Pov Zeus.
Cargue entre mis manos el liviano cuerpo de Hades, sintiéndome molesto conmigo mismo por esto, el pequeño renacuajo me había sacado de quicio y por ello lo había lastimado, lo peor de todo es que me hacía sentir culpable y más el hecho de que estuviera sangrando, eso era algo que me estaba martillando la cabeza, los dioses no hacíamos eso, no éramos como los mortales, somos seres eternos bueno yo lo era, ya que yo era el que gobernaba entre los demás dioses.
- Ya bájame quieres- hablo con tono altanero Hades, haciendo que mi sangre hirviera, tuve que morderme el labio para contener mi rabia contra él.
- No.- respondí de manera seca, no pensaba caer ante sus encantos y para qué negarlo mi hermano, era uno de los pocos dioses que había obtenido el encanto de la belleza y al mismo tiempo de la frialdad, al ser un ser como la muerte, lo había condenado a estar solo y vagando en búsqueda de las almas, pero prefería eso a imaginarme que otra persona lo tocara.
Hace años que tome esa decisión y hay veces que me pregunto si fue la correcta, pero no podía imaginar a Hades de otro modo o bueno, tal vez si pero dudo que el acepte, ahora que lo tengo en brazos me doy cuenta lo frágil que es, su piel es suave al tacto tanto así que con solo presionar un poco mis dedos la marcan, eso me gusta.
- ¡DEJA DE IGNORARME!- exploto Hades, al parecer llevaba rato tratando de sacarme de mis pensamientos, y vaya que lo había hecho.
- ¡Que!- digo amenazante, lo que hace que el baje la mirada, eso me gusta no soporto que me desafíen.
- Serás cab..- no escucho muy bien lo que dice pero estoy seguro que me está maldiciendo, ruedo los ojos ante su comportamiento infantil, y sin ánimos lo llevo a mi hogar el cual comparto con Hera, al llegar me doy cuenta que no está lo que me alegra, seria fastidioso y molesto hablar con ella.
- Bien este es mi hogar- dije con orgullo mirando el enorme castillo que se alzaba imponente entre las nueves, era hermoso y letal, aunque claro Hades no tenía por qué saber que las paredes eran mis oídos, y mis ojos, y es que aquel majestuoso castillo había sido diseñado para que todo lo que sucediera allí yo me enterara.
- Mejor es el mío- dijo de manera caprichosa, más lo ignore aun cargándolo en brazos lo dirigí a una de las tantas habitaciones que tenía, más bien a la que estaba más cercana a la mía.
- Deja de quejarte, vivirás aquí así que será mejor que te acostumbres- recalque mientras mi mirada se centraba en él, mis ojos chocaron con los suyos dando espacio a una guerra entre miradas, que por supuesto gane yo, el aparto la suya con sus mejillas sonrojadas, lo que me hizo sonreír satisfactoriamente.
Llegamos a la habitación impidiéndole decir cualquier queja acerca de esta, no entendía porque se removía tanto y hablaba, por favor si era espaciosa, había una cama matrimonial con sábanas blancas tenía un baño particular para que se aseara, un armario del tamaño de la habitación, estaba bien equipada con muebles, incluso le coloque un televisor de esos que usas los humanos por si se quería entretener.
- Es cierto se me olvido, tú me debes algo- me dice irritado, lo que hace que eleve una ceja fastidiado, me acerque a la cama y sin cuidado lo lance a esta.
- Yo no te debo nada- masculle mientras observaba como se acomodaba en la cama, manchando un poco las sabanas con su sangre.
- Claro que si por tu culpa, se destruyeron mis videojuegos y mi porno- dijo gritándome con odio.
- ¿Acabas de decir porno?- masculle con los ojos abiertos, y con mis labios formando una fina línea por poco y se me cae la mandíbula, pero por suerte se me controlar.
- Hee… ¿no?- dice dudoso mientras mira a otro lado nervioso, sin más comienza a toser disimuladamente- hay sabes que mejor vete no te quiero ver- me dice mientras su mirada esquiva la mía.
- No- digo mientras lo tomo de la barbilla para que me mire a los ojos- ¿Cómo es eso que vez porno?- digo tratando de que no se note mi enojo, pero es que si se poner a ver, Hades era mi hermano menor y no pensaba permitir que viera eso por muchos milenios que tú tuvieran, era un niño.
- Suéltame- dice mientras se muevo desesperado, por culpa de eso pierdo el equilibrio cayendo encima de Hades.
- Umm.- es lo único que dice al darse cuenta como mis labios están unidos con los suyos, mis manos están alrededor de su cintura, y sin importarme nada comienzo a besar esos carnosos labios con los cuales he fantaseado más de una vez.
Mis manos lo toman de la cintura, mientras me muevo obligándolo a sentarse en mi regazo Hades trata de apartarme pero soy egoísta, y no importaba lo que estaba haciendo, más de una vez quise hacerlo pero me contuve, y ahora que lo pienso, no sé porque lo hice después de todo si alguien fuera interferido podría haberlo pulverizarlo, con eso en mente apreté una de sus nalgas escuchándolo jadear, cuando me separe de su labios, me di cuenta que estaba excitado y el sonrojado, un cachetada impacto contra mi mejilla.
- ¡Qué crees que haces!- me grito temblando, enojado lo recosté en la cama y me coloque encima del, este miro con miedo temblando ante mi furia.
- Vuelves hace eso y te juro que…-
- ¡¿Qué?! Dime a que me vas hacer- gruño Hades mientras me miraba con rebeldía, no negare que me excite pero no podía permitir que me viera la cara de estúpido.
- No me provoques Hades, te recuerdo que yo fui el que te mando al infierno a cuidar a los muertos y créeme que puedo hacer muchas otras cosas- dije mientras le lamia el cuello, el menor soltó un gemido debajo de mi lo que me hizo sonreír- será mejor que te bañes y cures esa herida, si necesitas algo estaré en mi despacho- le dije para levantarme he irme, si continuábamos los dos solos quien sabe lo que le haría, y si quería descubrir lo que tramaba por los momentos debía actuar como si nada.