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i believe in angels por black_phenix

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Notas del capitulo:

espero que les guste el capitulo ....

Theodore Nott era un chico con un comportamiento bastante extraño a parecer de las opiniones de los demás- en todo sentido de la palabra misma-, era alguien que gustaba de la soledad y el silencio aparte de que con excesiva calma observaba todo con detallismo.  Amaba y seguía fielmente los propios límites y metas establecidas: teniendo en consideración que amaba la lectura sobre economía e historia; albergando unos cientos de volúmenes de historiadores de la magia y magnates empedernidos con el dinero que hacían biografías de sus tantos éxitos en el mundo mágico.

Admirador fiel de aquellos que se embarcaban en investigaciones que otros creían infructíferas pero que al final aceptaban con bobas sonrisas que aquellas investigaciones salvarían millones de existencias o por el contrario, las destruirían: tanto o más como creyó que el fundador de su casa en Howarts, Salazar Slytherin, era una deidad con tratos mismos con la muerte en sí. ¿Quién podría crear tantos hechizos de magia negra; no solo tan poderosos y destructivos sino tan contradictorios a ellos mismos?

Porque eso era Slytherin, alguien que ambicionaba el equilibrio entre las cosas; tanto que si creaba un hechizo de gran magnitud oscura, creaba un contra hechizo o poción para curar los efectos de estas.

Nott también era alguien conocido por una complejidad que lo caracterizaba en sí mismo: teniendo en cuenta simple, que cuando abría los labios para decir algo, todo se sumía al mutismo para escuchar su suave y rasposa voz diciendo algo a lo que todos asentirían en acuerdo.

Inclusive aquel con el título de príncipe de las serpientes dentro de la casa de Slytherin callaba para escuchar a su joven amigo dar su opinión sobre temas de relevancia para los que los discuten; a sabiendas de que Nott tiene la singularidad de estar acertado un 120% sobre lo que da su opinión.

Nadie tenía quejas o si quiera planteaba inmiscuirse con él; el chico tenía el titulo de sabelotodo al igual que la Griffindor Granger. Ningún miembro de Griffindor, Huffleppuff o Ravenclaw se inmiscuían con él: para ellos él solo era otro ratón de biblioteca más; sin fuerza física para enfrentarse a ellos. 

Que equivocados estaban…

Aquellos que conocían a Nott, lo tenían en tan alta estima como ellos mismos valoraban sus vidas: el chico era un demonio cuando se enfadaba; cosas que pocas o ninguna vez había sido apreciada.

Howarts jamás se ha habido enfrentado a la furia de un Theodore Nott completamente cabreado hasta la medula: el ultimo incrédulo que lo hizo enojar insultando cosas que para el eran más que sagradas, termino comiendo por una tubería y aun se encontraba en san Mungo recuperándose de secuelas espantosas que rondaban da y noche su mente –dígase con el rostro de Theo y una sonrisa macabra-, que lo hacían gritar en miedo, dolor y frustración misma.

Ni el más experto Psicomago había podido sacarlo de aquel estado de regresión mental: tampoco descubriendo quien lo dejo en tan lamentable estado.

Y con tal explicita razón; nadie-entiéndase el sentido común con dicha frase-, ¡nadie! Se atrevía a molestar a Theodore Nott; a menos que si quiera valoraba su vida para hacer tan suicida Azaña. 

Uno de los seres actualmente vivo que admiraba a parte de su propio padre, era al gran señor oscuro; quien había hecho una investigación más profunda sobre la magia oscura que el mismo Salazar Slytherin en sus días de gloria.

 

-. Theo… -el sonido de la voz de su amigo Draco, lo hizo salir de su inherente ensoñación para con alguien-dígase el único ser humano-, que había logrado poner su mundo de cabeza. Suspiro en pleno fastidio al no poder hacerlo suyo y miro a Draco quien tenía una sonrisa comprensiva en sus labios-. ¿Por qué no simplemente lo secuestras en cualquier esquina que lo encuentres solo, como mayormente va, lo llevas a un lugar vacio y le dices todo?

