Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Gift. One shot. por black_phenix

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este es un regalo a una amiga:

 

ien, primero que nada: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, KU-CHAN! Sí, ma petit enchante, felicidades por cumplir años hoy, y como lo único que puedo hacer estando separados por tan larga distancia entre  nuestros países, te he preparado este fic. Espero te guste, y aunque es algo confuso al principio, creo que le he dado un toque algo divertido y simbólico.

 

Espero te guste.


Gift.

 

 

 

Somos una sintaxis en una oración incomprensible cargada de emociones irrefrenables escritas por el pensamiento.”

 

 

 

 

Estaba absorto en sus pensamientos mientras sus pasos lo dejaban vagar sin rumbo alguno fijado. Había estado desde hace días en el mismo estado indeleble. Sus pensamientos eran un caos contradictorio para cualquier cosa que pensara y/o llegara a su cerebro. Y ciertamente le dolía usarlo para algo más que ingeniárselas para joderle la vida a aquel maldito engreído de Uchiha Sasuke. Todavía no comprendía sus acciones, y no quería comprenderlas; tal vez las dejaría como simple compañerismo lo que quería hacer. No era nada del otro mundo, ¿no? tan sólo quería hacerle un regalo porque era su cumpleaños. Algo completamente normal.

 

 

Entonces, ¿Por qué tanto empeño en elegir el regalo perfecto?

 

 

Quizás era porque Sasuke fue el primero en reconocerlo, en reconocer que realmente existía y no estaba allí como un adorno viejo y sucio que todos ignoraban y miraban con mala cara. Sí, eso era, no había mayor explicación a la sensación que le despertaba ese engreído. Quería que Sasuke lo viera como algo más que un compañero de equipo, que lo notara como un rival y que no lo observara como si fuera un simple inútil. Por eso se esforzaba al máximo para ser el mejor, para cumplir aquella meta que le había gritado en cara cuando se enfrentaron por primera vez. Aquello era un reto personal que debía culminar. Convertirse en Hokage se volvió una obsesión, un objetivo propuesto por el reto que se había reflejado en aquellos ojos negros que le devolvían una mirada altiva y burlona. Por eso, y por otras cosas, tenía que ser el mejor en todo, y eso incluía entregar el mejor regalo a su autoimpuesto rival.

 

 

Había, ahora que lo pensaba bien, tenido esa sensación de inconformidad con cada tienda que se cruzaba. Ninguno de los objetos que se exhibían en los aparadores le llamaba la atención. Desde que se había enterado que el oh, gran, magnifico y bla-bla-bla de Uchiha Sasuke cumplía años (gracias a unas boconas que pasaban por su lado tratando de saber cuáles eran sus gustos para darle un regalo), no había parado en su búsqueda, por igual, del regalo ideal para alguien tan pedante, molesto, hijo de puta y  cabroncete  como aquel ninja en entrenamiento.

 

 

Bufo en un tono despectivo. Mejor se rendía y dejaba eso por la paz del mundo y su cabeza, su cordura y todas las sensaciones que bullían como un rio desbocado sin comprensión en su interior. No había absolutamente nada que llamara su atención, y por ende, que considerara del gusto del baboso aquel. No tenía tampoco idea, ahora que llegaba ese pensamiento a su mente, de cuáles eran los gustos de Sasuke. El chico era solitario, demasiado serio “se parece al papá de Hinata”, pensó. Sí, era mejor rendirse cuando no sabías que regalarle a un anciano en la flor de su juventud como Sasuke.  Pero aunque quería,  no podía siquiera hacerlo. Era algo de honor ya interpuesto, y si no cumplía con algo que se había prometido, ¿Cómo podría cumplir con su deber una vez destronara al viejo del tercero?  

 

 

Debía aprovechar ese día ya que estaba libre de obligaciones para con el equipo siete y también al día siguiente seria el cumpleaños de Sasuke. Así que, revolucionando sus hormonas masculinas, ya hasta el tope de adrenalina, se decidió por seguir su búsqueda por toda Konoha de ser necesario. Buscaría hasta en el bolsillo de ero Sennin de ser posible.  “quizás le guste una de esas novelas pervertidas del anciano”, el pensamiento termino en negativa, Sasuke era demasiado “recto” para siquiera pensar en algo por el estilo. Sino le creían, sólo tenían que fijarse en como el morenazo ignoraba a todas las chicas que matarían por uno sólo de sus cabellos. 

