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¿Era así? por shudyeer

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Notas del capitulo:

Hello!! Este es un "capitulo extra"  de mi fic " Time over love" En realidad siempre creí que como que ese capitulo estaba algo fuera de lugar, así que esta vez le modifiqué algunas cosillas, en especial para las fans de JXS aunq las fans de SxJ también lo disfrutarán. 

Era el último día de vacaciones, mañana a las ocho en punto comenzaría el segundo periodo de la preparatoria. Y justamente por eso Joey Wheeler se había tomado el día libre, después de haber pasado todas las vacaciones trabajando en diferentes lugares todos los días. Lo menos que se merecía era un día incrustado en su sillón viendo películas y comiendo frituras.

— ¡Bah! Llevan como media hora de puros comerciales… estúpida tv gratuita.

Masculló Joey dejándose caer en el sillón, con la mirada fija en el techo sintió sus parpados tan pesados que pronto todo se volvió oscuro y dejó de escuchar el sonido del televisor.

El peso de algo encima suyo le tenso los músculos y le hizo despertar.

— ¿Qué demonios…?

 Reacciono agresivo el rubio pensando que su familia había regresado y ahora estaban molestándolo. Su sorpresa fue mayúscula cuando descubrió que quién había formulado esa pregunta no había sido él.

— ¡Maldita sea! ¿Dónde se supone que estoy?

El rubio se petrifico al identificar al propietario de esa voz, esa maldita voz que gracias a Dios no había escuchado en todas las vacaciones y ahora estaba allí. Sí, Seto Kaiba estaba encima de él… ¡¿Qué Kaiba estaba encima de él?! ¿Y ahora que se suponía que debía de hacer Joey? No estaba emocionalmente listo para esto. Escondiendo sus nervios retó al castaño.

— ¡oye! ¿Cómo se supone que entraste a mi casa?

Seto miró a todas partes sin comprender muy bien que ocurría. Se detuvo a observar más de cerca a Joey, preguntándose qué hacía en esa posición. Se suponía que estaba a punto de hacer algo muy  íntimo con su esposo. Aún no se explicaba que pasaba con Joey ¿Por qué seguía con ropa?  Todo tuvo sentido para él una vez se hubo dado cuenta de que Joey se veía más infantil, su cuerpo era más pequeño y delgado, le hacían falta ciertas marcas en el cuello y sobre todo esa actitud tan combativa le delataba. En ese momento supo que todo solo podía ser obra de cierto experimento y se sintió satisfecho por haberle financiado el jueguito a Taylor. De verdad ansiaba poder usar esa máquina del tiempo para cosas como éstas, así que no iba a desaprovechar.

— Y me estas aplastando ¿sabes? Y quita tu manota de mi entre pierna. — reclamó Joey dándole un manotazo, regresándolo a la realidad.

— ¿Ah sí? —Preguntó juguetón Seto, regresando su mano a su anterior posición comenzó a acariciar el cuerpo del rubio.

Joey no podía creer en la actitud de Kaiba. ¡Era como un sueño hecho realidad! El castaño tenía una expresión que no sabía  si describirla como madura o solo relajada, de todas formas lo hacía parecer bastante atractivo y a eso no podía resistirse. Bajó la mirada nervioso y notó que el ricachón tenía la camisa desabotonada, el pantalón completamente desacomodado y tenía una marca rojiza bastante pronunciada justo entre la clavícula y el cuello. De una forma extraña aquella vista lo hizo estremecerse. No podía creer que esto estuviera pasando, las manos de Kaiba se sentían tan grandes, tan placenteras a cada caricia. Nunca, en su imaginación,  Seto Kaiba lo puso tan, como describirlo… caliente… si, era esa la palabra perfecta para describir lo que estaba sintiendo.

— ¡Deja de tocarme, libidinoso! ¿Qué rayos pasa contigo ricachón?

Seto ignoró por completo las palabras del rubio, continúo acariciando y “recordando” como era el cuerpo del cachorro en el pasado, definitivamente no era tan sexy, pero se veía más delicado y apetecible. Verlo tan desprotegido, luchando por quitarlo de encima aumentaba su libido.  Siguiendo sus ansias le robo un beso, la boca de Joey no se movía y rechazaba su lengua, pasados unos minutos el rubio cedió a sus instintos y trató de seguir el ritmo del beso. Los labios inexpertos de Joey no eran capaces de proporcionarle placer al oji-azul, sin embargo estaba disfrutando dejándose llevar. Jamás se imaginó que el engreído besara tan bien.

