Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor Verdadero por Aiko_Amane

[Reviews - 70]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno aquí el segundo Capítulo!! ^.^

 

Agradezco a los que me dejaron los Reviews y me alegro de que les haya gustado.

Bueno que lo disfrutéis *-*

Me encontré perdido en esos orbes plateados por un tiempo indefinido, ya nada importaba a nuestro alrededor, solo él y yo.

-…rry, ¡¡Harry!!, ¿me estas escuchando?- me dijo Hermione de repente.

-¿Eh?, Eh, si claro que te escucho Hermione- dije aunque no tenía ni la más mínima idea de lo que me habían dicho.

- ¿Entonces estás de acuerdo con la directora?- me preguntó elevando una de sus oscuras cejas.

- Claro que estoy de acuerdo…(3,2,1)…¿Con qué estoy de acuerdo?- sabía que me iban a echar la bronca pero no me había enterado de nada, estaba ocupado con… con otra cosa.

- ¡Oooh, Por el amor de merlín!, ¿Quieres prestar atención? Este problema te abarca a ti completamente así que ahora presta atención. La directora te va a poner en una habitación aparte.

-¡¡¡¿Qué?!!!- salté enseguida- ¿Por qué va a hacer eso?- pregunte y vi cómo tanto Hermione como la directora rodaban los ojos.

- Si se espera, Potter, lo sabrá ahora mismo- se paró y hecho un vistazo alrededor- ¡¡Se puede saber a qué están esperando para irse a sus clases, manada de vagos!! - y como si fueran humo los alumnos de dirigieron a sus clases correspondientes rápidamente y sin rechistar- Pues como le iba diciendo usted por mucha apariencia femenina que tenga ahora, sigue siendo un chico por lo tanto no lo puedo mudar al dormitorio de las chicas y precisamente por su aspecto no lo puedo dejar en su cuarto de siempre por ese motivo y solo por esta ocasión le daré el derecho a tener su propio cuarto, ¿Lo entiende?- y al recordar la reacción de Ron al verme asentí rápidamente- Bien, ahora a clase los dos inmediatamente, el profesor sabe el motivo de su retraso y Potter, le avisaré cuando tenga noticias- y con eso dicho se dio media vuelta y se fue a su despacho.

Hermione y yo, con los libros bien agarrados debajo del brazo, echamos a correr hasta llegar a la puerta de la clase de pociones y paramos. Luego de una profunda respiración tocamos la puerta y seguido escuchamos el “pase”. Nada más entrar las miradas se posaron en nosotras o mejor dicho en mí, me miraban con curiosidad, sorpresa y otros me di cuenta, con lujuria. Me olvidé de todos y me senté en mi lugar al lado de Ron y saqué mis cosas.

-Bueno, sigamos por dónde íbamos antes de esta… inoportuna interferencia- dijo Snape sin apartar la vista de mí.

No aparte mi mirada de la suya y así nos quedamos varios segundos, me tensé pensando que iba a decir algo inventivo y sarcástico, pero extrañamente apartó la mirada y siguió con la clase. Podía sentir las miradas fugaces pero yo busqué la que me interesaba y no me costó mucho ya que se sentaba en la fila contraria, dos filas por detrás al lado de Zabini. Y me perdí, su piel brillaba aumentando su hermosa palidez natural, su pelo, libre de la gomina que lo aprisionaba caía en finos mechones dorados blanquecinos por su frente, sus ojos, aunque fijos en la materia, tenían ese brillo que te hacía preguntarte si sus ojos eran de color plata o azules, destacaban debido a las largas y rubias pestañas a sus alrededores y sus labios eran de pecado, carnosos y de aspecto suave, apetecibles cuando habla, cuando discute, cuando se frustra, cuando los humedece con la puntita de su lengua en señal de concentración o mi favorita cuando se ríe como está haciendo ahora. No puedo despegar mis ojos de ellos y me pregunto de qué se ríe y con mucha reticencia separé mis ojos de sus labios para descubrir que se ríe de mí. Mis ojos se conectaron con los de él y me doy cuenta de que me acaba de pillar mirándole fijamente. Me sonrojé profundamente y aparté mi mirada lo más rápido que pude y volví a concentrarme o al menos intentarlo en lo que mandó el profesor. Ron al percatarse de mi nerviosismo me miró con el ceño fruncido.