Theodore marco la pagina del libro que actualmente estaba leyendo y lo cerró para colocarlo en su regazo.

Soltó otro suspiro de resignación. Podría haber seguido todos los consejos de Draco: porque en área del amor, particularmente él, era un simple amateur. Pero no, se negaba a eso; es que la persona de quien estaba prendido como cualquier Slytherin lo estaría de la primera y última persona que amaba, era alguien que de ser posible, lo freiría a hechizo limpio-cosa imposible de creer con la actitud tierna y tímida de ese chico-, con su mera presencia.

-. Sería la forma más simple de alejarlo con claro y explicito miedo hacia mí, después de eso, Draco –se digno a responder luego de meditar la respuesta por varios segundos-. En verdad, no quiero que se aleje de mí –Theo suspiro y miro tiernamente hacia su hermoso cachorro de león, con una senda –todo lo que un Slytherin como Theo se digne a ese indigno acto-, sonrisa; sacando con ese simple acto muchos suspiros de chicas que lo miraron sin previo aviso de ese gesto-. Con solo ponerme a su lado huiría despavorido…

Draco admiraba todas las facetas que eran visibles con segundos de intermedio en el rostro de su amigo; negando en el proceso por el complejo de damisela enamorada que cargaba esa mañana…

Aunque el mismo podía entrarse en aquel estúpido comportamiento que sus amigos adoptaban de idiotas enamorados… siendo él, el principal.

También preguntándose por que su padre llego la noche anterior sonriendo a visitarle-cosa que lo lleno de terror presenciando algo que jamás en todos los años de su vida y alguna que otra reencarnación se hubiese imaginado-,  y por que el maestro de defensas contra las artes oscuras le evadía la mirada…

-. Aunque seas un genio con un IQ superior al de cualquiera de nosotros en Slytherin –intervino Blaise sacando de sus cavilaciones deductivas para con el profesor de DCAO y su padre en algo que no lograba visualizar bien, a Draco. Theo lo miro esperando que continuara-, eso no te hace inmune a ciertas sensaciones que los humanos-considerando que tú pareces otra cosa o un “demonio” en sí-, tenemos-Nott lo miro mal para luego negar indiferente y Blaise simplemente continúo dándole en el proceso una palmadita en el hombro con una sonrisa-: ¡felicidades Theo! Al fin conoces lo que es el miedo a no ser correspondido-comento feliz-. ¡Ahora ten el puto valor y se tan astuto como eres y conquístalo!

Theo suspiro mirando el techo hechizado del gran comedor exasperado ante el poco entendimiento de su amigo italiano-. ¿Como el que tú has tenido para conquistar a tu amado pelirrojo, querido Blaise? –sonrió mordazmente cuando el sonrojo en las mejillas del castaño aparecieron.

Blaise simplemente miro a la mesa de Griffindor y bufo visiblemente irritado al ver algo que no le gusto para nada; ahí estaba el idiota de Finnigan coqueteando con lo que era suyo de nuevo. Suspiro y bajo la mirada; se había planteado conquistarlo, pero tenía también miedo a ser rechazado, ¿Cómo es que esos leones atraparon sus corazones tan fácilmente?

Theo miro las acciones de su amigo y luego sonrió. Al menos tenía que hacer algo por los únicos que tenían la decencia de estar a su lado cuando más lo necesitaba-. Qué te parece si hacemos esto, Blaise –le espeto mientras sonreía altanero-. Yo, Theodore Nott, me comprometo a pedirle matrimonio a mi Griffindor, si tú, Blaise Zabini, logras conquistar a tu amado pelirrojo. Dando mi palabra de mago de por medio.

