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i believe in angels por black_phenix

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Notas del capitulo:

hola, aqui con el capitulo numero trece; felicidades para mi y a ustedes por llegar hasta aqui si la historia les ha gustado. me explicare brevemente el por que de tanta tardanza cuando ya tenia un horario preestablecido hace mucho de las actualizaciones. resulta pues que tengo un castigo sobre mi de que no puedo durar mas de las 12 de la noche conectado, si, suena inverosimil, pero es cierto y lo otro es que, estando yo curzando un cursillo que hace practicas reales, estoy trabajando de 1 a 7, en otras palabras, mi anterior tiempo se ha jodido y eh tenido que reescribir mo vida de nuevo despues de estos dos sucesos que considero memorables y odiosos.

esot durara dos semanas mas, hasta que las practicas sean concluidas el lunes 28. deseenme suerte.

 

Harry, que desde el momento que había recibido el diario de James Potter creyó estar preparado o al menos, estarse preparando para ese momento, estaba algo nervioso. No era para menos, si, entre todas las cosas posibles por imaginar, aquello le estaba sucediendo. Se había imaginado que tendría una amena charla, o al menos, una charla que no defiriera mucho de algo decente donde las palabras lo fueran todo. No obstante, la verdad tomaba real realidad sobre todas sus locas fantasías pasajeras sobre ese asunto. En ese mismo momento estaba disfrutando, o lo que parecía hacerlo, de un delicioso postre mientras, todos en la mesa sin excepción alguna, le clavaban la mirada tan densamente que creía que moriría de una asfixia ejemplificada crónica.

Dejando de lado el parfait de chocolate, que según las explicaciones de Wilshire, el elfo domestico de los Malfoy, era una de las cosas preferidas de la familia. A Harry le agrado la idea inmediatamente probo el helado, no obstante, la incomodidad jamás se borro de los rostros de todos. No era para menos si de un momento a otro, el enemigo público de todos los Griffindor’s estaba sentado a la mesa, con una expresión sardónica todo el santo rato, mientras los miraba de hito en hito de un momento a otro.

Ronald, sentado al lado de su amado Blaise, estaba comiendo de modo mecánico. Su cerebro había recibido demasiada información de parte de su amigo Harry, por lo que, cuando la mirada del hombre en sí que representaba todo por lo que había estado estudiando (quería ser Auror, por lo que Voldemort, siendo raíz del mal en sí, era un enemigo natural), producía aquel efecto taciturno donde se congelaba y al final, cuando la mirada se quitaba de él, tragaba en seco, doliéndole la garganta.

—Harry —susurro Remus, al lado de Lucius y mirando al Griffindor tan penetradoramente, que Voldemort hasta se sintió avergonzado. Harry, que estaba empeñado en ignorar las miradas sobre si hasta que el momento llegara, suspiro y dejo el helado de lado para mirar a Remus y sonreírle.

—Creo que debería comenzar desde el principio, nuevamente—espeto, mirando a su padre quien le asintió en acuerdo, el también necesitaba estar al corriente de todo desde el principio. Harry los miro a todos y espero unos segundos antes de continuar—. Como ya había mencionado antes, mi padre, o sea Tom Riddle alias Voldemort —Tom hizo una cara de disgusto ante la mención de su nombre y apellido Muggle, no obstante, no interrumpió a Harry—, había ingresado a Howarts como maestro aprendiz de las artes oscuras cuando comenzó a reclutar seguidores de las diferentes casas para así reunir a su ejército de Mortifagos. En esa época, mi papá, James Potter, era el líder de la casa de Griffindor y se habían conocido allí. Lily Evans, mi madrina, conocía todo sobre el tema ya que papá le tenía plena confianza y según él, solo una mujer podía darles los consejos que necesitaba. Para no ahondar más en el tema, esto lo dejaremos aquí. Ya que es parte  del pasado privado de mis padres.

Todos asintieron en acuerdo y esperando a que Harry llegara al punto de aclaración.

