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papa to kiss in my live por black_phenix

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Notas del capitulo:

lamento la tardanza co este fic, pero debia terminar las craciones de dos nuevos fics que tengo; ya que este es reescrito y no me supone ningun problema, el de harry potter, tengo que investigar muchos datos que desconosco y el de uzumaki naruto, debo plantearme toda la escena antes de escribirla.

siento los inconvenientes, no me atrasare mas con este; espero disfruten.

Estaba absorto en sus pensamientos mientras miraba por la ventana de su habitación: se preguntaba como seria el padre de su amado sobrino; que extrañamente tenía casi su misma edad, exceptuando que  tenía un año más que el rubio. Claro, también estaba el hecho de que lo estañaba, tanto a él como a aquella sonrisa boba que siempre le regalaba. Pero, muchas cosas no eran lo que aparentaban,  ya que, con el paso del tiempo, se encariño con su consentido sobrino; más de lo que hubiese imaginado y con el hecho de que era hombre, eso mitigaba cada minuto que paso con él,  sus esperanzas de ser correspondido en el sentimiento que día con día, hondaba más en su alma…

Desvió la mirada del cristal, y la poso en la ropa que desde hacia minutos, desde que su hermana le había dicho que pasaría un par de semanas con su cuñado, a lo que ellos regresaban del viaje de negocios, más de placer según él, al que irían durante el tiempo en que se asentaría con su sobrino. 

Quería por lo menos intentarlo; aunque fuese solo una vez, conquistar a aquella maraña de personita que hacia su vida más divertida. No es que no tuviese amigos, los tenía, pero comparado a Naruto, ninguno de ellos le sacaba ni la más mínima mueca; a menos que fuese de desdén o para hacerlos asustarse con su expresión.

Aun recordaba al rubio de 10 años que le había dicho que haría a su padre su amante; rio como nunca, pero también el dolor se apodero con cada carcajada de su corazón. Naruto ya tenía dueño; aunque no creyese que un padre se atreviera a cometer el incesto y mucho menos ejercer como cargo diario la pedofilia, era imposible que eso sucediera, ¿verdad?

Suspiro…

-. Cuantas ganas de verte tengo, Naruto…-dijo aspirando,  el tranquilizador aroma del ambiente donde estaba; su habitación daba al inmenso jardín de la casa, era hermoso y el aire que se colaba por la ventana entre abierta, traía ese olor a naturaleza y ese silbido tan nostálgico del viento, entremezclado con algunas notas de aves que pasaban volando o que estaban asentadas en el roble plantando en el centro del jardín mismo.

-. ¡Gaara…!-grito Temari, desde el primer piso, aun esperando a que su hermano bajara-. ¿¡Estás listo!?-se escucho nuevamente su voz retumbar entre los recovecos de la madera. Gaara alzo la mirada al techo, ¿Cuándo su hermana dejaría esa manía de gritar?

-. Ya voy-dijo calmadamente, asomando su rostro por la puerta para que su voz viajara tranquilamente por el pasillo hasta la escaleta, donde sabía bien, su hermana estaba.

Cerró la maleta y enumero las cosas de importancia y que le harían falta para cuando estuviera en casa del señor Uchiha.

No hacia falta nada…

Tomo la maleta y bajo apresurado por la escalera, tenía ganas de encontrarse con Naruto. Se mordió el labio al ver la contrariada mirada de su hermana mayor y su tutora legal desde que sus padres murieron en aquellos accidentes, el primero; en aquel trágico accidente aéreo donde su hermana y su padre murieron cuando fueron a áfrica, y  el segundo; cuando  su madre murió en aquel accidente velico en la carretera.

-. Me puedes decir…-dijo Temari sacándolo de sus trágicas cavilaciones-… ¿Por qué diablos te afeitaste las cejas, Gaara?

Alzo una de sus muy hermosas y calvas cejas, haciendo un gesto que no se notaba mucho pero que su hermana comprendía. Temari frunció el entrecejo dándole a entender que  quería respuestas inmediatamente-. ¿No te gusta?-inquirió luego de suspirar, nunca le había ganado a su hermana con eso-. Pienso que me veo bien…

-. Sabes bien que el que te reproche no tiene caso después de que lo hiciste-suspiro-. Y si, se ve bien en ti, creo que deberías conservar el estilo-sonrió y tomo la maleta de su pequeño hermano para luego darle una caricia en el flamante cabello rojo-. Vamos.

