Una incomodidad provocada por un frio en mi espalda, hizo que mis ojos se abrieran perezosamente para poder observar los rayos del sol que daban inicio a mi fastidioso día. Me talle los ojos en señal de molestia y al tener la visión mas clara me percate de la ausencia de mi compañero de noche.
Lo único que observable que se encontraba en aquella habitación a las 10 am, era mi desordenada cama y unas marcas que mostraban la ausencia de alguien. La cortina se encontraba totalmente removida por lo que los rayos de la mañana iluminaban completamente mi habitación destacando mi torso dañado y a la vez tostado hermosamente.
Por el frio decidí ponerme mi polera que solo utilizaba para dormir, y nuevamente me acosté en aquella cama fría por un cansancio inexplicable.
Seguía pensando en el lamentable destino de aquel hombre de mirada gentil, de su horrible pasado y de seguro peor futuro, y también en nuestro represor que nos manejaba a su antojo como ventrílocuo con su muñeco. Aquel sujeto que había destruido la vida de aquel tierno ser, y que de a poco iba quemando la mía.
“Lo mate, Lo mate…”
Esas palabras me hicieron pensar en lo que me estaba ocurriendo en esos momentos. De seguro que si sigo actuando como lo eh estado haciendo hasta ahora, solo ocasionare el sufrir de Taemin y por consiguiente… su muerte.
¿Podre seguir sabiendo que en cualquier momento, aquel hombre me lo arrebatará de las manos? ¿Podre vivir sabiendo que lo deje sin luchar por él? ¿Podre dormir sabiendo que lo mataran por mi egoísmo?
Miles de preguntas invadían mi aun esquizofrénica mente mientras seguía observando la hermosa luz que llegaba a mi ventana, y alumbraba mi gran habitación de color Blanco.
- Feliz cumpleaños a ti….
Mis pensamientos se interrumpieron de forma inmediata al escuchar ese canto que hace 7 años no escuchaba. Rápidamente me senté en mi cama en dirección a la puerta y en ese lugar pude observar a mi Appa y, por fin, a mi umma quien sostenía un pequeño pastel hermosamente adornado.
- Feliz cumpleaños M-I-N-H-O … Feliz cumpleaños a ti.
Un extraña alegría de niño se apodero de mi al recordar que ese día era mi cumpleaños, y que había cumplido 18 años. Mi carácter infantil extrañamente salió a flote y Salí corriendo a los brazos de mis nuevos padres para luego soplar las velas de aquella torta.
Me encontraba sonriendo extrañamente como si mis sueños de niño hubieran sido suprimidos por las constantes insistencia del manicomio por que yo madurara. Había madurado… pero mi corazón de niño seguía cautivo en aquel cuerpo de hombre ya completamente desarrollado.
- ¡Dios es tan hermoso! – Dijo mi nueva umma acariciando mi rostro, como una total madre que llora al sentirse orgulloso de su hijo.
Era la primera vez que veía a esa mujer, era alguien muy elegante a primera vista y bastante delgada. Su largo pelo rojizo me llamaba mucha la atención ya que resaltaba hermosamente sus facciones haciendo notar más su mirada materna. Entre lagrimas que aun no se porque salieron de sus ojos, me abrazo tiernamente depositando su cabeza en mi hombro.
Por primera vez en mi vida, sentí el verdadero cariño de una madre y automáticamente la abrase.
- Él es tu hijo, nuestro hijo.-Dijo mi Appa para luego separar a aquella mujer de mi pecho.
- Te tengo muchas sorpresas. Te tenemos que comprar mucha ropa, también accesorios sin contar algunos artículos para tu entretención. Iremos al parque… - Comenzó a nombrar una serie de cosas que de seguro tenia planeado para mi cumpleaños, me agarro de mi mano gentilmente mientras bajábamos de mi habitación y yo aun en pijamas.
Tenia un gran desayuno preparado lo que premiaba mi semana por estar solo y comer simplemente sobras o comida chatarra que no nutria nada. Me senté y comí lentamente mientras que mi umma no me quitaba los ojos de encima.
“Creo que tener familia… no es nada malo”
(TAEMIN)
Eran tipo 12 de la tarde, Taeyon aun seguía durmiendo y no daba señales de querer levantarse.
Dormir en el suelo no me sentaba nada de mal, ya que era un suelo totalmente entapizado de alfombra y muy cómoda.
Ese día no podía ir a la escuela, y mucho menos en los días siguientes por mi estado de “prófugo”. Extrañaba sentir los brazos de umma-Key y mas los de… Minho. Decidí vestirme lo mas tapado posible para cubrirme adecuadamente para que no me descubrieras, y rápidamente me fui del departamento de Taeyon sin antes avisarle con una notita mi repentina salida.
Me encontraba tomando el bus que me llevaría a la casa de Key cuando repentinamente unos ataques de celos se apoderaron de mente.
“Que ni se le ocurra a Taeyon tocar a Minho. No me lo va a ganar… además él me ama a mi, nunca se fijaría en una puta como ella… o ¿Quizás si?”.
Seguía refunfuñando con mi mismo mientras bajaba del bus, actitud que debió hacer reír a muchos por las extrañas expresiones que pongo cuando me enojo para mis adentros. Al bajas y caminar unas cuadras sin mirar por donde iba, me percate tontamente que me había bajado dos paraderos antes de mi destino lo que me enojo de sobremanera ya que entre cada parada hay unas 5 cuadras entre ellas.
- Mierda… ¡como puedo ser tan descuidado!