 

 

De un momento a otro, un sentimiento extraño golpeo su corazón al pensar en Sasuke con otra chica. Se removió incomodo mientras saltaba de un edificio a otro, ya que había decidido hacer el recorrido más corto de esta manera. Pero, siendo quien es, decidió que el sentimiento era envidia por que el muy idiota aquel podría tener a quien quisiera a sus pies con una sola orden. Algo que enormemente le molesto en soberbia manera.  No quería admitirlo, pero admiraba a Sasuke y su temple, pero odiaba su arrogante y pedante actitud de “yo soy mejor que cualquiera”.

 

 

— ¡Estúpido Uchiha bastardo! —Murmuro enojado.

 

 

—Y tú eres un maldito idiota cabeza hueca—Naruto se sobre salto y perdió la concentración, cayendo estrepitosamente en un callejón, golpeándose la cabeza con un cubo de basura y viendo estrellitas por el golpe. Rápidamente se recuperó y miro con un odio sólo usado contra Uchiha-bastardo, quien lo miraba con una sonrisa ladeada desde el techo del edificio.

 

 

—Maldito bastardo, ¡serás cabrón! —con agilidad, subió en un dos por tres el edificio y miro mal a Sasuke, tirando humo por la nariz y con la cara completamente roja. Sasuke, por el contrario, levanto una ceja y amplio su tosca sonrisa crispando más los sensibles nervios de Naruto. ¡Maldito arrogante! Como le exasperaba Sasuke.

 

 

—No tengo culpa de que seas un inepto, Dobe.  —Los dientes de Naruto rechinaron, parecían echar chispas. Dándose cuenta de que Sasuke sólo lo estaba molestando a posta, suspiro para calmarse y le dio la espalda, dispuesto a marcharse dejando al idiota aquel atrás—. Tampoco tengo culpa de que tu cerebro trabaje tan lento, o que tus capacidades ninjas sean las de un mediocre mierdecilla.

 

 

Naruto apretó los puños con bastante fuerza y se giró para encarar a Sasuke con la cara roja de ira. Si el maldito bastardo lo quería, lo tenía. ¡Al diablo con el regalo! Sasuke se podía ir a la mierda.  Sin pensárselo dos veces, se abalanzó contra el Uchiha, tratando de conectar un gancho o un golpe al hígado para sacarle el aire. Tenía que admitir que era bueno, el muy maldito lo evadía como si no fuera nada.

 

Sasuke salto a otro edificio y lo miro con suficiencia y altivez, resoplando aburrido: — ¿Eso es todo lo que tienes? Que decepción. Pero que se podía esperar del inútil del Dobe. —Ladeo la cabeza, incitando a Naruto a querer romperle la boca y sacarle todos los dientes. ¿Por qué demonios se había esforzado en querer comprarle un regalo a alguien tan imbécil? ¿Por qué le dolía que lo tratara de esa maldita forma? Apretó los labios con fiereza y se lanzó a perseguir a Sasuke, quien saltaba los edificios huyendo como si fuese un juego.

 

 

Comenzó a perseguirlo, presa del enojo, y todo el mundo conocía su temperamento a la perfección. Naruto era de los que se enojaban rápidamente cuando se metían con él de aquella manera en que Sasuke lo hacía. Parecía un juego bastante divertido para el capullo aquel, el que Naruto lo persiguiera sin poder tocarle ni una sola vez. Estuvieron gran parte de la tarde en ello hasta que el rubio se aburrió y se detuvo a descansar, mirando aún con odio al Uchiha.

 

—Eres…, despreciable, Sasuke. —Dijo entrecortado. Su respiración era un poco errática y estaba sudado por el pequeño ejercicio. Tenía que admirar a Sasuke, no tenía ni una sola gota recorriendo su piel. Más fresco que una lechuga. ¡Maldito! Rápidamente se recompuso y dejo de respirar erráticamente; se había percatado que se habían metido al bosque en su elocuente manera de resolver los problemas. Aun quería golpearlo—. Mira, dejemos esto por la paz de mi cordura. No me interesa en lo más mínimo tu jodida existencia, trata de ignorarme y hare lo mismo. No tengo idea de por qué diablos quería comprarte un…

 

 

Se calló de repente, no queriendo terminar la frase que se le había salido por error. El muy bastardo no tenía que enterarse de nada, puesto que tampoco le iba a regalar nada. No se lo merecía. Dispuesto a dejar el asunto zanjado, se giró con presurosa gana de irse de ese lugar. La mediana tarde caía y el anochecer se acercaba con bastante rapidez, debían de pasar de las siete como para que el alba estuviese presente.