Decir que todos tenían miradas de estúpidos era poco; Theodore Nott, haciendo proposición para algo de tal calibre, no era común. Draco boqueaba al igual que Blaise y una muy ilusionada Pansy Parkinson al lado del italiano sonreía bobamente al entender la magnitud de tal propuesta. 

Después de meditativo silencio, Blaise sonrió-. ¿Es esto una apuesta, Theo?

Theo negó haciendo que el ceño de Zabini se acentuara un poco en la incomprensión de eso. Draco y Pansy se encogieron de hombros tampoco entendiendo a lo que Theo quería llegar con ese simple gesto.

-. Piensa por una vez en tu vida, Blaise- los ojos de Blaise fulminaron a un sonriente Nott-. Dime Blaise, ¿Qué pasaría si esto fuera una apuesta, aunque tenga los fines que tenga, y nuestros queridos leones se enteran de ello de una manera poco explicita para nosotros?

Tanto Blaise como Draco y Pansy meditaron su respuesta, llegando todos a la conclusión más simple de todas; siendo Blaise el que hablo primero-. Se sentirían usados y llegarían a la conclusión, conociéndolos como los conocemos, que solo son un juego para nosotros.

-. Así es, mi querido Zabini-acepto Theo-. Por ello, esto es solo una meta que nos proponemos cumplir, con nuestras palabras de mago -que lo que con más valor podemos ofrecer-, de por medio y con su debido castigo si es que llegas a realizar lo pedido con esto.

-. Acepto –dijo altaneramente, Blaise apretando la mano en clara aceptación de los términos establecidos. Draco volvió a negar y Pansy sonrió abiertamente mientras ponía su mano en las palmas entrelazadas.

-. Yo me uno también-espeto sonriente-. Pero el reto se ampliara a que si yo, tanto como Blaise, logramos conquistar a nuestros amados leones; tendrás que pedir matrimonio aquí, en pleno gran comedor.

La sonrisa de Blaise se agrando y Theodore asintió complacido ante lo último-. Pero será un mes después de habérmele declarado e insistido en que él es importante para mí –Blaise y Pansy asintieron sintiendo duda del porque de aquella decisión-. No quiero que simplemente piense que juego con sus sentimientos si es que este llega a sentir algo por mí.

Después de haber establecido aquello los tres dieron sus palabras de mago…

Draco simplemente levanto una ceja incrédulo ante lo simple que se tomaban sus amigos las decisiones como aquellas. Estaban resignándose al fin a realizar lo que con tanto ahincó habían declarado la noche anterior en su habitación-. Pensé que tardarían más- se dijo para poner atención a su hermoso Griffindor, que entablaba una amena conversación con sus amigos frunciendo el ceño de vez en cuando.

Tres pares de ojos que atravesaban su nuca lo hicieron girarse para encarar a sus compañeros: los cuales tenían unas brillantes miradas que lo hicieron tragar de sopetón uno de los bocados de su desayuno-. Se puede saber, ¿Qué pasa en estos momentos por aquellas macabras mentes de los que se supone son mis mejores amigos? –entorno una ceja al ver que Pansy sonreía indiferente y Blaise simplemente volvía a su desayudo con cara de aburrido y Nott, como siempre, volvía a su amena lectura.

-. No es nada, Draco, olvídalo –dijo Blaise, comenzando a crispar los nervios del Veela-. No creo que lo hagas después de todo-suspiro mientras tomaba un poco de jugo-. Tú no eres del tipo de personas que hacen esas cosas…

-. Querido Blaise- sonrió cuando el aludido lo miro. A nadie le gustaba cuando Draco comenzaba a hablar con una voz tan pasiva y condescendiente-. Me podrías explicar al menos a que te refieres- sonrió de una manera que varios de los Slytherin más cercanos, simplemente se movían varios puestos más alejados.

-. De que vale explicártelo Draco, si ni siquiera lo intentaras-intervino Parkinson-. Conociéndote bien, sabemos que no aceptaras nunca unirte a nuestro pequeño reto.