- ¿Te encuentras bien Harry?- me preguntó y solo pude asentir. La clase pasó lentamente, o eso me pareció a mí, y sin ningún percance más. Cuando tocó el timbre me fui rápidamente y sin mirar a nadie, sabiendo que Ron y Hermione me seguían. A nuestra siguiente clase. Criaturas Mágicas. Esa asignatura, como dirían los muggles, nos la seguía impartiendo Hagrid y a cada día que pasaba las criaturas eran cada vez más raras e inimaginable y en nada ayudaba que la clase fuera en el Bosque Prohibido. Necesitaba respirar, coger aire puro pues mirar a Draco a escondidas había sido una “actividad” habitual en los últimos tres años pero nunca me había descubierto y menos que me mirase y me sonriera, si no hubiera salido de allí rápidamente me habría ido directamente hacia él, habría rodeado su cuello con mis brazos, sin importarme quien estuviera, y tirado hacia abajo hasta juntar nuestros labios, primero en un simple y casto beso pero luego cuando él me rodeara con sus brazos por mi cintura abriría mi boca y dejaría que su lengua entrara, caliente y curiosa. Nuestras lenguas se enzarzarían en una batalla por la dominación, pero cedo necesitando, añorando sentirlo por todo mi cuerpo. Sin dejar de besarnos, bajaría una de mis manos por su cuello, acariciando a medida que bajo su piel, su clavícula, su pecho pero al llegar no paro y mientras bajo voy desabrochando la blusa, su piel es cálida lo que hace que quiera tocar más como sus duros y maravillosos abdominales por el Quiddicht, ¡Bendito Quiddicht!, hasta llegar al borde de su pantalón y ahí paro de besarlo y lo miraría a los ojos los cuales brillaban debido a  la lujuria y sus labios rojos e hinchados por los besos solo lo hacía aún mejor y sin apartar la vista voy metiendo la mano poco a poco en el pantalón y…

-¡¡Harry!!- me gritó Hermione lo que hizo que saliera de golpe de mi sueño y me girara hacia ella entonces me di cuenta de que ya estábamos en el bosque prohibido y los alumnos ya empezaban a llegar- ¿Te encuentras bien de verdad? Estabas hiperventilando y te ponías ponías rojo parecía que iba a darte un ataque.

- Si, estoy bien, solo… solo estaba pensando en todo lo que me ha pasado. Solo es eso.- dije y aunque Ron asintió y me dio una mueca como que lo entendía sin embargo con Hermione supuse que no me había creído y la sonrisa que intentaba esconder me dio a suponer que estaba seguro de que era lo que en verdad me pasaba. Ella había descubierto quien me gustaba incluso antes de que yo lo supiera y fue ella quien me lo dijo e hizo que aceptara que estaba enamorado de Draco Malfoy y lo más que adoré de ella es que no me juzgó y lo aceptó y con referencia a Ron pues a él hay que darle de comer a parte, no lo sabía y esperaba que no lo supiera en un buen tiempo pues no le agradaría nunca.

-¡Buenos días! Empecemos ya que estamos todos. Hoy daremos a los…- se detuvo y escaneó a las personas que estaban allí  buscando a alguien y yo sabía exactamente quién era. Sus ojos siguieron vagando por la multitud hasta que llegó a mí y sus ojos se abrieron con sorpresa- Bueno tenemos a una nueva alumna- risas resonaron por el grupo.

- Hagrid- dijo Ron cortando las risas- ella es…

- Soy Harry- los ojos de Hagrid se agrandaron y abrió la boca para hablar pero yo me adelanté- La directora le dirá todo después de la clase, profesor.- y con eso dicho y un asentimiento aturdido por parte de Hagrid siguió la clase.

- Bueno pues… como iba diciendo hoy daremos a una de las criaturas más puras que existen en el mundo mágico: los unicornios, seguidme por favor.

Hagrid se dio la vuelta y se adentró al bosque esperando a que le siguiéramos cosa que nadie hizo, todos lo miraban con reticencia a poner un pie ahí, yo no entendía porque, puede que haya cosas ahí, criaturas extrañas, cosas enormes pero por el amor de Merlín, lucharon contra mortífagos las “criaturas” más cercanas a Voldemort y le tienen miedo a un simple bosque. Aunque Ron so tenía motivos pues luego del susto con las arañas en segundo lo entendía. Una sonrisa se extendió por mi cara al recordar esa noche y la cara de susto de Ron además de sus gritos agudos, admitía que yo también estuve un poco asustado pero lo de Ron fue histórico.

- ¿De qué te ríes?- me preguntó Ron con el ceño fruncido.

