Todo me parece tan común y simple, pensé que a medida que pasaran los años encerrados, extrañaría aquellas tardes asoleándome bajo un sol de verano o deleitándome con el olor de las primeras flores de primavera, peor no fue así. Hasta pienso que hubiera preferido mil veces quedarme solitario por siempre en mi mundo blanco y pacífico. No rodeado por esta gente que apesta, que realiza todo lo soñando pensando que obtendrá un buen beneficio de hacer eso. Cuál es el objetivo de esforzarte en un mundo que todo se obtiene desmoronando a otros, y para variar terminaran todos muertos y sin ninguna persona que los recuerde.
Eh visto como aquel chico llamado Key me coquetea sin descanso, últimamente eh visto como usa un lápiz labial tenue, solo utilizado como brillo. Puede que todos me apesten pero este grupito de jóvenes me da cierta seguridad o algún tipo de esta.
Soy ser humano como cualquier otro; con preguntas que haré todo lo posible por responder, romper lo imposible, y abusar de la generosidad o de las oportunidades. No posea el sentido del dolor pero si del deseo sexual, obviamente que con todas las insinuaciones de Key terminaría tarde o temprano reaccionando a estas, puede que no gentilmente, con amor o todas esas barbaries del “romanticismo”, pero si con algo que le gustaría y lo recordaría por siempre.
Era un día Viernes como cualquier otro, salíamos temprano tipo 2 de la tarde y todos platicaban de lo que harían ese mismo día o el fin de semana (acción que no me importaba). Me encuentro sentado en mi pupitre con la mirada clavada en el pelo rojizo de mi acompañante. Cada día me impresiona lo más delicado y hermoso que se ve, como si fuera una flor que solo mostrara su belleza a mí y que a los otros lo ocultaras (errónea acción, ya que yo no soy el jardinero correcto).
Tocaron para el primer recreo y vi entrar casi corriendo a aquella Diva con olor a guinda y todo relacionado con lo dulce. Se sienta sin permiso en mis piernas esbeltas y largas, mirándonos con una sonrisa de oreja a oreja con algo en las manos parecido a unas entradas.
- Miren lo que tengo aquí.-
- Woooow! Son las entradas para la disco del sábado.- Dijo Taemin, con unos ojos enormes como si no fueran coreanos.
- ¿De qué se trata? – Últimamente eh hablado más con ellos, que con mis antiguos padres en mi infancia de 10 años.
- ¿Minho que clase de ser eres? Esta es una disco que solo se abre al público menor una vez al año, sin restricciones ni reglas. En pocas palabras, podemos sentirnos por esos momentos “adultos”
- ¿Y nos muestras estas entradas porque: nos presumes que vas a ir O porque nos quieres invitar y originar cierta felicidad eufórica en nuestro comportamiento? – Le dije de una forma muy neutra aunque casi mostrando una sonrisa de sarcasmo (obviamente con ellos eh cambiado).
- Minho, amor. No era necesaria la gran platica conociéndome sabrías que no me gusta presumir… frente a mis amigos. Obviamente que los invitaría a ustedes mi pequeños.
- Eeeeeh! Umma eres el mejor.
Taemin se emocionó más de lo normal. Según Key, Taemin es un chico que con suerte tiene plata para comer, debido al estado de salud y mental de su madre. “Toda una prostituta” me platico Key mientras nos cepillábamos los dientes después de almuerzo, “Aun teniendo SIDA, sigue teniendo sexo con cualquier hombre que se le cruce en frente y pegárselo a medio mundo”. Al parecer Taemin se intentó criar en un ambiente alterno al de su madre, intentaba no originar ningún tipo de lazo con ella y mucho menos hablar de cosas personales, como su “primera vez” ( A sí que a la flor ya la podaron). “De seguro su madre le hubiera dicho, intenta probar con otros a ver cuál te gusta más. Hija de perra, solo se preocupa de sus drogas y ni se da cuenta de la existencia de mi bebe”
Acordamos de juntarnos a las 7 de la noche en el metro del centro de Seul, al no saber cómo vestirme, al no tener un buen sentido de la moda por mi encierro y por tener siempre presente la vestimenta de un niño, mi Oppa decidió vestirme.
Usaba una camisa blanco de mangas cortas ajustada, con botones solo hasta la mitad de mi torso para resaltar mi largo cuello, unos pantalones negros total cortes en los muslos y una chaqueta corta viendo larga pero arremangada de mis brazos para mostrar mis pulseras negras.
Me encontraba en el metro y lo primero que observe al encontrarme con mis compañeros, fue un rostro lujurioso de Key observándome de pie a cabeza, un leve sonrojo y desvió de mirada de parte de Taemin ( cosa que me pareció muy sexy, aunque lo que debería sentir normalmente fuera “ternura”).
