Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

papa to kiss in my live por black_phenix

[Reviews - 48]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Un fuerte golpe, unos cuantos gritos, una fuerte caída; y él aun no abría los ojos temeroso de encontrarse entre los brazos de aquellos depravados. Ya se encontraba libre de los brazos de aquel sujeto que lo azoto contra el muro y comenzó a desvestirle con la navaja, pero no importaba que; aquellos eran rostros que no tenía deseos de recordar cuando aquel momento se convirtiera en la pesadilla que lo perseguiría toda la vida.

   

Vibro un poco cuando sintió unos brazos rodearle, aunque no duro mucho cuando sintió un calor conocido y una respiración a la que, por demás, ya estaba acostumbrado escuchar. Abrió uno de sus ojos y en el suelo diviso a los tres sujetos, gravemente golpeados y con heridas que nunca dejarían sus cuerpos. A su lado, mirándolo con preocupación, se encontraba Sai. Suspiro aliviado y se abrazo como tabla de salvación al cuerpo de su novio.

 

Estaba tan asustado.

 

—Tenía tanto miedo, Sai —murmuro mientras su novio pasaba una mano suave por sus rojos cabellos.

 

—No vuelvas a preocuparme de esa manera, ¿queda claro? —El pelirrojo asintió y Sai le sonrió tierno para luego robarle un pequeño beso. Gaara se sintió feliz, aunque aun estaba asustado, de que su novio demostrara algún sentimiento hacia él que no fuese solo lujuria.

 

Pero aun le preocupaba ese estúpido asunto de viajar a estados unidos y alejarse de Sai. Volver a casa no era una opción muy viable a tomar.

 

—Sai, escapemos juntos. —Le dijo, mientras se abrazaba a su torso. Sai lo miro y le sonrió tan dulcemente que Gaara creyó que sus dientes brillaban como el sol. Esa no era una expresión que hubiera visto en el pelinegro. Aunque le gustaba.

 

Sai lo tomo de la mano y salió del callejón; dejando a los sujetos tirados en el suelo (y comunicándole a las autoridades locales para que los arrestasen). ¡Con lo de un Uchiha, nadie se mete!

 

Estuvieron caminando un buen rato, tratando de ubicar una tienda para comprar algo de ropa para remplazar los harapos que eran las que tenia puesta en esos momentos. Sai le tranquilizo, diciéndole que no se preocupara por nada y que no era necesario huir cuando podía llegar a un acuerdo con su hermana. Gaara sonrió tímidamente y se sonrojo cuando noto que todos los miraban expectantes.

 

Antes de poder encontrar una tienda para comprar ropa, tuvieron que hacer escala en una pequeña cafetería para poder comprar algunas hamburguesas. El estomago de Gaara había retumbado; tenía un montón de horas sin comida y había escapado de casa sin llevarse nada para poder comer.

 

Sai sólo había pedido un café, con crema y sin azúcar. Como le gustaba.

 

En una de las tantas mordidas que Gaara daba a su alimento (si lo poníamos en animación realista, la hamburguesa clamaba por ayuda ante la voraz fila de dientes que se le clavaban sin contemplación alguna), su mejilla quedo manchada. Sai rió ante su pensamiento y se acerco a lamerle la mejilla, dándole un beso al final.

 

Gaara termino tan rojo como siempre, mientras las chicas que los atendían estaban desmayadas de la emoción en el piso y algunos clientes sangraban por la nariz.

 

Al finalizar de comer, ambos salieron y se dirigieron a la tienda más cercana del local de comida rápida. Entraron a varias tiendas por el camino, donde Gaara modelaba los diseños elegidos por Sai. Moda, elegancia y lujuria planteadas en su cuerpo. Le gustaba. Sí, y más cuando Sai quedaba casi mojando el piso.

 

El primer conjunto fue; unos pantalones blancos, ajustados a la entrepierna y el trasero, con tiras colgando y una que otra rotura; una camiseta manga larga, blanca, con diseños góticos en ella; y una boina  a juego. Sai quedo deslumbrado al notar la elegante y sofisticada pinta de un jefe callejero.

