Wanda lo “ataca” y sale de la habitación.

. . .

Días después, los vengadores se encuentran en el hangar de la torre, alistándose para su siguiente misión. Tony se decide por una de sus armaduras, Nat ingresa las coordenadas al Quinjet, Steve planea una táctica de ataque, Thor y Banner bromean sobre la posibilidad de que el rubio lo aviente desde la punta de la torre, sólo para pelear con el otro sujeto, Wanda se aburre en una esquina del lugar.

Todos se preparan a sus respectivos modos, excepto Clint, quien se encuentra sentado en piso con cara de poco amigos. Observa a sus compañeros y suspira.

 — Por favor, cap, ¿por qué yo? – Steve voltea a verlo, un tanto molesto.

 — La decisión está tomada, soldado, fue cuestión de suerte.

 — Pero . . .

 — No te quejes, Légolas, sé hombre y haz tu trabajo – Tony parece de lo más divertido con la situación de su compañero, a Hawkeye le gustaría atravesarle los ojos con sus flechas.

 — Sí, harás buen trabajo . . . niñero – Natasha se une al bullying, le encanta poder molestar a su mejor amigo.

 — Eres muy amble, Clint, te estoy sumamente agradecida – Wanda se acerca y besa su frente.

 — Sí, claro . . . – el arquero bufa y se cruza de brazos. Sus compañeros suben al Quinjet y despegan con rapidez.

Se queda sentado en la misma posición, refunfuñando por varios minutos. Al final, decide levantarse y caminar, con bastante desgano, hacia la enfermería. Al entrar, observa a Pietro sobre una camilla, sonriéndole con su burlón estilo.

 — ¡Oh por dios, llegó mi mami! – el chico finge emoción con bastante comicidad.

 — . . . – Cllint levanta su dedo medio y frunce su rostro – Quiero que estés preparado en 10 minutos, saldremos enseguida.

 — ¿Qué? – su sorpresa es actuada, está al tanto de todo lo que sucederá - ¿A dónde vamos?

 — Mi mujer se ganó un viaje en crucero. Pero, como se suponía que tendría una jodida misión el día de hoy . . . – trata de hacerlo sentir culpable.

 — Bueno, la vida sigue – le encanta retarlo – Además, técnicamente, sí tienes una misión – se señala a sí mismo.

 — . . . – sólo alza la ceja y camina hacia la puerta – 10 minutos, niño.

 — Sí, mamá . . . – sonríe para sí mismo.

. . .

Minutos después, Clint está en el hangar. Nota que la puerta del ascensor se abre, y ve a su misión forcejeando con su silla de ruedas, aún no se encuentra completamente recuperado de su encuentro con Ultrón. El castaño recuerda el momento de su incidente, no puede evitar sentir tristeza.

 — Ey, viejo . . . – Pietro chasquea sus dedos frente a su rostro, estaba perdido en sus pensamientos – no tengo todo el día.

 — . . . – Clint reacciona, finge molestia y lo sube a otro Quinjet.

. . .

Después de un, mentalmente, agotador viaje para el mayor de los Avengers, llegan a su destino. Ambos bajan de la nave, se encuentran a escasos metros de la apacible cabaña del castaño. Clint conduce la silla de ruedas y entran a su casa, llegan a la sala y él se deja caer sobre su gran sillón.

 — . . . – Pietro observa todo el lugar, paseándose en su silla, sin expresión alguna – Es tal como la imaginé.

 — ¿Eso es bueno? – en verdad teme la respuesta que le dará su invitado.

 — Pues sí, . . . – hace una pequeña pausa y lo mira a los ojos – si tu concepto de “bueno” comprende lo anticuado y de pésimo gusto, entonces sí, eso es bueno.

 — ¡Tú qué sabes! – frunce un poco los labios – Mi hogar es mi palacio.

 — Lo qué tú digas, hombre – se queda pensativo por unos segundos – Y, ¿en dónde dormiré?

 — Pues, no tenemos habitación para huéspedes, así que . . . supongo que dormirán en mi cama – Pietro se siente un tanto extrañado con la respuesta, hay algo que a él nunca le ha gustado, ser un estorbo.

 — No te preocupes, viejo, dormiré en el sillón.

 — No empecemos con cortesías, niño. Dormirás arriba, y punto – el joven Vengador tenía el poder de causarle migrañas, más rápido de lo que corre.