- De nada, vamos- me adelanté con Ron y Hermione a mi lado y seguimos a Hagrid luego de unos segundos empezaron a seguirnos los demás.

Caminamos más o menos unos quince minutos hasta llegar a un claro donde todo el mundo hizo exclamaciones de sorpresa.

- ¡¡Bienvenidos al claro del unicornio!!- nos dijo Hagrid aunque nadie le estaba escuchando. El nombre le iba al pelo. Era un mundo paralelo al Bosque Prohibido pues era oscuro debido a sus altos árboles, la vegetación estaba casi muerta, sus animales era horribles criaturas, o casi todas, había un frío y una humedad mortal lo que hacía imposible pasar más de unas pocas horas allí sin morirte de frío sin embargo el claro estaba muy iluminado ya que no había árboles aunque si pequeños arbustos, en el suelo se extendía un gran césped del verde más brillante que te puedas imaginar, en medio del claro yacía un enorme lago con el agua más cristalina que haya existido nunca, habían algunas aves volando e incluso cazando en el lago, también unos insectos vagabundeaban buscando sitio donde posarse pero lo que más destacaba sin duda era la hermosa manada de unicornios que se encontraba allí. Eran increíblemente bellos, blancos completamente y sus ojos al igual que sus casco y su cuerno de un plateado brillante. Sus colas y crines, algunas rizadas otras lisas se movían elegantemente debido a las suaves brisas que corrían. Algunos se encontraban pastando, otros tumbados y las crías jugaban entre ellas.- Se cuenta que los unicornios son seres solitarios, que viven apartados y a los que el resto de los animales respeta. Se dice también que no se dejan ver más que por los puros de corazón, y que entre ellos, solo los más puros, los hechos de bondad y ternura. El claro del unicornio es un lugar en el que a veces se reúnen varios de ellos pero son oportunidades muy difíciles de conseguir- Nos explicó Hagrid.

- ¿Para qué le sirve el cuerno?- preguntó una alumna de Slytherin

- Bueno, el cuerno del Unicornio fue y sigue siendo un objeto el cual está dotado de grandes poderes, desde purificar las aguas y hacerlas potables, hasta la curación de cualquier herida y el alargamiento de la vida, si se usaba una vez reducido a polvo. También se sabe que si el cuerno es desprendido del animal este muere sin ningún remedio. Esto ha llevado a algunos a explicar que si hoy no encontramos unicornios es porque fueron capturados, usando doncellas puras como señuelos, para así poder quitarles el cuerno y usar sus poderes, sin importar que el animal muriera por ello- dijo Hagrid

- ¿Por qué doncellas hermosas?- pregunto una Gry.

- Las leyendas cuentan que los Unicornios, tan hermosos, tan sabios, tan majestuosos, tenían un punto débil…

Y de repente todo se había quedado en silencio pero yo no hacía caso pues hacía rato que había dejado que mi mirada vagara por el claro observando a las magníficas criaturas y me había quedado mirando fijamente a uno en especial que también me miraba a mí. Era una sensación cálida e increíble y sin poder evitarlo di un paso hacia él esperando que por mi imprudencia él se alejara pero hizo algo que me dejó sorprendido, se acercó a mí hasta estar a solo un paso de él. Hipnotizado y sin darme cuenta de mis actos estiré una mano para acariciarlo pero antes de poder retractarme de mi acción el unicornio acabo con el espacio que había entre nosotros y acerco su hocico a mi mano. Su tacto era increíblemente suave era como acariciar algo más suave que incluso el terciopelo, seguí pasando mi mano suavemente por su pelaje y me acerqué un poco más para poder llegar a su cuello mientras que el animal me olfateaba y me hacía ligera cosquillas, estábamos casi abrazados. Me separé un poco para poder ver porqué todo estaba en un completo silencio cuando vi que todos me miraban pero la expresión en la cara de Hagrid hizo que mi estomagó se apretara con nerviosismo pues sus ojos estaban a punto de salirse de sus cuencas.

- ¿Qué pasa?- pregunté tembloroso

- E… eso que estás haciendo es ca… casi imposible- tartamudeo pero su voz sonaba más como sorprendido.

- ¿Cómo que casi imposible, profesor? Harry lo está tocando así que no lo es- dijo Hermione pero sin dejar de mirar el intercambio de caricias que estábamos haciendo el unicornio y yo con admiración.

