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Secretos, dulces secretos por Aiko_Amane

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Notas del capitulo:

Bueno aquí les dejo el capitulo 2!! Espero que les gustee!!! ^.^

Mi mente empezó a recordar el día que vi a Voldemort cuando peleamos por la piedra filosofal, cuando me enfrenté al basilisco en 2º curso y en 4º curso volvió y casi consigue su objetivo de matarme e incluso en el último curso cuando conseguí derrotarlo para siempre, en ese momento supe que ninguna de esas batallas eran tan difícil como no poder reclamar a mi pareja.

Mi lobo quería salir y marcarlo con mi olor y que él me marcara con el suyo, quería que sus brazos me rodearan, poder pasar mis manos por ese pelo platino, quería…no, necesitaba sentir sus carnosos labios contra los míos.

-¿Que pasa Potter, te ha comido la lengua el gato?- me dijo Zabini.

-Cállate, serpiente- dijo Ron ya que yo no respondía.

-Vaya pero si es su fiel sabueso Weasley- Dijo Zabini pero no fue eso lo que me hizo reaccionar sino que vi como pasaba un brazo, SU! Brazo por los hombros de MÍ! Pareja. Mi lobo estaba cabreado, podía sentir como arañaba mi interior intentando salir, y el dolor que sentía en mi alma al ver a mi pareja con el olor de otro era insoportable. Estaba tan hipnotizado con sus ojos de plata los cuales también me miraban fijamente que no me di cuenta que me transformaba poco a poco hasta que sentí que mis encías dolían y al pasarme la lengua por mis dientes note dos enormes colmillos en mi mandíbula superior y en la inferior al igual que el resto de los dientes eran mas pequeños pero igual de afilados capaces de romper y rasgar cualquier cosa.

No podía controlar mis emociones y sabía que terminaría convirtiéndome entero y eso era algo que no me podía permitir.

-Harry, hermano estás bien?- me preguntó un preocupado Ron.

-Harry, estás…estás gruñendo?- me pregunto Hermione incrédula pero no me había dado cuenta de que tenía razón. No sabía que hacer, si me quedaba terminaría por arrancarle el brazo a Zabini pero decir la verdad no era una opción por lo que hice lo único que se me ocurrió, correr.

Me eché a correr sin parar, no miré atrás, no hice caso a mis amigos cuando me llamaban y tampoco de las miradas desconcertadas de las serpientes. Solo quería alejarme de allí, corrí, corrí y corrí hasta que me di cuenta que no me cansaba, debido a mi infancia yo no podía correr ni hacer ningún esfuerzo físico porque enseguida me cansaba, pero ahora me sentía capaz de todo, también observe  que iba muy rápido más que cualquier humano.

Mi lobo estaba feliz, le gustaba correr y al menos mi instinto asesino se fue dando paso a la preocupación. ¿Si me hubiera transformado habría dolido? ¿Sería como cuando Remus se transformaba?. Dejé de pensar y me concentré en lo feliz que estaba de correr y olvidándome de todo, de mis problemas, de mis celos hasta un cosquilleo que sentía por todo mi cuerpo y acepté lo que era, de todas formas no era algo que pudiera cambiar. Abrí los ojos que hasta ahora no me había dado cuenta que los había cerrado y vi todo más claro, los colores eran más vivos, había tonos que ni siquiera sabía que existían, los olores eran increíbles, el olor a tierra húmeda de la lluvia, el olor de las plantas características del bosque prohibido, los sonidos de los pajaros cantar y sus aleteos espantados al haberme visto a mí, podía sentir los pasos de las hormigas caminar transportando alimento y podía oir el movimiento del agua del arroyo al otro lado del bosque.

Me sentía poderoso, ni cuando acabé con Voldemort sentí lo mismo, la sensación de libertad, con el viento dándome en el hocico y rozando suavemente mi pelaje y mis patas enterrándose en la húmeda tierra…

¡Espera un momento! ¿Desde cuando tenía yo patas y un hocico?. Frené tan pronto termine de hacerme la pregunta y lo primero que vi fueron doa patas con unas enormes garras de color blanco y al mirar mi parte trasera vi lo mismo pero esta vez terminando en un larga y suave cola, estaba asustado así que grité pero lo único que se escuchó fue un agudo aullido y caí en la cuenta de que me había transformado sin darme cuenta y sin dolerme tan siquiera un poco.

Empecé a relajarme y del pánico pasé a la curiosidad, aunque era raro caminar a cuatro patas era mucho más cómodo que caminar a dos. Primero puse mi pata delantera derecha para luego seguirla por la trasera al igual que mi parte izquierda, aunque parecía un pato mareado conseguí ir mas o menos normal por lo que cogí confianza y empecé a ir al trote con tan mala suerte que mis patas de enredaron haciéndome caer de morros contra la tierra enterrando medio hocico al final, me levanté y restregué mis patas contra mi hocico quitándome la mayoría de la tierra ya que ni loco lamia eso. Conseguí deshacerme de la mayoría y sin preocuparme de nada eché a correr y entendí que no era tan difícil si solo me dejaba llevar por mi instinto.

