Pov Hades.
No puedo creer que viniera por el capricho de ese imbécil de cuarta, como se atreve a faltarme el respeto a mí el dios de las tinieblas y de la muerte.
- ¡HADES! se puede saber ¿porque tu tardanza?- grito con fuerza alguien detrás de mí.
Salte al escuchar la intensa voz de mi hermano mientras sentía que me taladraba la cabeza por detrás, sin inmutarme me di la vuelta y solté.
-¡JA! ¡POR QUE ME SALIO DE LOS GUEVOS! Además no tenía pensado venir a perder el tiempo de mi valiosa y maravillosa existencia porque tú me solicitabas- masculle victorioso por mi respuesta le confronte con la mirada y me sorprendió, al verle con la expresión mas que tranquila.
- Hades me importa muy poco lo que hacías mueve tu trasero al gran salón para poder comenzar- me ordeno con voz ronca. Antes de poder contestar Zeus se había ido y me ha dejado solo con mi odio al borde de la explosión, me quede parado no tenía por qué ir si no quería, el no podía hacer nada, para obligarme.
-Hades- grito con fuerza Zeus al ver que no lo seguía, me mordí la lengua y camine hacia el salón, no porque le tuviera miedo claro que no, sino porque no quería hacer esperar a los demás dioses que deseaban ver mi belleza.
Entre al gran salón este era amplio y espacioso, era sostenido por hermosas columnas de mármol, en el centro había una gran mesa de igual material esta era ovalada y se notaba lisa, a su alrededor había varias sillas todas personalizada, como la de Poseidón que parecía una silla para pescar como la de Apolo que era una pero para recostarse en la playa, rodee los ojos y furioso vi como ante mí, solo estaban mis dos hermanos mayores.
- para que me llamaste Zeus- gruñí enojado, mientras veía como mi hermano se sentaba en una silla que parecía estar hecha pero de oro puro.
- baja tu tono de voz- dijo sin expresión mientras me miraba desde arriba, con esos fríos ojos azules.
- yo hablo como se me dé la gana, somos los únicos aquí y tú me has obligado a venir de urgencia- gruñí mientras mi mirada rojiza se fijaba en él, estaba bueno para que negarlo, después de todo era un dios, sus músculos eran atractivos provocaba tocarlos, claro a menos que me conozcas a mí, si me vieras obviamente elegirías a la muerte más sexy.
-pues es muy importante hermano esta reunión trata de ti- soltó lo que me hizo rodar los ojos con fastidio.
- me importa una mierda de quien trate- dije sin importarme realmente lo que quería hablar, aunque sabía que poco debía de interesarme después de todo yo tenía algunos problemas que debía de resolver, empezando por la falta de mis fuerzas.
Zeus impaciente por mi actitud intento atacarme, lo que me hizo sonreír con ironía el dios del trueno perdiendo la compostura eso si era nuevo, el ataque no me alcanzo por supuesto ya que este fue detenido por Poseidón quien estaba al lado fiel de Zeus.
-tranquilo hermano tienes que entenderle en su minúsculo cerebro jamás entenderá cosas serias sin antes empezar con sus bromitas- dijo Poseidón tratando de calmar al imbécil de Zeus.
-prefiero tener un minúsculo cerebro, antes que ser una Barbie rubia obstinada, bueno si me disculpan tuvieron suficiente de mi hermosa existencia hasta luego- dije ya que no pensaba seguir escuchando sus insultos hacia mi persona, camine a la salida sin poder dar dos pasos un rayo impacto justo delante de mis narices cortándome unos pocos cabellos de mi exquisito peinado.
Paralizado y sin poder creer lo que le Zeus había echo a mi cabello, gire la cabeza impasible hacia donde se encontraba mis dos hermanos, el culpable estaba muy relajado en su asiento mirándome con soberbia.
- qué bueno hermano que decidiste, quedarte por las buenas, además hay algo que quiero proponerte- dijo este mientras sonreía satisfactoriamente.
- ¿y que será?- digo sarcástico mientras me mantengo alejado y atento a cualquier movimiento no quería admitirlo, pero si ese rayo me hubiera dado de lleno, seguro en este momento estuviera nadando en el rio de los muertos.
- He decidido ser clemente contigo, darte una segunda oportunidad- dice como si estuviera a punto de darme una oferta que no podría rechazar.
- Así y ¿Qué podría ser?- digo esperando escuchar la barbaridad que seguro saldrá de esos carnosos y para nada sensuales labios.
- Te permitiremos regresar al olimpo- susurro, decir que estaba sorprendido lo estaba, pensaba aceptar, en otro tiempo no lo hubiera pensado y hubiera bendecido a los demás dioses con mi presencia, en este momento que estaba débil, la respuesta era más lógica.
- En verdad quisiera honrarlos con mi hermosa presencia, pero voy a rechazar la oferta- dije haciendo que Poseidón me mirara con los ojos bien abiertos al igual que Zeus, sonreí ampliamente ante esa reacción, diablos si hubiera sabido que negarme al olimpo fuera tan gratificante y divertido juro que lo hubiera hecho hace años- si eso es todo- digo dándole la espalda a mis dos hermanos, un trueno con forma de látigo rodeo mi cintura y me alzo y estrello contra unos pilares de mármol.
