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¿Por qué no...? por Enea

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Notas del capitulo:

Hola!!!

Tengo que advertirles que el lemon me ha salido un poco... mal xD la verdad es que no sé hacer lemon T_T pero bueno, la práctica hace al maestro *^* y también agradecería mucho vuestros consejos ^^

 Cap 3: Secreto

 

 

-Yo...

Vi como se mordía con indecisión el labio y como retorcía las manos. Estaba nervioso, por no decir que le iba a dar un infarto. Sus hombros temblaban con fuerza y eso fue lo que más me asustaba. ¿Desde cuándo lo conocía? Si mal no recordaba, lo había conocido a los trece años y esta era la primera vez que lo veía así tan... débil. Tan falta de cariño.

Sin detener el impulso, me precipité hacia él y lo abracé con fuerza. El me apretó contra su cuerpo y escondió su rostro en mi cuello y en ese momento supe que todo lo que en un principio parecía una imbecilidad, era algo mucho más serio, tanto como para que el gran Sasuke Uchiha estuviera temblando en mis brazos, al punto del llanto que no dejaba caer por los últimos rastros de su inquebrantable orgullo.

-Tranquilo, Sasuke, estoy contigo. Sea lo que sea lo que me vas a contar, no me iré-le aseguré dándole suaves besos en la coronilla.

Estuvimos un tiempo más en silencio hasta que noté como el cuerpo que tenía bajo mía, dejaba de temblar ligeramente. Me di cuenta de que Sasuke iba a comenzar a hablar así que presté toda la atención que pude.

-Mis padres fueron asesinados cuando yo tenía siete años-empezó a relatar. Eso ya lo sabía pero no le dije nada, sino que me mantuve en silencio, acariciándole la espalda con cariño-. Nunca se supo quién fue ni nada por el estilo, ya que desapareció al instante. Los únicos que sobrevivimos fue mi hermano y yo, como ya sabes-asentí-. Pero... esa noche... yo estaba en casa...-musitó de pronto. Mi cuerpo se puso rígido y de pronto recordé mi estúpida broma de que si había sido violado. ¡Joder, nunca me había odiado tanto por hacer una broma que, si mi instinto no me fallaba...!-. No se lo dije a la policía ni a nadie. Solamente lo sabe Itachi y fue porque no hubo más remedio que decírselo. Yo... él...

Empezó a temblar de nuevo y yo lo abracé con más fuerza, intentando ahuyentar el recuerdo de aquel horrible acto.

-No te esfuerces-musité, intentando darle mi apoyo.

Me mostraba todo lo calmado que podía pero, joder, mi sangre hervía. ¡Oh, menos mal que no se sabía quién era el asesino de los padres de mi bastardo, porque sino me tendría que ir a ver a la cárcel!

Levantó el rostro y me sorprendió ver que no estaba llorando. ¡Ni una lágrima! Un increíble amor mezclado con orgullo me invadió. Sobre todo al ver su dulce, pero pequeña sonrisa.

-Me violó-soltó de golpe, mirándome directamente a los ojos-. Una y otra vez. Sin parar. Fue la peor experiencia de mi vida. No había nadie que me pudiese ayudar. Mis padres estaban muertos y mi hermano se había ido con un amigo a no sé dónde y si no quería morir tenía que obedecer todo lo que me decía-siguió mirándome sin pestañear. Ambos nos sumergíamos en las pupilas del contrario, intentando encontrar aquella paz que el relato y los recuerdos de Sasuke nos estaba quitando-. Cuando se fue, me dejó allí, tirado, sin poderme mover. No sé cuánto tiempo pasó, pero me recuperé y pude moverme. Me vestí y llamé a la policía, omitiendo el hecho de que había sido violado. Sabía que mis padres habían muerto. Conocía exactamente dónde se encontraban, pero no quería verlos. Ya estaba lo suficientemente en shock como para llegar a más. Cuando la poli llegó empezaron a investigar y hacer lo que siempre hacen. Itachi llegó poco después. Después de eso, tuvo que dejar el colegio y se puso a trabajar, aunque nos metieron en un orfanato, él quería salir cuanto antes de allí, llevándome consigo-le di un casto beso en los labios cuando se quedó en silencio. Me miró de nuevo-. No recuerdo mucho de las primeras semanas, pero según Itachi parecía un autómata. Supongo que estaba tan traumatizado que me había convertido en alguien sin sentimientos. No dejaba que nadie me tocase, ni siquiera mi propio hermano y él no entendía muy bien el porqué. Todos los días me duchaba y salía con heridas y carne quitada por todo el cuerpo. Recuerdo sentirme sucio e intentaba limpiar hasta el último rincón de mi cuerpo.

