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Dos amores y un amante por Paz

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Notas del fanfic:

 

No es ningún secreto de quienes están enamorados cada uno de ellos. ¿Alguna vez os llegasteis a preguntar que hubiera pasado si Haruko acepta el amor del pelirrojo por despecho? ¿Habéis visto a Rukawa celoso? ¿Cómo actuara Hanamichi sabiendo que Haruko no le ama realmente? Este fic es la historia de este triangulo amoroso y el desarrollo del mismo. Deseo que este fic llegue a gustar y más aún el final que he pensado para él. Un saludo para todas y a disfrutarlo.

Notas del capitulo:

Tal como te dije en una ocasión (en un review) este fic esta dedicado a ti, Mikaria, deseando que sea de tu agrado, lo disfrutes y que una vez más mis palabras alcancen esa fascinación que dices sentir por mis escritos. Gracias.

 

Dos amores y un amante

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capitulo I: ¡¡Que bello es amar!!

 

Era aquel su primer día en la preparatoria Shohoku y a todos los que oía hablar decían algo referente al basquetball. Odiaba ese deporte y no podía escuchar mencionarlo sin reaccionar violentamente, más de un compañero de salón, recibió sus malintencionados cabezazos sin comprender a que se debía tan violenta actitud por parte del pelirrojo, sin embargo, nadie se atrevía a reclamarle, porque su altura y aspecto imponían cierto respeto, aunque este estuviera basado en el temor.

Sus amigos desde la puerta del salón le observaban con un matiz de preocupación y por ese motivo se le acercaron confiados para preguntarle como se encontraba, la tristeza del pelirrojo también encontró en ellos un modo de descargar su airado temperamento. Apenas habían pronunciado las primeras palabras, yacían los cuatro en el suelo tumbados con sendos chichones en las frentes. Sus cabezazos no distinguían entre amigos y conocidos, todos cobraban por igual.

El motivo de su actitud estaba basado en su último enamoramiento. Se encontraba apesadumbrado porque la chica a la que se había declarado le había rechazado justificando tal acción por estaba saliendo con un basquetbolista, no olvidando añadir a sus razones que ninguna chica se atrevía a salir con él debido a la temible reputación que ostentaba. A las chicas les atemorizaba su fama de pandillero, titulo que ostentaba junto a sus amigos, Mito, Ookus, Takamiya y Noma.

Mito era un muchacho un poco más bajo que su amigo pelirrojo, tenía cabellos negros que peinaba con pulcritud, de mirada dulce y el mejor amigo de Sakuragi, que así se llamaba el pelirrojo.

Ookus con una sonrisa simpática y una cabellera rubia podía llegar a pensarse que era suficiente para atraer a una chica, sin embargo, lo único que atraía eran peleas.

Takamiya destacaba por sus ganas de comer y actividad quedaba reflejada en su cuerpo, su constitución robusta se debía más a las grasas que acumulaba debido a sus constantes atracones con comida basura que a musculatura. Aún así era capaz de vencer a cualquier contrincante que tuviera delante.

Noma serio, de cabellos negros y un bigote que destacaba sobre su labio superior parecía pregonar una madurez que no tenía a sus dieciséis años.

Sakuragi, pelirrojo, bravucón, creído de si mismo, fanfarrón, ostentaba el triste y penoso record de cincuenta rechazos amorosos antes de alcanzar los dieciséis años motivo por el cual esa mañana se encontraba tan alicaído.

Ellos cinco tenían mala fama en la preparatoria baja y deseaban que allí las cosas cambiaran, sin embargo, su fama les precedía y eran mirados con cierta aprensión. Normalmente ellos no buscaban pelear, solo que tampoco rechazaban un reto, o una provocación.

Considerando el trato que Sakuragi daba a sus descuidados compañeros, no era de extrañar que se le temiera, sin embargo, en aquellos instantes, el pelirrojo estaba ajeno a todo, el dolor que sentía por el rechazo le aislaba del resto, aparentemente, ya que aunque no quisiera escuchaba las conversaciones de sus compañeros.

Alicaído dejo el salón deteniéndose delante de uno de los grandes ventanales del pasillo, mirando al exterior sin ver, hundido en sus pesimistas pensamientos.

Habían transcurrido cuatro meses y Sakuragi seguía mostrando la misma actitud, se encontraban en el salón cuando su amigo Ookus pretendió animarlo y desde unas mesas atrás, donde estaba sentado hizo bocina con las manos para decirle alegremente.

-Ey amigo... no te deprimas!! ¿A quien le interesa el baloncesto?

Error fatal. El pelirrojo se levantó echando humo por las orejas, agarró a su amigo por la cabeza y le dio un fuerte golpe con la suya dejándole tumbado en el piso.

