Dos amores y un amante
Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen
By Paz
Capítulo VIII: Noviazgo y celos
A partir de aquella mañana Hanamichi espera a la entrada de la preparatoria a Haruko para saludarla apenas llegue, sus amigos están con él charlando de tonterías para hacer tiempo y esperar ver con sus propios ojos que Haruko le ha aceptado. También ven llegar a Rukawa medio dormido, que casi atropella a Hanamichi. El pelirrojo lo evita frenándole al apoyar la mano sobre el manillar.
-¡¡Cuidado, zorro!! ¿No querrás que salgamos lastimados? Si eso es lo que quieres volverá a odiarme. -una sonrisa asomó divertida al ver que no esta tan dormido como aparentaba, sus parpados se levantan y su mirada le hace comprender que comprende la alusión.
-Suéltala... -su mirada desciende hacia su mano que todavía sostiene la bicicleta.
Sakuragi le deja marchar con una expresión socarrona. Ese zorro no deja de ser imprevisible, durante un segundo ha creído ver el reflejo de una emoción, como si una llama prendiera en sus ojos cuando los abrió, fue tan breve que en un segundo se extinguió como si no hubiera existido.
Se vuelve siguiéndole con la mirada. Su pensamiento también esta en él, preguntándose que significaba lo que creyó ver, no creía que pudiera molestarse porque saliera con Haruko, después de todo él la rechazó. ¿Acaso lo hizo por inercia? Era bien conocidas sus reacciones durante los entrenamientos, sus fans le molestaban y por la manera de verlas, uno podía pensar que las veía como si fueran molestos mosquitos.
Enganchado en sus pensamientos tardó unos minutos en darse cuenta que sus amigos estaban tratando de llamar su atención. Fue entonces cuando una voz animosa consiguió tener toda su atención.
-Sakuragi-kun...
Se giró con presteza yendo a su lado.
-Oyaho, Haruko-chan -su sonrisa abarcó su todo su rostro y sus ojos brillaron como el sol al verla. Su corazón latía acelerado siempre que era consciente de su presencia y estando a su lado más aún.
La jovencita se apartó de su hermano.
No hubo necesidad de más palabras, Haruko comenzó a andar y él va a su lado, acompañándola hasta la puerta de su salón ajeno a las miradas curiosas.
La noticia corrió por los pasillos como un reguero de pólvora y al pasar por entre los estudiantes el silencio se volvía pesado y las miradas disimuladas a la pareja se sucedían a su paso.
Se podía decir que después de una primera vez dejaría de ser interesante verles pasar, más no es así todas las mañanas se siente observado, por ese motivo no hace nada que pueda abochornar a su novia como tomarle la mano a modo de despedida.
Al parecer su noviazgo con Haruko ha causado más expectativa de la que esperaba. Se siente tan feliz que ante sus ojos solo existe una persona: Haruko, los demás quedan borrados de sus pupilas.
Un feliz Hanamichi acompañaba a su novia durante la hora de la comida, cada uno tiene su propio bento, han encontrado un bonito rincón en los jardines, bajo la sombra de un sakura. No demasiado lejos la gundam les observa haciendo conjeturas acerca del tiempo que duraría esa relación.
Durante los entrenamientos, Hanamichi parecía haber renovado sus fuerzas porque su energía parecía inagotable, corría, saltaba pareciendo que se multiplicaba por la duela, solo protestaba cuando se hacia una mala jugaba.
Al concluir el entrenamiento, Hanamichi y Haruko hablaban unos minutos bajo la atenta mirada del resto del equipo que no acaba tampoco a hacerse a la idea de verlos juntos.
Mientras Haruko se entretiene hablando con Ayako Hanamichi acelerado se ducha y se viste en tiempo record.
Sus amigos que se sienten medio abandonados, caminan detrás de la pareja. Solo cuando se despide de su novia, advierte que no esta solo.
Pasan los días y Hanamichi sigue la misma rutina.
Todos sus compañeros y hasta el capitán Akagi tiene que reconocer que desde que sale con la jovencita mantiene un comportamiento más tranquilo durante los entrenamientos, hasta el punto que todos comienzan a echar de menos las discusiones que mantenía con Rukawa porque les ayudaba a sobrellevar esas horas.
No solo el equipo extraña su anterior conducta, Rukawa no puede menos que seguir con la mirada los movimientos de Sakuragi, sintiendo que ha perdido algo que no sabía que le faltaba.