-Tú no estás sucio-le interrumpí en un impulso-. Jamás he conocido a nadie tan... tan... ¡No estás sucio!

Sasuke sonrió y me acarició la mejilla.

-Dejame terminar, dobe-suspiró-. Itachi trabajaba todo el tiempo y yo iba a clase obligado. La verdad es que no quería salir de la cama. Pasaron los meses y me fui sintiendo mal. Itachi se preocupó y me obligó ir al médico-de pronto su rostro se puso más pálido de lo normal y eso me preocupó de sobremanera, sobre todo al ver como, poco a poco, esos ojos negros que no habían mostrado ningún atavismo de ir a llorar se humedecieron y yo no sabía que hacer.

Estábamos así por mi puta culpa, porque no me bastaba con que me dieran por culo si no que tenía que darlo yo en más de un aspecto. ¡Si es que en verdad era un dobe, pero de los grandes! Y ya no podía acallarlo, porque Sasuke necesitaba soltar todo lo que tenía dentro, pero es que con cada palabra, con cada vacilación me arrancaba una parte de alma, como si el que hubiese sido violado fuese yo, como el que vivió todo eso hubiese sido yo y no él. Y fue entonces cuando me di cuenta la magnitud de mis sentimientos. ¿Desde cuándo amaba tanto a Sasuke que hasta lo podía sentir debajo de mi piel?

Contemplé como se mordía el labio inferior y le temblaban las manos. Estaba seguro que si le soltaba, temblaría todo el cuerpo, pero al estar yo con él, aunque fuera un poco, eso le hacía serenarse. Lo estreché más, como si quisiera que nos fundiéramos en uno.

¡Qué estúpido había sido! Si no hubiera sacado el maldito tema... hasta preferiría seguir pensando que era el típico machista que no podía dejarse sodomizar por otro tío...

Pero en el fondo, muy en el fondo, estaba tan feliz de que Sasuke estuviera contándome cosas que no sabía, abriéndose a mi como jamás lo había hecho. Dejándome entrar un poco más a su mundo del cual solamente podía ver las puertas. Ahora podía observar un poco más de aquél oscuro pasaje.

-Te amo-me escuché decir sorprendiéndonos a ambos. Sasuke me miró sin pestañear, con los abiertos de par en par y yo la verdad es que no sé muy bien que mostraba mi cara, pero es que mi cuerpo iba totalmente por su parte-. Te amo, te amo, te amo tanto, Sasuke-volví a susurrar besándole aquellos labios carnosos que me cortaban el aliento.

Aunque estaba más que anonadado por mis acciones, respondió a mi beso con torpeza. Era uno casto, pero intenso, esos que pocas veces se dan pero cuando los recibes parece que te van a salir alas y en cualquier momento empezar a volar de tantas mariposas que sientes en el estómago. Eso o ponerte a vomitar del mareo por la emoción.

Lo quería tanto. Lo amaba con locura y gilipollas de mi, lo acababa de descubrir. Siempre había pensado que sin Sasuke mi vida estaría vacía, pero es que ahora me daba cuenta de que sin él, mi vida ya no seguiría. Sí, mariconadas a parte, sentiría como el reloj se hubiese detenido y que el mundo seguía sin mi, dejándome atrás, rezagado y sin ganas de seguir. Y por fin podía ver en toda su plenitud el sentimiento tan grande que provocaba ese maldito bastardo indiferente en mi y eso me aterraba.

¡Joder, que lo amaba, pero... ¿él?!

