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Dos amores y un amante por Paz

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Notas del capitulo:

Hanamichi hace un nuevo descubrimeinto.

 

Dos amores y un amante

 

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo IX: Sentimientos dispares

 

Aquel día amaneció con un sol esplendido y Hanamichi tras abrir los ojos y verlo a través de la ventana abierto, sonrió feliz, aquella mañana había quedo en verse con Haruko, pues el Gori les había dejado que ese fin de semana descansaran todos.

Se levantó raudo pasando al ofuro.

Media hora después, aseado y vestido se dirigió a la cocina donde ya se escuchaba a su madre trastear.

-Oyaho... -saludó disponiéndose a preparar su propio desayuno.

-No vas muy elegante para entrenar? -le pregunto al verle aparecer tras ella y mirándole con orgullo, es una fiel imagen de su padre y al verle no podía dejar de recordarlo.

-No tengo entrenamiento... -dijo abriendo un armario, movió parte del contenido, mirando atentamente para ver que deseaba comer esa mañana.

-Cómo es eso? -preguntó interesándose por todo lo que hacia.

-El Gori decidió que descansáramos. Esta semana ha sido muy dura.

-Deberías ser más respetuoso con tu sensei -le reprochó.

-Si, mamá... -bajo la cabeza como avergonzado por ser reprendido, pero sus labios no pudieron evitar estirarse con una sonrisa.

-Eres un incorregible descarado. -dijo volviendo a sus quehaceres haciendo como que no había visto su expresión.

-Lo siento... -su tono de voz era sincero, en ese instante estaba sacando diferentes envases de la nevera.

-Acaba pronto y no hagas esperar a tu novia. -sabía que esa era la razón que apareciera tan guapo.

Hanamichi asintió feliz. No deseaba apenar a su madre con su infantil comportamiento.

-Sigue durmiendo Keiko? -preguntó extrañado al no irla.

-No... vino Masako y se la llevó con ella.

-Ah... -pensó que era una suerte que fuera tan buena chica, porque así su madre podía descansar, cuidar de Keiko era en ocasiones una pesada tarea. Se reprochó a si mismo pensar así, quería a su hermanita pequeña y la protegería siempre, pero eso no quitaba que reconociera que su madre se preocupaba en exceso y eso repercutía en su salud.

Aquel mes había ido tres veces al médico y aún tenía pendiente saber los resultados de las pruebas que le hicieron.

-Sabes algo más? -su madre sabía a que se refería.

-Aún no... -dijo un instante de trabajar, apenas unos segundos, luego continuo- Supongo que es pronto para que supieran de donde procedía ese malestar general que la aquejaba.

Recogió la mesa dejándola impecable y llevó a la pila los utensilios usados. Hizo intención de lavarlos.

-Déjalo... lo haré yo..., hoy vas muy guapo para mojarte...

-¡¡Mamá!!... -su tono de voz fue quejumbroso, luego se acercó a ella dándole un beso en la mejilla- Cuídate..., a la vuelta me pasaré por casa de Masako y recogeré a mi hermanita.

-Le diré que te espere...

Junto a la puerta de salida, Hanamichi comprobó sus bolsillos para ver que llevaba todo lo necesario, su cartera con dinero, su bono transporte y las llaves de casa. Salió de casa con una sonrisa en los labios pensando que en poco tiempo vería el dulce rostro de su novia.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

El día tan bueno que hacía había animado a muchos a salir a disfrutar del sol y el parque central donde habían quedado en encontrarse con Haruko también había sido elegido por madres con sus niños que paseaban o corrían alrededor de los jardines, grupitos de jovencitas de primaria o secundaria charlaban animadamente entre ellos, los paseos estaban muy concurridos y la orilla del lago artificial había sido invadida por personas mayores que sentados en su borde observaban con parsimonia a los que alcanzaban a pasar ante ellos.

Decididamente era un hermoso día y más aún cuando vio llegar a Haruko por uno de los paseos, creyó que avanzaba distraída, sin verle, pero no era así, la sonrisa que le dirigió fue suficiente para sentir como su corazón aceleraba sus latidos.

-Oyaho, Sakuragi-kun. -saludo deteniendo a su lado y balanceándose sobre la punta de sus pies.

-Hola... -su sonrisa se amplia, su mirada cariñosa la envuelve como un manto- Qué quieres que hagamos? Quieres ir a algún lugar?

-Paseemos, no me apetece encerrarme en ningún local.

-De acuerdo. Hacía donde tú quieras. -la deja elegir hacia donde dirigirse.

Junta sus manos a su espalda y estira la cabeza hacia atrás, disfrutando del calor del sol en su rostro.

Durante la siguiente hora pasea feliz al lado de Haruko, conversando animadamente mientras disfrutan de su mutua compañía.

Recorren los alrededores del lago, dejando que la brisa acaricie sus rostros y que las hojas de sakuras revoloteen a su alrededor.

Hanamichi se siente feliz junto a su novia, no cree que nada ni nadie pueda ensombrecer la felicidad que siente, sin embargo, no tarda en darse cuenta que todo es relativo. Sobre todo cuando su mirada se posa en una persona que avanza frente a ellos con una expresión atormentada en el rostro, durante unos segundos sus miradas se cruzan, inmediatamente, Rukawa se gira y toma un camino trasversal, evitando así pasar junto a ellos.