- Es imposible porque ningún unicornio se ha dejado tocar antes por ningún humano- yo lo miré con el ceño fruncido pues eso que acaba de decir lo estaba haciendo yo ahora- solo hay un motivo por el cual el unicornio se haya acercado a ti- y ahí se quedó callado.

- ¿Y es?- preguntó, sorprendiéndome, Draco.

- Bueno como iba a decir antes respondiendo a la pregunta de que me hizo vuestra compañera las leyendas cuentan que los Unicornios, tenían un punto débil pues siendo amantes de la belleza, a veces se dejaban llevar y cambiaban su libertad por el cariño y los cuidados de alguna dama hermosa, convirtiéndose casi en un animal doméstico que acudía a visitarla a la misma hora a su jardín. Así que esto solo significa que si el unicornio se acercó a ti Harry es porque… se a… ¿cómo decirlo?.. Se ha enamorado de ti.- y después de eso dicho todo volvió a quedar en silencio. Hagrid me acaba de decir que un unicornio se ha e… enamorado de mí. ¡Si claro!

- Que gracioso, Hagrid, eso es imposible ¿Cómo pudo enamorarse de mí un unicornio? ¡¡¡Por el amor de Merlín soy un hombre!!!

- Bueno, técnicamente ahora eres una mujer- me dijo Hagrid y si las miradas matasen el estaría convertido en ceniza ahora mismo- así que no es imposible y como expliqué los unicornios son amantes de la belleza y tu como mujer no pasas exactamente desapercibido Harry. Por eso son frecuentes las imágenes que les retratan cerca de doncellas, dejándose cuidar por ellas.

- ¿Y qué puedo hacer?- pregunte, me cuesta cuidarme a mi mismo como para tener que cuidar a una criatura mitológica.

- Nunca he escuchado que esto haya pasado antes, solo en leyendas así que no se mucho. Pero creo que es imposible, una vez que el unicornio haya visto a la doncella separarlo de ella, así que solo te queda aguantarlo- dijo simplemente y no supe que más decir. Dejé de acariciarlo y me separé de él intentando alejarme pero por más que caminaba para ponerme en otro lado él iba detrás de mí por lo que resignado me detuve en el mismo lugar de antes y le presté atención a Hagrid- Bueno puesto que es imposible que nos acerquemos a los demás cogeréis y haréis un análisis físico de los unicornios y lo apuntareis en un pergamino. Casi nadie ha tenido el honor de verlos por lo que nosotros los describiremos pero sin hacer mucho alboroto pues podrían huir.

Me viré hacia “mi” unicornio que estaba pastando felizmente y sacando una pluma y un trozo de pergamino empecé a apuntar todo lo que veía de él. Su musculatura era fuerte y firme me imaginé que era por correr. Podía sentir una pequeña corriente de magia emanar de su interior lo que significaba que era joven.

-¿Qué pasa, Potter, Te has enamorado tú también?- dijo una voz y supliqué a todos los magos del mundo que la poción también fastidiado mi audición, me levanté y me enfrenté a Malfoy. - Te quedaste sin palabras al verme Potty?

-Más quisieras, Malfoy, no me podría importar menos como te ves- mentiroso me decía una y otra vez, se veía espectacular con ese pelo rubio suelto pero aun así peinado, sus brillantes ojos grises, su boca con esa sonrisa socarrona y…

- ¿Tanto te gusto que no puedes apartar la mirada de mi? ¿Qué pasa, tu novia Weasley no te da lo que necesitas aunque ahora con tu... cambio de look no creo que eso cambie.

-Oh! Malfoy, ¿Tanto te pongo que ya te interesas hasta por mi vida sexual?- su rostro hizo una mueca que no pude identificar y luego sus ojos mostraron enfado.

- Eso te gustaría Potter, pero tú no me pondrías ni aunque lo intentaras.

Eso me enfadó se iba a enterar Malfoy de lo que yo era capaz. La conversación acabó ahí pues Malfoy enseguida se dio media vuelta y se puso a escribir su trabajo así que yo me puse a hacer el mío. Así pasaron las dos horas de Criaturas Mágicas y llegó la hora del almuerzo por lo que nos dirigimos al comedor.

- ¿Qué quería Malfoy?- me preguntó Ron por el camino.

- Molestarme como siempre pero esta vez no fue muy malo- y era cierto pues si me paraba a pensar era el intercambio de palabras o insultos mas corto de los que hemos tenido.

- Maldito hurón, siempre igual.