Gaara ordeno su desordenado pelo y siguió a su hermana hasta el auto, donde el marido de esta los esperaba con su típica cara de estar aburriéndose; aunque lo negara, Shikamaru amaba estar con Temari, la única mujer que era todo un enigma y reto para él.

-. Te vez genial…-dijo Shikamaru apartando el cigarrillo de sus labios-. Muy interesante estilo, mapache…

Gaara enrojeció. Shikamaru siempre le ponía motes raros y lo hacía enojar.

-. ¡No soy un mapache!-le grito mientras subía al auto y miraba la sonrisa de Shikamaru.

-. Si lo eres, un mapache, y ahora sin cejas…-Temari se reía bajo, para que su hermano no lo escuchara, cosa que no logro.

-. ¡Temari!-vocifero indignado. Esos dos le sacaban canas verdes cuando se ponían a molestarlo en conjunto. ¿Se podría vencer a dos personas con coeficiente superior al de Einstein? Suspiro-. Ustedes dos son, tal para cual. 

Ambos sonrieron…

El auto arranco y emprendieron el camino hasta la casa de Uchiha Sasuke; el camino era algo largo y por esas horas en la ciudad, el transito era demasiado. Miraba el barbullo de personas caminando por la acera, encaminándose a sus trabajos y unos tantos a sus casas; se veían cansados y otros se veían plenos.

Se preguntaba que haría cuando viera a Naruto y si este consiguió lo que buscaba, ¿Qué pasaría?

No podía hacer infeliz a la persona que amaba y si hacia algo, estaba más que seguro que su rubio ángel lo odiaría por el resto de su vida; algo que no permitiría por nada del mundo, ya una vez sufrió el silencio helado que el oji-azul ofrecía cuando se enojaba, y no era nada bueno.

Volvió a la realidad cuando el automóvil freno en el estacionamiento del conglomerado de apartamentos en donde se encontraban. Bajo la mirada de su hermana, descendió: ya le habían explicado cómo comportarse, no quería ir a parar a la calle solo porque su anfitrión se enojara con él y Temari le aseguro   que ni las plegarias de Naruto servirían contra ese hombre; y eso que era mucho decir cuando se trataba de negarle algo a aquellos ojitos azules que te miraban tan esperanzados y dolidos a la vez, ese pucherito tan hermoso y esos labios crispados y tambaleándose a punto de llorar.

Naruto era un maestro del convencimiento.

Se adentro al ascensor y subió  al octavo piso, donde aseguraba que toda la zona cuadrada pertenecía al empresario.

No se le hacía raro…

Se encaminaron por todo el pasillo hasta la única puerta que era visible, si es que había más. Tocaron el timbre, y esperaron a que la puerta fuese abierta. Ya se había despedido de su hermana, su vuelo salía en un par de horas y necesitaban llegar antes para tener toda su documentación lista para partir ese ismo día; así que con un beso en la mejilla un pequeño “pórtate bien” y una sonrisa, se marcharon.

 

Sasuke revisaba unos cuantos documentos de algunos solventares estructuradas con otras empresas a lo largo de ese año; no había mucho que decir, más que habían limando, gracias a su intervención en la reunión convocada aquella semana, las asperezas que muchos de los accionistas tenían con la fusión a la Uchiha Enterprise; alegando que ello era un paso más a la destrucción de ambas compañías por separado.

El había asegurado que eso era solamente contrariedades que ellos mismos se planteaban y antes de que ellos hablaran; pidió a Hinata que pasara algunos documentos que traían impresos los datos de lo que serian las ventas después de esa fusión; con decir que muchos se vieron complacidos y otros simplemente no objetaron nada mas había poco que decir.

Naruto estaba dándose un baño así que tenía el tiempo suficiente para terminar…

El timbre de la puerta lo saco de sus cavilaciones y con un exasperado suspiro se encamino hasta el hall para abrirle al que consideraba, un impertinente.

-. Tú has de ser Gaara, ¿cierto?-dijo después de abrir y encontrarse con un pelirrojo sin cejas que lo miraba, analizándolo según veía. El pelirrojo asintió y Sasuke se aparto, dándole paso a la casa.

-. Mucho gusto, señor Uchiha-Sasuke hizo una mueca, siempre odio que se refirieran a él, cómo señor fuera de las horas de  trabajo.

-. Por favor, solo Sasuke-el pelirrojo asintió.

-. ¿Donde se encuentra Naruto?-pregunto después de echar un vistazo por toda la ante sala. Sasuke tomo la maleta y comenzó a guiarlo por el pasillo hasta su habitación, daba gracias a haber acomodado la habitación de invitados.