Mito y el resto de los chicos se pusieron en cuclillas a su alrededor preguntándole.

-¿Cómo has tenido la ocurrencia de mencionárselo?

Sakuragi al instante de sacudirle, abandonó el salón, no sin antes golpear a otro chico que a su entender había mencionada la palabra maldita.

Se asomó a uno de los ventanales del pasillo y observó los arboles flores.

-Ya es primavera -pensó con lágrimas en sus ojos- pero dentro de mi corazón aún es invierno.

-Eto... disculpa... ¿te gusta el baloncesto?

Al escuchar la fatídica palabra se volvió hecho una furia, dispuesto a todo.

-¿Te gusta? -insistió la muchacha que estaba ante él.

Quedo deslumbrado, asombrado, inmovilizado por la sorpresa, solo sus pensamientos tuvieron una actividad coherente.

-¡¡¡Es muy linda!!! -y con una expresión de bobalicón se la quedo mirando.

-No te molestes... porque me dirija así a ti... es que eres muy alto, -se justificó- estoy segura que mucho más que Rukawa.

La tropilla de amigos de Sakuragi que estaban escuchando desde la puerta del salón comenzaron a preguntarse entre si quien era el tal Rukawa. Más ninguno de ellos supo responder a esa incógnita.

En tanto, la muchachita, con todo desparpajo se atrevía a agarrar del brazo al chico palpando su musculatura

-¡¡Que músculos!! ¡¡Tus brazos son muy fuertes!! -dijo con asombro- Y tus piernas son muy largas... seguro que practicas algún deporte. -e insistió- ¿Eres basquetbolista? -su dulce miraba seguía puesta en él- Me encantan los deportistas. -Afirmó-  son geniales, ¿verdad?

Sus amigos contemplaban alucinados la singular escena que se desarrollaba ante sus ojos. Hanamichi continuaba estático.

Hanamichi inmóvil estaba procesando todo lo que escuchaba y veía, la jovencita era adorable y cuando pudo responder lo hizo con expresión de arrobo en el rostro.

-¡¡¡Me encanta!!!!. -exclamó con gran entusiasmo, su corazón vibraba, lo suyo fue amor a primera vista, lo supo con total certeza y el frío que había en su pecho se diluyó, se fundió y su corazón comenzó a latir esperanzado. ¡Que bello es amar!!  La primavera había llegado para él, veía todo a su alrededor con otros ojos y lo que veía era de su agrado. Sobre todo esa linda muchachita que se le había acercado sin ningún temor.

Y como soñar es gratis comenzó a imaginarse como sería su vida a su lado, su primer sueño, fue acompañarla a casa y a la escuela todos los días, luego, la imaginó saliendo juntos a pasear, largos paseos por los parques y calles de Kanagawa, agarrados de la mano y mirándose a los ojos tiernamente, después la vió sentada en una mecedora, acunando en sus brazos a un pequeño bebé, un hijo de los dos y como todos los sueños este acabo enseguida.

Hanamichi volvió a la realidad cuando sus amigos le interrumpieron para darle la enhorabuena por su magnifica entrada en la secundaria alta, más su felicitación no era porque pensaran que tenía más posibilidades con ella que con las anteriores, sino porque estaban convencidos que sus fracasos amorosos iban a seguir al mismo ritmo.

Se sentía demasiado feliz para tomarles en cuenta y a partir de entonces un alborotador pelirrojo corría por los pasillos de la preparatoria entrenándose y como no metiéndose en líos con los alumnos mayores, porque no estaba permitido que los alumnos de primero estuvieran allí. La gresca que se armó no la inició él, sin embargo si la terminó, dejando a sus contrincantes fuera de combate.

Solo la inesperada presencia de Haruko en el pasillo de tercero, le ayudó a calmar los ánimos, por ella supo que tenía un hermano en tercero y como a los dos ese lugar les producía malas vibraciones acabaron marchándose rápidamente.

Al final de las clases de ese día, Haruko fue a buscar a Sakuragi proponiéndole presentarle al equipo de basquetball.

Sakuragi ilusionado con la atención que recibía de la chica y cada vez más enamorado de ella, accedía a todo lo que ella quisiera, así pues se presentaron en el gimnasio.

Al verlo vacio la desilusión de la chica fue evidente. Pero enseguida se animó, hablándole de ese deporte del que era una entusiasta empedernida.

Le dijo que había formado parte del equipo femenino en la secundaria baja e intento hacerle una demostración de sus habilidades con una pelota que encontró tirada en mitad de la duela.