Llegamos al comedor que estaba casi lleno y me fui a buscar un asiento donde pudiera ver a Draco bien al igual que el a mi pues necesitaba que me viera bien para lo que quería hacer. Todo el comedor se fue llenando poco a poco y cuando los profesores terminaron de llegar en la mesa apareció el banquete de siempre. Empezamos a comer como siempre y a bromear con nuestros compañeros pero cuando llegó la hora del postre y la comida cambió a golosinas y de más chucherías poco a poco me fui alejando de la conversación y empezé con mi plan. Estuve un rato para pensar el cómo iba a hacer para atraer la atención de Draco pero me di cuenta que no hizo falta pues ya me estaba observando y para que no desviara la mirada  le mandé una sonrisa “seductora” pero funciono porque no desvió la mirada solo frunció el ceño, pase la punta de mi lengua por mis labios humedeciéndomelos poco a poco pero sin dejar de mirarlo a los ojos aunque los suyos estaban atentos a mis labios. Levantó su mirada y la posó en mis ojos así que sonreí y le guiñe un ojo cosa que hizo que abriera los suyos como platos, eché un vistazo asegurándome de que nadie viera lo que estaba haciendo y cogí un regaliz y los pasé por mis labios haciendo que se pusieran rojos por el colorante del regaliz, poco a poco y muy lentamente lo fui metiendo en mi boca y lo iba sacando y metiendo pendiente de que Draco seguía cada movimiento y que sus ojos estaban entreabiertos y un notorio sonrojo aparecía en su cara, lo saque completamente de mi boca y mordisqueé un poco el borde antes de pasar la lengua desde abajo hasta la cima cosa que Draco no aguantó y se levantó rápidamente de la mesa y se fue corriendo, pero yo había cumplido mi objetivo pues mientras todos veía su roja cara yo me fijé en la tienda de campaña que se vio cuando se levantó de la mesa ahora oculta con la capa. ¡Objetivo Cumplido!

- ¿Qué le pasa ahora a ese?- preguntó Ron

- No sé- contesté con un tono de inocencia aunque por dentro me reía a carcajadas.

Terminamos de comer y nos dispusimos a irnos a clase de Herbología cuando un niño de segundo nos interrumpió el camino.

- Ha… Harry Potter, la directora me dijo que le esperaba en el despacho- tartamudeo el niño s sonrojado.

- Muchas gracias- sonreí y luego de despedirme de Ron y Hermione y quedar en vernos en el comedor me fui al despacho.

Llegué hasta la estatua y después de decir la contraseña empezó a girar hasta para delante de la puerta donde toqué y esperé.

- Adelante- escuche decir a Mcgonagall, así que sin esperar entre y me senté delante del escritorio- Señor Potter, he hablado con el profesor Snape y me ha dicho que la poción está casi terminada por lo que dentro de unos días podrá ser usted mismo otra vez.

- No sabe cuánto me alegra oír eso, directora- y era la verdad pues no me acostumbraba a este cuerpo.

-Además quería…- pero no pudo continuar con lo que iba diciendo pues tocaron a la puerta- ¡Pasen!

Y entonces creía que me iba a dar otro ataque pues por la puerta entraron dos personas que no quería que me vieran así: Remus Lupin y Sirius Black.

- Hola Minerva, ¿Qué tal ha estado?- preguntó educadamente Remus con su cariñosa sonrisa.

- Muchas Gracias por preguntar Remus, muy bien por cierto. ¿Y a qué se debe esta visita inesperada?- preguntó Minerva, yo no había abierto la boca pues esperaba que no me notaran pero era mucho pedir.

- Vaya y ¿a quién tengo el honor de conocer, hermosa señorita?- me dijo Sirius cogiéndome la mano y besando mis nudillos. Remus me miró y luego de olfatear el aire como tenía la costumbre de hacer se dio cuenta de que era yo y abrió los ojos sorprendido- ¿No me dirá su nombre?- volvió a decir Sirius esta vez con su típica sonrisa seductora. Minerva no pudo aguantar más la risa y se empezó a reír al igual que Remus – ¿Se puede saber de qué se ríen ustedes?

- Sigues igual de ligón que siempre Sirius- dije con un ligero sonrojo pues no sabía por qué  me había afectado esa sonrisa. Sirius frunció el ceño y me miró fijamente hasta que se dio cuenta de quién era y abriendo los ojos como platos y… se desmayó.

-¡¡Sirius!!- Remus corrió hacia él y con una agitación de la varita lo levitó hasta el sillón más cercano donde lo tumbó y luego se dio la vuelta para mirarme- Harry, ¿Qué te ha pasado?