—En primera, Remus, al parecer no fue Colagusano quien delato a papá y a mi madrina—Lupin frunció el ceño en contrariedad, no encontrando palabras para refutar algo simple como que, siendo Colagusano el guardián secreto del Fidelio, es común saber que solo él podía revelar  la ubicación exacta de sus amigos—. Se lo que piensas, Remus, pero no es lo que crees. En cierta forma podrías echarle la culpa a Colagusano, no obstante, fue culpa del Imperius del verdadero asesino de quien tomo las vidas de papá y mi madrina.

—Pero, Harry, sin ofender, ¿no fue el Lord oscuro quien los había asesinado? —Ron miro de soslayo a Tom, estando seguro de que este no lo mirara mal o peor, que planease lanzarle el avada Kedavra. Harry negó, siendo interrumpido por Tom.

—Ciertamente, aquella noche, estuve allí. Pero no fui yo quien había matado a James o a la pequeña Lily. Cuando llegue aquella noche después de recibir el informe de Colagusano, buscando a James por que no había podido contactar con él en varios meses después de que deje Howarts, queriendo una explicación de aquello que se rumoreaba sobre que él y Lily Evans habían contraído matrimonio y tenían un hijo, los había encontrado sin respirar y a Harry en su cuna. —explico, tomando una copa de vino. Harry asintió en acuerdo—. Lo único que nunca supe fue quien me mato aquel día a quemarropa. No pude ver bien su rostro después de que deje la casa y no sé qué ocurrió después dado que no tenía nada más que buscar en las ruinas de aquel sitio. Harry ya no se encontraba allí después de todo.

Todos volvieron a posar sus miradas penetrantes en Harry, quien bufo exasperado. Ni que aquello fuera una novela de suspenso o una loca idea de un escritor con problemas de vida1. Hermione estaba atenta a cada una de las palabras que eran dichas, estando segura de estar resguardada bajo el ala protectora de su amada Pansy, quien parecía tener mayor influencia o solo era aquella presencia Slytherin que emanaba de cada uno de sus poros que siempre le encanto la que llevaba las frías calculaciones. No importaba cual fuera, de todas formas, se sentía completamente segura y a salvo.

—Quien tomo la vida de Lily  Evans y James Potter, no fue otro más que Albus Wulfric Brian Dumbledore —los que conocían al director, ahogaron un chillido, siendo presas de la incertidumbre. Harry pensó en mostrar la prueba más contundente que tenia. Así que, invocando el diario de su padre, lo abrió y salto hasta la última página, donde, escrito en con sangre y uniformemente estaba el nombre del director—. Esta es la prueba más clara de aquello. Este diario fue hechizado para que desapareciera en el momento exacto en que mi padre, James Potter, muriera. Debía entregárseme a mí directamente por los gnomos de Gringotts al cumplir mi mayoría de edad.

—Si eso es cierto, Harry, y viniendo de ti no lo dudo, ¿Qué se supone que haremos? —Cuestiono Remus, recibiendo el asentimiento en acuerdo de Ron, Hermione y el pequeño Neville que parecía estar protectoramente sumergido en el abrazo de su compañero a su lado. Nott no se atrevería a dejar a su amado Griffindor desprotegido ante nada—. Quiero decir, sabiendo que Dumbledore es malo en este caso, no podemos unirnos ni debemos permanecer con él, no obstante, tu padre es Voldemort, quien odia a los Muggle’s por sobre todo.

—En ese aspecto hay realidad en tus palabras, Lupin— musito calmadamente, Tom. Harry suspiro, ese era uno de los momentos más difíciles de aclarar que tenía y prefería hacerlo frente a todos los Mortifagos, pero al parecer tendría que adelantar las tornas un poco antes con los únicos presentes, pero al menos eran los verdaderamente importantes.

—Puede que odie a los Muggle’s, pero no se atrevería a eliminar el principio de todo. —Voldemort dejo su copa de vino, un poco contrariado ante esas palabras. Al igual que todos, Severus y Lucius prestaban especial atención al señor Potter, que esa noche parecía más sabio y tranquilo que todos los que estaban a la mesa. Draco, que estaba a su lado y que por alguna extraña razón recibía más escrutinio de los ojos de su “suegro”,  estaba tomando la mano de Harry, prestando atención a cada palabra de su adorado elfo.

— ¿A qué te refieres al llamar a esos Muggle’s el principio de todo, Harry? —pregunto Tom, levantando una ceja en duda y dando un largo trago a su copa, con el presentimiento de que lo que escucharía no le agradaría o que lo dejaría en tal estado que tendría que haberse tomado el vino después.