Separando lentamente sus labios, las manos del oji-azul continuaron explorando por debajo de la ropa, despojándolo de las prendas comenzó a recórrelo a besos.

~~~Ø~~~

Seto Kaiba se encontraba firmando algunos documentos en la comodidad de su despacho. Ya era bastante tarde, casi de madrugada y para su desgracia mañana iniciaba el curso escolar. Por inercia miró el reloj y maldijo en voz baja. Se detuvo un momento para respirar hondo, dejó la pluma rodar entre los papeles  y se sostuvo las sienes con ambas manos mirando fijamente hacia el escritorio. En esa posición deseo no ser una persona tan ocupada y poder estar en su cama durmiendo. Una punzada en su cabeza le hizo cerrar los ojos para mitigar el dolor y poder seguir con su trabajo, sin embargo lo único que le siguió a su dolor fue un extraño mareo que lo descolocó de su asiento. Como pudo busco un soporte, sintió algo extrañamente suave debajo de él y a continuación pudo poner sus manos y sus rodillas en el piso, o eso pensó.

— Por favor… ya entra.

Seto escucho un gemido  y solo hasta entonces fue consciente de la situación. Abriendo sus ojos lentamente enfocó a un joven rubio que respiraba agitadamente debajo de él. Estaba completamente sonrojado, desnudo  y mordía sus labios de una forma lasciva mientras lo miraba suplicante.

— W-W-Wheeler

 Logró pronunciar el confundido Seto. El rubor acudió a sus mejillas y en seguida se levantó de donde estaba. Una vez abajo supo que estaba en una habitación. Desde la cama Joey le miraba extrañado.

— ¡Ponte algo de ropa! — Exigió el castaño dándole la espalda al rubio.

— ¿Qué ocurre Seto? — Preguntó Joey levantándose de la cama. — ¿Por qué te has vestido?

— ¿Qué diablos pasa contigo Wheeler? ¿Es una broma?

— Pero si estábamos a punto de hacerlo… no entiendo.

El desilusionado rubio llegó hasta donde Seto y lo abrazó por la espalda, transmitiéndole su calor, dejándolo sentir su erección le susurro en el oído que volviera a la cama con él.

El joven oji-azul no podía creer lo que ocurría, esa erótica imagen que tuvo al abrir sus ojos ya lo había puesto mal y ahora las suplicas del rubio le erizaban la piel y despertaban su deseo. El cuerpo del chico era exquisito, algo tenía de diferente, pero no se atrevía a mirar.

— Seto… — Gimió de nuevo eróticamente  y obligo al joven a mirarlo a los ojos. Dándose cuenta de la diferencia de alturas y los rasgos juveniles supo que ese era Seto, sin embargo no era su esposo. — Ya entiendo.

 Exclamó  el rubio sonriendo divertido, intercambiando posiciones con el castaño lo lanzó encima de la cama a pesar de los reclamos.

— ¡Deja de tocarme! ¿Qué te pasa perro?

— Vamos Seto, es tu turno de sentir algo de placer.

— ¿De qué hablas?

— ¡Es una oportunidad de oro! Tú nunca me dejarías hacer esto.

Joey no espero más y empezó a desvestir al castaño casi a la fuerza. Aunque no lo aceptara, Kaiba estaba disfrutando de la actitud agresiva de Joey, bueno si es que ese era Joey porque era un joven tan atractivo que dudaba que fuera el perdedor del perro.

 Entre los reclamos y el forcejeo el ojimiel se lanzó al cuello de su presa, justo entre la clavícula y el cuello, haciéndole una marca.

Conforme Seto sentía la boca del ojimiel  hacer presión en su piel sus fuerzas iban cediendo. Lentamente sus manos se resbalaban por el cuerpo desnudo del chico, propiciándole algunas caricias.

Joey sonrió satisfecho para sus adentros y continuo bajando por el cuerpo de su joven esposo. Era más delgado, su piel nunca había sido tocada por nadie más, ni por él. El inexperto cuerpo se contrajo cuando el travieso rubio llego a su miembro y le dio una rápida lamida solo para provocarlo más, divirtiéndose con la cara apenada que el oji-azul trataba de esconder a toda costa.

— Voy a entrar. — Anunció el rubio.

— E-Espera ¡No estoy listo!

— Descuida Seto — Dijo el ojimiel posicionándose para entrar. — puedes aférrate a mí y llorar si quieres. Será placentero.