- Confundí las pociones que tenía que beberme y me convertí en chica, es la versión corta- le dije abanicando a mi padrino para ver si se despertaba.

- ¿Confundiste las pociones?

- Un compañero suyo puso una de las pociones que le mandó a hacer Snape junto a las que normalmente el Señor Potter toma por las noches y este se la dio sin querer.

- Ese Snivellus tenía que ser- dijo Sirius levantándose poco a poco- cuando lo coja se va a enterar- volvió a gruñir Sirius.

- No se preocupes Señor Black, ya está haciendo el antídoto solo es cuestión de días- dijo Minerva intentando calmar a mi padrino

- ¿Estás bien, Padrino?- le pregunté poniéndole una mano en el hombro.

Sirius giró la cabeza y me miró directamente y con un ligero sonrojo en sus mejillas me sonrió.

-Estoy bien Harry, siento lo de antes no sabía- dijo apartando la mirada y su cara que se había puesto totalmente roja al pensar que había intentado ligar con su ahijado y Remus, Minerva y yo no pudimos aguantar y nos reímos a carcajadas- no se rían- dijo Sirius haciendo un puchero.

- No te preocupes, Sirius- le dije abrazándolo y el me devolvió el abrazo- ¿y que vinieron a hacer a Hogwarts?- les pregunté separándome y mirándolo a los dos.

- Pues la verdad es que vinimos a ver cómo estás- me dijo Remus sentándose a mi otro lado.

- Pues a pesar de esto- dije señalándome- estoy muy bien, las clases me van geniales y no ha habido muchas peleas.

-Nos alegramos que te vaya tan bien, cachorro- me dijo Remus.

Nos quedamos hablando en el despacho toda la tarde, les conté sobre lo que estamos haciendo en las clases y también les conté sobre el unicornio cosa que Sirius al enterarse de que un unicornio se había enamorado de mí se volvió a desmayar, Minerva me dio las felicidades ya que eso no había pasado en mucho, mucho tiempo y Remus me explico un poco más. El unicornio estaría conmigo siempre que estuviera en peligro utilizando su magia para ayudarme en lo que sea, sería como otro amigo y yo lo único que le daría sería afecto y algo de cuidados como cualquier otra mascota.

- Señor Potter, ya es un poco tarde y queda poco para la hora de la cena- me anunció Minerva.

- Nos veremos otro día Padrino, Remus- y luego de despedidas salí en dirección al comedor.

Iba de camino cuando de repente sentí como era agarrado por detrás y empujado a una pared, intenté soltarme pero mis manos fueron sujetadas por las muñecas por encima de mi cabeza y una boca se posó encima de la mía pero extrañamente fue gentil. Todo estaba oscuro y me di cuenta que a causa del susto había cerrado los ojos así que sin más tardar los abrí y me encontré mirando a unas lagunas plateadas, oscurecidas por la poca luz que había en el pasillo pero que yo reconocería hasta en una noche sin la luz de la luna.

- No es bueno que juegues así conmigo Potter, no sabes lo que me haces- me susurró Malfoy perforándome con la mirada

- ¿No eras tú el que decía que yo no te ponía nada?- le respondí sin aliento.

- Touché- y con eso dicho volvió a dejar caer sus labios sobre los míos en un beso demandante que yo correspondí gustoso. Fue mejor de lo que me había imaginado, sus labios eran suaves y no dejaron de serlo mientras el beso iba aumentando su intensidad, su lengua entró en mi boca y jugueteó con la mía por largo rato. Sin dejar de besarnos, soltó mis muñecas y poniendo una mano en mi nuca y otra en mi cintura me acercó a su cuerpo hasta que ya no hubo ni un solo espacio entre nosotros. Subí mis manos hasta su pelo y los enredé en él para acercarlo hasta mí, su tacto era suave, me recordó a la suavidad del unicornio y me daban ganas de no dejar de tocarlo nunca más.

Necesitando que el aire llenara nuestros pulmones nos separamos, y fue como tener un Deja vú, sus ojos se oscurecieron por la excitación y sus labios estaban rojos e hinchados por el beso y lo más seguro es que yo estuviera igual. Nos miramos a los ojos sin romper la posición en la que estábamos, pegados completamente y sin decir nada pues no hacía falta, por lo que sin más nuestros labios volvieron a juntarse.

Notas finales:

Espero que os haya gustado y ya sabeis, dejadme un Review que no cuesta nada :(

Muchas gracias y hasta pronto ^.^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).