-. Esta dándose una ducha-contesto adentrándose en el cuarto-. Esta será tu habitación, cuando Naruto termine lo enviare aquí contigo; por el momento puedes acomodarte…

-. Muchas gracias-dijo. Sasuke se encamino de nuevo al despacho y suspiro para volver a retomar el trabajo.

-. Papá…-espetó Naruto después de cambiarse y dirigirse al despacho de su padre, como este había pedido. Sasuke no le había dicho nada de que su tío, extrañamente de su misma edad, se quedaría con ellos por unas semanas. Quería darle una gran sorpresa. Se levanto y lo tomo del brazo, regalándole una enigmática sonrisa.

-. Te tengo una pequeña sorpresa-dijo en respuesta a la rubia ceja alzada. Naruto se encogió y camino tranquilamente hasta la segunda habitación de huéspedes del departamento. ¿Ahora su padre le diría que tiene un hermano?

Bufo bajito, Sasuke era suyo.

-. ¿Cuál es la sorpresa?-pregunto algo irritado por sus cavilaciones.

Sasuke no dijo nada, pero estaba consciente de lo que podría estar pasando por la mente de su amado hijo para ponerse así de arisco de un momento a otro, sonrió y abrió la puerta.

Naruto miro sorprendido su interior y antes de que su ocupante girara para encarar a quienes lo estaban mirando, Naruto se le había abalanzado encima riendo por la caída en la cama-. ¡Gaara!

-. ¿Esas son formas de saludar a tu tío?-inquirió el pelirrojo debajo del intranquilo rubio que lo abrazaba furtivamente.

Naruto bufo…

-. Tenemos la misma edad-respondió girando los ojos. Gaara sonrió.

-. Si, tienes razón, pero eso no cambia el hecho de que yo soy tu tío -Naruto hizo un puchero y Sasuke se sonrojo. Le encantaba esa faceta de niño mimado de Naruto.

-. Bueno, cambiando de tema…-Gaara soltó una risilla ante la forma de evadir el saludo formal para con su tío de Naruto-. ¿Qué haces aquí?

-. ¿Pensé que te alegraría verme?-dijo levantando una de sus cejas calvas, atrayendo la atención del rubio que se froto varias veces los ojos.

-. ¡No tienes cejas!-grito y Sasuke, como Gaara rieron ante la poca atención de Naruto-. Y si, si me agrada que estés aquí, pero eso solo sería posible si…-dijo apenado y luego de unos segundos cavilando, miro a Sasuke en busca de respuestas.

-. Estuvo aquí el día que fuimos a visitar a los abuelos-respondió Sasuke-. Y si, se lo que ocurrió y no-dijo al ver la mirada triste de Naruto-, no estoy enojado contigo.

-. Lo siento…-Sasuke sonrió ante eso.

-. Descuida, aun así, me alegro de tenerte conmigo.

Naruto sonrió de una manera que Gaara logro comprender; lo que se temía había ocurrido.

-. Mejor me retiro y los dejo charlar tranquilos, tengo aun trabajo pendiente-Sasuke antes de salir, se acerco a Naruto y lo agarro de la cintura, sorprendiendo a Gaara que miraba aquel gesto poco paternal; el beso que esos dos se estaban dando a parte de dejarlo destrozado y enojado, lo dejo excitado-. Los veo a la hora de la cena-Naruto estaba sonrojado mientras Sasuke sonreía y antes de que saliera, le dirigió una mirada de superioridad a Gaara.

Al parecer, había descubierto con los vagos gestos que se dieron, que le gustaba Naruto.

-. Acaso…-su vos era temblorosa-. Tú y él, ¿ya?

-. Así es-dijo aun sonrojado, todavía no se acostumbraba a aquellos arranques apasionados de su amor-. Te dije que lo haría, y cumplo mis promesas-alzo su puño.

-. Lo amas mucho, ¿verdad?

Naruto suspiro y luego lo miro con una sonrisa que Gaara jamás había visto y se vio derrotado antes de luchar por la respuesta.

-. Así es…

-. Ya veo-su voz fue un susurro con aquella amarga sonrisa-. Me alegro por ti, sobrinito…

Naruto le devolvió el gesto-. ¿Quieres que te enseñe los alrededores?-pregunto y Gaara asintió no muy animado-. Espérame un segundo, iré a decirle a papá…

 

Sasuke se encontraba de nuevo enfrascado en documentos de la empresa, esta vez con motivo a las nominas y a aquellos que se jubilaban dentro de poco: necesitaba encontrar nuevo personal de trabajo.