— ¡No lo hagas!

Gritó el castaño aferrándose fuertemente a las sabanas, listo para sentir la embestida apretó la quijada y sus músculos se tensaron. El dolor solo era equiparable con todo el placer que comenzó a sentir en su interior. Una y otra vez podía sentir el miembro de Joey entrar y salir.

— Esto es mejor de lo que imaginé. — Dijo el rubio entre jadeos.

El joven oji-azul no podía acotar nada, lo único que salían de sus labios entre abiertos eran gemidos, dulces sonidos que no sabía que fuera capaz de hacer. Seto estaba perdido entre tanto placer que ni siquiera era capaz de abrir sus ojos y ver a  su “peor” enemigo poseyéndolo; escondió su rostro entre sus manos casi como un reflejo.

— ¡hey! Eso no se vale, déjame verte. — Reclamó Joey de nuevo entre jadeos.

Sin bajar el ritmo de la estimulación, el ojimiel retiró las manos del joven de su rostro y se acercó para mirarlo, forcejeando contra el testarudo chico.

— ¡No! — Gritó Seto.

Entre la lucha, la mano de Seto dejó un fuerte rasguño en el pecho del rubio.

Joey apretó los labios, aquella marca sólo le hacía sentir más placer. La sangre salió de modo imperceptible de la herida, el rubio se relamió los labios y con una mano controló ambas manos del castaño, le propinó un beso y con su otra mano libre se aferró con más fuerza de sus caderas, logrando penetrarlo mejor.

El oji-azul no pudo soportarlo, se vino con tal acción y sabía que el clímax de su enemigo estaba cerca, ya casi lo sentía. Un espasmo y su interior se sintió caliente pero todo a su derredor se tornaba frio.

Abrió sus ojos, temeroso de encontrarse con algo desagradable, lo único que vio fue su bolígrafo moviéndose en el escritorio. En sus manos solo tenía documentos algo arrugados. Estaba en su despacho.

— Solo fue un sueño…

Suspiró para sí mismo más desilusionado que aliviado.

~~◊~~

—Kaiba… no lo hagas. — Dijo el rubio entre gemidos.

— Ya estas casi listo. — Tranquilizó Seto con un beso.

— ¿Es correcto? Es decir tú no eres Kaiba, no él tipo que me molesta en la escuela.

— ¿Te gusto? —Preguntó el oji-azul deteniéndose en su labor.

— ¿Por qué preguntas eso, engreído?

— En el futuro me vas a amar, ya lo veras “cachorro”

Seto se detuvo un instante para mirar la apetecible mirada del rubio, no había cambiado nada, sin embargo saber que era un Joey menor le hacía casi correrse. Ya no podía soportarlo más, cediendo a sus deseos se colocó en posición y comenzó el dulce vaivén.

Necesitaba sentir que era el dueño completo de ese jovenzuelo. Lo cambio de posición. Lo colocó encima de él, de espaldas. Abrió las piernas del joven Joey y comenzó a penetrarlo mientras lo abrazaba con fuerza, besando y mordiendo la blanca piel de la espalda del rubio.

— Nadie más te ha tocado. Es por ello que debo dejar marca. — Susurró Seto más para sí como se deleitaba con los gemidos del ojimiel.

 

— Oye amor… — Escuchó una voz melodiosa llamarlo. — despierta.

El oji-azul abrió sus ojos y sintió un cuerpo revolverse entre sus brazos, el cuerpo de su esposo.

— Unos minutos más.

Suplicó el castaño abrazando con más fuerza a su esposo,  lo besó en los labios y deseo volver a tener un sueño como ése.

~~~~

— ¡Qué demonios!

Despertó el rubio sobresaltado. Miró a su derredor y supo que estaba solo. Se sintió muy aliviado y regresó a su anterior posición para seguir viendo la película, aún estaba en comerciales.

— ¡Qué clase de sueño fue ese! Seguro que ésta noche tendré pesadillas… ¿Por qué con él? ¡Maldición!

Gruño en voz alta y se embutió un puñado de palomitas sin despegar más la vista del televisor.

Notas finales:

Gracias por leer, las invito a seguir el fic, que sigue masomenos esa tematica. Bueno solo que ya no son jovenes y adultos jejeje pero hay algo de eso. 

Cuidense y que tengan un excelente día. 


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