Vale, me estaba contando algo que, aparte de que no le estaba dejando seguir, ya que su boca estaba por demás ocupada con la mía, nadie más sabía, aparte de su hermano y que era muy íntimo y eso viniendo de Sasuke era como decir un “te amo” a voces, pero aún así... ¡Era tan difícil estar satisfecho! Y eso me cabreaba, vaya que sí. Siempre con mis ansias de más y más, pero es que me daba ansiedad el solo pensar en su persona. A cada instante estaba él en mi mente como una maldita y asquerosa enfermedad en la que había caído enfermo sin remedio y eso me jodía bastante, porque todo el mundo sabía de mi relación con él, de mis problemas hasta de mis dudas, ya que sin darme cuenta las escribía para mi columna de consejos de amor y sexo.

Y de nuevo volvía a surgir la misma duda... ¿Él estaría igual que yo? El que más quiere, sufre más le había dicho su tutor en una de sus borracheras y la verdad es que estaba totalmente de acuerdo con ello y no estaba más fastidiado con eso porque no podía.

Apartándome un poco de los labios húmedos de mi novio, dejando un hilo de saliva aún uniéndonos, volví a hablar.

-Te amo-musité de nuevo. Parecía un puto disco rayado, pero es que sentía que en ese momento Sasuke lo necesitaba escuchar casi con desesperación, tanta o más que yo necesitaba decírselo-. Sasuke.

Vi o mejor dicho, noté como una sonrisa aparecía en su rostro.

-Lo sé, estúpido-me volvió a besar, pero en esta ocasión fue un beso más hambriento, donde nuestras lenguas entraron en contacto.

Le mordí el labio inferior, sacándole un suspiro. Se lo chupé y succioné a la vez que el delineaba mi labio superior y me lamia con premeditada sensualidad mi lengua, la cual le respondía, inquieta, anhelante de su tacto y es que me encantaba aquél músculo caliente y húmedo. Podía asegurar que la parte del cuerpo que más me gustaba de Sasuke, era su boca. El sabor, el placer de su roce... aunque claro, jamás renunciaría de el resto por nada del mundo.

Nos separamos, buscando la manera de mantenernos vivos. Odiaba ser mortal y que Sasuke me pusiera tanto que no era suficiente el respirar por la nariz.

-¿Me vas a dejar acabar, dobe?-susurró, divertido.

¡Por lo menos el rastro de tristeza había desaparecido!

-No-contesté con simpleza-. No quiero volver a verte así de nuevo, así que no volveré a sacar de nuevo el tema. Me da igual si siempre soy el de abajo, no me impor...

-Pero yo quiero acabar de contártelo, Naruto-me cortó con una voz que jamás había escuchado venir de él. Era tan... cariñosa-. Porque sé que he sido injusto al no contarte nada, cuando tú te abres a mi, confiando plenamente. Y yo... joder, no se me da muy bien esto de las palabras, dobe, ya lo sabes y... lo que quiero decir es que... bueno, tú ya me entiendes, ¿no?-le sonreí, pero el bufó y sacudió la cabeza. Le miré extrañado-. No, no importa si lo entiendes, porque supuestamente te lo tengo que decir. ¡Agg! ¡Malditas palabras inútiles que no salen cuando tienen que salir!-gritó, exasperado mientras se sacudía la cabeza de forma violenta. Yo lo único que podía hacer era observarle sin pestañear, anonadado con el Sasuke que me estaba mostrando y así, inevitablemente, me estaba enamorando aún más. ¡Lo hacía aposta, seguro!-. ¡Da igual! Déjame acabar y luego te lo digo, joder-me exigió-. ¿Por dónde iba? ¡Maldición!-no hacía falta ser Harry Potter para saber que estaba nervioso-. En el hospital me hicieron varias pruebas y me dijeron algo que nadie sabía, que ni siquiera mis padres había llegado a conocer-se mantuvo callado, mirándome con seriedad. Sentí que lo que me iba a decir era algo tan importante como todo lo anterior y no sé por qué tuve la ligera sensación de que ya lo sabía, que en el fondo, siempre lo había sabido-. Soy doncel-soltó, esperando mi reacción.

Mis ojos se abrieron de par en par, no por lo que me acababa de decir, no qué va, eso hasta me hacía entender varias cosas. Le miré, asustado por mis pensamientos.

