Salí corriendo con todas las energías que pude expulsar, para poder llegar de forma inmediata a su casa. Me invadía un gran sentimiento de culpa por lo sucedido con Taemin y su madre, puede que ella no haya sido la mejor madre que un hijo puede esperar, pero si ella no esta él sé que tarde o temprano el desaparecerá ya que no tiene con quien quedarse. Si alguien se entera que Taemin vive solo sin la protección de algún familiar… significaría que este día seria un adiós.
¡No lo acepto! siempre es lo mismo, logro conseguir a ese “alguien especial” y llega algún inconveniente que me lo arrebata sin piedad alguna, y termino hundido en la desesperación, en la soledad, en la frialdad de mi realidad y la crueldad de mis sueños.
¡Todo esto es mi culpa!
Si tan solo tuviera la fuerza mental suficiente para ahogar mis impulsos innecesarios de amor, ahora Taemin podría seguir con su vida normal rodeado de la gente que lo ama, sin haber conocido a ese Choi Minho que destruye la vida de cualquiera que forme un enlace con él, y que a través de ese enlace firma su condena para vivir infeliz por el resto de su vida, por el resto de mi existencia. ¡Maldigo el día en que nací, y maldigo el día en que conocí a Lee Taemin!.
¡Maldigo el día en el cual mi corazón formo parte del amor!
(Pov Normal)
Mientras que el sol iluminaba hermosamente el paisaje y las nubes formaban perfectas sombras en el suelo urbano, se podían sentir en él establecimiento unos pasos pesados que percutían fuertemente en todas las salas y cuyo sonido era constante.
Un joven alto, de tez morena, ojos grandes y cabello castaño laceo, corría efusivamente por los pasillos frente a la mirada atónita de los miles de estudiantes que en ese momento se encontraban desayunando o simplemente charlando en lo que era su primer recreo de aquel día.
Al salir de aquel lugar plagado de jóvenes sin noción de lo que sucedía en el fondo del corazón de Choi Minho, sin importarle si su respiración era compleja y si lo que estaba haciendo le ocasionaría una suspensión por una semana, aquel joven seguía corriendo. Quizás sin pensar en la verdadera razón de sus acciones involuntarias; su sentimiento de sobreproteger al menor, las miradas que eran respondidas por una respuestas, la necesidad de sentir el contacto de su piel con aquella frágil mano hecha de porcelana… Minho no se daba cuenta que él… se había enamorado.
Agitado llego a la casa de su amigo Key quien justo ese día se había ausentado por lo sucedido con su “bebe”. El de mirada felina, quien en primera estancia se asusto por el actuar agitado y peligroso del alto, entendió de inmediato porque su examante había llegado a ese lugar.
- Si tomas el bus en el paradero de la esquina, bájate en unas 5 estaciones mas adelante. La casa roja que se encuentra frente de ese mismo paradero, es la casa de mi bebe – El alto se preparaba para seguir su maratón cuando aquellas finas manos le tomaron del hombro – Minho... llévate a Taemin de aquella casa.
- ¿Por…porque? – Pregunto el de ojos grandes aun agotado y con una molestia punzante en sus costillas que no le permitían respirar normalmente. No por el dolor (obviamente) si no por la inflamación que ocurre en el pulmón al correr de esa manera.
- No quiero… que lo alejen de mi.- Sin previo aviso, rebeldes lagrimas cursaron por las mejillas del de mirada felina.
- Nadie lo alejara de ti, para él… tu eres su umma.
Después de decir aquellas palabras siguió con su trayecto, corriendo con euforia y parando bruscamente al bus que estaba por irse cuando el alto llego al paradero. Deseaba con todas sus fuerzas que aquel transporte anduviera mas rápido, con cada cuadra que pasaba su corazón se presionaba mas contra su pecho con una fuerza fuera de lo normal.
Llego al paradero mencionado y de inmediato diviso las características de la casa que le había mencionado Key. La casa no era tan grande como la suya, al contrario, era mucho mas pequeña de lo normal pero el alto no se impresiono ya que si Taemin vivía solo con su madre no necesitaba mayor espacio.
Con temor acerco su fuerte mano a la puerta, y mientras su corazón comenzaba a latir mas lentamente su mano toco la puerta con los comunes tres toques.
*Toc Toc Toc*
Nadie salía. El alto se pudo más nervioso al no sentir ningún ruido proveniente del hogar, por lo que golpeo más fuerte y más veces.
Pasaron aproximadamente 10 minutos y no había respuesta, agitado golpeo constantemente la puerta y a gritos pedía que le abriera… al borde de la desesperación.
