Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Consecuencias de una noche de copas por Paz

[Reviews - 137]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Una vez más me disculpo por la tardanza, aquí tenéis el capítulo diez.
 

Consecuencias de una noche de copas

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 10: El agradable despertar de Kaede

Kaede despierta encontrándose a gusto en su lecho, la suavidad y el calor que siente le hace recordar la primera vez que lo hizo al lado de su do'aho. Al pensar en ello se da cuenta que es el mismo sentimiento que le embargo entonces. Levanta los parpados y bruscamente  intenta apartarse al comprender que su contacto es real, y solo entonces se da cuenta que su brazo le retiene con firmeza.

-Disculpa... -quiso levantarse para alejarse de su costado antes que advierta en que estado le ha dejado su contacto.

El movimiento de Hanamichi le desconcertó, fue tan rápido que no tuvo tiempo para impedírselo, al instante se encuentra con la espalda apoyada en el lecho y las manos inmovilizadas con las suyas por encima de su cabeza, con él encima de su cuerpo percibiendo entonces que no era el único que estaba excitado.

-¡Kitsune malo!! -se inclinó y su boca se acercó a su oreja, susurrándole- Cuando pensabas decírmelo? -movió sus caderas contra él, restregándose contra su miembro, sonriendo al escuchar el gemido de Kaede, quien abrió los labios para justificar su silencio, no pudo hacerlo, un jadeo entrecortado salió de su garganta ante su provocación.

Se miran como si estuvieran asimilando lo que sentían, finalmente Hanamichi bajo su cabeza y tomó entre los suyos esos labios que temblorosos se le entregaban. Masajeándolos suavemente, despacio, solazándose en ellos, mordisqueando y estirándolo entre sus dientes el labio inferior de Kaede, complaciéndose con los inarticulados sonidos que salen de su garganta.

Kaede se sentía alborozado, tenía a su lado a su bonito pelirrojo, estaba experimentando una vez más esa dulzura, ese calor que encendía sus sentidos haciéndole saber que sus emociones se desataban, cerró y abrió sus manos en un vano intento de que aflojará la presión en sus muñecas. Al no conseguirlo, arqueó su espalda, para hacerle saber que debía soltarle, su movimiento solo consiguió estremecerlo mayormente, cuando sus miembros se frotaron entre si, dejándole sin aliento, durante ese tiempo, nunca pudo olvidar la sensación de sentirle dentro suyo, su dulzura y su fuerza le enajenaban.

Quiso hablar, pedirle que le soltara, pero apenas abrió la boca solo pudo emitir entrecortados jadeos al presionar su boca contra la suya, alzó la cabeza para incitarle a que profundizara el beso, y cuando su lengua, húmeda y caliente le penetró la suya fue a su encuentro iniciándose un reconocimiento mutuo, una sensación placentera le recorrió, temblaba bajo su cuerpo y al mismo tiempo sentía los estremecimientos de Hanamichi que se manifestaba en el movimiento de sus caderas sobre las suyas que seguían su mismo ritmo, procurándose un inesperado placer al masturbarse, aumentando el placer que su boca la provocaba.

Sus manos quedaron libres y en segundos estuvieron rodeando sus hombros, moviéndose apremiantes por su espalda hasta alcanzar su nuca y sus dedos se enredaron entre sus cabellos, acariciantes, con un apremio que Hanamichi comprendió. Le mantenía con firmeza unido a él, poco dispuesto a separar sus labios de los suyos.

Hanamichi supo lo que deseaba. Esta vez era plenamente consciente de sus acciones, la boca de Kaede sabía deliciosa y no se cansaba de explorar su húmeda cavidad.

Solo la falta de aire le apartó, pero por muy poco tiempo, enseguida sus labios fueron dejando suaves besos desde la comisura de sus labios hacia su barbilla y de ahí descendió por su garganta y continuando hacia abajo hasta acariciar con sus labios la suavidad de su torso, deleitándose con los estremecidos jadeos de su kitsune cuando la punta de su lengua bordeó el pequeño botón que a su contacto se endureció y creció. Suave y dulce como la miel, de un tono sonrosado, como el terciopelo y que se volvió rojo bajo el delicado trato de su boca. Tomó su otro pezón y lo masajeó con el mismo mimo que había dado al primero. Su lengua delimitaba su piel alrededor de sus pezones, pequeños botoncillos que tomó con intenso placer, percibiendo la respuesta de su zorrito, sintiéndoles duritos y apetitosos bajo sus labios y dientes, se entretuvo mordisqueándoles y lamiéndolos, estirándolos y soltándolos, hasta dejarlos duros y rojos, complacido por los jadeos entrecortados que salían de su garganta, sus manos de dedos largos continuaban perdiéndose entre sus cabellos pelirrojos, incitándole a seguir, impidiéndole apartarse de ese pecho delicioso, sus piernas enredadas entre las suyas o moviéndolas de forma acariciante.