 — Está bien, ¿dormirás en la habitación de tus retoños? – le causa gracia la mera idea.

 — . . . – con una mano sobre su sien, niega – Lo haré aquí.

 — Como gustes.

. . .

La mañana termina y el sol de mediodía comienza caminar, dando paso a las primeras horas de la tarde. Clint está recostado en el mismo sillón, viendo tonterías en su televisor. Pietro está jugando con sus manos, recargado sobre el comedor, a unos cuantos pasos de distancia de su anfitrión.

Clint observa al joven de cabello plateado, sonríe sin querer, le parece tan infantil. Sin terminar sus juegos de manos, Pietro rompe el silencio.

 — ¿Por qué es tan aburrida tu casa? – la felicidad de Hawkeye se acaba.

 — No es aburrida. Lo que pasa es que tú eres un jovencito tonto – Pietro abre la boca con indignación, y voltea a ver a su compañero.

 — ¡¿No será que tú eres un viejo amargado?! – el castaño tarda en procesar el insulto.

 — Espera, espera . . . ¡¿viejo?! ¡¿Amargado?! – apaga la televisión y se voltea a verlo – Te informo que apenas te llevo unos cuantos años.

 — ¿Años? – ríe irónico – Más bien, décadas . . .

 — Muy gracioso. ¿Qué edad tienes?

 — 24 – contesta con orgullo - ¿Y tú?

 — 36 – contesta del mismo modo. Se cruza de brazos, esperando que la discusión terminara al escuchar su edad.

 — ¿Lo ves? – voltea hacia la ventana, evitando el contacto visual con su anfitrión – Eres un anciano.

 — ¡Ya quisiera verte a mí edad!

Clint se voltea hacia la T.V. apagada, Pietro sigue viendo hacia la ventana, observando lo tranquilo que luce el bosque. Después de un gran rato en completo silencio, el joven héroe se vuelve a hartar de la situación.

 — Quiero ir a ver el bosque – pareciera más un reclamo de un niño.

 — Adelante . . . – parece que aún sigue molesto – es todo tuyo, jovencito.

 — Lo haría, anciano, pero te recuerdo que casi me matan hace unas semanas – Clint aprieta los puños y refunfuña en el sillón, Pietro se cruza de hombros y espera su reacción . . .

. . .

Han llegado a un pequeño claro en el bosque, Clint lo había empujado hasta éste lugar. Se detienen, Pietro gira su cabeza hacia todos los lados posibles, parece bastante feliz por encontrarse ahí.

 — Listo, niño, ya viste el bosque. Ahora, ¿nos vamos? – Hawkeye parece tener frío, sólo viste un pantalón caqui y una playera roja a cuadros.

 — Relájate, anciano . . . – acerca su silla hasta un árbol cercano y toma una pequeña ramita; regresa con su compañero y busca algo entre las copas de los árboles - ¿Ves aquella hoja que cuelga del árbol que se encuentra por allá?

 — Sí, ¿qué hay con ella? – el chico le entrega la ramita y sonríe emocionado.

 — Te reto a que la atravieses con ésta ramita – lo mira, valga la redundancia, retadoramente.

 — . . . – queda mirando sus brillantes ojos azules, luego observa su blanco y su munición.

Suspira derrotado y se dispone a apuntar. Toma la rama entre sus dedos, cierra uno de sus ojos y, antes de que pudiera lanzarla, Pietro lo ataca con bruscas cosquillas en todo su torso.

Clint trata de contener la risa, pero es totalmente inútil. Se retuerce de a poco y pierde el control Cae al suelo, pero no sin antes sujetar la amada chamarra negra de su atacante.

Ambos caen al suelo, Pietro logra aterrizar obre el pecho de Clint. Se miran el uno al otra, entre pequeños gruñidos y risas. De pronto, Clint se queda perdido en la mirada de su compañero, siente un gran impulso que no logra contener.

Besa al joven Vengador, sin previo aviso. Pietro no lo vio venir, esperaba algo así, pero no lo esperaba tan rápido. Se da un pequeño regaño mental y se deja llevar por los aprisionantes labios del hombre que tanto deseaba. Se separan con cuidado, el mutante se recuesta a su lado, mientras un confundido Clint se sienta sobre la hojarasca.