Corrí hasta que mis patas no pudieron sostenerme y me sentí bien por primera vez no me agobié por haber encontrado a mi pareja ni por supuesto de quién se trataba pero a todo eso le haría frente mas tarde. Encontré un pequeño lago  en mitad de un claro y me acerqué a beber, al principio costó pues no bebía nada pero luego de un rato lo conseguí. Saciada mi sed me dirigí hacia un gran árbol y me acurruqué en la base, debido a mi pelaje no tenía frío por lo que me quedé dormido.

Desperté sin saber donde me encontraba y al ver mi pelaje me acordé de todo, la transformación, la sensación de libertad y por extraño que parezca me sentía feliz. Me levanté y mire al cielo, ¿Qué hora sería?. Hice un hechizo de reloj sin acordarme que estaba en mi forma animal y que alomejor no funcionaría pero pasó algo raro y…¿gracioso? Mi nariz empezó a iluminarse como una bombilla de color verde y de ella salió un pequeño rayo flotando y tomando forma indicándome que eran las dos del mediodía, ¿¡Genial ahora soy Rudolf!?. No tenia ganas de volver además con tanta euforia se me olvidó inventarme una excusa de porque salí corriendo por lo que me fui a investigar mis nuevos poderes.

Primero que nada quería ver si era capaz de volver a mi forma original, pensé en mi forma humana o en la que lo era desde hace unas horas, mis ojos verdes con su brillo dorado, mi pelo negro y sedoso, mis abdominales con mis nuevas caderas y en medio de mi reconocimiento sentí un cosquilleo extenderse por mi cuerpo y al abrir mis ojos descubrí vergonzosamente que estaba desnudo lo que me indicaba que perdía mi ropa cada vez que cambiaba. ¡Genial, ahora como vuelvo a Hogwarts!. Tendría que ir de noche cuando nadie se diera cuenta. Volví al lago (desnudo, por supuesto ‘¬¬) y me concentré, si le hacía caso a mi sueño era capaz de transformarme en más de una criatura, imaginé unas poderosas patas con unas garras mortales, una melena sedosa, un cuerpo fornido y una mandíbula con colmillos y al instante sentí ese cosquilleo característico de nuevo.

Al abrir mis ojos chocaron con otros iguales pero aquellos le pertenecían a un increíble león blanco, me sentía fuerte. Acostumbrado a la forma de lobo no me fue tan difícil hacerlo en forma de León y no pude evitar por lo que erguí mi forma completa y solté el rugido más increíble que hubiera existido aunque fue un poco raro pues obviamente fue mi primera vez, los pájaros volaban despavoridos y yo sonreí aunque en esa forma parecía que estuviera enfadado.

Me pasé toda la tarde convirtiéndome y probando mis capacidades pero lo tuve que dejar pues el cielo empezó a oscurecerse así que empezé a reptar hacia Hogwarts (en ese momento era una cobra blanca) y me pregunte si todos los animales en los que me podía convertir ¿serían todos del mismo color o si podía cambiarlos a mi gusto?. Cambie a gato ya que así iría mas rápido y me fui directo a la cocina pues llevaba todo el día sin comer desde el desayuno y ya me estaba muriendo de hambre. Pillé un poco de pavo y algo de jugo de calabaza y me fui corriendo a las mazmorras de Gryffindor. Estaba pasando por la biblioteca ya casi llegando a mi casa, gracias a Merlín que por allí no había nadie pues en los otros pasillos por los que había pasado habían profesores y prefectos haciendo guardias y mas de una vez me tocó huir.

Me dispuse a dar la vuelta a la esquina cuando me choqué con algo o alguien.

-Miauu…- (¡Ay!) me quejé, me había dado en el hocico y me dolía, me dispuse a “quejarme” cuando me fijé en dos orbes de plata líquida que me miraban sorprendidos. Y entonces me golpeó el olor, ese refrescante y exquisito aroma que me hizo inconscientemente restregarme en sus piernas marcándolo  con mi olor. Para cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, me esperaba una frase insultante o hasta una patada pero no estaba preparado para lo que sucedió en verdad.

-Hey hermoso! Como has entrado en Hogwarts- me cogió en brazos y apoyé mis patas en su hombro izquierdo mientras el me acariciaba mi cabeza suavemente y yo ronroneaba. –Te has perdido? Espera un momento- dijo Draco sacando su varita y apuntándome con ella e hizo un hechizo de reconocimiento.