 

Sasuke lo había alcanzado y lo retenía por un brazo. ¿Pero qué…? ¿Qué demonios se proponía el muy idiota? Primero lo molesta hasta casi darle un soponcio y ahora no quería que se fuera. ¡Todos los jodidos Uchiha estaban locos! En especial ese desgraciado. Con un brusco movimiento de muñeca se soltó del agarre y lo miro con odio: — ¡¿cuál es tu maldito problema?! No te parece suficiente el haberme molestado todo el día.

 

 

—En realidad, no, no me canso de eso. —Naruto tenía la mandíbula por el suelo—. Ahora, termina la frase. Que eso de comprarme algo.

 

—Creo que estas sordo, Sasuke, yo nunca dije nada de eso. Has de estar desvariando…

 

—Te escuche a la perfección, Naruto. Así que…—Sasuke lo presiono contra un árbol, colocando sus brazos contra la madera. De alguna forma, Sasuke se veía algo emocionado con eso de que, precisamente él, le comprase algo—… termina la frase. ¿De qué va todo eso del regalo?

 

 

 

Los ojos azules de Naruto brillaron incrédulos. De que iba todo eso del incordio del cabrón. Se suponía que mejor que él, nadie lo sabía. Por dios, ¡era su propio cumpleaños! De alguna manera era divertido. Sasuke parecía un niño eufórico a la espera de alguna clase de sorpresa que le detuviera el corazón. Rodo los ojos con exasperación y se sacudió el agarre: — No te interesa.

 

Y sin más, con una sonrisa marcada en toda la extensión de su rostro, salió corriendo dejando a un atontado Sasuke mirando cómo se machaba. Para cuando pudo salir de la sorpresa, Naruto ya se había marchado, dejándolo con una inminente intriga de querer saber que estaba pasando. Por qué no era normal escuchar a todo el mundo murmurar cosas raras; las chicas cuchicheando era cosa normal, pero esas miradas que le enviaban lo dejaban completamente desorbitado.

 

 

Naruto llego en un suspiro a su casa. Había decidido darle el regalo de todas formas, no sabía porque, pero esa mirada de Sasuke le dejo un mal sabor. Algo extraño, como si no hacia honor a su palabra de darle algo se sentiría extremadamente mal por ello por desilusionar aquellos lindos ojos. ¿Lindos?, no, soñadores. Eso eran, ojos de un niño que esperaba algo guay, nada más.

 

Se quedó pensando durante buen rato en que regalarle a alguien como Sasuke, llegando a la simple conclusión de escribir un pequeño papel. Ya se lo daría al día siguiente.

 

 

 

 

 

—00000—

 

 

 

 

 

Saltaba de árbol en árbol en espera de poder atrapar al estúpido ninja que se había propuesto arruinar su tranquila mañana. Se habían decantado por una misión de reconocimiento en uno de los terrenos de los nobles: una misión simple en realidad. El único problema era que tenían sospechas de alguien vigilando, y creyendo que sólo eran alucinaciones del viejo noble, habían elegido la misión para no tener mucho peso sobre los encomiendas de la tarde, puesto que quería darle su estúpido regalo al bastardo de Sasuke, quien corría a su lado a la misma velocidad, pronto a atrapar al capullo aquel.

 

 

 

— ¡utiliza el multiclones de sombras y rodea el perímetro! —Le grito Sasuke mientras se perdía en la bruma de matorrales en el suelo, dispuesto a seguir al ninja desde tierra, ya que el tipo parecía ser un usuario de algún Jutsu de ocultamiento.  No se lo pensó dos veces e hizo como se lo pidieron (omitiendo el hecho que fue una orden) e invoco una docena de clones que se esparcieron con una sola mirada suya. Se detuvo en un árbol profiriendo unos cuantos insultos mientras agudizaba sus sentidos. El ninja andaba cerca, puesto que su Chakra podía sentirse muy cerca del de Sasuke. Descendió y saco un Kunai dispuesto a arremeter con cualquier cosa que intentara atacarle.