Adolorido por la caída, pero feliz por su grandioso beso, Pietro lo observa con una sonrisa de oreja a oreja. Pasan varios minutos, escuchando el canto de las aves y el suplido del viento. Clint voltea verlo, con seriedad.

 — No sabes cuánto te odio – Pietro se preocupa, y muestra la cara más clemente que puede.

 — ¿Ahora, yo qué hice?

 — Te odio; te odio por ser tan infantil, arrogante y . . . – Pietro nota el tono de voz que ocupa, parece más resignado que molesto.

 — ¿Y guapo? – Hawkeye frunce el ceño, pero terminan asintiendo. Se recarga sobre sus rodillas y hace una especie de puchero.

 — Pues, yo también te odio – el castaño voltea lentamente y alza su ceja, esperando otra de sus bromas – Sí, te odio por ser tan grosero, amargado y . . .

 — ¿Varonil? ¿Musculoso? ¿Atractivo?

 — Ah . . . Iba a decir anciano . . . – el rostro molesto del mayor le parece tan sexy – pero no lo niego.

Clint sonríe, revuelve su largo cabello plateado y besa su frente. Se levanta y lo carga hasta su silla, lo acomoda con cuidado y limpia su ropa de toda la tierra y pasto.

 — Gracias, anciano, ya no sentía la mitad de mi cuerpo – mientras termina de ayudarle, nota algo bastante intimidante en la entrepierna del lastimado joven.

 — Puberto ganoso – se encuentra bastante escandalizado por la marcada erección que se encuentra bajo los elásticos pantalones del chico. 

 — ¡¿Qué?! – nota la mirada fija del castaño, le pareció gracioso que no dejara de ver su bulto – Tú tienes la culpa, ¿quién te manda a ser tan apetecible?

 — . . . – Clint se sorprende y sonríe, de manera ladina - ¿Apetecible?

 — No me obligues a repetirlo, ¿quieres? – orgulloso Hawkeye sonríe. Lo observa por unos segundos y suspira con desgano.

 — Sí tan sólo te hubiera conocido antes . . . – toma los mangos de la silla, y regresan a la cabaña.

 — . . . – hace una mueca de no comprender el problema – Sabes, yo no soy celoso.

 — . . . – Clint le da un fuerte golpe en la cabeza – No es gracioso. No podría hacerle eso a mi mujer.

 — ¿Hacer qué?

 — Olvídalo . . . – inhala profundamente y suelta todo el aire, tratando de relajarse – Me siento como en Brokeback Mountain.

 — . . . – frunce las cejas, pero no pregunta a lo que se refiere.

. . .

La noche cae en el bosque. En la cabaña, los dos Vengadores están terminando de cenar. El ambiente es incómodo, ninguno de los dos ha cruzado palabras desde el acontecimiento en el bosque. Clint se pierde en su plato vacío, evitando verlo a sus atrapantes ojos.

 — Hora de dormir – el castaño aprovecha que se ha levantado a recoger los trastes, para romper el silencio.

 — . . . – Pietro está cruzado de hombros, está bastante molesto porque después de besarlo, lo ignoró todo el tiempo.

 — No te preocupes por los trastes, yo los lavaré.

El joven Maximoff ni se inmuta, continúa en el mismo lugar, con los brazos cruzados y con la misma expresión de molestia. Barton lleva rato lavando, cuando voltea hacia el comedor, se sorprende al verlo ahí.

 — ¿Qué pasa?

 — . . . – refunfuña un poco y contesta sarcástico – Por si no te has dado cuenta, no puedo subir escaleras.

 — Lo lamento, . . . – en verdad lo había olvidado por completo – yo te ayudo. – se acerca a él, y nota su malhumor – Pero, quita esa cara, te vas a arrugar – ríe sólo, Pietro sólo tuerce la boca, fingiendo sonreír.

El castaño lo lleva hasta las escaleras, camina hasta quedar frente a él, y lo mira cual padre frustrado.

 — No hagas esto más difícil. – Pietro alza la vista, sin cambiar su expresión – Te cargaré y te subiré a la habitación, sólo pon de tu parte.

Pietro suspira, alza sus brazos y atiende las indicaciones. Clint se agacha y deja que el chico se aferre a su cuello, mientras él lo sostiene son una mano bajo sus piernas, y la otra bajo su trasero.

