“En mis tiempos de niñez el miedo a la experiencia constantemente me invadía…
Tu insistencia y tu extraño tipo de amor, abrió mis ojos, y con ello…. Mi corazón”
El gran calor que se sentía al sur de Corea tostaba de forma permanente a aquellos torsos desnudos pertenecientes aquellos trabajadores de las plantaciones de arroz, y a los jóvenes brazos de los estudiantes quienes carecían de un techo en el patio con el cual cubrirse de aquellos rayos solares de a finales del verano.
Lee Taemin era un joven admirable en todo el pequeño pueblo donde vivía. Aquel joven del ingenio impresionante, de aquella piel lechosa delicada, del largo cabello cobrizo que llegaba a sus endebles hombros y que se movía con el poco y casi nulo viento que se deslizaba por las calles de tierra o cemento. Esponjados labios rosados resaltaban de su blanca piel y cuerpo femenino único para un CHICO de su edad., todas esas atribuciones eran cubiertas por la cruda y serena mirada, la cual podía callar y desnudar a cualquiera con un segundo de su mirar.
Todos le temían por su extraña y única forma de ser, por su constante soledad y por su forma de pensar sobre el comportamiento de los jóvenes de su clase.
Constantemente se quedaba varado en todo el transcurso de sus horas de clase, sin emitir sonido ni emociones. Pero aquella incomoda baceta para algunos cambiaba drásticamente cuando, al salir del colegio, este joven muchacho se dirigía a la casa de su primo, Kim Jonghyun, la única persona capaz de hacer sonreír a al joven Lee.
Antes del comienzo en su nuevo colegio, aproximadamente 4 meses atrás, Taemin se encontraba extrañamente entusiasmado y alegre. Ayudaba a su tía a realizar la cena, comía bastante e incluso lavaba tanto ropa como los platos de la cena.
LA razón… hace poco se había enterado que su familia (Tíos y Jonghyun) se mudaría a Seúl, la ciudad capital, y para mejorar la noticia días más tarde le había llegado una carta a su hogar redactando que él había sido aceptado por la renombrada escuela Special Art
- Nunca te había visto tan feliz… - una gruesa voz, descoloco al menor mientras de poco trataba de ocultar su desconocida sonrisa.
- No digas tonterías. Siempre soy feliz cuando estás tú – un tierno puchero se posiciono en los gruesos y suaves labios de Taemin. Jonghyun aprovechando que su querido primo se encontraba recostado en aquella esponjosa cama, se lanzo de forma brusca hacia el cuerpo del menor provocando que la pequeña lectura que llevaba avanzada el menor, se perdiera entre cosquillas y cosquillas.
- ¡Ya! Detente que me hare pipi – los hábiles dedos del mayor presionaban fuertemente en las costillas del menor produciendo fuertes cosquillas que lograban sacar lagrimas del joven.
- ¿Por qué no fuiste al baño antes? Jejeje – de a poco las constantes cosquillas se fueron haciendo pocas debido al cansancio del mayor.
Luego de recobrar el aire después de una guerra de risas con su primo, Taemin se volvió a acomodar en su cómoda cama para seguir con su lectura.
- ¡Ash! eres tan aburrido- una de las cosas que más odiaba Jonghyun era que su amado primo no le tomara la atención debida y más si era por un insignificante libro- ¡Ven aquí! –
El mayor agarro de las delicadas y formadas caderas al menor para luego posar aquel liviano cuerpo sobre su regazo produciendo un gran sonrojo en el menor.
Los ojos de Taemin se humedecieron debido a la gran temperatura de su rostro, sostuvo entre sus temblorosas manos aquel antiguo libro y con este se cubrió la mitad de su cara para que Jonghyun no se percatase de los colores que se apoderaban de su rostro.
- A si te vez más lindo. Sumiso – Jonghyun acomodo su cabeza en la blanca almohada de plumas para luego cruzar sus manos en su pecho, cerrar sus ojos y descansar después de su cansado día.
- Acaso te dormirás…- susurro levemente el menor. Taemin se agacho levemente para luego abrazar a su primo y recostarse sobre él.
Taemin se hipnotizaba siempre con el calor de aquel cuerpo voluminoso, de aquel fuerte olor varonil y obviamente le fascinaba aquella sonrisa que todas las mañanas les despertaba para dirigirse a su colegio. Él menor hundió su rostro en el tostado cuello de Jonghyun e inhalo cada esencia de aquel sujeto, embriagándose cada vez más con aquella extraña sensación que le recorría el cuerpo cada vez que sus cuerpos se rozaban o interactuaban.