Hanamichi le sigue con la mirada desconcertado, preguntándose que le pasa a Rukawa, esta bien que no son lo que se dice amigos, pero practican juntos y..., su corazón se acelera y comprende que se preocupa por él, últimamente su actitud hacia él es ilogica, sin comprenderse a si mismo se da cuenta que necesita saber que le sucede, porque no desea ver esa expresión dolida en su rostro, ni esa mirada como perdida. Cuando le conoció tenía otra expresión, la del chico que solo le importaba el basquetball, sin embargo, ahora es distinto, su corazón le advierte que Rukawa esta sufriendo por un amor no correspondido.

Se propone sonsacarle el nombre de la persona que ama y si esta en su mano le ayudará a conquistarla, ahora que él es feliz con Haruko desea que todos los que le rodean también lo sean y por ese motivo se decide ayudarle y dejándose llevar por un impulso le llama.

-¡¡¡Ey, Rukawa!!!

El joven así interpelado no puede menos que detenerse, su rostro es una mascara inexpresiva.

-Por qué nos ignoras?

-No... te ví. -ignora la presencia de la joven.

Haruko se turba al darse cuenta de ese detalle, alza la mirada temerosa porque Hanamichi piense que sigue enamorada de Rukawa, esos días al lado de Hanamichi le han ayudado a darse cuenta que estaba equivocada. Ama a su novio y no desea perderlo por una mala interpretación de sus sentimientos.

Se siente más tranquila porque Hanamichi esta pendiente de Rukawa, toda su atención esta en retener por el brazo a Rukawa que se resiste a su agarre.

-Suéltame!!

-No, tienes que decirme que te ocurre..., estas últimas semanas vas como un zombi. Dime su nombre y te ayudaré.

-Eres un idiota... -se suelta con brusquedad y se marcha rápidamente.

-Qué le pasa? -también ella se inquieta por su actitud.

-Esta enamorado...

-Cómo sabes? -abrió mucho los ojos.

-Una mañana en la terraza le oí decirlo.

-Comprendo no quiera decírtelo, por qué le insistes.

-No lo se. Es un cabeza dura que se niega a hablar.

-Por qué quieres ayudarle? No sois amigos.

-No lo se..., -sabe que se esta repitiendo, su corazón late acelerado cada vez que le ve tan apesadumbrado- supongo que deseo que pueda ser feliz, como yo lo soy contigo -dijo con una amplia sonrisa de felicidad.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

A la caída de la tarde Sakuragi se acercó hasta la cancha donde solía practicar con Rukawa, algo le decía que iba a encontrarle allí. No se equivocó, el sonido del balón al golpear el suelo seguido del estruendo del panel le hizo saber que acababa de conseguir encestar.

-Sabía que te encontraría aquí... -dijo a modo de saludo.

-Qué quieres? -preguntó sin mirarle de frente.

-Un uno a uno... -pensó que era lo mejor para romper el muro tras el que se escondía Rukawa para luego averiguar lo que necesita saber.

Durante esas últimas semanas las peleas se han incrementado y no porque las provoque él.

Durante una hora juegan sin descanso. Rukawa vuelve a ganarle, sin embargo, no le preocupa, los dos están agotados por el esfuerzo y es cuando contraataca a nivel personal.

Hanamichi preocupado por la actitud del zorro intenta sonsacarle el nombre de la persona de la que esta enamorado, sabe que su tristeza tiene una base muy poderosa, su corazón alberga un sentimiento tan fuerte como él que siente por Haruko, quiere ayudarle a declararse a la persona que ama.

-Comprendo como te sientes... -murmura, sentándose en el suelo de la duela donde ambos habían caído derrumbados tras su último salto para encestar uno e impedírselo el otro.

-No sabes nada... -murmura, bajando el rostro, su barbilla se apoya en su pecho.

-Me he declarado muchas veces y siempre he sido rechazado, comprendo que tengas miedo al rechazo.

-No es lo mismo... -se puso de pie dispuesto a marcharse, no podía seguir a su lado, se sentía incapaz de seguir ocultándole sus sentimientos.

Sakuragi interceptó su camino cruzándosele por delante.

Sus sentidos reaccionaron a su proximidad, la necesidad de sentirle y también de dejar de escuchar sus reclamos le lleva a agarrarlo por la pechera de la camiseta atrayéndole hacía él. Sus labios están tan cerca que no puede evitar besarlos.

-Esto me pasa -dice dejándose llevar por las emociones que su cercanía le provocaban, le besó aún sabiendo que puede salir lastimado.

Sorprendentemente Hanamichi aunque sorprendido responde a la caricia. Cuando sus manos se alzan para abrazarlo, inesperadamente Rukawa asustado por lo que ha hecho se aparta y sale corriendo.

-Zorro tonto... -dice comprendiendo de pronto que esa preocupación que sentía es el principio de un nuevo sentimiento que anidaba en su pecho, esperando salir. La dulzura de sus labios le ha dejado el excitante deseo de sentirlos una vez más. Ese es su primer beso y ha sido embriagante.

Sabe que se encuentra ante una encrucijada.

Continúa en el próximo capítulo

Paz


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