-Por favor, no me digas que...

Sin acabar la frase, él me entendió y vi que mi mundo se derrumbaba del todo al verlo asentir. Ese suave, pero firme movimiento cabeza que hizo que todo a mi alrededor desapareciese por un instante.

Todo el mundo que estuviera puesto en el tema de los donceles sabía que éstos podían tener hijos a partir de una muy alocada temprana edad, hasta insana, si se podía opinar. A los seis años ya podían tener hijos y eso era sorprendente, porque empezaban antes que las chicas y lo que más le intrigaba es que ellos no tenían el odiado periodo. Tenía a Sasuke como ejemplo. Jamás le había visto sangrar por el culo en ningún momento... o eso creía yo, porque podía habérmelo ocultado...

La verdad es que yo si que no estaba muy puesto en el tema doncel. No más que lo estrictamente necesario con un novio médico que tenía pacientes donceles.

-Estaba embarazado-escuché su voz, lejana, monótona, fría... dolida. Le abracé con tanta fuerza que soltó un quejido, pero aún así no me apartó. Ambos necesitábamos ese contacto-. Itachi se horrorizó, pues era pequeño, pero no tonto, así que ató cabos. Yo me asusté tanto. No lo quería... Bueno, a parte de que tenía siete años y que los médicos ni que decir se horrorizaron al saberlo y al segundo me instaron en abortar, tampoco entendía muy bien que significaba dar vida a un bebé. Todavía sigo preguntándome qué es exactamente eso... pero si tenía algo que ver con ese hombre, no lo quería... lo odiaba. Me había arrebatado mi felicidad, mi vida, mi niñez... Ya nunca pude sonreír como antes. Jamás me pude acercar a una persona más allá de una simple amistad. No toleraba a los hombres, casi no podía resistir el contacto con mi hermano... hasta que apareció un dobe rubio y con ojos azules que no hacía más que berrear cosas sin sentido y que no se separaba de mi ni un instante-sonrió, relajándose entre mis brazos. Yo también sonreí. Nunca me había alegrado tanto el haber entrado en su vida como en ese momento-. Obviamente aborté. Mi cuerpo era demasiado débil para tener un hijo... además de que sé que si lo hubiese tenido, lo hubiese odiado y me hubiese odiado a mi mismo por tenerlo, por dejarle vivir cuando yo mismo estaba muerto en vida. Después de eso... nada.

Nos quedamos en silencio, un silencio que no era incómodo. Era reflexivo, dejándonos pensar con calma todo aquello que en ese momento rondaba por nuestras mentes.

-Yo... quería... contártelo antes, pero...-se quedó un momento callado, tragó saliva, se pasó la punta de la lengua por el labio y siguió-. No pude. Me daba miedo el que me rechazases...

-¿Que te rechazase?-le corté-. ¡¿Qué te rechazase?!

-No te gustan los niños-contestó, encogiéndose de hombros.

-Sí, bueno, a ti tampoco-contraataqué-. Pero el hecho de que ahora sepa que eres doncel no cambia nada, además creo que tu razonamiento es un poco ilógico, ¿no crees? No sé, si yo hubiese sido tú, en lo último que hubiese pensado era en no decírtelo porque no te gustan los niños.

-Lo sé, dobe-sonrió con tristeza-. Me da miedo el tener gente cerca de mi... tengo miedo que me hagan daño y que se aprovechen de mi, por eso no quiero... no deseo ser... no quiero ser débil.

-¿Y la única forma que encuentras para no ser débil, es comportándote como un capullo?-pregunté, intentando disipar un poco la tensión.

Me pegó un coscorrón, pero aún así, una fugaz sonrisa afloró en su rostro.