—Para ser simples, los magos desciende de los Muggle’s.

—Plantear eso es simplemente una atrocidad, señor Potter. —dijo Severus, haciendo una mueca de asco ante el simple hecho. Harry rio quedamente. Ahora comenzaba la prueba de fuego al revelar aquello, ya que, siendo estos magos pura sangre los que adornaban la mesa, exceptuando a Mione, parecían reacios a un tema tan complejo.

—Entonces, profesor Snape, ¿díganme de donde descienden los magos? ¿Cuál es el principio detrás de su existencia? No me dirá que aparecimos de otra dimensión y comenzamos a poblar el mundo o, que al final, venimos del espacio exterior—nadie dio nada, carente de aquel conocimiento sería algo estúpido batirse en duelo mental con alguien que parecía conocer todo de aquello. Severus no dijo nada, no sabiendo que decir en ese momento —. Comenzare a explicar. Como mi amiga Hermione y como todos saben,  hay Muggle’s que poseen capacidades mágicas para invocar hechizos al igual que un mago pura sangre, no obstante, al no tener sus limitantes completamente abiertos en su sangre,  su poder es inferior. Estos limitantes comienzan a abrirse cuando un mago y una bruja comienzan a tener descendencia, lo que, en un principio comenzaron a hacer cuando comprendieron que no eran únicos.

— ¿Qué quiere decir eso, Harry? —Ron intervino, un poco confuso en la explicación. Prestaba especial atención, tratando de no perder de vista lo importante como siempre le decía Mione en las sesiones de estudios que mantenían en Howarts todos los años para los exámenes. Blaise le sonrió, estando por igual un poco confundido por aquella explicación que se desviaba un poco, según él, de lo que querían expresar verdaderamente o que simplemente a Potter le gustaba ahondar en el tema.

—Hubo un tiempo donde los magos Muggle’s comenzaron a aparecer en grandes cantidades, pero al estos poseer poderes que los seres humanos, carentes de sentido común o conocimientos sobre la magia, comenzaron a ser cazados por los Muggle’s  creyendo que estos eran demonios. Es igual que a los tiempos de Salem pero esto se remonta a los inicios de la creación humana. Los brujos y brujas Muggle’s hicieron comunidades a parte, lugares donde se sentirían seguros siendo ellos mismos y pudiendo usar su magia naturalmente, sin que nadie les reprochara o los cazara por ello. Pero en esos tiempos no se conocían los hechizos de ocultamiento por lo que hacían sus pueblos ocultos en frondosos bosques.

— ¿Qué tiene que ver eso, con los sangre pura, joven Potter? —pidió amablemente Lucius, a sabiendas que estaba hablándole al príncipe de la oscuridad. Miro de soslayo a su amo, tratando de encontrar indicios de enfado por la manera de hablarle a su hijo, suspirando en alivio al no encontrar nada malo.

—Eso, señor Malfoy, es el principio del todo. Es el principio de la purificación y de que los magos pura sangre existan en este momento. Aquellos magos comenzaron a procrear entre ellos y la sangre, de alguna manera comenzó a ser más pura, hasta que el momento llego y la sangre Muggle dejo de correr por la vena de sus  descendientes.

Todos estaban sin habla, aquello era poco decir. Harry había dicho algo increíble e inaudito; nadie en su sano juicio se había planteado aquello. Los magos se sabían que existían desde tiempos inmemorables, pero nadie conocía su origen. Se habían hecho varias investigaciones pero simplemente se planteo que los primeros magos nacieron por las uniones entre humanos y criaturas mágicas.

—A continuación, después de que estos magos se dieron cuenta de esto, comenzaron a esparcirlo a otras comunidades recién formadas. Así, los magos comenzaron a ser pura sangre y comenzaron a ganar influencia entre los Muggle’s sin magia.