- ¡Tú no te vas de aquí!- rugió Zeus, y le fuera atacado si no me doliera horrores mi cuerpo por ese ataque y porque aún tenía el látigo de luz rodeando mi pequeña y debo aclarar sexy cintura.
- Pero qué te pasa- dije sorprendido mientras sonreía, aunque claro todo eso era un escudo que usaba para ocultar el miedo que sentía hacia él.
- Cálmate Zeus, por favor, Hades te pido como hermano y para tu bien que reconsideres, la oferta- dice Poseidón mientras se coloca entre los dos, miro la situación no estoy en posición para defenderme.
- Aunque aceptara tardaría días en poder traer mis cosas acá- mentí era la muerte tenía el derecho de hacerlo.
- Tranquilo no me importaría compartir “mi casa” contigo por un tiempo mientras trasladan todo- dice Zeus con una sonrisa del lado.
- Claro… ni muerto- dije mientras me reía- lo cual es irónico ya que soy el dios de la muerte- digo con descaro mientras escucho el rechinar de los dientes del todo poderoso Zeus.
- Padre otra…- silencio si eso fue lo que sucedió cuando Apolo hijo de Zeus entro al gran salón y se encontró con esto.
- Ho entra sobrino, vamos ven y disfruta del acto sadomasoquista que tu padre quiere probar conmigo, seguro te parecerá muy entretenido.- digo mientras le sonrió, lo que hace que Poseidón se sobe la cien y me mire con cara de “te la estás buscando, deja de provocarlo”
- Hades- ruge con rabia mientras el látigo me aprieta con mayor fuerza, jade de dolor y abrí los ojos al escuchar un ligero crack.
- Sangre- dice sorprendió Poseidón mientras empuja a Zeus, milagro que mi hermano al fin hace algo útil y por mí, este me libera del látigo de luz, y me toma en brazos como si fuera una princesa.
- Espera, suéltame- digo enfadado pero solo logro alejarme de Poseidón para caer en los brazos de Zeus que irónico- tú también- lo iba empujar pero su mirada me advirtió que era mejor que no lo hiciera.
- ¿Por qué sangra? los dioses no sangra – dice Apolo nervioso mientras me trata de tocar, que ahora soy un fenómeno de circo que todos quieren ver, aunque solo para dejar claro si yo fuera un fenómeno de circo deben estar seguro que seguiría siendo guapo.
- No, no lo hacen, dime Hades ¿Qué hiciste?- pregunta y enseguida comienzo a pensar admito que esta semana he tratado de hacer muchas cosas, con el objetivo de dañar a Zeus pero él no tiene pruebas.
- No sé de qué me hablas hermano- dije haciéndome el que nunca he roto un plato, va mientras no haya pruebas sigo siendo inocente.
- Te quedaras conmigo en el olimpo, pienso mantener vigilado- masculla- y ustedes dos ninguna palabra, sobre el “sangrado”- recalca mientras me detalla.
- No puedes obligarme a quedarme aquí, además eso es un insulto a la muerte- gruño dispuesto a liberarme, odio que me carguen como princesita y más si es Zeus el que me tiene así.
- Lo harás- dice mientras se acerca a mi oído- o todos los dioses se enteraran que cuando aún tenías diez siglos orinabas en la cama -susurra muy bajo, me sonrojo avergonzado, cosa que antes lo fuera ocultado bien si estuviera con mis fuerzas al máximo, mi sobrino me ve sorprendido tal vez porque se ha dado cuenta de lo esquicito que soy pero ese no es el punto.
- Eso es…- digo tratando de hallar un método para ser callar a Zeus, meterse con mi vergonzoso pasado de niño era mucha trampa, aparte que él era el culpable que me orinara, ya que siempre me contaba historias de terror o me amenazaba con amárrame en la cueva de algunos monstruos si no lo obedecía, lo que causaba horribles pesadillas, siempre me obligaba hacer cosas incluso una vez me obligo a vestirme de mujer ¡a mí!.
- ¿¡Que!?- dice Zeus con arrogancia y aunque quiero insultarlo y decirle las más grandes y nefastas maldiciones, me aguanto primero porque estaba más débil que él y segundo porque aunque no lo quisiera admitir perdería si lo enfrentaba.
- Me vengare- dije mientras hacia un puchero y dejaba que él me cargara y no estaba actuando sumiso porque me intimidaba y me chantajeaba, si no que era su culpa que estuviera sangrando.
- Eso pensé- dijo mientras sonreía de medio lado con superioridad, miro a Poseidón y Apolo y con un movimiento simple les dio la orden que se retiraran, estos obedecieron enseguida, porque todos lo obedecían es decir que tenía, aparte de que era poderoso y que si le daba la gana nos podía volver mortales y matarnos, umm ya me respondí.