Draco entendió  a que se referían y estaba planeando asentir en que no se uniría a algo tan absurdo como aquellos a lo que los tres dieron sus palabras mágicas, para incentivar el sentimiento de conquista para con sus amados.

Pero Nott dijo algo que quebró su orgullo tanto como mago y así mismo, como hombre.

-. Dejen en paz a Draco- había dicho mientras cambiaba la hoja que estaba leyendo-, sabemos que el tiene miedo a este tipo de cosas- Draco frunció el ceño en desagrado a como lo había categorizado el de avellana mirada.

-. ¡Yo no soy ningún cobarde! –siseo molesto ante lo dicho. Nott lo miro indulgente y Pansy y Blaise trataban de contener las sonrisas que amenazaban con salir-. ¡Bien!-espeto indignado-. Si ustedes dos-apuntando a Pansy y Blaise-, logran su cometido de conquistar a sus leones, yo me comprometo, dando mi palabra de mago de por medio, de que declarare que Potter me pertenece y lo besare delante de todos.

Detrás del libro, Theodore Nott sonreía macabramente al ver su plan comenzando a marchar-. Entonces es un trato, Draco.

Los tres sellaron el trato dándose un apretón de manos y mirándose retadoramente para luego mirar a sus Griffindor’s destinados.

 

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Harry sintió un expectante escalofrió recorrer su cuerpo y por lo que entrevió con sus amigos, estos sintieron lo mismo que el, al igual que Neville que estaba a su derecha. Los tres se miraron sin entender bien que sucedía, pero simplemente lo tomaron como una anomalía momentánea con referente a lo que vivieron la noche anterior en la oficina del director: quien en esos momentos se miraba algo más viejo que de costumbre.

Nunca en su vida imagino que el anciano pudiera hacer tal cosa como la que descubrió…

 

-. La profecía es falsa- inquirió molesto ante la revelación que le hacia el ancestro de los Black; quien al parecer fue quien los llamo para informarle tal suceso que simplemente aumentaba su odio para con el anciano director…-. ¿Todo esto ha sucedido por algo que jamás se dicto…?- se cuestiono mientras apresaba su labio inferior.

-. No-espeto este. Hermione y Ron, tanto como Harry, lo miraron sin comprender bien-. Solo dije que la profecía que te dijeron era falsa, no que esta no existió.

-. ¿Entonces la profecía existe?-inquirió Hermione pensando nuevamente en las posibilidades que acarreaba una nueva profecía.

-. Así es, jovencita-espeto Nigellus, mirando altaneramente con su porte aristocrático a los jóvenes-. Pero esta dista mucho de la que el joven Potter escucho cuando mi descendiente murió…

Harry desvió la mirada culpable. Podía superar la pérdida de su padrino, pero el dolor aun era tangible en su interior.

->. Descuide, joven Potter- inquirió Black mientras relajaba un poco sus facciones. Harry lo miro atentamente-. Las decisiones que todos nosotros tomamos, hechas ya están, no podemos cambiar situaciones que han ocurrido… -Harry desvió la mirada de nuevo y Nigellus sonrió-. Aunque pata ti, joven Potter, nada es imposible.

-. ¿A qué te refieres?- la intriga no era muy buena amiga de Harry.

-. Todo a su debido tiempo, joven león- amonesto Black mientras todos los cuadros lo miraban atento y con entendimiento de sus decisiones-. Primero escucha la verdadera profecía, no debemos perder el tiempo.

Harry asintió y sus amigos se preparaban para memorizar cada frase de la misma.