Inesperadamente todo comenzó nuevamente, la calma fue efímera lo que extrañó a todos es que no es el pelirrojo quien rompe la armonía durante los entrenamientos.
Rukawa sabe que ha cambiado su actitud estoica por una de provocación, atropella adrede a Hanamichi con la bicicleta, si se cruza con él le empuja con el hombro como si fuera sin querer, le mira con fiereza, con ganas de pelear con él, deseando obtener con su actitud el interés de Sakuragi. Las peleas en la duela se han incrementado y no porque las provoque Sakuragi. Sabe que algo le sucede pero ni siquiera el mismo se comprende.
Esa mañana el profesor le echó del salón cuando una vez más le encontró dormido.
Intentó hacerlo en la azotea, pero sorpresivamente, el sueño se había desvanecido y su mente se llenó de pensamientos, intentando analizar su actitud, era incomprensible que actuara así.
Justo cuando Sakuragi deja de molestarle, comenzaba él. ¿Por qué ese afán de fastidiarle?, su actitud no tenía sentido. Qué le importa a él lo que haga ese tonto pelirrojo? Además, no siempre es así, siguen encontrándose en el parque, practican juntos, nadie rompe la armonía que existe entre ambos. Sakuragi aprende lo que le enseña y le costa que practica solo porque sus enseñanzas mejoran día a día, si entonces es capaz de permanecer juntos sin pelear porque no cuando están en la preparatoria o en el gimnasio. Qué es lo que le molesta entonces de Sakuragi? Nada... Todo en él es perfecto, es inocente como un niño pequeño, no existe maldad en sus acciones, adora... un momento... no he podido pensar algo así... -cierra los ojos y en su mente vislumbra al pelirrojo- le gusta su sonrisa y sus cabellos pelirrojos que.... -¡¡Oh no!! Estoy enamorado...
-Quién es la afortunada, zorro?
Se levanta con presteza al reconocer su voz y al ser consciente que ha hablado en voz alta, le dirige una mirada capaz de congelar el océano, sin embargo no es suficiente para acobardar a Sakuragi por insiste.
-Puedo saberlo? -Hanamichi le mira con creciente curiosidad, su actitud es como si hubiera sido pillado in fraganti.
-Baka... baka... -se recrimina a si mismo dando la espalda a Sakuragi y marchando rápidamente de su lado y dejándole con la incertidumbre.
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-Ahora lo se... me molesta esa niña... él se pasea ufano a su lado, contento porque ha conseguido que ella olvide de lo que creía sentir por mi. Las mujeres son seres inconstantes, no se puede fiar de ellas. -se dio la vuelta en el lecho, ahuecó la almohada y cerró nuevamente los ojos, procurando dormir- Solo le provocaba y le peleaba cuando estaba ella delante, aunque no me daba cuenta de ese hecho, me molestaba que me hubiera quitado lo único que deseaba sin saberlo. Qué voy a hacer ahora? Cómo voy a reaccionar cuando estemos solos? Sin buscarlo comencé a considerarlo como un amigo, empecé a conocerle mejor, mi trato con él fue suficiente para amarle. Tiene tantas ganas de aprender que no me fue difícil enseñarle lo que yo tarde años en dominar. -se mordió el labio inferior, dubitativo- Qué le digo cuando vuelva a preguntarme? No es de los que se rinden fácilmente y va a seguir insistiendo. Como decirle que le amo. No, no puedo hacerlo, aunque me duela callaré, él es feliz con esa niña y aunque yo sea infeliz... estoy a acostumbrado a no tener a nadie. Saber que le amo es suficiente.
Una lágrima rodó por su sien cuando tomó esa decisión. Sacrificaría su felicidad por el bien de Sakuragi. Se conocía bien y era consciente que él sería su único amor. Viviría con ese dolor, pero al mismo tiempo se sentiría contento porque él al menos sería feliz con esa niña. No podía odiarla aunque le había quitado a la única persona que fue capaz de llegar a su corazón.
Una vez más se volvió de costado e intento dormir.
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Mientras tanto en un parque cercano, al borde de la duela Sakuragi se preguntaba que había provocado la ausencia del zorro.
-Espero que no se haya molestado porque escuché su declaración. -murmuró recogiendo sus cosas y disponiéndose a marchar.
Continúa en el próximo capítulo...
Paz
Glosario
Bento: Caja con comida.
Sakura: Cerezo
Baka: Tonto o torpe.