—Luego de eso comenzó lo de Salem y la cacería de brujas y hechiceros. —dijo Tom, un poco impresionado ante el relato. No obstante, nada de aquello le decía el por qué debía de perdonar a los Muggle’s. Estaba de acuerdo en que, teniendo poderes mágicos, magia corriendo por sus venas, los Muggle’s que podían conjurar hechizos tenían derechos mágicos como dictaban las leyes imborrables  de los sagrados mandamientos inscritos en la línea misma de la magia que el mismo Merlín el grande había creado, pero eso no trascendía hasta aquellas asquerosas ratas sin magia que sentían celos de ellos y por ello los miraban como una amenaza—. Eso no tiene nada que ver con los Muggle’s sin magia.

Harry, que conocía muy bien la manera de pensar de Voldemort, sonrió displicente mientras negaba. Al parecer no habían prestado real atención a sus palabras como esperaba. Lo que ocultaban las líneas que había dictado era los futuros mismos para los magos y brujas venideros.

—Como dije, es el principio del todo. Los Muggle’s con magia y los que no la tienen son la fuente para que los magos crezcan y prevalezcan. Gracias a ellos, nosotros los magos, existimos.

Tom bufo algo irritado aun incomprensible ante las palabras de su propio hijo. No negaba que había cosas curiosas e interesantes detrás de todo aquello, y Harry le estaba demostrando con creces todo eso, pero eso no implicaba que no fuera a vengarse de los Muggle’s sin magia y que tomara control del mundo completo.

—Lo digo en serio, padre. —Todos miraron a Harry como si le hubiese salido otra cabeza, haciéndole lanzar un denso y largo suspiro ante la irritación que comenzaba a surgir de momentos en aquella charla tan extraña—. Bien, si quieren pruebas de que los Muggle’s sin magia son importantes, mírenme a mí y a padre.

—Bien, Harry, ¿podrías explicarte mejor? —pidió Hermione, como la ratoncita de biblioteca que era, le era intrigante y asombroso todo aquello. Pansy sonrió y le dio un beso en la mejilla mientras apretaba un poco más su mano.

—Por supuesto, Mione. Lo que quiero decir es, que si la magia trasciende a través de las venas como un núcleo positivo que conecta al ser humano a las líneas de vida de la madre tierra, conocida mejor como Gaia, entonces, los humanos que no poseen magia tienen bloqueado ese núcleo positivo, pero tienen abiertos los negativos, que son los que influyen por completo ahora en mi padre y en mi.

—En otras palabras, su poder es así de inmenso por que en sus genes hay una línea Muggle que abre estos núcleos negativos y los hacen interactuar con los positivos, produciendo un mayor acercamiento entre la magia y sus cuerpos—Remus daba una explicación más simple, haciendo que todos miraran embobados a Harry. Potter asintió complacido ante la ayuda de su querido hombre lobo.

— ¿Qué se supone que significa esta explicación? ¿No desaparecerían los magos sangre pura si comenzaran a unirse a los Muggle’s? —dijo Lucius, mirando un poco disconforme a Potter. No es que quisiera abrumarse ante la mirada que recibió al atreverse a levantarle la voz, pero era algo que no podía concebir ni en las más puras de sus pesadillas.

—Señor Malfoy, con esta explicación que eh dado, ¿Qué cree usted que soy yo? —Lucius no entendió muy bien, pero analizando las palabras se dio cuenta de que quería Harry diciendo aquello.

—Usted es un mago mestizo, ¿no? —Harry negó.

—Yo soy un mago sangre pura, señor Malfoy. No hay una simple gota de sangre Muggle corriendo por mis venas. Mi padre James Potter era sangre pura y mi padre aquí presente, es un Mestizo, por lo que la sangre mágica erradica la no mágica mientras más pura sea esta. En otras palabras, si un mestizo tiene descendencia con un mestizo su hijo será un sangre pura.

La mayoría entendía completamente lo que Harry buscaba. La coexistencia entre Muggle’s y magos no entraba en los planes de Voldemort, pero escuchando que aquello era la salvación definitiva a la raza mágica y a los sangre pura, no le daba opciones de elección que dijera. Suspirando, se levanto de la mesa, siendo seguido de cerca por Lucius y Severus.