-Cuando apareciste y más aún, cuando empezamos a salir, sentí por primera vez que podía confiar en alguien completamente, pero no pude hacerlo del todo-me dolió, no lo voy a negar. Me dolían sus palabras, pero sabía que estaban más que justificadas-. Me contabas todo lo que querías, cosas importantes, cosas relevantes... aburridas y sin sentido, con tus berrinches y tus múltiples personalidades siempre me dejaban agotado, pero aún así, me encanta estar contigo-no pasé por alto el rojo de sus mejillas ni el hecho de que lo había dicho en presente-. Pero no podía decirte todo esto... mi orgullo... el decirte que... no podía... y encima me daba miedo el confesarte de que era doncel y si con eso significaba que tendría que ser siempre el pasivo, no quería. Cuando me pediste por primera vez ser el activo, me asusté. No quería. No, no, no lo deseaba por nada del mundo. Me daba pánico. El tener otra vez alguien en mi interior... tan profundo... tan desgarrante...-sollozó y eso me partió el corazón. Empecé a llorar yo también como un jodido bebé-. Te a... mo-sollozó-. Te amo-musitó de nuevo, provocando que mi llanto fuera a más y que mi corazón doliese de la pura felicidad-. Y he comprendido que no me importa nada. Quiero estar contigo. Quiero cerrar página. No quiero seguir pensando en él. Solamente quiero que me pertenezcas y yo quiero ser tuyo.

Sin que me lo esperara, me besó. Pero eso no fue lo que me sorprendió, sino el hecho de que me empujó hasta que mi espalda tocó la pared y se sentó en mis muslos sin dejar el beso que ya estaba subiendo demasiado de nivel.

Lo aparté con cuidado de mi, juntando al acto nuestras frentes, buscando con ansiedad esas pupilas negras que me revelaron todo y a la vez nada.

-Quiero que me hagas el amor-susurró tan flojo que me pareció que lo había imaginado.

Sabía que no era así.

Mi corazón no podía dejar de latir de forma frenética, pero aún así no me dejé llevar por el deseo, ni mucho menos. Sasuke necesitaba tiempo y sabía que podía arrepentirse de lo que acababa de decir y yo, precisamente en ese momento, no tenía ninguna prisa en hacerlo mío.

-No quiero que te presiones, Sasuke-musité con cariño.

-No lo hago. Llevo tiempo pensándolo y sé que eres el único que podrá hacerme avanzar.

Me volvió a besar, mordisqueando mis labios y jugando con mi lengua sin llegar a tocarla del todo, sabiendo que eso me hacía llegar a un nivel de cachondismo impresionante, pero no cedí.

Quien me viera en ese momento, me mataba por querer dejar esa oportunidad, pero es que... De verdad que quería, pero sentía que no era el momento.

-En serio, Sasuke...

-No. Cállate-ordenó de forma brusca, separándose un poco de mi, provocando que un frío se adueñara de las zonas en las que habíamos mantenido contacto-. Escuchame, Naruto. Quiero hacerlo. Deseo que me folles. Deseo tu polla en mi interior como nunca he deseado nada. Deseo que me hagas olvidar cada una de las caricias dadas por otro. Deseo quedarme afónico de tanto gritar tu nombre. Deseo no poder sentarme en semanas porque me vas a romper. Deseo que tu polla esté tan dentro de mi que no sepa donde acabas y donde empiezo yo...

Con un gruñido me abalancé a la caza de sus labios, metiendo la lengua hasta lo más profundo de su boca, sin dejarle tregua.

Si quería calentarme, lo había logrado y bastante bien.

Sin dejarme llevar del todo, le cogí de las caderas y le insté a que me las rodeara con sus piernas. Aún sin romper el beso que ya se estaba volviendo de todo menos inocente, me levanté llevándomelo a nuestro cuarto donde me dejé caer en la cama con él debajo.

En el camino, aparte de que fuimos chocando con casi todas las cosas y que en más de una ocasión escuchamos algo caer en el suelo, nos quitamos la parte de arriba dejando ver ese pecho que tantas y tantas veces había visto pero que jamás me aburriría de ver. Sasuke por su parte, me había dejado en calzoncillos y eso me divirtió. Casi nos caemos cuando me los tuve que quitar, pero gracias a una de las miles de paredes que parecía que tenía aquel maldito y acogedor apartamento no nos caímos.

Sabía que tenía que ser dulce, que estaba nervioso, pero después de tan provocativas palabras ¡qué coño estaba esperando! No pude evitar arrancarle la ropa en cuando pude a la vez que él hacía lo mismo con lo único que me tapaba. Ambos estábamos más que excitados. Nos necesitábamos. Necesitábamos sentirnos, pero ¡ya!