 

 

Unos movimientos a la derecha lo alertaron, pero los ignoro puesto el mínimo Chakra de algún animal. Sasuke estaba  a la izquierda, diez o quince metros a la distancia. Entre ellos dos se podía sentir el Chakra de su objetivo, pero no era discernible debido a su habilidad. El Chakra era esparcido en un agudo campo de concentración que los hacia perderse con facilidad y no lograban captar el punto clave donde se ocultaba, y Sasuke no lograba encontrarlo con sus Sharingan dado que toda el área en esos diez metros parecía ser su cuerpo.

 

Kakashi no intervendría a menos que las cosas se pusieran peliagudas y Sakura lo acompañaba para permitir más movilidad en los chicos y no interrumpir con sus capacidades de rastreo. De pronto, una sombra capto su interés, haciendo que se abalanzara sin duda alguna hacia ella. Dio una patada que logro alzarlo unos cuando pies sobre el suelo, permitiendo la vista del ninja, a la distancia Sasuke apareció y profirió un puñetazo en el estómago y lo estampo con una patada invertida; su cuerpo callo magullado en el suelo, donde soltó la respiración contenida con algo de sangre.

 

—No fue tan difícil. —Todos los clones de Naruto desaparecieron. El rubio se arrodillo y saco unas cuerdas para atar al sujeto y encaminarse hacia su Sensei para dar por terminada la misión.

 

 

—Oye, Dobe; ayer te escapaste y no me dijiste de que iba todo eso del regalo.

 

 

—No es de tu incumbencia.

 

Sasuke le regalo una mirada helada: —Es de mi incumbencia, si tiene algo que ver conmigo. Suelta de una maldita vez lo que sabes. Estoy cansado de los malditos susurros de todas esas chiquillas cada que paso cerca. Pareciera que quieren darme algo pero todas tienen miedo de algo para acercarse— ¿quizás a tu arrogante y pedante actitud de yo puedo hacerlo todo y ninguna es lo bastante buena para mí?,pensó con sarcasmo mientras lo miraba irritarse cada vez más. Le ignoro y adelanto el paso hasta entregarle el ninja que arrastraban a Kakashi, quien los felicito y se llevó al prisionero, dándoles, como esperaba, la tarde libre.

 

 

Sakura, mientras tanto, se acercó  en tono coqueto y avergonzado a Sasuke, con mejillas sonrosadas y las piernas temblándole como gelatina. Sasuke la estaba ignorando mientras taladraba el cuello de Naruto por estar haciendo lo mismo con él. Naruto estaba más pendiente de cómo Sasuke se tomaría todo el asunto de lo que le regalaría. Era una completa locura, lo sabía bien, pero no tenía nada mejor que ofrecer. Y por lo menos se sentiría mejor, aunque el Uchiha rechazase su regalo, por haberlo intentado.

 

 

— ¡Feliz cumpleaños! —El fuerte chillido lo saco de sus muy profundos pensamientos para que admirara la escena de una Sakura tan roja como un tomate, entregándole una caja envoltura de regalo azul con rombos rojos. Un lazo verde. Sasuke la miro parpadeando. Parecía que se negaba a aceptar que había olvidado por completo que ese día cumplía los catorce. Automáticamente tomo el regalo, dando un escueto “gracias” que revoluciono a Sakura y la hizo huir despavorida.

 

 

Naruto profirió una suave risilla cargada de burla. Sakura se comportaba como una niñata. Sasuke se percató de su risa y se giró a mirarle, con una ceja enarcada y una sonrisa bastante borde mientras se le acercaba: —Así que, de esto se trataba. —Meneo el regalo en su mano, mirándolo con indiferencia y luego se giró, como si se acordase de algo, y ensancho una sonrisa de lado, que le dieron ganas a Naruto de borrarla con un par de fuerte trompadas—. Y… ¿Dónde está ese regalo que mencionaste?

 

 

—No sé de qué me hablar—soltó con tono bastante frio. No iba a ser la burla de ese zopenco.

 

—Oh, vamos, Naruto, tú mismo lo dijiste ayer. ¿No tengo que recordártelo, verdad? —Se recargo contra un árbol cercano. Naruto entrecerró los ojos y luego hizo uno de sus adorables pucheros y se rendía, quería salir de eso pronto.