—No busco que ambos mundos coexistan—musito Harry, haciendo a Tom detenerse y que girara con ambas cejas alzadas. Harry quería carcajearse por la perplejidad de su padre ante eso, pero prefirió permanecer completamente sereno—. Solo deseo que las comunidades mágicas permanezcan en la clandestinidad, como un mundo aparte del que los humanos consideran normal. No deseo que otra Salem se esparza y que una guerra sin fin comience solo por el estereotipa-miento  de los Muggle’s. Si nos damos a conocer, seria simplemente una perdida para ambos mundos. Una declaración de guerra planteada por nosotros mismos al dictaminar que tenemos el poder de regir sobre la tierra. —Harry miro a Voldemort y sonrió altanero—. Los padres de hijos Muggle’s que posean magia firmaran un contrato mágico que les prohibirá hablar del mundo mágico o de que sus hijos posean magia, e igualmente, protegerán a estos niños del abuso. El mundo mágico permanecerá como es, un mundo aparte del Muggle’s y permanecerá oculto. Eso es lo que deseo, nada más.

—Me parece que has pensado en todo, Harry. —Voldemort le sonrió de vuelta y le acaricio la cabeza—. Pues siendo así, te apoyare completamente. Que tengan buenas noches, jóvenes, me despido.

Voldemort salió por la puerta, siendo seguido de Severus. Lucius planeaba seguir a su amo, pero, la mano de Remus lo detuvo justo antes de que saliera. Lucius se giro, mirando suavemente a su adorada pareja antes de voltear hacia su hijo. Lupin tenía una mirada de terror ante la idea que se le cruzo por la mente al pensar que era lo que Lucius planeaba en ese momento, pero inevitablemente el momento debía llegar y ese parecía el mejor de todos, asique, suspirando, se resigno a ser odiado.

—En verdad piensan que soy tarado, ¿o Qué? —Pregunto Draco, frunciendo el ceño y haciendo un elegante puchero a modo de rabieta ante la perpleja mirada de su padre y el profesor Lupin—. Por dios, soy un Veela rey, ¿saben lo que eso significa? —a su pregunta, con las caras de extrañeza que se compartían Lucius  y Remus, llego la clara respuesta de que estos no tenían clara idea de lo que hablaba—. Puedo ver las líneas que los unen. En otras palabras más simples y comprensibles, sé que son pareja.

Remus casi se ahoga ante la sonrisa espontanea que apareció en los labios de Draco, sintiéndose abrumado al no comprender por qué aquella actitud tan dulce con alguien que intento matarlo una noche de luna llena. Draco que pareció comprender que estaba ocurriendo después de que Harry le susurrara la razón del entumecimiento de Remus en ese momento, se levanto y abrazo quedamente al profesor, susurrándole algo que casi lo hace gritar.

— ¿Draco? —Lucius tampoco comprendía bien, pero sabía que en algún momento algo así sucedería, después de todo que Draco quien le pidió que buscara una pareja y, ¿quién mejor que el amor de sus años de colegiatura?

—Bienvenido a la familia, Remus —Draco le sonrió, tomando la mano de Harry para salir juntos con dirección a su habitación. Voldemort había salido por lo que no tenía que tener preocupación alguna por las miradas de escrutinio de su suegro—. Nos iremos a descansar, que pasen buenas noches. Wilshire les mostrara sus habitaciones, será mejor que descansen y mañana temprano regresen a Howarts siendo este el ultimo día de clases.

Sin esperar respuesta alguna de sus amigos o de los Griffindor’s Draco continuo su camino llevando de manos a un sonriente Harry que se esperaba, o mejor dicho deseaba desde hacia unas horas estar completamente a solas con su amado Slytherin sin interrupciones y sin que nadie los molestara de alguna forma. Era natural aquello teniendo en cuenta de que, desde la última vez que pudieron estar juntos carnalmente habían transcurrido demasiados días.  No es que le molestara, pero sentía la férrea necesidad de estar al lado de Draco sin razón aparente.

Draco, que no prestaba mucha atención al camino, conociéndolo de memoria, no apartaba la vista de Harry, queriendo ver un poco más allá de aquel disfraz que este llevaba puesto. Solo pudo verlo una vez y aun así la verdadera figura de Harry estaba tan realmente pintada en su memoria que le resultaba exquisito solo cerrar los ojos para encontrárselo tras sus parpados.