-. Papá…- lo saco Naruto de la maraña de pensamientos que invadían su mente-. ¿Podemos dar una vuelta por los alrededores?

Sasuke sonrió.

-. De acuerdo, pero no se alejen mucho-Naruto asintió y se fue, dejándolo completamente sumergido, en vagos recuerdos de besos furtivos. Antes de que intentara recobrar tiempo perdido, el teléfono sonó y suspirando, maldiciendo la suerte que tenía a la hora de corregir documentos, tomo la llamada.

-. Familia Uchiha, ¿Qué desea?-dijo masajeándose el puente de la nariz.

-. Hola, hermanito, ¿como estas?-esa maldita voz, se reprendió Sasuke por no poner un maldito identificador de llamadas.

-. ¿Qué deseas Itachi?-espeto en tono seco, estaba hastiado de las trastadas que su hermano le hacía.

-. Tan amargado como siempre-Sasuke bufo y Itachi rio-. Vamos para tu casa, Dei-chan y yo; tenemos una sorpresa que darte…

-. A Deidara lo acepto, pero a ti no-le corto Sasuke antes de que soltara algo indeseado para ser escuchado.

-. ¿Planeas rechazar a tu querido hermano mayor?-lloriqueo desde la otra línea.

-. Querido un cuerno, será indeseado-respondió de  mala manera. Siempre odio esa infantil actitud de Itachi.

-. Lo mismo digo-respondió divertido-. Y Naru-chan, ¿esta?

-. Uno de sus tíos, que resulta de su misma edad, se quedara con nosotros-explico-. Naruto le está enseñando los alrededores.

-. Ah, ya veo-suspiro, quería hablar con su lindo sobrino; será para luego-. Bueno… ya estamos llegando, hasta el rato, hermanito-colgó antes de que Sasuke lo mandara a meterse su zalamería por donde mejor le cupiera.

 

Tanto Naruto, como Gaara, se encaminaron hasta la cercana heladería, dos esquinas después del departamento. Habían visitado los parques aledaños y una que otra tienda, comprándose chucherías todo el rato que estuvieron fuera.

Entraron y tomaron asiento en una de las mesas cercanas a la puerta: pidiendo de pasos sus helados favoritos.

-. Dime Naruto…-el tono era pícaro y el rubio se sonrojo por la posible pregunta-. ¿Ya lo hicieron?-comenzó a reírse nervioso y desvió la mirada de aquellos aguamarina que lo observaban esperando respuesta.

-. Eh… ¿Por qué quieres saber?-desvió un poco; tratando de ganar tiempo. Gaara sonrió aun más intuyendo la respuesta. Naruto era tan transparente…

-. Simple curiosidad…

-. Ah… bueno… yo… papá… y bueno la cama… y el auto… y que en la cocina…-Naruto tartamudeaba y no sabía que responder. Era demasiado vergonzoso responder; y estaba dando escuetas respuestas solamente enumerando los sitios donde lo hicieron.

Gaara se sonrojo; ¿en la cocina? Y, ¿en el carro?

Antes de que alguno dijera algo, se vieron interrumpidos por un tercero que ninguno conocía…

-. Hola-dijo con una sonrisa algo extraña.

-. ¿Quién eres…?-quiso saber Gaara, hablando primero al impertinente que los interrumpía-. Y, ¿Qué deseas?

Naruto lo observo, se le hacía familiar aquel pálido rostro.

-. Lo que deseo es-Gaara levanto una ceja dándole a entender que prosiguiera-, a ti –eso lo dejo sin palabras-. Y  soy…

 

 

 duermo, y me sumerjo en aquel mundo que busco; donde mis palabras se hacen realidad.

por que el dormir, no es mas que morir en la realidad y despertar en la fantasía.

Notas finales:

aun en llanos pensamientos de un amor perjudicado, mi autonomía me rige y me dirige a convencerte; no todo lo que vez es cierto y no todo lo que es oscuro es maldad.

piensa; una guerra se justifica en los hechos de que son para proteger y no para conquistar: como viene siendo desde tiempos innombrables para la humanidad.

matamos y decimos que es en defensa propia...

besamos y decimos que fue un error...

tenemos sexo, y decimos al final que solo fue ocacional...

herimos y solo damos una disculpa...

no todo lo que es oscuro es maldad y por ende, no todo lo ue vez es la realidad.

 


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