 

—Vale, terminemos esto de una vez. Ayer se suponía que trataría de encontrarte un regalo, pero un zopenco idiota no me lo permitió—una mirada resentida—. Así que no tengo nada mejor que esto. —Saco de su bolsillo un trozo de papel y se lo entrego, haciendo que su ceja se alzara incrédula.

 

— ¿Y se supones que esto es?...

 

—Ni que fueses idiota para no darte cuenta. Es un vale. Comprendes. Un  VALE.

 

 

Sasuke rodo los ojos.

 

 

 —No soy estúpido como tú—Naruto lo miro ofendido—. Lo que pregunto es para qué demonio es el vale.

 

—Para lo que quieras. No sé qué te gusta, y no tengo mucho interés en ponerme a investigarte como un acosador —aunque lo haría si tuviera tiempo para ello—. Por eso el vale. Para lo que quiera. Dime que quieres y lo tendrás.

 

 

— ¿en serio? ¿Lo que sea? —Naruto se encogió de hombros.

 

 

—Lo que quieras, menos chicas—se rió—, puesto que me matarían antes de terminar una frase. Aunque no dudo que si digo que es para ti se arrodillarían para cumplir cualquier mandado.

 

Sasuke ya no lo escuchaba, tenía expresión pensativa.

 

—Bien, ya se lo que quiero—Naruto alzo una ceja de esa manera tan chula como lo hacía Sasuke. Sasuke  se le acerco, y como la noche anterior, lo empotro contra un árbol, inmovilizándolo con más eficiencia que antes.

 

— ¡Qué coño!...

 

 

—Te dije que ya sabía lo que quería.

 

— ¡No dejare que me golpees por puro placer de hacerlo! —Sasuke soltó una suave risilla que removió cientos de cosas en el rubio.

 

— ¿Quién dijo algo de golpearte?

 

—entonces…

 

 

Sasuke lo medito un segundo y luego amplio una gran sonrisa con una mirada que no le gusto ni quiso saber que reflejaba: —Te quiero a ti, Dobe.

 

— ¿Qué se supone que significa eso? —Dijo en un tono no tan seguro. Miro a Sasuke como si otra cabeza le hubiese salido.

 

—Eso, Dobe, que te quiero a ti. ¿No lo sabias? No, claro que nunca te darías cuenta, eres muy tonto para eso—Naruto murmuro algunas maldiciones contra el idiota ese —. Para tus revoluciones, tonto, y déjame explicártelo de manera que hasta un mono lo entienda.

 

— ¡Mono será tu abuela!

 

—No lo creo, y deja tus sandeces —cuando dejo de removerse, prosiguió: —Primero que nada, Naruto, déjame decirte que yo te gusto.

 

Naruto abrió la boca, y no sabiendo que decir, la cerro de golpe. Sasuke estaba loco si pensaba que él, precisamente él, le gustaba. Primero se acostaba con Akamaru antes de que eso fuera verdad: —Estas verdaderamente tocado, Uchiha. Loco más que una cabra. ¿Tú, gustarme? En que te basas para tales estupideces.

 

Sasuke ladeo una sonrisa de burla.

 

—En que siempre quieres ganarte mi respeto.

 

— ¡Como rival! —rebatió un poco incómodo.

 

—Siempre que me vez con alguna chica cerca, comienzas a rumiar sandeces.

 

—Siento celos de que ellas se te peguen a ti y no a mí.

 

—Nunca me pierdes de vista.

 

—Porque eres mi rival.

 

—Siempre te preocupas más por lo que yo piense de ti que otras personas…—no rebatió nada esta vez, pensando que el pensamiento era acertado y no tenía nada en mente que le llegara a explicar por qué le importaba lo que Sasuke pensara de él.

 

—Por… que, bueno, no lo sé. Puede ser que fuiste alguien que me reconoció como ninja, no hay mejor explicación que eso….

 

—Es porque te gusto—murmuro mirándolo a los ojos. Naruto se sintió extraño, y más porque estaba sonrojado a más no poder. Tenía a Sasuke demasiado cerca de su rostro para su propio gusto, aunque su aliento era mortalmente agradable. Ante ese pensamiento, su mente reparo en ciertas actitudes de Sasuke que le agradaban. La manera en que hablaba, sus ojos, la suavidad de las manos que lo apresaban, su aliento, sus labios, su peinado y su actitud de reinona del drama. Y cayó rápidamente en cuenta de la verdad: ¡le gustaba Sasuke!