->. “el único con el poder de derrotar al falso mesías, se acerca… nacido del que ha desafiado a las tinieblas tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes… y el señor tenebroso dará su marca haciéndolo su igual. Pero él lo superara, porque poseerá algo que nadie había alcanzado y que todos deseaban… una nueva luz surgirá en el mundo mágico; porque él regresara al concluir el séptimo mes…”

->. Espero que pronto comprenda la magnitud de esta profecía, joven Potter-declaro el director Black. Harry lo miro sorprendido y Hermione tanto como Ron analizaban cada una de las frases-. En la mansión Black, Grimmauld place, existe un cuadro mío; cuando valla en vacaciones, lo espero; tenemos mucho que discutir.

-. Harry… -Hermione lo saco de sus cavilaciones. Harry la miro y esta simplemente suspiro-. ¿Estás pensando en lo que escuchamos anoche?- el moreno asintió lentamente-. Eh estado pensando, y esta profecía- lo dijo en voz baja y solo para ellos tres, ya que Ronald los escuchaba atentamente-, es un poco parecida a la anterior.

-. ¿En qué forma?- pregunto Ron y Harry lo apoyo con su asentimiento.

-. Bueno, a diferencia de la anterior, que simplemente habla en plural y definiendo a dos o más familias-espeto analizada mente-. Esta habla de una sola persona, tu padre, sin la mera mención de tu madre- Harry asintió, luego de que tratara ese asunto con Voldemort se los contaría a sus amigos-. Y también está esta otra frase “y el señor tenebroso dará su marca haciéndolo su igual” lo que nos dicta que no solo el señor oscuro sabia que te daba poder suficiente como para vencerlo sino que lo hizo adrede.

-. ¿Quieres decir que el señor oscuro sabia que le daba poder a Harry?- Harry se preguntaba cuando dejarían de tomar el nombre de Voldemort como excusa para temblar como gallinas a su mera mención.

-. Así es-dijo Hermione con cara de pensar un poco más en el asunto-, y lo último que me dice que algo importante esta por pasar, es la última línea- su cara reflejaba incertidumbre y comprensión-. Si lo que intuyo es verdad, Harry, tu eres la reencarnación de alguien sumamente importante para el mundo mágico…

-. Alguien que pondría en desbalance los planes de Dumbledore como para que este armara todo este melodrama con tu vida, amigo- Mione y Harry aun no se adaptaban a un Ronald Weasley más maduro e inteligente, ¿Qué le había hecho su madre ese verano?

Harry suspiro pesadamente y miro a Remus, el cual simplemente evadió la mirada incrédula de Harry. En toda la mañana aquella era la noticia silenciosa más espectacular que había recibido.

-. ¿Por qué la sonrisa, hermano? –pregunto Ron curioso y Hermione miro en la dirección de este encontrándose con un Lupin un poco menos desgastado y con un aire soñador atrayente en su alrededor.

-. Al parecer-lanzo una gran sonrisa-,  nuestro lobito encontró a su pareja.

-. ¿Cómo sabes eso? –indago Mione curiosa como siempre al parecer de Harry.

-. Puedo sentirlo –contesto-, el ambiente alrededor de Remus cambio, su esencia está mezclada con otra.

-. Con lo referente a que un hombre lobo solo puede tener una pareja; ¿es imposible que se pueda relacionar con otras personas? –pregunto Ron recibiendo una negativa de Harry.

-. Su lobo interior se lo negaría completamente- hizo una mueca de desagrado ante eso-. El lobo solo tiene una sola pareja de por vida, y lamentablemente Remus no la había podido localizar; hasta ahora.

-. Eso es una gran noticia, ¿no? –dijo Hermione un poco contrariada por la mirada de su amigo.

-. Si lo es- desestimo-, pero con la cara de preocupación de Remus, ah de ser alguien que piensa que no me agrada o que tal vez no le conviene.

-. Pues háblenlo a solas ya que tú eres quien más lo entiende- sugirió Ron recibiendo de nuevo aquellas miradas incrédulas-. Dejen de mirarme como un bicho raro.