Hondos suspiros alzaban su pecho, una y otra vez, no podía evitarlos sentir y por su boca escapaban gemidos de placer. Sabía que a él le gustaba oírle y no le privaba de ese placer. Sus labios húmedos en su piel dejaban en él el deseo de sentirlos entre los suyos, en regodearse en esa boca rica que le hacia delirar de deseo, sin embargo, Hanamichi tenía otros planes y el colaboró activamente en ellos al presionar sus manos su cabeza incitándole a descender.

No le costaba nada complacerlo, cual el mismo sentía la necesidad de tomarlo, su boca continuó marcando su camino descendente, sopló levemente en el hoyuelo que encontró antes de humedecerlo con su saliva y entretenerse en el hundiendo la punta de su lengua en una fingida penetración, el jadeo entrecortado de su zorro le hizo saber que había encontrado un punto erógeno en su cuerpo. Sus caderas se alzaron estremecidas y todo su cuerpo tembló, de su garganta salió una sola palabra.

-Ha... na... mi... chi... -jadeo entrecortado y tembloroso.

Se alzó sobre él, tomando sus suspiros dentro de su boca y dejándole una vez más sin aliento. Sentía adicción hacia sus besos. Su respuesta apasionada le enloquecía, se preguntaba como había sido capaz de olvidarlo y más aún como pudo sobrevivir sin ella, su boca le enloquecía, definitivamente era capaz de volverse loco si le faltaba.

Acarició con ternura sus mejillas tan rojas como su cabello, se irguió sin apartar su intensa mirada de la suya, complacido al ver la curiosidad en sus ojos que no se separaban de los suyos, acercó sus manos a la cinturilla de su bóxer quitándoselo, mostrándole su latente virilidad.

Le miró, esperaba que continuara, sin embargo, Hanamichi se estaba haciendo desear, tragó saliva sintiendo su garganta cerrarse, se incorporó sabiendo que era él quien tenía que proporcionar parecido placer a su pelirrojo, sus labios se posaron en la piel dorada de su pecho, subiendo hacia su cuello, dejando suaves marcas de sus mordidas y lamidas. Hanamichi gemía, su lengua jugueteó con su oreja, tironeando de su lóbulo, los gemidos se hicieron más sonoros, no había olvidado lo sensible que era a esa caricia, continuo un rato más complacido por el temblor que invadía su cuerpo, lo sentía tembloroso bajo el suyo, buscó un nuevo lugar para martirizar, dejando un rastro húmedo por su garganta, se entretuvo un rato dándole un fuerte chupetón en su latente vena y dejándole una marca tan evidente en su cuello que le sería imposible ocultarla durante los siguientes días. Se empleó a fondo con su otro lóbulo hasta dejarle trémulo. 

Las intensas emociones despertaban en él sus instintos más primarios, hubiera querido cogerle, para hacerle pagar por lo que estaba sintiendo, devolviéndole el mismo placer, más Hanamichi tuvo que contentarse en aquellos momentos con seguir experimentando una nueva excitación, una dulce agonía le invadió cuando sus pezones cayeron bajo la atención de la boca de Kaede y recibieron un trato preferencial. Definitivamente su boca le estaba enloqueciendo.

-Ah... ah... ah... -gemía sin poder controlarse.

Todavía no se había tocado íntimamente y se sentía al borde del éxtasis. Era consciente que estaban sobreexcitados, ansiosos de llegar el clímax, sin embargo, ninguno del os dos quería apresurarse y prolongaban sus juegos amorosos lo más que podían.

Kaede alzó el rostro hacia él y cuando sus miradas se cruzaron supieron que había llegado el momento.

Hanamichi solo dijo una palabra.

Continúa en el próximo capítulo

Paz

 

Notas finales:

 

Lo se… soy muy mala… la continuación vendrá con la siguiente actualización, intentaré no demorar demasiado.

No se que pasa con algunas contestaciones a los reviews pues quedan en blanco... solo comentar que en este fic estoy respondiendo a todos. Un saludo a todas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).