Abandono aquel pensamiento que confundía su cabeza constantemente y, después de inhalar la última partícula de olor, cerró sus ojos para dormir acompañado de su primo.
…
(TAEMIN)
Pude escuchar el timbre resonar en mi oído de forma abrupta y fuerte. Rápidamente todos los alumnos se formaron en filas casi perfectas para inaugurar el nuevo año escolar y, por primera vez en mi vida, mi presencia no resaltaba. Desde que abandone mi pelo largo ya nadie se voltea a verme, aunque esa actitud es muy obvia, yo actuaria de la misma forma si me encontrara con algún sujeto el cual posee un aspecto que no me provoca confianza.
Nos llevaron pro grupo a nuestras respectivas salas, al llegar a la sala de baile mis ojos se abrieron enormemente y una gran satisfacción se apodero de mi. Era amplio, limpio, alto, y un gran espejo se ubicaba en toda la pared izquierda, de lo único que carecía aquella esplendorosa sala era de sillas, pero obviamente no eran de utilidad en aquel gran lugar.
Me senté a un lado de la sala esperando la llegada de la profesora, de a poco nuestras miradas exploradoras y curiosas comenzaron a fijarse en cada detalle de nuestros pares para, quizás, matar el tiempo.
Mientras otros comenzaban a dialogar, compartir risas y opiniones, yo solo me hundía mas en mis pensamientos y confusiones, en lo bueno y lo malo, en lo puro y lo pecaminoso, y entre mas trataba de divagar en esos temas, mas mi mente se alejaba de aquella enorme sala y se dirigía hacia los recuerdos recientes.
(Flash Back)
Ya era de día cuando los rayos de luz cruzaron mi ventana y llegaron hacia mi cuerpo cubierto por las sabanas, mis ojos me ardían debido a aquella luz y me costaba divisar con normalidad. Me levante perezosamente al darme cuenta de la hora, aun no me acostumbraba a los ruidos vespertinos de aquella enorme ciudad y simplemente el dormir bien me era inevitable. Me decidí por ir a molestar a Jonghyun a su habitación, según él volvería en la noche de su improvisada fiesta por lo que dedujo estaría en su habitación.
Cuando la abrí no encontré a nadie, su cuarto estaba completamente ordenado, al igual que su cama, y la cortina de la ventana no había sido abierta desde el día anterior, preocupado baje para preguntarle a mi tía sobre el paradero de mi primo y la encontré cocinando ya el almuerzo.
- Tía ¿Dónde está Jonghyun? – pregunte preocupado.
- Mmm, hace poco me llamo y me dijo que recién iba saliendo de la casa donde era la fiesta. Al parecer se entretuvo mucho – mi tía solo se limito a sonreírme gentilmente como siempre lo hace, al igual que Jonghyun.
“¿Se entretuvo? … Pero Jonghyun nunca le gusta estar más de una hora en fiestas?”
De a poco un extraño sentimiento en mi afloro, apreté fuertemente mis puños y subí rápidamente a mi pieza pisando fuertemente en el piso, provocando un fuerte estruendo en nuestra pequeña casa.
“Tal vez, conoció a una chica” Odiaba a las mujeres, las detestaba. Era tan perfectas y podía atraer fácilmente a los hombre con su físico, podían dejarse crecer el pelo hermosamente y nadie les miraría feo, podían tener unas hermosas caderas, podían maquillarse, podían pintarse las uñas, podían ponerse lindas y bellas para el hombre que aman sin ser criticadas… Todas esas cosas que siempre que yo las hago quedo como un chico raro.
No transcurrió más de media hora cuando oí la puerta principal sonar, supuse que él había llegado, por lo que rápidamente me cubrí mi cuerpo con las gruesas mantas para no ver su tierno rostro. Trate de cerrar los ojos, tratar de quedarme dormido, pero me fue imposible. En el fondo deseaba que el subiera a verme, a darme explicaciones del porque llego tarde pero el no me debe explicación… simplemente soy su primo.