—Harry…—Draco detuvo sus pasos, girándose para encarar a Harry mientras mordía –a opinión de Harry—, seximente y, mientras tomaba sus manos y las besaba, lo miraba con tal sutileza que Potter pensó que se derretiría en ese mero instante. No cavia duda que un Malfoy con poder de una criatura tan hermosa como lo era un Veela, tenía el poder de remover más que el mundo de las personas que se fijaban en ellos. Sus verdes ojos, casi rasgados y de un fulgor verdoso, reflejaron paz y tranquilidad, ocultando en un suspiro una neblina de deseos ominosos y lujuriosos para con Draco—. Creo que seré devorado realmente si sigues mirándome de esa manera, amor. Aunque no cabe duda de que, me bañaría en crema y pondría fresas por todo mi cuerpo si eres tú, Harry —sonrió dulce y provocativo mientras decía esto. Harry, que había estado en las nubes contemplando los Bellos ojos grises de Draco, bajo de sopetón a la realidad y se torno tan rojo como el pelo de su amigo Ronald.

Draco rio quedamente, mientras su novio y futuro esposo le miraba ofendido antes de poner una sonrisa que se le antojo lasciva. Harry se acerco a su oído y mordió el lóbulo antes de lamer los bordes haciendo a Draco estremecerse—. No me des ideas, amor.

 

 

 

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Wilshire los había guiado por el corredor contrario hasta el pasillo que daba a las habitaciones de huéspedes de la mansión Malfoy; el señor Malfoy y el amo Remus habían tomado otro camino, por decisión del señor Malfoy, hacia la habitación de este. Por el contrario de lo que sucedía, todos estaban más que un poco animados y con sus pensamientos tan revueltos que nunca creyeron vivir en aquella alterna realidad que se tornaba su propio mundo. Era cierto que a todos los agarro de sorpresa lo de que Harry Potter, salvador del mundo mágico, era hijo del mismísimo enemigo de la orden del fénix.

Theo se veía más y más con la loca idea de tomar un vuelo Muggle hacia alguna isla paradisiaca junto con su lindo Neville. El problema quizás radicaba en que tendría que dar explicaciones a su padre y a la abuela de Neville, a la cual no quería hacer su enemiga, no por el momento.

—Theo... —la dulce voz de Neville lo hizo sentir mariposas en el estomago revoloteando tan salvajemente que creyó que lo tendrían que recoger del piso luego de desmayarse. Suavizando la expresión, miro a Neville con una pequeña sonrisa mientras se acercaba para hacer su conversación más personal. Los demás iban por delante mientras él y Longbottom habían decidido caminar de últimos—. ¿Estás bien con todo esto? Digo… la situación que sucedió en el comedor. Harry es un muy buen amigo, es quien me ha ayudado en muchas situaciones donde no sabía dónde meterme. Confió en su juicio y lo seguiría a donde fuera conociendo esto, pero ahora te tengo a ti y, quiero vivir bajo tus expectativas…

—Neville…—le corto suavemente, su pequeño león estaba un poco ofuscado mientras trataba de explicar cosas que ni el mismo parecía entender. Traicionera, una pequeña risilla escapo de sus labios, provocando que Neville se pusiera rojo de la vergüenza—. Por favor, nunca me ocultes el rostro. Eres totalmente adorable —Longbottom salió de su espontanea vergüenza para quedar totalmente fuera de sí. ¡Theo había dicho que era adorable! Siendo esto más de lo que podía soportar, su cerebro se incendio y su rostro parecía más que un tomate. Se había detenido abruptamente, logrando apartarse un poco más del grupo de exploración—. Lo siento —se disculpo Theo, mirándolo con adoración mientras besaba la parte lateral de sus manos—, pero me es totalmente imposible no pensar que eres un amor. Nev, eres para mí lo más hermoso que allá visto jamás y te puedo asegurar que mientras más conozco de ti, mas caigo ante tus pies.

— ¿Puedo dormir…, contigo esta noche, Theo? —pregunto Nev, mirando en intervalos hacia el suelo y luego a Nott que pareció sumergirse en un mar de ideas inconexas que inexplicablemente lo llevaban a la misma dirección con la idea en general de tener a un Neville totalmente desprotegido a su merced en una de las grandes camas de ceda de la mansión Malfoy.