-. No es algo que queramos, pero, el escucharte así nos da la idea de que te cambiaron por otra persona, Ron –espeto Harry sonriendo. Ron solo bufo-. Será mejor que nos vallamos a la primera clase del día…

Al levantarse, los demás Griffindor’s hicieron lo mismo, acompañando a su jefe a las clases que ellos también tenían.

 

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-. ¿Te ocurre algo, Severus? –pregunto Albus mientras observaba a Harry marcharse a las clases que tenia a esa primera hora de la mañana. Le parecía algo extraña la actitud de su profesor de pociones ese día, se notaba algo más nervioso o ansioso  de la cuenta. Snape lo miro y luego simplemente negó.

-. Simplemente estoy esperando unos ingredientes que pedí hace meses al extranjero –explico-. Los necesito para mañana y tienen que llegar esta tarde o eso espero.

-. Ah –simplemente dijo para luego esbozar una sonrisa-. Creo que tu primera clase está a punto de comenzar, muchacho- Snape gruño y se levanto de su asiento, después de asentir con la cabeza.

Albus Dumbledore siempre le parecería desagradable, el maldito hombre nunca borraba aquella maldita sonrisa.

Camino a paso raudo por los pasillos: espantando hasta el punto de la muerte a uno que otro estudiante que se atravesaba en su camino a las mazmorras. Tenía que reunirse con Potter esa noche a petición de su amo para llevarlo a la casa de los gritos.

El Fru-Fru de su túnica al aire, creaba el efecto deseado cuando sus estudiantes-los más experimentados con el sonido-, se pegaban a las paredes dándole paso al adusto hombre.

Extrañamente había algo que lo intrigaba con respecto a la vuelta de Lucius para usar su chimenea para irse del colegio: había regresado con aires renovados; como si hubiese olvidado que Potter era posiblemente la selección de su hijo como pareja. Su sonrisa simplemente hizo que su consternación creciera aun más de lo que había hecho el que Lucius Malfoy llegara con rostro relajado.

Ahí había gato encerrado…

… o más bien lobo enjaulado.

Tampoco le pasaba desapercibido el renovado ambiente alrededor del licántropo; Remus Lupin era un hombre demasiado transparente para su bien propio. Había visto esa sonrisa brillar con más alegría que las que siempre usaba, inclusive aquel claro nerviosismo que tenía cuando miraba a Potter- como un niño esperando a ser regañado por su padre al haber hecho algo malo-, y la palabra Lucius Malfoy estaba pintada en todo su rostro.

Tendría que tratar ese asunto a fondo luego de que resolviera los asuntos de su amo y del mocoso aquel de Potter.

¿Cuánto odiaba Merlín su vida?

Doblo unas cuantas esquinas y luego de darle el golpe final a la estaca en los corazones de sus estudiantes, se adentro a la sala de pociones con una macabra sonrisa adornando sus labios luego de ver a Mcmillan desmayado al ser sorprendido jugando con algo ilegal.

 

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Tom se miraba de nueva cuenta en el espejo de cuerpo completo de su habitación, intercambiando varias prendas con un simple movimiento de manos. Necesitaba ir bien vestido y ni el mismo entendía la razón del por qué tanto ahincó en lucir bien.

-. No me gusta –decía Nagini dando su opinión sobre la vestimenta que Tom se probaba en ese momento-. Y a todo esto, ¿Por qué tan dedicado a que te pondrás hoy, Tom? –inquirió curiosa del porque su cría se comportaba de aquella forma tan egocéntrica ese día.

-. Nada importante- respondió indiferente mientras tomaba otro conjunto de túnicas en tono sombrío. Nagini pareció levantar una ceja incrédula ante eso y Tom ladeo una sonrisa-. Simplemente quiero dar una buena impresión, eso es todo: no es tan extraño que el gran señor tenebroso se vista con clase.

-. Pero si es extraño que te esmeres tanto con para ir a ver al chico –respondió burlonamente mientras negaba a un nuevo conjunto que le era mostrado. Tom debía cambiar gran parte de su guarda ropa.