 

 

¿Cómo no había podido darse cuenta? Y una voz sarcástica le respondió la propia pregunta. Era obvio, las relaciones homosexuales no eran bien vistas. Ni en Konoha ni en ningún otro sitio. La gente ya lo miraba como un bicho raro, si algo de igual índole ocurría, ¿Cómo le miraría?

 

—Estás loco…

 

—También me gustas—Naruto subió la mirada con rapidez. Sasuke estaba como una cabra. ¿Qué diablos le había sucedido al orgulloso Uchiha de mierda? —. Dobe, me gustas, y mucho, te lo aseguro. Tenemos conociéndonos mucho tiempo, y eres la única persona que se enfrenta a mí de entre toda esa bola de pelmazos. Siempre has estado ahí, frente a mí. ¿Cómo esperabas que no ocurriera algo igual a esto? Nunca te he visto como un rival, mis metas son otras a comparación de las tuyas. Lo sabes, ya lo había dicho. Pero siempre que me pierdo en algún lado, tu estas siempre al frente para salvarme de mí mismo. Comencé pensando que eras una molestia, luego que eras agradable de alguna manera, y por último que tus ojos eran lindos, que eras hermoso. De alguna manera me atrapaste, y si no he olvidado mis metas, tú te has incluido en ellas.

 

 

Bien, eso era más de lo que lo superaba. Todas la palabas de Sasuke iban acompañadas por una caricia de una de sus manos, la cual había soltado su brazo derecho (el cual estaba inexplicablemente sujeto junto a su otro brazo por una mano de Sasuke). Se sentía incómodo y complacido a la vez. Nadie le había tratado de igual manera en como Sasuke lo estaba haciendo.

 

 

—Puede que tengas algo de razón—su voz era queda, como un murmullo—. ¿Y eso qué? En Konoha, una relación igual es casi la destrucción social de la persona. Te miraran como un bicho raro, y a mí, que ya lo hacen, me miraran de peor forma. Las de tu club de fans querrán matarme sin ser culpable…

 

 

—Lo eres…

 

 

Naruto lo fulmino con la mirada: —Como sea, es algo que no se puede.

 

 

—Lo siento, pero tu opinión, aunque importante, no vale. Eres mío, y no pienso dejar que te niegues de ninguna manera. —Naruto abrió la boca para insultarle, pero fue invadido por otros labios que arremetieron con pasión contra su boca, dejándole casi sin aire. Incluso su lengua se encontraba cansada por la lucha emprendida contra la de Sasuke, en un juego pérfido de sensaciones abrumadoras. Quizás y Sasuke tenía razón, le gustaba mucho. Además, le había quitado su primer beso de esa manera.

 

— ¡Serás cabrón! —Su rostro se tornó rojo de rabia cuando reacciono—. Qué coño no entiendes que es imposible, maldito.

 

—En primera, nadie tiene que enterarse. Sé perfectamente que eso afectaría notoriamente tu sueño de ser Hokage, y afectaría en gran parte nuestra vida diaria, pero…

 

—Ves, por eso te lo digo, es imposible.

 

—… pero te quiero. —Naruto mordió sus labios. Joder, Sasuke era demasiado directo, y eso lo abrumaba y confundía—. Aunque tengamos que ocultarlo, te quiero junto a mí. —Le soltó y se alejó un poco, ondeando el papel que el rubio le había dado—. Eso es lo que quiero.

 

 

Naruto lo miro duramente mientras se cruzaba de brazos. Estaba plenamente consciente de todo ese jodido asunto que se había llevado a cabo entre ellos, pero aún no lo asimilaba del todo. Siempre estuvo solo y nunca hubo alguien que demostrase algo como lo que Sasuke había mostrado en ese momento. También le gusto el jugueteo de aquella lengua. Suspiro sonoramente y empotro a Sasuke contra el árbol donde él había estado, quitándole el papel en el proceso.

 

 

Sasuke le miro algo azorado: —Antes de que me arrepienta, Teme—le dijo poniendo frente con frente—: Feliz cumpleaños.

 

 

Y lo beso consciente de que no escaparía de esos brazos.

 

 

 

 

 

 

 

Fin: o eso creo. XD

Notas finales:

Bye-Bye


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).