—Por supuesto…

 

 

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—Por alguna razón ilógica me siento inquieto —dijo Ron, pomposamente exhibiendo su trasero a opinión intima de Blaise que se deleitaba de la parte redonda y carnosa de su pareja. Era un poco pervertido de su parte, pero quería pasar una hermosa noche con su ahora novio, quien por razones divinas estaba esperando a su primogénito.

—Posiblemente sea por el bebé, amor. —le expuso cerca de él, queriendo guardar aquello hasta el momento adecuado como se lo había pedido Ron.

—Quizás…—acepto, llegando al que sería, según el elfo que los guiaba, la habitación de Blaise. Ron no quería dormir separado de él; en ese momento se le había cruzado la simple idea de un cómodo despertar abrazado de Blaise. Y, siendo quien era, no desaprovecharía la primera oportunidad que se le presentaba para ello.

—Dormirás conmigo esta noche, rojo —adelanto Blaise las tornas, despidiéndose de Hermione y Pansy que los miraban divertidos antes de seguir de nueva cuenta a Wilshire. Tomando la mano del Griffindor, se adentro a la habitación mientras se compartían una coqueta y lasciva sonrisa.

Esa era una noche que recordarían siempre, todos y cada uno de ellos. Era un momento único en el tiempo que tendrían la plena satisfacción de disfrutar al máximo. En Howarts posiblemente nunca hubieran tenido la oportunidad de aquello, por lo que habían planeado que al salir de esta, se reunirían después de anunciarles a sus respectivas familias sus decisiones para con sus vidas.

La que encontraba su situación un poco más dificultosa seria Mione, teniendo en cuenta que le gustaba una chica y siendo hija de padres Muggle’s religiosos. También estaba la situación de Pansy, que era la heredera del imperio Parkinson y que debía traer un heredero a su familia.

—No pienses tanto, solo vive—la voz de Pansy la saco de todos su problemas. ¿Tanto se reflejaba lo que pensaba? Bajando la mirada un poco avergonzada de aquella sonrisa que su adorada Slytherin le daba,  Mione pensó en tantas cosas a una velocidad alarmante. Lo que sentía por Pansy no era simplemente cariño, la amaba, con locura y devoción.

—Son tantas las cosas que me abruman en este momento. —musito, mirando al techo mientras suspiraba sonoramente.

—Estas pensando demasiado. —Le recrimino, frunciendo un poco el entrecejo—. Los problemas que lleguen los resolveremos. Mi familia no es un caso aparte en esto ni la tuya, por lo que ambas deben de saber que nos queremos. No me importa si me desheredan Mione, te quiero junto a mí y punto final. Te amo y ahora que te tengo no pienso dejarte ir jamás, ¿me entiendes, Mione? jamás.

Hermione la miro tan bobamente que sintió que todo su mundo se volvía de color rosa y que los libros en su mente se desvanecían como niebla. Todo pensamiento se erradico mientras quedaba absorta en la hermosa sonrisa, tan posesiva y brillante, que en esos momentos Pansy le mostraba luego de haberle robado más que un fiero beso que se le antojo exquisito. De repente, con este pensamiento, todo problema que pensó que la aquejaría hasta que fuese resuelto, termino estando aparte para solo pensar en lo hermoso que era estar al lado de aquella loca Slytherin con complejo posesivo sobre ella.

—Y tú, Pansy Parkinson, solo me perteneces a mí. Tampoco pienso dejar que me aparten de ti o te aparten de mí. Somos la una de la otra. —habían llegado hasta la puerta de la habitación que ocuparían, a pedido de ambas, para después escuchar entre su beso el puf de desaparición del elfo domestico.

—Esta noche, disfrutaremos a lo grande…

 

Notas finales:

 

Admirando su belleza, desde la letanía de mis ojos que brillaban sin alma, mis pensamientos danzaban sin pudor alguno en imágenes de su cuerpo desnudo, con su ominosa y lujuriosa voz gimiendo bajo mi raudo toque. No podía imaginar algo más hermoso y atrayente que aquello. Mi deseo fue creciendo mientras, al solo pulsar de mis dedos, hacías sonidos que para mi eran obscenos y que me decían una y otra vez que te tomara. ¿Podría existir algo mejor?

Atte.: un amante de las computadoras. 

 


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