Respirando entrecortadamente, en un momento de lucidez, paré el beso, yendo a por su cuello el cual delineé con la lengua, sacándole suspiros. Me acerqué a su oído y le susurré cuánto lo amaba y vi por el rabillo del ojo, como, aún con los ojos cerrados, sonreía.

Bajé por su pecho, parándome en sus pezones erectos. No era nada fuera de lo común. Muchas veces era yo el que hacía los preliminares, pero no podía evitar sentirme nervioso. Saber que en esta ocasión sería yo el que haría todo. El que no abriría las piernas.

De forma torpe por los crecientes nervios, me posicioné entre sus piernas. Noté el ligero temblor de éstas. Mi corazón vibró ante eso.

Miré su rostro y noté que me estaba mirando. No paraba de mirarme y supe que era para no ver al hombre que le había violado. Así que, yo tampoco dejé de hacerlo desde ese preciso momento.

Bajé con premeditada lentitud hasta su entrepierna y con parsimonia alcé una mano con la que acaricié levemente ese pene erecto y caliente que se alzaba ante mi, ansioso de más.

Sasuke gimió bajito al sentir ese insuficiente contacto y de forma inconsciente, alzó las caderas en busca de más. Sonreí al notar eso.

Sin esperar más, engullí todo lo que pude de ese para nada, pequeño trozo de carne. Un fuerte jadeo se escuchó por toda la habitación, pero no del todo contento por eso, empecé a subir y a bajar, sin parar de succionar y lamer todo el tronco.

La primera vez que le había hecho una felación, sin querer le había mordido, pero ahora podía decirse que era todo un experto. Sabía a la perfección qué hacer para hacer gemir a Sasuke y la verdad es que me encantaba hacérsela. Podía decirse que disfrutaba más yo que él.

Su sabor era salado, debido al sudor. Y su olor... ¡Dios, su olor! Me volvía loco. Era tan cachondo. Me ponía a mil olerle. Olía a sexo.

Le acaricié con sumo cariño el muslo y noté que se tensó ante eso.

Me levanté y me senté entre sus piernas. Me mordí el labio, intentando volver en mi, pero es que esa imagen... joder esa imagen... pff...

-Sasuke-le llamé-. Todavía estás a...

Un beso me acalló.

Gemí al sentir como una mano caliente me envolvía el pene y empezaba a subir y a bajar con lentitud, tocándome el glande con la punta de los dedos, arrancándome más de un gemido y jadeo de puro placer.

¡Joder, Sasuke era el puto amo en la cama, coño!

Se apartó de mis labios, me dio un beso en la mejilla y me lamió toda ésta, dibujando un camino inventado hasta llegar a mi oído donde mordisqueó, sacándome de nuevo eróticos jadeos.

-Tu polla en mi culo, ya-ordenó.

Sin esperar reacción ninguna, me cogió una mano y se metió tres dedos en la boca, haciéndolos salir de forma tan jodidamente sexy que casi me corro en ese momento. Encima el muy cabrón ponía una cara de placer total, cerrando los ojos y dejando escapar uno que otro gemido, pasando su lengua entre mis dedos.

¡Dios, el puto amo del sexo, joder!

Los tuve que sacar en ese momento porque es que estaba que me corría.

Con una sonrisa triunfante, se tumbó de nuevo y volvió a clavarme la mirada. Yo suspiré, derrotado. Ya no podía volver atrás, ni tampoco quería.

Acaricié esa entrada que se contraía, nerviosa, esperando la inminente invasión. Noté como todo el cuerpo de Sasuke se tensó al adentrar un dedo, pero en seguida se relajó. Me seguía mirando y yo no podía hacer otra cosa que devolverle la mirada, diciéndole en silencio que todo iba bien y que yo estaba con él.

