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Dos amores y un amante por Paz

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Notas del capitulo:

Hanamichi se esfuerza en alcanzar un nivel tan alto en el juego como Rukawa, convencido que solo así ganara el amor de Haruko.

 

Dos amores y un amante

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo IV: Persevera y ganaras

 

Hanamichi ignora por completo como se juega, no conoce las reglas del juego y menos aún su técnica, es consciente que tiene en contra muchos defectos y está dispuesto a solventarlos todos, por ese motivo se esfuerza en alcanzar un nivel de juego como Rukawa, que posee grandes habilidades en ese deporte y también por conocer los sentimientos que Haruko siente por él, le obligan a esforzarse convencido que solo así ganara el amor de Haruko. Convencido que Haruko le amara cuando sea capaz de demostrarle que es mejor que Rukawa.

Supo que debía aprender del mejor y aunque le costara reconocerlo Rukawa lo era, por eso cuando aquella tarde se le encontró entrenando en una cancha de un pequeño barrio tuvo que armarse de valor para pedirle ayuda.

Tras una larga observación, Rukawa tuvo que darse por enterado de su presencia allí, dejo su práctica y con el balón en la mano se dirigió hacia donde estaba el pelirrojo.

-No te cansas de mirar? -preguntó dejando de lado su cortedad.

Sakuragi negó, sentía como si su garganta se había cerrado, ni siquiera tuvo tiempo para asombrarse por su nueva actitud.

-Quieres jugar? -el mismo se sorprendió de su propuesta.

-En...en... -tragó saliva con dificultad, la palabra se le atravesaba en la garganta.

Rukawa enarcó una ceja, sabía que su compañero era muy lanzado, por tanto no comprendía que dificultad tenía para hablar.

-Si o no? -preguntó insistiendo en su anterior pregunta.

-Enséñame, por favor... -dijo de un tirón antes de arrepentirse, juntando las manos delante de él e inclinando el rostro suplicante.

Rukawa le miró como si pensara que se estaba burlando de él, sus miradas se cruzaron un segundo, esa actitud suplicante era impropia de él, por lo que decidió mentalmente que no perdía nada ayudándole si realmente tenía interés en el juego.

-Entra.... -dijo dándose media vuelta el dirección a la cancha.

Sakuragi bordeó corriendo la pista, cruzó la verja cuya puerta se cerró a su impulso. Dejando su bolso en el suelo y quitándose la chaqueta de su equipo deportivo y el pantalón largo, quedándose con uno corto y una camiseta de tirantes estrechos que mostraban su musculatura. Dobló la ropa dejándola encima del bolso. Caminó hacia Rukawa que le esperaba en mitad de la cancha.

-No soy tu profesor... limítate a jugar como yo. -dijo como si se sintiera molesto.

 Asintió. Era cuanto necesitaba.

Al principio dejaba salir su vena contradictoria, pero luego se aplicaba en imitar los movimientos de su compañero, que una y una vez repetía sus jugadas, no hubo más intercambios de palabras entre ellos, las miradas de Rukawa eran bastante expresivas y sabía cuando estaba fastidiado con sus fallos o satisfecho con sus logros.

Durante los primeros meses su juego era bastante errático, quedando en evidencia cuando comenzaron a jugar contra otros equipos, ganando merecidos motes, como el rey de las expulsiones, de las faltas o el de los rebotes que más satisfacciones le daba. En poco tiempo todos sus compañeros quedaron sorprendidos por la habilidad de sus jugadas, ni él ni Rukawa comentaron que practicaban juntos a la caída de la tarde.

-Sakuragi tiene una excelente condición física... -comentó Kogure a sus interlocutores

Estaban reunidos en una cafetería para pasar el rato después de un entrenamiento vespertino, excepto Rukawa, que se había marchado rápido sin dar tiempo para proponerle salir juntos.

Alrededor de la mesa se apiñaban los titulares, excepto Sakuragi, por ese motivo estaban hablando de él.

-Tiene una gran capacidad de salto... -reconoció Akagi- Es tenaz y conseguirá ser un excelente jugador.

-Alguien le ha visto? -preguntó Miyagi pasando la mirada por el resto del local.

-Creo que esta con sus amigos... deben estar en Danny's -apuntó Kogure.

-Nop..., dijo que se quedaba a limpiar el gimnasio... -comunicó Mitsui dando luego un sorbo a su bebida.

-¡¡Qué raro!! Sin estar castigado? -expresó interrogante Miyagi. Sacudió la cabeza pensando que su amigo estaba pasando por problemas.

Durante largos minutos se quedaron en silencio, no tenían respuesta para ese interrogante.

-Habéis notado a quien se parece su juego? -preguntó Mitsui mirándoles uno a uno.

-Tiene mucho talento y ha progresado mucho durante estos meses -Akagi no tenía otra respuesta.

-Es tozudo... -comunicó Miyagi como si no lo supieran.

-Tiene carisma... -fue el parecer de Kogure- y un talento innato que le ayuda a progresar.

-Nop..., vuestras afirmaciones son correctas, pero no. Su juego es idéntico al de Rukawa. -soltó Mitsui con una sonrisa divertida al ver las expresiones de sus rostros.

Al escucharle todos se sorprendieron, al instante, dejaron el establecimiento y se apresuraron a llegar a la preparatoria, dirigiéndose hacia el gimnasio, apenas abrieron la puerta, se confirmó la aseveración de Mitsui.

Rukawa y Sakuragi estaban allí. Había tal pasión en su entrenamiento que todos quedaron sorprendidos.

-¡¡Que contradictorio es!! -murmuró Akagi refiriéndose al pelirrojo, recordaba la pelea que inició cuando le pidió a Rukawa que le enseñara.

Continúa en el próximo capítulo...

Paz

Notas finales: No estoy segura si este fic tendrá un ritmo rápido, de momento he vuelto a él. Un saludo. Los capítulos podrán ser cortos o largos, según mi inspiración.

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