 

El segundo con junto fue; una camisera manga corta de color verde oliva, el cual hacia resaltar el color de sus ojos; unos pantalones negros, holgados, y por igual, ajustados. Prácticamente, Sai quería violarlo.

El último conjunto, por el contrario de los demás, fue completamente negro. Los pantalones ajustados y la camiseta era algo ajustada por igual. Al finalizar sus compras, tanto Sai como Gaara, decidieron dar un paseo por uno de los parques aledaños. Era bastante tarde ya.

 

—Es bastante tarde…—dijo Sai, rodando su muñeca y mirando el reloj—. Creo que ya es hora de que vuelvas a casa, Gaara.

 

El pelirrojo lo miro y frunció el entrecejo. Él quería fugarse con Sai, no regresar a casa para recibir el sermón de su hermana para luego irse del país. Lo miro dolido creyendo que no quería estar con él: — ¿No quieres estar conmigo? —Murmuro suave y luego lo miro con lágrimas contenidas—. Sabes que si me regresas, posiblemente no nos veamos más.

 

Sai le sonrió cariñoso y acaricio su mejilla.

 

—Nunca permitiré que nos separen—le regalo una dulce sonrisa—. Si es necesario; te seguiré hasta donde vayas.

 

Ambos se abrazaron y luego se dieron un suave beso.

 

Se encaminaron a la casa del pelirrojo, donde un ambiente tenso y una Temari desquiciada por la preocupación, estaban alojados. Shikamaru, luego de las primeras doscientas vueltas de su esposa por el pasillo, se sintió realmente cansado. Cuando la puerta se abrió de improvisto, Temari Salió corriendo a recibir a los visitantes, esperanzada de que esta vez si fuera Gaara.

 

— ¡Sí vuelves a hacer eso te castro! —decía Temari, entre lagrimas de alegría y enojo mientras abrazaba a su choqueado hermano. Naruto y Sasuke, junto a Shikamaru se acercaban a contemplar la escena con una sonrisa—. No me preocupes de esa manera…

 

—Fue muy irresponsable de tu parte, el escapar de casa, sin siquiera resolver el asunto que nos concierne, primero. —le amonesto Shikamaru, bostezando mientras daba una calada a su cigarrillo. Los presentes pusieron cara de idiotas ante la tan “ferviente” forma de preocuparse del hombre—. Que problemático. Mira que hacernos preocupar de esa manera…

 

Gaara bajo la cabeza y Temari le acaricio sus rojas hebras mientras le sonreía: —Es cierto que nos vamos, Gaara. Pero sabíamos que no querrías venir con nosotros por algo importante que te detenía. —cuando dijo esto, miro a Sai mientras Gaara se sonrojaba hasta la raíz del pelo.

 

—Realmente, no deseo irme…

 

—Espera a que termine de hablar—le amonesto la voluble rubia con el ceño fruncido—. Bueno, como decía…: a sabiendas de que no te querrías ir del país, meditamos todo el asunto y llegamos a la conclusión de que le pediríamos a Uchiha-san que fuese tu representante legal en este país; así no habría problemas en que te quedaras.

 

Aunque se sentía ilusionado, la seria cara de Sasuke le dejaba dicho que no aceptaba aquello.

 

—… A lo que yo acepte. —una mueca se dibujo en sus labios cuando sintió a Gaara abrazarlo por la cintura como si fuera un niño de cinco años. Trato de alejarlo como pudo, pero le resulto imposible.

 

— ¡Muchas gracias! —le espeto feliz, luego de soltarle. Avanzo hasta su novio y se sentó junto a él; tomándole la mano.

 

— ¡Mío! —Sai frunció el ceño mientras abrazaba posesivamente a Gaara. Los presentes rieron y Gaara, avergonzado hasta la medula, se puso rojo completamente. Luego de darle un zape para que se tranquilizara, Gaara se despedía de sus visitas y de su novio.

 

—Pasaremos mañana a buscarte, estate listo. Buenas noches—dijo Sasuke, tomando a Naruto de la mano y saliendo de la casa. Para su mala fortuna, ahora tenía que hacerse cargo de otro chico, aunque nunca considero a su rubia obsesión como una molestia.

 

 

 

Notas finales:

mañana el otro XD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).