Sakuragi seguía su corta carrera con exclamaciones de ánimo. Pronto la torpeza de la chica se hizo evidente, cuando resbaló y cayó.

Al principio quedo turbada en el suelo, luego sonrió y dijo.

-Nunca he sido muy buena, por eso aquí no me he inscrito. Siempre he visto jugar a mi hermano, y me gusta mucho ver los partidos. Supongo que será una tontería preguntártelo, pero ¿sabes lo que es un mate, Sakuragi?

Sakuragi con una habilidad innata en él dibujó un gaucho que sostenía en las manos una pava y el mate, el pelirrojo con un puntero señalaba el mate.

-No, no... ese no. -rió ante la genial ocurrencia del pelirrojo. Tampoco es un asesino... -rió más al ver la representación de una muerte- No lo sabes -ya no era una pregunta..., más bien una afirmación- Mate es cuando un jugador encesta en el aro de forma violenta. Eso se llama Slam Dunk.

-¿Slam Dunk?!!! -repitió Sakuragi con una expresión angelical en su rostro. Parecía estar bebiendo cada palabra que la jovencita decía.

-Mi hermano una vez consiguió hacer uno y eso ayudó mucho al equipo, la gente se entusiasma viéndolos... -se quedo pensativa- los de Rukawa también son sorprendentes.

-¡¡Rukawa???!!! -recordó que ya lo había mencionado en otra ocasión, quien era ese tipo.

Más la atención de Haruko estaba en la mano de Sakuragi que sostenía la pelota sin dificultad. Su entusiasmo creció hasta límites insospechados, emocionada comenzó a hablar incitándole a realizar un mate.

El rubor en las mejillas de Sakuragi era suficiente para saber que la actitud de la jovencita le animaba a intentarlo. Quería lucirse ante ella y lo intento, pero al igual que ella fracaso estrepitosamente cuando tras su salto su frente golpeó violentamente con el panel, cayendo a la duela fuera de combate.

Más aquella desafortunada caída, no fue suficiente para desanimar a Haruko que seguía entusiasmada gritando.

-Eres increíble Sakuragi!! Tienes que entrar al equipo de basquetball... ¡Woowww!!! ¡¡Que salto!!! Ellos te necesitan... tienes que ser de los nuestros.

-¿De verdad?.... -preguntó Sakuragi que aún seguía grogui.

-Estas aquí, Hanamichi -dijo Mito al verle caído- Creíamos que te habías ido a tu casa.

Y entonces comenzaron sus burlas.

-Jajaja... La has traído aquí para intentar ligártela y te ha golpeado.

-Hemos acertado, ¿verdad? -sus risas continuaban.

Sakuragi aún aturdido por el golpe les ignoró y Haruko embelesada en sus pensamientos ni les oyó. Ella ya le veía como el salvador del equipo de basquetball. Hanamichi se hubiera sentido muy ufano de haber podido saber lo que pensaba.

Después de dejar el gimnasio, mientras se dirigían a su salón, Noma, Takamiya y Ookus se cruzaron con un chico moreno, de ojos azules que cruzaba el pasillo con gesto adusto.

-Es tan alto como Sakuragi... ¿quién será? -se preguntaron entre si, mientras se fijaron que las chicas le seguían con miradas tiernas y ruborizadas- Definitivamente ese chico es un antipático, un creído. -expresó Noma, y esa era también la opinión de sus amigos.

Haruko durante ese receso se pasó por el salón de Hanamichi para interesarse por el chichón de su frente, haciéndole saber que le llevaba el volante para que se inscribiera en el equipo de basquetball, Hanamichi presumió de valiente y también soñó despierto acerca de acompañarla a la escuela todos los días. ¡¡Haruko era tan bella!! Su corazón latía acelerado siempre que la escuchaba hablar o la veía. Cuando se anunció el principio de la nueva clase, la jovencita se despidió apresuradamente.

Mientras esperaban que llegara el profesor, Mito con toda su buena voluntad, bromas aparte, eran los mejores amigos, expresó lo que realmente temía.

-Hanamichi!! -Llamó su atención, su rostro tenía una expresión de embeleso- No te entusiasmes en exceso, porque puede pasarte lo de siempre y acabaras llorando en mi hombro. -Y como si no hubiera dicho esa advertencia añadió- Haruko es muy guapa y muy reposada. No parece una mala chica.

Sakuragi asentía con la cabeza a todo lo que decía su amigo.

-Es extraño... -Hanamichi le miró alerta- Una chica tan guapa debería tener novio.

-Seguro que tiene novio -aparecieron el resto de su tropilla entrometiéndose.

-Si... seguro... -afirmaron convencidos de lo que decían.