Escuche sus pasos correr velozmente por las escaleras, mi corazón latió fuertemente al saber que él se dirigía a mi cuarto. ¿Qué le diré? ¿Lo regaño? ¿Le miro? ¿Actuó como si no ocurriera nada? Mi mente se inundo por unos segundos de preguntas que sabía era innecesarias, cuando una persona ama a otra el comportamiento que posee al estar en esta situación es siempre indiferente. Respire tranquilamente y trate de no pensar más, hundir mi rostro fuertemente en la almohada y rezar por no cometer un acto estúpido.
- ¡Taemin! Dormilón. Vamos a comer – todo mi aire fue expulsado al sentir como todo su cuerpo presionaba fuertemente en mis costillas, pero aun así no me destape- Taemin… vamos a comer ¿Dormiste mal?
- Claro que dormí mal…- dije en un susurro poco audible debido a la almohada.- ¡te estuve esperando toda la jodida noche!
“Estúpido”
- Lo siento, es solo que no me di cuenta del transcurso del tiempo – pude sentir como me destapaba lentamente para poder observar mi rostro. Mientras aquella cálida cobija abandonaba mi cuerpo, pude sentir como un aroma a fresas lleno por completo mis sentidos, logrando que me marease y cubriera fuertemente mi nariz.
- ¿A qué hueles?
- Yo…. No Huelo nada – su nariz recorrió sus brazos y su ropa con el objetivo de encontrar aquel embriagador y detestable olor.
Después de notar que realmente no lo encontraba me percate del origen de ese olor, aquella esencia que sale de la piel impura y lujuriosa de aquellas mujeres que buscan un deleite sexual, de esas prostitutas engatusadoras que ahogan a los hombres con aquel olor imperceptibles para ellos con el objetivo de llevarlos a la cama al igual que las sirenas con su mortuorio canto.
- Anoche… conociste a una chica. – le pregunte tratando de observar alguna actitud inusual.
- Chica…mmm no. – Me dijo inocentemente con aquel rostro de cachorro que le identifica.
- ¿Con quién estuviste anoche?
- ¿A qué se debe esto? No debo porque explicarte que hice anoche o con quien estuve. Ven vamos a comer- alzo su mano para sostener la mía.
- No me toques. No mientras huelas a prostituta.- quite fuertemente mi mano de la suya a la vez que desviaba mi mirada a otro punto. El había estado con una mujer, con una mujer en celo.
- ¿Qué te sucede? Para tu información yo no estuve con ninguna chica, me tome unas copas con un chico que me pareció simpático.
“¿Chico? ¿ el había estado con un chico?”
- ¿un chico? ¡Crees que soy idiota! El olor que traes es típico de una mujer en busca de sexo, no tienes que mentirme de esa forma.
- ¡No te miento! Sabes que nunca lo hago. Y si estuve con un chico.
- De seguro quería solo follar con tigo… - susurre levemente y camine hacia la puerta sin mirarle.
- Él… aquel chico no es de esas personas –susurro levemente
- Eres idiota… ¡Ha! Tal vez él se dio cuenta que eres idiota y por eso trato de seducirte.
(End Flash Back)
Tal vez si no me hubiera comportado como un idiota celoso, ahora el me sonreiría, me abrasaría y me siria lo especial que soy. Soy un idiota.
Cierro mis ojos fuertemente para tratar de olvidar aquellos pensamientos que solo logran contraer mi corazón de una manera molestosa, suspiro pesadamente y recojo mis rodillas para poder abrazarlas, para poder entregarme calor.
Escucho como voces molestosas hablan entre si fuera de nuestra sala, comentando sobre nosotros y riendo chillonamente detrás de aquella muralla que separa nuestra sala con aquel largo pasillo. Observo como de la puerta principal entran los antiguos alumnos, los que siempre han tenido el privilegio de estudiar aquí, los con dinero, y todos ellos posan sus sucias miradas en nuestros novatos cuerpos. Ciento como algunas miradas me desnudan con solo posar sus finos ojos en mí, por lo que aprieto con más fuerzas mis delgadas piernas-
- Miren aquel chico… el muy lindo y tierno…- de a poco los comentarios van dirigidos hacia mi persona, y comprendo que en cualquier lugar donde me valla, llamare la atención de todos… menos de quien me importa.
- Es incluso más delgado que la Diva…
- Y más tierno…
- De seguro no es como esa prostituta…-
“¿la diva? ¿Quién será?”