Tom suspiro y se dejo caer de espaldas en su cama mientras Nagini reía lentamente divertida ante la situación. Hacía mucho tiempo que Tom no se ponía nervioso solo por un encentro.

-. Ni yo mismo me entiendo, inclusive me sorprendió en la forma tan familiar en que le respondí a la carta –cerro los ojos un momento  visualizándose nervioso en que contestar; cosa extraña en él. Una imagen de alguien sumamente hermoso ante sus ojos, le vino a la mente-. Quizás porque es su hijo, tal vez esa sea la razón…

-. No la ha sido en estos siete años que has intentado acabar con su vida –le reto mientras colocaba su cabeza en una de las almohadas, a veces le exasperaba la poca razón de Tom para analizar las situaciones-. ¿Por qué ahora?

Voldemort lo medito durante minutos que parecieron horas. Nunca se había planteado esa situación, para eso tenía a su conciencia andante de nombre Nagini para que lo asesorara en ciertos casos de entendimiento sentimental.

-. Tal vez su carta tiene mucho que ver en esto… -respondió luego de sentirse frustrado al no hallar conexión alguna con su forma de comportarse con el chico-. Dice saber de la antigua relación de james y yo.

Nagini sonrió nostálgicamente con aquel nombre; aun estaba vivo aquel recuerdo de la pareja de su querido amo. A ella le encantaba James y siempre estuvo presente que este, sentía lo mismo que su amo.

-. ¿No vas a ir solo por eso, verdad?- inquirió tan curiosa como era. Tom simplemente rio entre dientes y se dispuso a continuar eligiendo túnicas para la visita que haría aquella noche al joven Potter. Nagini volvió a mirar otra de las prendas y negaba ante aquel color tan claro.

-. Iré más por curiosidad que otra cosa –espeto volviendo a mirarse con otro conjunto más en las manos, recibiendo el asentimiento de Nagini para el conjunto que este había elegido-. El dice saber algo de James que solo me incumbía a mí y nadie más. Planeo darle el beneficio de la duda.

-. De paso dile con quién demonios esta… el chico merece saber al menos eso - espeto con algo de asco mientras sus ojos se tornaban de un hielo verdoso profundo en odio-. Ese maldito viejo  siempre tiene algo oscuro bajo la manga; aun recuerdo lo que intento contigo…

-. Y de no ser por ti, lo hubiese logrado, Nagini –sonrió a su amiga para calmar aquellos aires asesinos que se apoderaban de ella en ese momento-. Esa es una de las cosas por la que siempre estaré agradecido –Nagini sonrió después de suspirar y calmarse.  Tom termino por decidirse por el último conjunto luego de echarle una escrudiñada mirada selectiva-. Tratare de convencerlo, el hecho está en que crea en mi palabra cuando piensa que yo mate a sus padres.

-. Si le dices que lo salvaste, podrías arreglar ese asunto… -Nagini se encaminaba hacia la puerta.

-. Dudo que me crea- Nagini asintió también pensando lo mismo; no es algo fácil creerle al señor oscuro cuando este te dice que salvo tu vida una vez.

-. Al menos inténtalo, nada puedes perder ya…

Tom asintió y Nagini salió de la habitación dejando que el chico se terminara de asear y preparara todo para la reunión de aquella noche.

 

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Habían terminado las clases de ese día y el se encontraba sumergido en toda clase de pensamientos referente a una sola persona; una sola entidad que había abarcado todo su ser, dejando espacio para su pequeño cachorro.

Tenía que corregir algunos documentos y dar las clasificaciones de algunos estudiantes que elegiría para mostrarles algunos cuantos hechizos de defensas más avanzados: ya que solo los selectivos por el serian capaces de poder controlar aquellos hechizos.

Pero toda clase de concentración parecía inútil en esos momentos. Su mente solo vagaba en el…

Lucius Malfoy.