- ¡ABREME POR FAVOR!. Necesito saber… que estas bien – Sus piernas no soportaron el constante temblor provocado por el agotamiento y su nerviosismo, cayendo al suelo quedando en rodillas con su cabeza apoyada en aquella puerta vieja y roñosa.
- Min…ho.
Aquella voz era como el canto de los ángeles en esa situación, de forma inmediata Minho se levanto de aquel suelo que le había ensuciado sus pantalones de colegio y sin importarle nada abrazo fuertemente al menor para poder sentir que aquella hermosa silueta, no se había ido.
Él menor correspondió al abrazo, su corazón estaba destrozado y adolorido pero al sentir aquellas enormes manos abrazando su cintura fuertemente, un pequeño alivio y protección se situó en una parte de su ser. Deseaba que aquel hombre de los ojos grandes y sinceros pero a la vez frívolo, no le soltara nunca. Que no se alejara nunca de su cuerpo y que aquel abrazo durara para siempre.
El alto no aguanto y unió sus gruesos labios con el del menor, entregando todo lo que una persona con su condición mental podía entregar. Le deseaba de forma excesiva, esos labios finos succionando los suyos y esos dientes que respondían salvajemente a sus caricias, sentía como su lengua quería unirse a la suya y sin esperar introdujo su lengua comenzando un vals entre ellas, sintiendo la saliva del otro como el mas delicioso manjar que podía existir.
El pequeño sin que el alto se diera cuenta le introdujo lentamente a su casa, quería sentirlo de manera mas intima en la comodidad de su hogar, sentir esos hermosos brazos sin la molestosa tela que los cubría constantemente. De a poco se acercaron al sillón del pequeño living y Minho callo fuertemente a esté mientras observaba lascivamente a su acompañante que se situaba sobre sus caderas mientras se quitaba su polera sin ninguna lentitud.
Un extraño escalofrió recorrió la larga columna del mayor al observar aquella hermosa piel blanca y delicada en todo su esplendor, inconscientemente sus manos comenzaron a recorrer cada rincón del torso de Taemin, mientras este sentía pequeños espasmos por el contacto de aquellas frías manos con su ya ardiente cuerpo.
Él pequeño sintió la necesidad de desnudar a su acompañante, quería sentir esa piel de tez morena rozar con la suya, y sin preguntar, quito bruscamente la corbata de Minho y luego se centro en quitar aquella camisa blanca, que se encontraba sudada por la maratón que había recorrido el mayor anteriormente.
- No… Taemin, detente.- el menor no quiso oír esas peticiones, estaba haciendo realidad sus constantes sueño y, al igual que el mayor, sabia que no volvería a ver a Minho después del asesinato de su madre.
Lo único que sentía Taemin era la necesidad de unirse con aquel individuo y saber por el resto de la vida que por alguna vez en su vida realmente le perteneció al ser que amaba. Estaba a punto quitar el ultimo botón cuando el la perturbación del mayor se hiso presente.
- ¡TAEMIN DETENTE!- cuando el menor oyó aquello se detuvo bruscamente mientras sus lágrimas se mostraron de forma inmediata. Sentía un dolor punzante en su corazón, aquellas palabras le habían dolido al menor de una manera extraña.
- ¿por…porque? Acaso no te gusto. ¡NO ME ENCUENTRAS IGUAL DE DESEOSO QUE KEY!.
Taemin se paro de inmediato mientras sus lagrimas no paraban de salir, sentía un gran dolor al ver que la persona que le había dicho que le gustaba, ahora se tapaba frustrado su cuerpo con la camisa ya desabotonada.
Siempre era lo mismo, todos se fijaban en lo hermoso, atractivo y sensual que era Key, quedando siempre él en segundo plano. Sabía que nunca seria competencia para su umma.
- Taemin… no es eso.-
- ¿Entonces que es? – preguntaba el menor llorando con mayor fuerza.
- No quiero que… mires me deformado cuerpo.- le menciono el alto con un tono de tristeza mientras se levantaba del asiento.
- ¡Como puedes decir eso!, tu cuerpo es per…- al darse vuelta se encontró con esa horrenda imagen.
Él físico de Minho era envidiable, pero debido a los constantes cortes que le propinaba Onew a su cuerpo cada vez que tenían sexo, provoco que horrendas cicatrices de cortes, rasguños y mordidas deformaran su esculpido cuerpo.