Al percatarme por 15 minutos que no venia ningún colectivo o algún transporte, comencé a marchar con fuertes pisadas demostrando mi gran enojo. A medida que iba avanzando mi velocidad aumentaba debido a mi furia y sin darme cuenta termine en el piso por un fuerte empujón que me propino quien sabe quien mientras yo caminaba rápidamente.
- ¡Aaah!, no te cruces cuando alguien lleva prisa…- Le dije infantilmente casi haciendo un berrinche por mi horrible día hasta ese momento. Me levante sacudiendo rápidamente mis pantalones y quitándome la chaqueta ya que recién en ese momento me percate que había sudado por el exceso de calor - … Que rabia…Perdón por tropezar con usted, pero realme…
- ¿Tae-min?
“Lo que me faltaba”
- ¿Kai? – Le dije tomando distancia rápidamente de su metro cuadrado. Me le quede mirando un tiempo con los ojos aun abiertos por la impresión de volver a ver aquel hermoso rostro, aquella hermosa sonrisa y ese pelo negro que aun sigue con el mismo porte sin importar los años.
- Woow ¿Quién pensaría que nos volveríamos a ver?. Mira si estas todo sudado por usar esa chaqueta ¡Pásamela! Yo te ayudo.
- Yo… yo… no…yo – Me quede sin habla, volver a verle me hacia muy mal. Aquel hombre era la primera persona que había podido conocerme tal cual era, quien había sido el ser mas hermoso con migo y a la vez el mismo demonio. No podía articular palabras, ni siquiera quería negarme a mi petición… en cierto lugar de mi corazón sentía una gran alegría por volver a verle pero a la vez una gran perturbación.
- Pareces tartamudo… ¿Dónde vas?
- Donde… Key – Le dije agachando mi rostro ocultando un leve sonrojo que aun se posaba en mis mejillas al ver su hermosa sonrisa.
- Bueno entonces te llevo. No quiero que te suceda nada malo.¡ Ven vamos!
Pude sentir como su caliente mano tomo la mía para luego jalarla constantemente para seguir con un ritmo acelerado en cada paso. Mi corazón latía rápidamente al sentir pequeños recuerdos en mi mente que tenían relación con aquellas manos… con aquel cuerpo, con aquella sonrisa…
“Taemin NO, no caigas otra vez”
….
Luego de unos 20 minutos donde casi trotábamos, pude sentir como recién sus manos soltaron la mía. Me acerque temeroso hacia la puerta de Key para luego tocar unas 3 veces su timbre. Por fin su silueta apareció entre aquella puerta y de inmediato sentí como unas finos brazos agarraban mi cuerpo.
- ¡BEBE!. Cuanto te extrañe, de verdad no puedo estar tranquilo sin saber de ti cada día.- Me volvió a abrazar a lo que respondí felizmente, extrañaba a mi umma al igual que él ya que nunca habíamos estado separados tanto tiempo.
Pude sentir como sus brazos me alejaron fuertemente, con tanta fuerza que pude sentir odio y furia en esas manos que ahora me aprisionaban mis hombros gentilmente.
- No quiero ratas en mi patio. ¡LARGO! – Mierda… ya lo vio.
Desde siempre Key no se llevo bien con aquel hombre, no por él hecho de que me haya hecho daño y hacer mi vida un infierno, si no por que a pesar de haberme advertido constantemente que ese hombre me haría daño yo no le hice caso… y seguí amándole.
- Umma no te preocupes, solo me quiso… ayudar ya que… venia muy cansado. – Le dije nervioso al ver esas miradas asesinas que se daban entre ambos.
Hubo un silencio que perduro por bastante tiempo, podía sentir en el ambiente la gran furia que poseía Key y la indiferencia que mostraba Kai ante la mirada atemorizante de mi umma.
Vi como Key se daba vuelta femeninamente para entrar a la casa junto a mí, cuando los brazos de Kai nos detuvieron casi de inmediato al dar el primer pazo.
- Key, Taemin… sé que fui un monstruo con ambos en el pasado. Sé que jugué con Taemin por mucho tiempo y dañe mucho a tu bebe, y con eso obviamente que dañe parte de tu corazón Key… Juro que no soy el mismo que antes. Yo de verdad eh cambiado al darme cuenta de mi horrible actitud…- Key y yo nos quedamos estáticos y boquiabiertos al ver como aquel ser, el hombre con el mayor orgullo del mundo, a quien todas las mujeres les rogaban por una oportunidad y como su riqueza llegaba sin ser llamada, se estaba arrodillando ante nosotros con la cabeza tocando completamente el suelo al igual que sus manos. Kai se estaba humillando por nuestro perdón.- Perdónenme.
- Agradece a mi bondad que no te hecho a patadas. Uno no puede arreglar los errores del pasado…
- Lo sé.
- …Pero…de los errores del pasado se aprende. Te daré la ultima oportunidad para estar con nosotros nuevamente.¡ Pero ni creas que te salvaras de la paliza de Jonghyun!.
- No seria la primera vez –
Kai propino su última sonrisa a nosotros antes de desaparecer por aquel pasaje aburrido y sin color. Con cada paso que daba sentía como parte de mi volvía a nacer, como un extraño calor recorrió mi cuerpo dejando ver una sonrisa que hace tiempo no le propinaba a aquella silueta. Me quede mirando un buen tiempo aquel pasaje a pesar de que no había a nadie a quien mirar, sentía que esta vez de verdad podía ser feliz...tal vez… con él…
- Taemin…
- …si…- dije despertando de mí transe para mirar el rostro serio de Key que me miraba con el rostro fruncido.
- Una sola… una sola lágrima que caiga de los ojos de Minho, y nunca más serás mi hijo.
Y su silueta desapareció en la obscuridad de su hogar, dejándome con mi mente perturbada y mi corazón dividido