Su pareja destinada…

A quien siempre estuvo buscando…

Y a quien debía odiar al ser un Mortifago y uno de los causantes de tantas muertes en el mundo mágico.

Pero era inútil contradecir a su lobo interno: quien particularmente estaba más que encantado con lo que ocurrió la noche anterior; quizás no se unieron sexualmente, pero el maldito rubio besaba como un demonio, y el estaba más que deseoso de ser devorado en ese momento de austero descubrimiento.

¿Es que el destino estaba contra él?

Había perdido a sus mejores amigos y ahora, solo quedando su cachorro, se sentía solo con lo referente a su niñez y la tristeza embargaba su interior.

No era fácil olvidar a los únicos seres que mostraron humanidad y familiaridad con él. Ellos eran su familia y los había perdido a todos y cada uno, solo quedando sus recuerdos y el hijo de uno al que consideraba su propio hijo.

Suspiro pesadamente y soltó  la pluma con la que corregía uno de los trabajos que había pedido para esa semana.

No sabía qué hacer para resolver esa encrucijada.

El crepitar de las llamas en su chimenea lo hicieron salir de sus pensamientos; alguien pedía acceso a su oficina. Con una simple floritura le dio paso a la persona que pedía comunicarse con él; dando extrañamente con que Lucius Malfoy se adentraba a su despacho con una sonrisa, un ramo de flores y una caja de chocolates: que suponiendo bien eran de los más caros que podían existir.

-. Luc –soltó inconscientemente, reprendiéndose  después de salir de la depredadora sonrisa que aquel bello hombre le soltaba.

-. Buenas tardes, Remus –saludo, entregándole los paquetes y en el desprovisto del momento en que un contrariado Lupin los resabia, le robaba un beso de los labios.

Lupin no dijo nada, solo se quedo anonadado mientras tocaba sus labios.

Si, estaba jodido.

 

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-. ¿Está listo, Potter? –pregunto seriamente el profesor Snape mientras terminaba de recoger algunos de los documentos que le tocaban corregir ese día; había pedido licencia para esa noche para ir en busca de algunas plantas exóticas que solo se dan en su máximo punto de cultivación varios días antes de la luna llena.

-. Así es, profesor –contesto Harry, quien cargaba con su capa de invisibilidad y un recipiente hermético que hizo levantar una ceja a Severus.

-. ¿Que lleva en ese recipiente, Potter? –inquirió curiosamente. Harry alzo el objeto en cuestión y simplemente se encogió de hombros.

-. Algo de comer- Severus estuvo tentado a limpiarse los oídos pero no lo hizo. Simplemente levanto nuevamente una ceja incrédulo y con una sonrisa altanera de lado. Harry simplemente suspiro-. Fue Tom quien me pidió que llevara algo para comer…

Severus entro en estado de shock, su amo le había pedido algo de comer a Potter para la conversación. Sacudió su cabeza y simplemente se hizo de la vista gorda con el asunto; no quería recibir quejas ni cruciatas después de esa noche.

-. Bien, colóquese la capa, Potter –Harry hizo lo que este le pidió y luego se encamino a los pasos- más bien zancadas-, que daba el profesor por los corredores de Howarts en silencio con dirección a un sauce boxeador muy entretenido con varias aves que buscaban anidar en sus ramas.

Se adentraron por el pasadizo que había debajo de este -después de detener su ajetreado movimiento-, y siguieron por el largo y sucio corredor hasta la trampilla que daba acceso a la vieja casucha conocida como la casa de los gritos; nombrada por su padre a honor de los días de transformaciones de Remus, según su padrino le había dicho.

Y allí, esperando junto a su profesor de pociones, estaba esperando a dar el primer paso de los muchos que daría, para el éxito de los planes que había puesto en marcha…

Dumbledore no tenía idea de que lo golpearía.

 

Notas finales:

como siempre, espero sus revews


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