- Hola jóvenes… - una mujer de delgada contextura y largo cabello castaño nos saluda amistosamente mientras que los antiguos aun buscan un lugar donde posar su trasero.- Yo seré su profesora de Danza rítmica, pueden decirme Boa con toda seguridad. Bueno entremos de inmediato en el tema…
Su voz comienza a relatar todo lo relacionado con los espacios rítmicos de las canciones y como estas tienen una extremidad especial que la puede representar. Mi mente se olvida por completo de lo exterior, de los comentarios respecto a mí, de Jonghyun y aquel olor a fresas, solo centro en mi mente mi sueño, el sueño que logro mantenerme en pie por tantos años de martirio.
Transcurrieron aproximadamente 30 minutos cuando el sonido de la puerta corrediza se hiso presente, dejando a la vista a un joven alto de pelo rubio, de piel blanca al igual que la mía, labios finos como sus ojos de fiera que observaban todo a su alrededor. La profesora lo regaño sin resultados, y aquellas largas piernas recorrieron toda la sala hasta la parte trasera donde se encontró con dos chicas, ambas de pelo corto.
Su mirada me provoco escalofríos y más cuando pude notar que el tenia aquellos negros ojos en mi persona, me sentía vulnerable e inseguro mientras más tiempo transcurría en el reloj de la blanca muralla. Sentía que si me le acercaba apenas unos segundos, mi vida terminaría en un caos.
(END POV TAEMIN)
Mientras los nuevos alumnos se integraban de buena forma al establecimiento, en una oficina que se encuentra totalmente distanciada del cuerpo estudiantil, se encontraban dos cuerpos lujuriosos, sudorosos y vestidos, uno arremetiendo contra el otro, de manera salvaje, animal y experta.
El cuerpo delgado, refinado y delicado de la joven secretaria de la escuela, se encontraba postrado en la ya cálida mesa. Sus largos cabellos se pegaban a su rostro y hombros debido a la constante transpiración que se deslizaba desde su frente hacia la parte inferior de su bello rostro. Sus manos largas buscaban desesperadamente un abrazo por parte de su acompañante, de forma inútil, de forma persistente. Se ahogaba con sus propios gemidos y no le avergonzaba en lo mas mínimo el estar cometiendo un acto prohíbo.
Tener relaciones carnales con un alumno suena descabellado para cualquier persona que trabaje en un establecimiento, pero inevitablemente Victoria no podía contener los deseos lascivos que tenia hacia Minho desde la primera vez que lo vio, con su torso al descubierto debido a la fuerte gimnasia que realizaba, aquellos brazos largos y fuertes que le hacían llegar al éxtasis con solo sentirlos en su cuerpo.
Minho no la amaba, no le gustaba y no poseía ningún tipo de afecto hacia aquella lujuriosa figura que poseía aquella secretaria. Su sueño desde joven siempre fue follar con una mujer mayor que él, experta en todo aspecto y de cuerpo ya formado, y cuando Victoria se le presento tan lujuriosa, mayor y deseosa por su cuerpo simplemente no se hiso de rogar y comenzó a tener relaciones carnales con ella casi tres veces a la semana.
…
- ¿Vendrás mañana? – Le pregunto agitadamente Victoria mientras abrochaba su blusa que ya no se encontraba muy bien planchada.
- No lo sé… - respondía secamente Minho mientras posicionaba el cinturón en su lugar.
- ¿Mañana que harás?- Victoria siempre trataba de pasar más tiempo con Minho, de a poco su deseo fue transformándose en amor, un amor obsesivo y asesino.
- No lo sé… - Minho salió rápidamente de la oficina antes que el timbre del primer receso sonara y la oficina de la secretaria se llenara de profesores y alumnos.
Se fue satisfecho, animado y hasta más enérgico que en otros días. Se fue hacia su nueva sala, donde seguramente se encontraría su amigo Key, ya que este año serian de la misma clase.
Trato de apresurarse pero aquel colegio siempre era engañoso respecto a su porte y cuando estuvo a metros de llegar el timbre sonó, y una gran avalancha de jóvenes bajaban apresurados las escaleras para poder jugar en la sala de entretenimiento.
Minho suspiro pesadamente, si bien no lo habían atrapado, le molestaba el tener que buscar a su amigo en aquel grande y largo establecimiento.
Por otro lado Key y Amber bajaban las largas escaleras del tercer y segundo piso para poder llegar a la cafetería y comprarse algunos aperitivos, Sulli tuvo que separarse de ese par de mejores amigos para poder ir a buscar sus cuadernos a los casilleros de segundo piso.