El joven Maximoff se sorprende de la fuerza del castaño, pues él más pesado que su cuidador. Mientras suben las escaleras, puede sentí los fuertes brazos del castaño, sosteniéndolo con firmeza.

Por su parte, Clint recibe la tímida respiración del chico, pegando contra su cuello. Sus manos logran sentir la marcada musculatura de las piernas del corredor, y su imponente trasero, debajo del delgado intento de pantalón.

Por fin logra subir todos los escalones, camina con lentitud hacia la penúltima puerta del pasillo, abre la puerta y se encuentran con la oscura habitación del Vengador y su esposa.

Con cuidado, recuesta al joven héroe sobre su cama, del lado en el que él se duerme. Sin prender la luz, intenta irse de inmediato, como si escapara de él. Sin embargo, la contraluz del pasillo, le muestra a Pietro el motivo de su nerviosismo.

 — Yo también estoy feliz de verte. . . – con una mirada cuasi perversa, indica el gran bulto que se ha formado sobre el pantalón de su compañero.

 — ¿Eh . . .? – nervioso y apenado, trata de ocultar su excitación con sus manos. Sin embargo, nota que su compañero tiene otros planes.

Pietro masajea su propia entrepierna, marcando la silueta de su cada vez más erecto pene. Cual animal asustado, sale corriendo de la habitación y cierra la puerta tras de sí.

El frustrado Maximoff maldice al marica de su compañero, se mete bajo la almohada, y la maldice por tener tan impregnado su olor.

Barton baja las escaleras con velocidad olímpica. Suda y le tiemblan las piernas, no sabe cuánto tiempo podrá soportar la tentación. Mientras camina a la sala, nota que ni siquiera pudo bajar algunas sábanas para poder dormir.

. . .

Una hora después. Clint se encuentra a oscuras, temblando de frío sobre el desnudo sillón. Se arma de valor, y se decide a subir por algo para abrigarse.

Con sigilo de su profesión, sube las escaleras y camina hasta la puerta de su recámara. Con cuidado, gira el picaporte y se inmiscuye dentro. Parece que su compañero está dormido; sin embargo, la luz de la luna le muestra una visión que hubiera preferido no notar.

El musculoso y delineado cuerpo del joven se encuentra totalmente desnudo ante él, sólo la sábana se interpone entre sus ojos y el monumento que tiene por trasero. Su espalda parece de concreto, totalmente firme, pero tersa a la vez.

Barton relame, instintivamente, sus labios. Titubea un par de segundos, pero se arma de coraje y camina hasta su gran clóset. Mientras revuelve la ropa, buscando una sábana bajo la oscuridad, escucha el rechinido de su cama.

Su respiración se agita, y voltea con temor hacia la fuente del sonido. El joven héroes se ha acostado bocarriba, mostrándole a Clint su fornido pecho y su musculoso abdomen, adornados con una fina línea de vello que baja por su ombligo hasta donde la sábana estorba.

Casi por inercia, su mano baja hasta sus suaves pants, masajeando su miembro, mordiendo sus labios. Con cada movimiento sobre la tela, su pene se engrosa más y más, se sorprende por sentir lo inusualmente duro que se ha puesto.

 — Si quieres, puedes tomarme una foto . . . – al parecer, el chico llevaba rato despierto, al castaño casi le da un infarto – Digo, para que no te canses.

 — Yo . . . – tartamudea repetidas veces, toma su sábana y decide irse, pero al voltear, Pietro se ha retirado la sábana del cuerpo, mostrando toda su gloria ante él – Por favor, no hagas esto.

 — . . . – sonríe de manera pervertida, mientras comienza a masturbarse lentamente - ¿Qué? ¿Esto?

 — No está bien, no es correcto.

 — Y, si no está bien . . . ¿por qué te estás tocando, anciano?

Clint baja la vista y e da cuenta que sigue masajeando su palpitante miembro. Queda mudo, pensativo, por unos segundos. Pero, de pronto, su cuerpo toma una posea más decidida. Yergue su espalda y alza la vista. Camina lentamente hacia la cama y, con facilidad, carga a su tentador joven.

 — ¿Qué haces? – siente una mezcla de sorpresa y emoción.

 — Te daré lo que quieres . . . – ni siquiera lo observa a los ojos, sólo camina – Pero, no aquí.

. . .

