Baje de aquel carro dirigiéndome con calma hacia el recibidor el olor a moho medio la bienvenida junto con el frio y triste ambiente que ahí se sentía, un hombre alto y castaño se encontraba sentado cómodamente en una silla al frente de, él un escritorio con unos papeles desordenados solté un pequeño suspiro esperando que se dignara a hablarme.
- Tú debes ser Kiryuu el director te espera entra a la oficina que se encuentra a la derecha- me dijo señalando una pequeña puerta de madera asentí de mala gana mientras me dirigía hacia la oficina.
Abrí la puerta tímidamente encontrándome con esos ojos chocolate con un pequeño tono rojizo su piel blanca como la porcelana su cabello largo de color castaño amarado en una coleta sus labios formaron una sonrisa seductora como pidiéndome que me acercara acariciarlos. Enfrente del castaño se encontraba un hombre rubio de ojos verdes piel blanca como la nieve de porte orgulloso y sensual me esperaba sentado en un cómodo sillón elevo su mano señalándome una silla para que me sentara, lo obedecí sin rechistar mentiría si dijera que no estaba nervioso me intimidaba su mirada puesta sobre mí.
- Kaname te deleitas con la vista..- susurro molesto el rubio dando se cuenta que el castaño no despegaba su mirada de mi..
- Umm.. un poco si tuviera desnudo me complacería mas- me dijo guiñándome el ojo, lo mire con odio para después dedicarle mi peor cara demostrándole lo molesto que me pareció su comentario, escuche como de sus labios se escapaba esa sensual risilla incomodándome.
- ¡NO SOY MUJER.. PEDASO DE IDIOTA!- me atreví a decir tratando de mirar a cualquier punto de la oficina, con tal de no sentirme amenazado por esa mirada que no dejaba de recorrerme el cuerpo.
- Tienes razón.. no lo eres.. pero con un culito.. así quien se..-¡KANAME!- lo interrumpió el rubio viéndolo asesinamente, agache mi mirada sonrojado pero ¿Quién se creía ese idiota? Respire hondamente tratando de calmar mis emociones..
- Sal.. tu y yo arreglaremos luego lo que tenemos pendiente- murmuro el rubio mirando mal al castaño el cual se levanto bufando algo molesto me pregunto ¿de qué estarían hablando?..
- Como quieras.. nos vemos mas tarde.. preciosa..- me dijo esperen ¿Qué? me llamo preciosa pero como se atreve..
- ¡YA TE DIJE QUE NO SOY MUJER!- grite a todo pulmón para luego ver como el salía cerrando la puerta detrás de sí con una enorme sonrisa en los labios.
- Ya cálmate a ver.. tu eres Zero Kiryuu acusado de asesinar a Yuuki la ex-novia de tu hermano Ichiru Kiryuu condenado a 35 años de prisión y..- me decía el muy idiota como si no supiera eso, una mueca de asco se mostro en mis labios mientras con total fastidio escuchaba lo que me decían.
- Ya sé todo eso mejor dígame de una vez cual va ser mi celda- dije hastiado al ver que el rubio no pensaba callarse.
- Qué carácter.. ya con eso entendemos como acabaste aquí- me respondió suspire resignado, la verdad me había estresado por el maldito castaño vamos Zero cálmate me decía mentalmente para luego observar con detenimiento como el jefe de la prisión tomaba unos papeles en mano- a ver.. tu celda será… la 315.. Aidou te llevara a ella..- me dijo mientras me señalaba aun rubio que estaba recargado en la puerta sus ojos eran verdes su piel blanco y tersa, este me sonrió de forma amable mientras me pedía que lo siguiera yo solo asentí mientras comenzaba a caminar detrás de él..
- Hable con tu compañero este te debe estar esperando- me dijo sonriente, lo mire detenidamente era lindo no podía entender como alguien así podía trabajar en una prisión por así decirlo.
Mi vista se enfoco en las celdas estas tenían una litera con dos colchones un inodoro y un pequeño espejo la mayoría rotos, el espacio era mínimo apenas se podía mover dos personas sin tener que rosarse me enfoque en la persona que se encontraba recostada en una de los barrotes de la celda. Su cabello largo castaño, ojos marones piel morena cuerpo bien formado era sexi me pregunto si será mi compañero esperen yo pensé que ese hombre era sexi ¡NO! oh diablos que me está pasando .. Yo no soy gay no claro que no.. Este lugar tiene algo si la culpa es por los nervios que me causa estar en la cárcel…
- Bien los presento Zero este será tu compañero de celda su nombre es Yagari– me dijo con una sonrisa burlona mientras su expresión se volvía algo siniestra para luego girarse y dejarnos solos.
- ¿Dónde están los demás reos?- pregunte con curiosidad pues desde que había llegado todas las celdas estaban bacías, mi compañero elevo una ceja par después acomodarse y ponerse a un lado de mi.
- Llegas a la hora del almuerzo.. sabes luego te explico las reglas de este lugar será mejor que vallamos al comedor si quieres comer algo- me dijo mientras me hacía señas para que lo siguiera un suspiro de resignación salió de mis labios mientras lo seguía sin rechistar, últimamente desde que me condenaron eh estado algo dócil me pregunto si Ichiru ¿estará bien? cuanto desearía verlo acariciar su cabello, escucharlo quejar ahh que buenos tiempos..
- ¿este es el comedor?..- pregunte mientras miraba a los grutescos reos comer, mire a mi alrededor el comedor era espacioso y en cada lugar había muchas y enormes mesas con sillas alrededor bastante incomodas al parecer.
- Si lo es agarra una bandeja voy a buscar una mesa- me susurró dirigiéndose primero a un hombre alto y obeso con una rejilla en el cabello y un mantel todo sucio quien sabe de que, para luego irse a buscar una mesa alejada de las demás personas, con algo de asco me acerque aquel corpulento hombre su olor era horrible parecía que no se había bañado en años.
- Umm.. valla que tenemos aquí si es una nueva princesa.- me dijo sonriéndome dejándome ver sus dientes amarillos, una mueca de asco se reflejo en mi rostro para después ver cómo me servía un plato de una viscosa sustancia- espero que la damita le guste- me susurró, tome mi bandeja y me dirigí deprisa a la mesa en donde el castaño me esperaba.
- Tranquilo una vez te acostumbres no están mal- me dijo como si nada, lo mire ilusionado como si me fuera dado la mejor noticia de mi vida este suspiro relajado- bueno si es, pero mejor sabe que en el principio-volvió a decir mientras me desarreglaba mi cabello.
- ¿Quién es él?- pregunte sentándome al lado del mayor señale al castaño que me había encontrado en la oficina del director, mire su plato al parecer era el único que tenia comida decente en este lugar..
- Ehh.. ¿él? Pues bien es Kuran Kaname se podría decir que es el mandamás de la prisión solo te diré algo chico si quieres seguir con vida hasta que cumpla tu condenas, solo tienes que hacer dos cosas la primera aléjate de Kuran y la segunda obedece a Kuran- me murmuro un inmenso escalofrió recorrió mi cuerpo al recordar la pequeña discusión que tuve con él, mis ojos chocaron con los suyos viendo como sus labios formaban una seductora sonrisa para luego levantarse de su asiento y comenzar a caminar hacia mí..