- ¿No tienes dueño? Tienes que estar hambriento, vamos- Caminó hasta su sala de Slytherin y entró en su cuarto individual que le correspondia por ser prefecto.

Me puso en su cama y conjuró un poco de comida que me dio mientras él se iba a cambiar al baño. Cuando terminé me dispuse a irme pero el salió del baño antes de que pudiera si quiera intentarlo y me pillo.

-¿A dónde vas? Esta noche te quedas conmigo, un gatito como tú no puede andar por ahí solo o acaso eres sola?- dijo con una sonrisa.

¡Oh no! Empecé a removerme y a bufar esperando que dejara de insistir pero no lo conseguí.

-Así que eres un él, eh?- Dijo sonriendo, si pudiera haberme sonrojado lo hubiera hecho, maullé avergonzado y oculté mi cara en su pecho. Se dirigió a su cama jaló las sabanas y nos acostó tapándonos con ellas y me puso a su lado sin dejar de acariciarme, me estaba quedando dormido hasta que sentí como me hablaba de nuevo.

-¿Sabes?- me dijo – Tus ojos son como los de él.

¿Él?

-Sé que esta mal ya que somos enemigos pero no puedo evitar pensar en él. Hoy cuando lo vi después de las vacaciones me faltó el aliento, no se porque te cuento todo esto ya que solo eres un gato. – Si tú supieras - pensé – Pero eres al único que podré contarle esto.

-Vaya la verdadera máscara de Draco Malfoy.-pensé no sabía si estar celoso o feliz. Restregué mi cabeza contra su hombro alentándolo a continuar y lo hizo.

-Hace tiempo que me he dado cuenta de lo que siento por él y al principio me negaba a tales sentimientos y lo trataba peor que nunca- pobre muchacho dije ya que eso también lo había pasado yo- pero a medida que pasaba el tiempo supe que no podía borrar mis sentimientos por lo que terminé aceptando que esto era un amor no correspondido y a amarlo en la distancia pero cuando lo vi hoy tan cambiado pero aun así mas perfecto que nunca, su pelo, su sedoso cabello negro, sus hermosos ojos verdes ahora con un brillo dorado dándole un toque salvaje que me vuelve loco- no podía ser, si lo que Draco decía era verdad ese chico era…- Si, estoy enamorado de Harry Potter y desde hace mucho tiempo – sonrió – No me mires así, nadie elige de quién enamorarse y a mi me toco uno no correspondido.

¡Hay Merlín si tu supieras! Me levanté y me recosté en su pecho metiendo la cabeza y restregándome contra su cuello. Cuanto más olor a mi mejor.

-Jajaja para que me haces cosquillas- rascó mi cabeza y me pasó un brazo por encima acurrucándonos y con un toque de su varita apagó las luces pero antes de caer en la inconsciencia del sueño me prometí algo.

Que Draco sería mio cueste lo que cueste.

 

 

 

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En un lugar muy, muy lejano de Hogwarts alguien observaba sentado en su trono a los dulces amantes dormir.

-¿Cómo es posible que esté vivo?- Rugió enfadado.

-Señor, no sabemos como pudo escapar – contestó temeroso uno de sus lacayos.

-Hace 17 años os mandé a matarlo y me dijeron que el trabajo estaba hecho.

-Y señor, vimos como ese ser al que llamaban Lord Oscuro acababa con todas las personas que se encontraban en esa cosa – respondió otro igual o incluso más temeroso que el primero.

-¿Y se molestaron si quiera comprobar que todos estaban muertos?- preguntó con una voz sospechosamente tranquila. Los lacayos se miraron temerosos.

-Zeus, Señor, no creímos necesario…- no pudieron terminar pues el Dios les volvió a gritar.

-¡¡No Creyeron Necesario!!? Ese es el problema ustedes tienen que hacer solo lo que yo diga sin ninguna falla y eso es exactamente lo que no hicieron. Quiero que acaben con él cuanto antes y sin ningún error!.

-Sii señor- respondieron todos antes de salir corriendo por la majestuosa puesta de piedra.

Cansado y previniendo un dolor de cabeza se sentó en su trono. Si lo que le había dicho su hermano hace tiempo era verdad, el que estuviera vivo ese muchacho no presagiaba nada bueno. Creía que todo había acabado aquella noche de hace 17 años y recordar esos momentos siempre lo dejaban con un vacío dentro suyo. Saber que había perdido a su hija y a su nieto por culpa de esa persona lo enojaba mucho y ahora se vengaría acabando con la estirpe de Potter.

Notas finales:

Lo siento por lo cortito que es pero por más que intento hacerlo más largo no me sale TT_TT Y como siempre espero vuestros maravillosos Reviews. Hasta el Próximo Capii!!


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