Al llegar a la cafetería el rubio de ojos gatunos solo se limito a tomar un poco de jugo, a diferencia de su amiga que ya tenía entre sus manos una apetitosa hamburguesa.
- Ese muchacho me apesta… - hablo brevemente Key mientras le daba otro sorbo a su jugo.
- ¿Por qué?
- No te diste cuenta, ahora todos le andan mirando el trasero a ese niñato – pronuncio aquel rubio con un tono de obviedad en sus palabras.
- Creo que estas exagerando
- ¡Claro que no! Si ese mocoso sigue aquí me quitara a todos mis admiradores, no puedo permitir eso.
- ¿Y qué haraaas? – pregunto Amber dando un gran mordisco a su hamburguesa.
- Le pediré a Minho que se encargue de él…- dijo Key sonriendo de lado, mirando maléficamente a un punto ciego cualquiera.
- Encargarme… ¿De quién? –
La gruesa voz del alto asusto al joven rubio provocando que este botara su jugo, mientras que Amber solo atino a reírse de forma burlona. Minho tomo asiento lentamente al lado de la delicada figura de la Diva, sus grandes manos se dirigieron hacia la apetitosa hamburguesa de Amber, y sin dudarlo se la arrebato velozmente.
- ¡Es mía! – grito fuertemente Amber mientras inútilmente trataba de alcanzar su, antes, comida.
- Ahora no – el mayor saco inocentemente su lengua mientras le daba una gran mordida a su nuevo alimento.- Key… quien es ese chico… del … uf, que estabas… hablando – dijo dificultosamente Minho, debido a la gran cantidad de alimento de su boca.
- No hables con la boca llena ¡Cerdo! – Key le quito aquel molestoso alimento repleto de calorías y grasas y lo aventó por los aires hasta caer perfectamente en el bote de basuras – hay… un chico nuevo que no me agrada.
- ¿Chico nuevo? – pregunto extrañado Minho, por su mente comenzó a formularse la opción de que tal vez sea de Jonghyun de quien estaba hablando.
- Es un chico que va en nuestra sala, su nombre es Lee Taemin, tiene aproximadamente 17 años y no habla nada, pero la mayoría de los hombres de nuestra clase ya comenzaron a planear como lograr Follar con él - pronuncio rápidamente Amber, entregando la poca información que conoció del joven.
- Acaso…- pronuncio Minho levemente mientras posaba sus enormes ojos en los del joven rubio.- El todo poderoso Key ¿Le tiene miedo a un niño?
- ¡No digas estupideces! Solo trato de darle a entender su lugar en este colegio, que por casualidad ¡Nunca será sobre mi! – El enorme y hermoso trasero de aquella fiera se levanto fuertemente de su asiento, alejándose velozmente y con ira asía algún lugar apartado de toda esa mierda de gente, de todos esos cuerpos deseosos de otro que en los único que piensan es en el deseo sexual… pero lo que más le apestaba a aquel cuerpo lujurioso era la idea de que el mismo, era como todos ellos, una mierda.
Su paso era de temer, al igual que sus ojos enfurecidos, su respiración agitada, y su cuerpo deseoso. Tropezó con mucha gente debido a su velocidad y no se inmuto a pedirles perdón a las personas que accidentalmente votaba. Cuando volteo con velocidad una de las sientas de esquinas de aquel laberinto de colegio, su frágil y débil torso fue empujado bruscamente por uno de mayor grosor y dureza, provocando que su frágil trasero chocara fuertemente con la fría cerámica regalando un pequeño dolor a su columna vertebral.
- Ten cuidado estúpido – rugió el rubio sobándose levemente la parte dolida.
- Discúlpame. ¿Te encuentras bien? –
Key elevo levemente su rostro para toparse con una enorme mano tostada y firme que le era ofrecida para levantarse de su sitio, una mano extrañamente conocida para él e incluso sintió que esta misma humillación ya la había vivido. Subió mas su gatuna vista para encontrarse con el rostro preocupado de un pequeño pero musculoso joven.
Su corazón latió, extrañamente, al sentir como esos ojos de compasión lograban penetrar hasta su frio corazón. Key Toco levemente aquella gruesa mano que el joven Jonghyun le extendía amistosamente y , al sentir como sus dedos se enlazaba, pudo sentir como una extraña felicidad derretía el congelante hielo que albergaba su corazón.