~Cosas del destino~
Al otro día Naruto se levantó de muy buen ánimo, presentía que algo bueno le ocurriría ese día. Se paro, se bañó y se vistió para ir al colegio, ya iba a terminar sus estudios; estaba en 5º semestre.
-“¡ay no, voy a llegar tarde! Otra vez... ¡Estúpidos 5 minutos que tengo que esperar para que mi ramen esté listo tebayo!”-pensaba el rubio mientras corría como loco por toda la calle para llegar a tiempo a su escuela –“¡si, ahí está! ¡Ánimo Naruto ya casi llegas, tu puedes!”
-¡Listo dattebayo!-grito el rubio al tiempo que entraba escandalosamente a su salón
-¡Naruto, otra vez llegaste tarde!-le grito una plasta… es decir chica pelirrosa desde su asiento-por suerte Kakashi-sensei todavía no llega, ¡si no, no hubieras podido entrar!
-je je. Lo siento dattebayo, es que… es que se me cruzo un gato negro por el camino y… -empezó a decir el rubio algo nervioso. “espero que el escuchar todos los días las estúpidas escusas de Kakashi-sensei me sirva de algo”
-¡Mentira!-replico la ojiverde enojada. “¡Shānnarō, es que acaso me toma por tonta!”
-je je, ¿y qué me cuentas Sakura, que tal te fue el fin de semana?-preguntó el rubio tratando así de distraer a su compañera y evitar un posible golpe por parte de ella.
-uff… nada bien, mi cita resulto ser un completo idiota- respondió la ojiverde- por cierto… ¿Naruto que es eso?-preguntó curiosa al notar el parche que traía Naruto en su mejilla izquierda
-¿eh?, a esto… je, es que me caí, ya sabes soy bien torpe-
-¿Te caíste?-le pregunto no creyéndole lo que le había dicho- a ver, déjame ver eso-le dijo al tiempo que le retiraba el parche
-¡Dios!, ¿Naruto que te paso?- gritó alterada al ver el tremendo moretón que le cubría el parche y los diversos rasguños y cortadas. -¡Qué hiciste ahora?
-Vale, vale. Lo que sucede es que ayer tuve un pequeño accidente- dijo con tono bajito esperando que la pelirrosa no lo oyera
-¿¡QUEEE?! ¿¡Y por qué no me llamaste?!-le gritó alterada la pelirrosa
-Pues es que… je je… como no paso nada tebayo, pues no pensé, es decir… -decía el rubio sumamente nervioso ya que la pelirrosa tenía un aura maligna alrededor de ella, como si lo fuese a matar.
-¡NARUTO BAKA!-estalló la ojiverde- ¿Y cuando pensabas decírmelo eh?
-je je, pues… ano… etto…-
-¡uy! Ya no importa. Baka. Ahora cuéntame, ¿qué paso o qué?-
-Pues verás… -el rubio comenzó a relatarle la historia, y claro, también le comento acerca del pelinegro y que le había caído muy bien, más en eso sonó la campana, que indicaba el inicio de la segunda hora de clases.
-Que raro, hoy no vino Kakashi-sensei, ¿No crees?-le pregunto la pelirrosa a Naruto
-Si ‘tebayo, es decir; es normal que llegue tarde, ¿pero faltar? Eso si es raro-le apoyo
-Si.-
En eso entró una pelinegra con ojos escarlata al salón, haciendo que todos los alumnos se cayaran enseguida.
-¡Hay no! Nos toca inglés “¡Shānnarō ya llego la vieja loca, no!”- se quejo la pelirrosa al tiempo que ponía cara de mala leche.
-Jajaja, vamos no es tan malo dattebayo –le consolo el rubio
-Silence guys! OK, sit down on your places please. –gritó la profesora al tiempo que comenzaba a anotar las actividades en el pizarrón
-Y aquí vamos… -soltó la ojiverde con tono irónico. El rubio ante este comentario y las caras graciosas que hacia la pelirrosa no pudo más que reír, así ganándose un buen grito por parte su profesora
-NARUTO!
-he he sorry–
-Ok… Open your book please on page one hundred and fifty one … - ordenó la ojicarmín.
El resto del día pasó de lo mas normal, hasta que llegó la hora del almuerzo. Naruto y Sakura se encaminaron a la cafetería, y en ella se encontraron a un chico, este era pelirrojo con mirada aguamarina y un grueso delineado color negro alrededor de los ojos, pero lo que mas resaltaba era el hecho de que no tenía cejas.
-¡Naru, Sakura, por aquí!–grito alzando la mano para que lo vieran. Ya el rubio y la pelirrosa se acercaron y se sentaron en la mesa que había apartado su pelirrojo amigo.
-Hola Gaara, como has estado- le pregunto la ojiverde educadamente
-Bien gracias- y dime Naruto ¿Qué te paso? ¿Por qué traes ese parche?-le pregunto curioso el aguamarina
-Bueno pues…-y asi Naruto comezó con la misma explicación que le había dado a Sakura..
-Lo bueno es que no pasó a mayores, que suerte que ese tal Sai estuviera ahí –dijo el pelirrojo algo celoso de que alguien más hubiese salvado a Naru que no hubiera sido él, ya que aunque aún no se lo había dicho al rubio, él estaba perdidamente enamorado de este desde la secundaria.
-¡Wa! Tengo mucha hambre tebayo, voy a pedir de comer –exclamó el rubio algo exasperado porque su estomago había comenzado a reclamar por algo de comida
-Descuida Naru, yo iré –le ofreció el pelirrojo
-he he, gracias Gaara – agradeció el rubio con una enorme sonrisa en su rostro
-¿tú quieres algo Sakura?-preguntó cortésmente
-No gracias Gaara, no tengo apetito- le contestó la pelirrosa
-OK, enseguida regreso, Naru… ¿lo mismo de siempre verdad?-
-¡Siii! ¡Ramen!-grito con estrellitas en sus ojos
-je je, ok- termino de decir al tiempo que se retiraba
Ya el rubio y la ojiverde se quedaron solos y para pasar el tiempo comenzaron a platicar de cosas sin importancia, hasta que notaron que el aguamarina había tardado mas que de costumbre
-Que raro, Gaara no a llegado. ¿Habrá pasado algo? –exclamo la pelirrosa algo preocupada
-No lo creo tebayo, es Gaara, sabe cuidarse solo– contesto el rubio tratando de no preocuparse, tal vez solo se le había caído algo y por eso se tardaba tanto
-Quien sabe… mejor voy a ver-
-No, yo voy, ahorita regreso-
-OK.
Ya el joven llego a donde se suponía debía estar su amigo pero estaba lleno de gente, casi ni se podía caminar; en eso alguien lo empujo.
-¡ay! Fíjate tebayo –grito este al tiempo que empujaba a un par de personas para así lograr localizar a su amigo, pero ni rastro de él-
-ay no… ¿por qué me pasa esto a mí dattebayo? –preguntó al aire como esperando así obtener una respuesta – no está… dios ¿dónde se metió? – En eso escucho una voz a su espalda.
-¿Se le ofrece algo? –le preguntó una voz que no lograba identificar, pero de algún lado se le hacía conocida.
Este se giró para responderle pero cuando lo hizo se quedo congelado, no podía ser, simplemente… era imposible…. ¿O no?
-¿¡Tuuu?! – grito el rubio sumamente sorprendido al darse cuenta de a quién pertenecía esa voz.
Continuará…
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