Dos amores y un amante
Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen
By Paz
Capítulo XI: Necesito saber
Lo tenía bien meditado.
Necesitaba saber a quién ama realmente y al mismo tiempo quitarse la duda que a veces le asalta respecto a los sentimientos de Haruko hacia el zorro. Llevan saliendo algunos meses y durante ese tiempo ella da muestras de amarle, pero es consciente de sus reacciones cada que se cruzan con Rukawa, su mirada brilla ilusionada como si deseara que fuera él quien este a su lado.
Durante el tiempo que estuvo cuidando de su hermanita no pudo salir para encontrarse con Haruko, por lo que tuvo que conformarse con hablar con ella a través del teléfono. Se quedaban durante horas hablando, contándose que hacían mientras no se veían. Él le habló de Keiko, hasta entonces no hubo ocasión de hacerlo y ella aprovechó para comentarle que sus abuelos maternos habían sufrido un accidente y que su madre se había ido para estar con ellos en el hospital, se quedaría allí hasta que hubieran evaluado los médicos su estado de salud. Su hermano continuaba estudiando en Tokyo ocupando uno de los apartamentos que la universidad cedía a sus estudiantes. Le comentó que posiblemente el viernes su padre al terminar la jornada laboral iba a reunirse con su esposa, con lo que ella se quedaría sola en casa.
Mientras la escuchaba pensó que aquella era la oportunidad que estaba esperando para conseguir resolver las dos cuestiones que le inquietaban.
Necesita conseguir, vencer el recato de Haruko para que le permitiera entrar en su casa.
Al día siguiente su madre regresó a casa. Cuando le preguntó que le habían hecho ella le quitó importancia a su ingreso comentándole que solo deseaban tenerla bajo control porque además de la biopsia le extrajeron sangre para hacerle una bioquímica y chequearla con una radiografía de tórax.
-Fue solo un control rutinario -concluyó su madre con Keiko abrazada a su cintura porque la había extrañado esos, él también pero no lo expresó como su hermanita.
Aceptó sus palabras sin ponerlas en duda. Su madre no tenía porque engañarle, algún tiempo después supo que si.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Haruko al verle esperándola a la puerta de la preparatoria mostró una expresión de felicidad apresurándose a llegar a su lado.
-Hola, Haruko.
-Hola, Hanamichi. -él le había pedido que dejara de llamarle Sakuragi y aunque al principio le resultaba extraño, ahora al decir su nombre tenía un cálido sentimiento que le daba el amor.
-Esta tarde podemos ir al parque -dice Hanamichi alzando la mano y rozando apenas su mejilla con inusitada ternura.
Haruko sintió un delicioso estremecimiento en todo su cuerpo. El cariño y el amor que Hanamichi le expresaba de diversas formas, la dejaban anhelando más y solo pudo asentir a su propuesta. Su sonrisa feliz la dejo extasiada y comprendió que Hanamichi recibía de ella poco en comparación con todo lo que él le expresaba con el más minino de sus gestos. Dándose cuenta que en parte se sentía cohibida a su lado, esos dos días sin verle fueron tediosos haciéndole comprender que le amaba mucho más de lo que ella realmente creía, llevándoles a un grado de intimidad superior, porque comenzaron a contarse cosas de ellos mismos, de una manera tan natural, que le hizo comprender que lo que sentía por él era autentico. Le amaba y se sentía temerosa de no ser capaz de responder al amor que él se merecía.
Durante el resto de la mañana y la tarde, mientras se llevaba a cabo el entrenamiento diario, viéndole jugar supo Hanamichi había alcanzado aquel grado de experiencia esforzándose al máximo solo por ella. Por ello no podía apartar de su mente como podía ella responder a esos logros.
Hanamichi se sorprendió cuando escuchó la voz de su novia animándole con sus jugadas, feliz se detuvo un segundo con el brazo en alto. Migayi protestó por su momentánea interrupción. Rukawa pasó a su lado bufando exasperado. Les ignoró a los dos, su amplia sonrisa acompañaba los gritos de Haruko, quien estaba mucho más animada que las porristas de Rukawa, ese pensamiento le confortó durante todo el entrenamiento. Por ella había llegado hasta allí y también por sobrepasar a Rukawa en habilidades se esforzó al máximo, ambos habían influido en su vida notablemente y positivamente.
Rukawa seguía siendo excesivamente bueno, porque no cedía ni un ápice en su juego. Algún día llegaría a su mismo nivel y sería imparable.
-Gracias, Haruko... -dijo cuando Miyagi les mando a las duchas, lo primero fue ir junto a su novia, la tomo las manos entre las suyas y le agradeció su entusiasmo.
-Te lo mereces, Hanamichi. Has llegado muy lejos desde aquel primer día, recuerdas?
Hanamichi asintió, una sonrisa bobalicona apareció en su rostro durante unos segundos.
-Lo que soy es gracias a lo que me enseñaste aquella tarde.
-Si te retrasas más nos quedaremos sin nuestro paseo -dijo apoyando su frente en su pecho.
-No lo hagas... -la apartó con suavidad- estoy todo sudado.
Haruko le miró embelesada.
Tomó su barbilla entre sus dedos alzando su rostro hacia él, que se inclinó para acercarse lo más que pudo, vió como sus labios se entreabrían temblorosos y aceptaban los suyos, su primer beso, suave, un roce apenas porque escuchó las risas de sus compañeros.
-Idiotas!! No tenéis mejor cosa que hacer -les gritó con una amplia sonrisa de satisfacción.
-Te espero fuera... -Haruko corrió hacia la puerta de salida completamente avergonzada y ruborizada.
Media hora después la encontró sentada en el parapeto que protegía uno de los árboles del patio, fue a su lado con una amplia sonrisa, alargó la mano, al instante, sintió el calor de la suya que se cerró sobre ella con suavidad.
-Vamos...
Rukawa estaba desenganchando su bicicleta cuando les vió marchar agarrados de la mano. Se le veía tan feliz que tuvo la certeza que su beso no había significado nada para él. Se llevó la mano al pecho. Dolía tanto.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
-Me aburro... ya estoy cansada de estudiar sola... -dijo cuando Hanamichi se lo preguntó cuando la llamó.
-Si quieres podemos estudiar juntos..., solo hay un inconveniente, no puede ser en mi casa. -murmuró Hanamichi con pesar.
-Ven aquí... -propuso Haruko impulsivamente, cualquier cosa antes de seguir sola.
-Estas segura? -llevaba pensando como acompañarla hasta su casa e inesperadamente ella se lo proponía.
-Si... -en ese instante no se le ocurrió pensar en el peligro que podía representar encontrarse solos en casa.
-Que estabas estudiando? Llevaré mis libros...
-De todo y nada... -dijo sincera.
Hanamichi rió comprendiendo.
-Estaré ahí en menos de una hora... -cerró el móvil yendo hacia la cocina, se asomó, su madre trajinada ante el fregadero- Mamá... voy a salir.
-No vayas a quedarte hasta muy tarde. -le había oído hablar con su novia.
-Vendré a tiempo para dormir en casa -dijo riendo.
-¡¡Idiota... no bromees así con tu madre!! -le reprendió sin volverse para que no viera su sonrisa.
-Gomen... gomen... -dijo- Seré un buen chico y vendré temprano -prometió.
Ahí estaba la oportunidad que estaba deseando conseguir para poner en práctica su plan.
Continúa en el próximo capítulo...
Paz