Ahí se encontraba Taemin, llorando ahora no por frustración, ira y dolor, si no por lastima al ver como aquel hermoso cuerpo había sido lastimado de aquella forma. Lleno de cortes profundos en su estomago, brazos y espalda.
Rápidamente el menor corrió a donde el alto, tocando suavemente aquellas heridas. Delineando con sus delgados y blancos dedos aquellas cicatrices que aun no sanaban completamente.
- Por dios. – unas lagrimas de lastima se posaron en los ojos de Taemin mientras esté se apoyaba en el pecho de Minho, la única área que no había sido dañada - … que te hicieron…
Los brazos dañados de Minho abrazaron gentilmente la cintura del menor con ternura. La altura se hizo presente y gracias a la gran diferencia de porte Taemin pudo sentir el corazón latiente del mas alto.
- Lo siento… no te puedo contar – Los brazos del mayor le soltaron, agarrando su camisa poniéndosela nuevamente en su cuerpo, mientras tomaba algunas cosas que estaban a la vista que le pertenecían al menor.
- ¿Qué haces? – pregunto Taemin confundido por el repentino comportamiento del mayor.
- Te rapto. Nos vamos – Dijo agarrando el celular del peli- naranja y algunas cosas del refrigerador.
- Pero… vienen por mí, mis tíos vienen. Deo irme a Corea del Norte – Taemin estaba extrañado a mas no poder.
- Por eso dije que te raptaba, no permitiré que abandones a tus amigos. No quiero que nos abandones… no quiero que me abandones – El alto le miro con sus ojos de forma sincera, para que comprendiera que lo que decía era de verdad.
- Esta Bien.
- Vámonos.
Salieron rápidamente del hogar, y subieron a un taxi que cruzo la calle junto en ese momento.
- Te iras a la casa de Taeyon por un tiempo.
- ¿La prima de Jonghyun?
- Si. Si te buscan, que es lo más probable, el último lugar donde pensarían que estuvieras seria en la casa de alguien con el cual nunca has hablado.
- Pero… yo la odio.
- Pues esa persona a la cual odias, se ofreció de forma inmediata cuando la llame por teléfono.
- Obvio que si, esa puta de seguro te tiene ganas.
- Eso ahora no importa.
- ¿Por qué no me puedo quedar en tu casa?
- … - Minho no sabia que responderle. No le podía decir que cada fin de semana Onew iba a su casa a follar con él, y mucho menos debía decirle que si estaba al menos unos segundos en su casa, aquel niño terminaría muerto – Mi padre se enfureció mucho cuando deje entrar a alguien extraño a la casa, esa ves que fuiste a dormir en ella. Y me castigo - que escusa mas patética había inventado.
- Perdón.
- No te preocupes.
….
En unos 30 minutos llegaron al departamento de Taeyon. Con solo tocar una vez aquel timbre de un sonido casi nulo, la chica que poseía la misma edad que Taemin salió prácticamente corriendo a abrir la puerta a los recién llegados.
- ¡Minho! Pensé que no llegarían –Dijo mostrándole una sonrisa muy tierna al mayor. – Hola Taemin.
- Hola – Respondió el menor no muy animado y sin mirar el rostro irritante de aquella voz chillona.
- Te lo encargo mucho Taeyon, cualquier problema comunícate con migo. Adiós –Le dijo a ambos con su mano levantada mientras corría por el pasillo de aquel edificio para emprender una nueva corrida.
- Bueno Taemin, entremos. Te mostrare tu habitación. – Le dijo la chica rubia agarrando la pequeña mano del menor para forzarlo a entrar.
Cuando entraron el menor se sintió bastante confortable por primera vez al entrar en esa casa. La mesa muy bien ordenada con una pequeña merienda para el recién llegado.
- ¿Qué pasa? – le dijo el peli-naranja a Taeyon quien le miraba confundida por la pregunta- Emm… ¿Cuál es el truco?, no me has golpeado, no me has dicho lo feo que estoy y no me has hablado de las relaciones sexuales con tus amoríos y eso que han pasado 10 minutos.
- No digas tonterías. Créeme que me arrepiento mucho por lo que te hice hace dos años, nunca debí molestarte cuando terminaste con Kai
- Tae… - Menciono el menor molesto.
- Perdón, perdón, perdón… Juro nunca mas nombrar al innombrable.
El menor decidió descansar de aquel agotador día, acepto rendido la amabilidad de su ahora acompañante. Sin pretexto se comió aquella deliciosa merienda que era un pait y luego debido al cansancio quedo totalmente rendido ante los brazos de Morfeo.