Sale de la cabaña, y entra a un pequeño cobertizo que se encuentra a escasos metros. Entra con tranquilidad y lo tumba sobre una vieja cama.

Pietro, sorprendido por el repentino cambio de actitud de su compañero, observa deseoso la manera tan brusca en que se desnuda ante sus ojos. Se acerca a la cama y se recuesta sobre su cuerpo.

Lo observa a los ojos, sus brillantes ojos azules, acaricia su suave cabello plateado. Acerca sus labios a los del joven y se compactan en un intenso beso.

La lengua de Clint entra con facilidad en su boca, recorriendo sus dientes y encías, compartiendo su tibia saliva con él. Pietro se abraza a su espalda, la recorre con detenimiento, deleitándose con cada línea y músculo que sus yemas sienten.

 — ¿No dijiste que . . .?

 — No lo arruines, niño.

Acaricia su rostro, besa su piel, rozando con la dura barba del chico europeo. Pietro se deja llevar por cada caricia, por cada brusca lamida que baja por su cuello.

Clint restriega su mejilla contra el terso pecho de su amante, llenándose con el masculino olor de su limpia piel. Succiona sus pezones, relamiendo sus labios para lubricarlos. Alza la mirada y observa como su chico suspira con cada movimiento de su lengua.

Recarga sus manos sobre los pequeños espacios de cama que quedan libres del fornido cuerpo del joven, recorre su rostro por el firme abdomen. Acaricia sus músculos, con suavidad.

Encuentra la delgada línea que tanta excitación le había causado. Besa cada centímetro de ella, pasando desde su ombligo, hasta la altura en que termina su abdomen, delimitado por una marcada línea que surge desde los huesos de su ingle.

Su cuello alcanza a sentir el obstáculo que más ha deseado en su vida. El erecto miembro del chico golpete su yugular, mientras su lengua sigue bajando por su vello.

Sujeta la base de pene, haciendo que su portador arquee su espalda y suspire. Sopla delicadamente en la humedecida punta y acerca tímidamente su legua.

Pietro cierra los ojos, lanza un gran gemido al sentir su pene, rodeado por la cálida boca de Barton. Se aferra al frío colchón y sube su cadera hacia el rostro del mayor, tratando de llegar más profundo.

Clint trata de no atragantarse, suenan entrecortadas arcadas desde su garganta. La saliva comienza a escurrir por el largo miembro del joven, quien cada vez transpira más, aún con el frío del bosque.

 — Eres bastante hábil, anciano. ¿Seguro que es tu primer mamada?

 — Jódete.

Pietro acaricia su corto cabello, marcando el ritmo de las embestidas. Su abdomen se contrae cada vez que su miembro entra por completo en la garganta del mayor, cada vez que su lengua masajea el delicado frenillo de su glande.

Clint se separa de su cuerpo y limpia la saliva de su rostro. Serio, se levanta de la cama y camina hasta la cabeza del joven. Se queda detrás de él, mientras Pietro abre su boca, lamiendo los colgantes testículos del mayor.

El arquero inclina todo su cuerpo, recostándose sobre Pietro, quien comienza a succionar el grueso pene de su anfitrión. Al sentir la lengua del joven, Clint acerca su rostro a su delgado miembro y lo engulle con ferocidad.

Ambos llenan sus bocas con sus miembros, marcando un suave ritmo que les permite disfrutar de las lamidas que aciertan sobre sus miembros, y del sabor que reciben en sus bocas.

Los gemidos logran escapar de sus bocas llenas. Clint acaricia las piernas del mutante, mientras él se deleita con su trasero, masajeándolo al mismo ritmo de su mamada.

Se separan con cuidado y se besan, chocando barbilla con nariz, intercambiando el sabor del otro. El castaño camina hasta su posición inicial y queda pensativo . . .

 — No te preocupes, estaré bien – Maximoff intuye la preocupación de su amante.

 — Pero, tus piernas . . .

 — Sólo hazlo, marica.

Clint frunce el ceño, pero luego sonríe. Rodea el cuerpo del menor con sus brazos, y lo recuesta boca abajo. Sube a la cama y se arrodilla frente al altar de músculo que tiene por trasero.

Acaricia su espalda, como si encerara el auto más lujoso del mundo. Baja sus manos hasta sus nalgas, firmes y suaves al mismo tiempo. Las sujeta como masa, las estruja con lujuria, las muerde con fiereza, le causan tanto deseo.