-Debe ser ese Rukawa -dijo Noma.

-Si, ese... -contribuyó Takamiya con su afirmación.

Ookus asentía en medio de sus amigos, como sintiendo arropado por ellos.

-¡¡¡¡¿Rukawa?!!!! -exclamo Sakuragi, sudando a mares y haciéndole la cruz sin conocerle, recordó las palabras de Haruko cuando se refirió a los mates: "los de Rukawa también son sorprendentes"

Sus amigos reían con su actitud y solo Mito intento poner un poco de orden entre ellos.

-Chicos... chicos... no seáis así. No podemos afirmarlo sin saberlo. Deberías preguntárselo -miró a Hanamichi al decirlo.

Sus amigos eran unos rompe ilusiones intentando convencerle que no era posible que una chica tan linda no tuviera novio, a sus instancias la abordó para preguntárselo, mientras ellos escondidos tras unos arbustos intentan seguir su conversación con ella.

-Hola... Haruko -dijo al encontrarla en uno de los jardines, la había buscado por toda la escuela y ya desistía cuando la vió- ¿Puedo preguntarte algo? -fue directo a lo que le interesaba saber.

-Por supuesto... -pensó que tenía alguna duda respecto al basquetball y estaba dispuesta a resolvérsela.

-Rukawa... ¿es tu novio?

-¡¡¡¡Rukawa!!!! -el corazón de Haruko latía a ciento por minuto- ¡¡Rukawa!! -repitió aturdida- Eto... eh.... -la expresión de su rostro era todo un poema de arrobamiento.

-Entonces... ¿es tu novio? -insistió sintiendo que algo se rompía dentro de él.

-Rukawa ni siquiera sabe que existo... -musito apenada- Rukawa formaba parte del equipo de basquetball del instituto Tomigaoka, mi instituto estaba cerca, así que a menudo practicamos allí, solía verle -la expresión de sus ojos se volvió soñadora, nostálgica- Un equipo de basquetball tiene cinco jugadores en la duela, -explicó- una tarde Rukawa fue marcado por tres de ellos...

-Tres a uno... -el asombro de su rostro fue evidente.

-Si..., aun estando marcado por tres jugadores... durante ese partido Rukawa fue capaz de hacer cuatro mates y ganar el partido. Aún ahora soy capaz de verle en mi memoria.... -se aturdió por lo que había expresado tan libremente- discúlpame... no debí decir algo así, pero a tu lado me siento tranquila. Se que puedo hablar contigo sin sentirme incomoda.

Sakuragi la miraba en silencio, expresando en voz alta sus pensamientos.

-Estas enamorada de Rukawa...

-Él nunca corresponderá a mi amor -dijo ruborizada.

Hanamichi escuchó los crujidos cuando su corazón se partió. Sus esperanzas se derrumbaron y miró apenado hacia donde se escondían sus amigos, quienes ya comenzaban a festejar su nuevo fracaso amoroso. El primero en la secundaria alta. En sus ojos apareció un rastro de lágrimas.

Cuando Haruko quiso pedirle que no hablara con nadie de sus sentimientos se encontró sola.

Sakuragi había recaído en su antigua tristeza. Se sentía desolado y se alejo solo, dejando a sus amigos arrepintiéndose de sus constantes burlas. Ya son cincuenta y un rechazos los que ha recibido y se siente como si le hubieran dado un mazazo en la cabeza.

Son demasiadas las decepciones que ha ido recibiendo a la largo de su vida.

Más tarde, el grupo de tercero interrumpió en el salón de Sakuragi incitándole a un desafío en la terraza ante la desesperación del profesor ante la impertinencia de esos jóvenes matones del equipo de judo.

Hanamichi no era de los que huían y solo dijo.

-Allí estaré. -mientras el resto de la clase le rodeaba intentando calmar su furia e impedir que se liara a golpes allí mismo.

Mito que había intervenido en su defensa, también fue invitado a participar, este que no se quedaba callado por nada ni por nadie les despidió con una frase irónica.

-No quiero tener ventaja, trae también a tu segundón.

Finalmente con la marcha de los matones, la calma se restableció en el aula.

Continúa en el próximo capítulo: Una accidentada presentación

Paz

Notas finales: Ultimamente soy un desastre escribiendo..., no he querido dejar pasar más tiempo sin subirlo para que luego no haya malentendidos... el fic consta de unos diecinueve capítulos y tengo terminados los tres últimos y un par de ellos por el medio, según la inspiración. Puede resultar algo caotico escribir así, al principio pensé subir el final y luego empezar a contar todo, pero pensé que se perdía la emoción del final... así que por favor tenerme un poquito de paciencia. Gracias.Paz

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