- ¡Oye!, si vas con esa pinta me quitaras a todas las mujeres.- Jonghyun se mostraba un poco celoso pero no encontraba el porqué, puede que sea más alto que el pero el sigue siendo igual de sexy y con un canto que encantaría a cualquier mujer.
- Como sea. Solo vámonos que me hicieron esperar mucho.
En todo el camino vi la hermosa silueta que dejaba ver aquella ropa en Taemin. Unos pantalones azules con zapatos negros, y una polera negra con magas largas pero rasgadas y un Poleron negro con algunos diseños. Ropa negra que resaltaba su pelo y pantalón.
Entramos y de inmediato sentimos como todas las miradas femeninas se centraban en nosotros, tanto en el primer piso como en el segundo. Me sentía demasiado observado, eso me apesta, me siento como aquel primer día que llegue al Manicomio y en la hora de almuerzo todos se alejaban de mi pero no así dejarme de ver.
Elegimos un puesto a un rincón obscuro de la disco, los asientos eran de cuero rojo muy provocativos y la mesa redonda con solo velas rojas que alumbraban nuestros rostros. Pasaron solo unos 5 minutos al sentarnos y unas jóvenes se nos acercaron con la intención de “charlar”
- Mucho gusto, me preguntaba yo con mi amiga si querrías bailar con nosotras.- Demonios me preguntaron a mí, no podía ser a Jonghyun.
- Hay más de mil mujeres aquí que se les nota en la mirada el querer bailar con nosotros, ¿Qué te hace diferente a ellas? – Fui sincero, me interesaba la respuesta ilógica que me darían.
- Porque, somos simpáticas y muy sensuales.- Me lo dijeron con cierto tipo de inseguridad pero a la vez con risas en sus rostros.
- No gracias, búsquense a otro.
- … que antipático.- Se fueron y extrañamente comencé a reírme, lo que provoco una cara asustadiza de mis acompañantes ya que nunca me han visto reír así
Todos en la disco comenzaron a embriagarse sin motivo alguno, solo lo hacían por diversión, sentimiento que no tienen ningún objeto ético, solo cumple con la función de liberar cierto tipo de hormonas en el cuerpo para sentir excitación. Como mis compañeros yo igual bebí, pero solo para saborear el extraño liquido por el cual mi madre dejo su trabajo y peleaba constantemente con mi padre.
Key estaba casi totalmente ebrio, Taemin tenía tragos en el cuerpo pero aun asi podía mantenerse recto y pronunciar correctamente las palabras. Jonghyun no paraba de bailar con cada mujer que se le atravesaba ocasionando que el alcohol no ocasionara mucho efecto en él.
Taemin fue al baño, y en menos de dos segundos Key se abalanzo sobre mí, provocando que quedáramos acostados en aquel sillón, quedando él sobre mí. Nos miramos por un minuto completo sin decir absolutamente nada, pero sabía exactamente lo que Key deseaba.
Taemin llego al asiento pero se encontraba totalmente solo, pero según veo de lejos no le importaba ya que en aquel baño sucio y con un olor insoportable, debió haber conocido a un chico que ahora le acompañaba compartiendo sonrisas
“Siento un tipo de ardor en mi pecho, y me duele la garganta como si me costara tomar saliva.
No me gusta ver cómo está sonriendo plácidamente con aquel hombre. Puedo ver en sus ojos unas extrañas intenciones. ¡ Si te le acercas, ten por seguro que lo último que veras será una imagen mía y todo se volverá rojizo”
Estaba bailando con Key, ya que él me estaba dando clases de “baile”. Se movía sexymente al son de la música, impresionándome mucho con la facilidad que movía sus caderas sin ningún problema.
- ¿Minho?
- ¿Qué sucede?- se detiene por un momento y se sostiene de mis hombros de forma infantil.
- Alguna vez has follado a un hombre.
- No.
Me encuentro todo tenso y excitado, sin mencionar que estoy completamente dentro de Key sin moverme, lo cual le enoja a la Diva porque no estoy “dándole cariño”. Estamos en el baño del DJ, a quien extrañamente conocía. De lo único que estoy despojado es de mi pantalón, mis bóxer y mi chaqueta corta viento.
Mientras embisto a Key con más fuerza y oigo esos gemidos ahogantes que me recuerdan a mí, y logro comprender por qué aquel doctor me hacía esto cada semana. Era por la excitación de sentir que no estás haciendo algo normal, de sentir como el placer aumenta con cada estocada en ese punto, y poder observar como posees algo que a simple vista se ve tan frágil y que en cualquier momento se puede derrumbar