Escupe en su entrada e introduce la saliva con sus dedos, dos desde el inicio. Pietro gruñe mientras las falanges del mayor se abren paso por su interior.

Sintiendo un poco más relajado su cuerpo, Clint toma su grueso pene y lo posa sobre las nalgas de su niño. Mueve sus caderas, sin introducirse en él, haciéndolo desearlo más y más.

 — Vamos, anciano, enséñame lo que tienes . . .

La virilidad de Barton está por los aires. Fija su objetivo y dispara, introduce toda su hombría de un tirón, haciendo gritar al pobre chico. Pietro muerde su antebrazo, y se aferra al colchón, sintiendo como una lágrima resbala por su barba.

Clint espera poco, mueve desesperadamente sus caderas. Poco a poco, el cuerpo de Maximoff se relaja más y más, permitiéndole sentir cada centímetro del grueso y penitente miembro del arquero.

 — Más, viejo, más rápido . . .

Hawkeye sonríe por la obvia petición del hombre más rápido sobre la Tierra. Recarga sus puños sobre la fuerte espalda del joven y acelera drásticamente el ritmo.

La cadera de Barton azota brutalmente las duras nalgas de Pietro, haciéndolas vibrar y resonar cual cuero curtido. Clint jadea con profundidad, mientras su misión no se guarda los estrepitosos gritos de placer.

Pietro siente como su pene frota la, ya húmeda, tela del colchón, todo por el fuerte movimiento de su subyugador. El viscoso líquido lubrica su glande, haciéndolo sentir como si alguien lamiera su miembro.

Clint se recuesta completamente sobre él, abrazándose a su pecho.Con maestría, alza su cadera al aire, antes de introducir su pene en el adormecido trasero del chico.

Pietro grita guturalmente al sentir la potente estocada de su amante, estrellándose contra su sensible próstata. Ahora, siente como si lo masturbaran desde adentro, siente la proximidad de su éxtasis.

Una tras otra, las embestidas arrancan gemidos y gritos de ambos. El sudor recorre sus pieles, entremezclándose en cada pequeño roce. Sus músculos se tensan cada vez más, sus respiraciones se agitan, sus mentes se liberan de las ataduras terrenales.

 — Estoy cerca – Pietro sonríe y aprieta su trasero aún más.

Un fuerte y desgarrador gemido anuncia la explosiva salida de semen desde el, ya adolorido, pene de Clint. Una, dos, tres embestidas fueron suficientes para entregar toda su excitación al templo que se encuentra al interior del joven.

El calor de su interior aumenta, el esperma escurre por su suave piel, está cerca, bastante cerca.

 — ¡Voltéame!

Clint atiende de inmediato; boca arriba, toma el enrojecido pene de su amante y lo masturba con mucha velocidad. Pietro cierra sus ojos mientras se le va la respiración, su espalda se arquea más y más, haciendo que su cadera suba al momento que expulsa un potente chorro de cálido semen, mojando a ambos sin control.

 — Buen tiro – Clint limpia su cabello.

 — Aprendí del mejor.

Ambos sonríen y se besan con lentitud. Pietro relamiendo el esperma que discurre sobre las cejas de su amante. El frío de la noche los obliga a volver a la cabaña, recostados sobre el viejo sillón, abrazados, sintiendo sus cuerpos desnudos, acompañándose con el calor de sus húmedas pieles. Durmieron plácidamente, sin prisa. Al fin, que la misión duraría unos cuantos días más . . .

Notas finales:

Si me han leído antes, sabrán lo que sigue, la lista . . .

1. Espero les haya gustado, es la primera vez que escribo sobre ésta pareja (aunque, confieso que es mi favorita).

2. Ojalá se animen a dejar un review, pues, como dije antes, es un ”piloto” para un futuro fic. Me gustaría saber sus opiniones, lo que les gustó, lo que no, etc.

3. Les invito a leer mis otros fics de Marvel, eso si les gusto éste. Abajo dejo los links

4. Feliz Día de Reyes, Frank <3

 

Soy León Smith, les deseo muy buenas lecturas. 

 

Mis fics Marvel.

El Justiciero. (Daredevil)

El Mercenario. (Deadpool)

El Héroe (Spiderman) 


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