Poco a poco le metí el segundo dedo. La verdad es que me había sorprendido enormemente la calidez de su interior. Mi entrepierna me dolía a rabiar, gritando por un poco de alivio, pero la ignoré. En cambio volví a mis quehaceres con el pene erecto de mi novio, sacándole más de un gemido y jadeo por eso. La verdad es que fue una gran idea ya que su interior inmediatamente se relajó y me permitió entrar tres dedos sin ningún problema, así como también moverlos por todo su interior. Me empeñaba en conseguir encontrar ese delicioso punto que te hacía ver las estrellas, ese que tantas veces Sasuke me había tocado con esa polla que ahora estaba en mi boca... joder, pensar así me ponía más cachondo.

-¡Diooooooooooossssss!-rugió de pronto Sasuke a la vez que me sorprendía enormemente al sentir como se corría en mi boca.

Saqué su miembro de mi boca en el segundo chorro. Casi me atraganto de la impresión. Nunca me había gustado mucho el tragarme su semen. No era por nada, pero si había que hacerlo se hacía, no me daba asco, pero prefería no hacerlo. Tan simple como eso.

Sasuke estaba jadeando, aún con la vista clavada en mi. Me había quedado estático ante su prematuro orgasmo y no entendía el por qué de éste. Si todavía quedaba mucho y Sasuke siempre solía durar más de media hora en llegar. Entonces caí en la cuenta.

Moví de nuevo mis dedos y un brutal grito salió de los labios entreabiertos del Uchiha.

Sonreí de forma pícara.

¡Lo había encontrado!

Una y otra vez di en ese lugar, mientras que me ocupaba de ensanchar todo lo que podía esa entrada. No sé cuánto tiempo estuve, pero es que quería que Sasuke estuviera del todo seguro de lo que íbamos a hacer.

-Naruto-jadeó de pronto-. Ya... dentro... Métemela...

Saqué los dedos de su interior y me quedé fascinado al ver como se contraía, como intentaba retenerme en entre esas paredes tan cálidas y húmedas.

Joder, sabía que, si llegaba a penetrarlo del todo, ya jamás podría separarse de él, si era posible en ese momento, claro.

Estiré el brazo hasta llegar al cajón de la mesita de noche. La abrí y revolví un poco las cosas hasta encontrar lo que estaba buscando. Sonreí al ver que justamente había encontrado uno con efecto calor y con venas. Mmm, uno de mis favoritos e intuía que ha Sasuke le iba a encantar.

Éste sonrió también al verlo y de forma pícara me ayudó a ponérmelo.

Dirigí mi miembro a su entrada. La acaricié con la punta y ambos gemimos ante el contacto. Miré con atención a Sasuke y éste me devolvió la mirada con una sonrisa radiante y supe en ese momento, que en ese preciso instante, en lo único que podía pensar era en mi al igual que mi mente estaba llena de él.

Y así me hundí en su interior, provocando un dulce gemido por ambas partes y que él arquease la espalada de una manera que su interior apretó de forma tan jodidamente deliciosa mi pene.

Ah, ahí supe, justo en el momento en que ambos empezamos a movernos en un compás para nada lento, que mi vida junto a Sasuke no había hecho más que empezar.

¿Qué importaba si era doncel? ¿Qué más daba el pasado? ¿Qué importaba quién era el activo o el pasivo?

Mi último pensamiento lucido antes de explotar como jamás había podido imaginar fue que tenía que comprar más preservativos... y, como no, lo mucho que amaba a mi bastardo.

 

Notas finales:

Fin!!!

¿Qué os ha parecido? ¿Os ha gustado? Acepto insultos sin ofenderme ^^ entenderé que no todos le gustará el final y la verdad es que me encantaría que me criticarán... Es una efectiva forma de mejorar ^.^

Lo siento, no he podido evitar el poner que a ninguno de los dos le gustan los niños, pero es que en Sasuke era algo normal y en Naruto... bueno, en él era algo de mi carácter ^^ aunque... quien sabe... a lo mejor en un futuru esos dos tienen algún que otro "susto" xD aunque eso en otra historia ^^

Espero que os haya gustado tanto o más que a mi escribirlo!!

Espero leeros en otro momento.

Volveré hacer publicidad xD de mis otros fic ^^ Muy adentro... y ¡Soy humano! 

Cuidaos mucho y portaos todo lo mal que podáis!!

*Petonets*


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